Lunes 14 de Agosto, 2017.
Devocional para Hoy
“Come la Palabra”
(Por: CF Jara)
« Me dijo: Hijo de hombre, come lo que hallas; come este rollo, y ve y habla a la casa de Israel. Y abrí mi boca, y me hizo comer aquel rollo. Y me dijo: Hijo de hombre, alimenta tu vientre, y llena tus entrañas de este rollo que yo te doy. Y lo comí, y fue en mi boca dulce como miel. Luego me dijo: Hijo de hombre, ve y entra a la casa de Israel, y habla a ellos con mis palabras.» Ezequiel 3:1-4
Hermanos y hermanas buenos días, hoy reflexionamos acerca de nuestra obligación de tomar el ministerio del Señor seria y responsablemente. Si se nos ha puesto delante de una congregación, en un ministerio evangelístico, en el instituto bíblico o en una casa de bendición, que Dios nos libre de presentarnos a predicar la Palabra o a dirigir el estudio devocional o bíblico sin habernos preparado como obreros dignos, y que al momento de compartir la enseñanza, no tengamos nada de que avergonzarnos.
Recientemente escuché a una líder decir “no creo que los estudios bíblicos son necesarios porque mucho estudio mata al espíritu”. Demás está decir lo desacertado de esta afirmación comenzando con el hecho de que ningún espíritu bueno o malo peor aún el Espíritu Santo pueden morir por ninguna causa. En el deseo de querer figurar y aparecer como conocedores y sabios, muchos ministros, líderes y creyentes regulares expresan cosas que rayan con la apostasía.
Y es que a lo largo de la Biblia se pueden encontrar muchos ejemplos donde los héroes bíblicos incluyendo Jesús, dieron demostraciones de un conocimiento poderoso de la Palabra de Dios, lo cual se puede lograr solo a través de concienzudos y extendidos tiempos de inmersión en las profundidades misteriosas de la Biblia, donde reposan los más excelsos y omnipoderosos secretos que están reservados solo para aquellos que deciden buscar las revelaciones teológicas de todo lo relacionado con el Dios sempiterno y Todopoderoso. ¿Para qué? Pues para alcanzar la victoria en la encarnizada batalla espiritual de los últimos tiempos, arrancando de las garras del enemigo, las almas de hombres y mujeres condenados a muerte por causa del pecado.
El mismo Señor Jesucristo vino para enseñar a Sus discípulos por tres años y un poco más, algo parecido a una maestría en divinidades. Ellos aprendieron el contexto teológico, histórico, geográfico, social cultural, político, sociológico y psicológico de la Palabra de Dios. Como producto de ello, Su iglesia no solo que nació, creció y se multiplicó, sino que ha prevalecido sobre todo lo que la atacado a lo largo de estos dos mil años y un poco más.
En otro evento bíblico, YHWH se presenta al profeta Ezequiel y le dice: «come este rollo» y el profeta abrió su boca y literalmente comió aquel rollo. Luego Dios le repite: «Hijo de hombre, alimenta tu vientre, y llena tus entrañas de este rollo que yo te doy.» Y Ezequiel escribe que lo comió y que fue en su boca «dulce como miel.» Y en Apocalipsis 10:9-10, la Biblia registra el hecho del ángel que pide al apóstol Juan comer del “librito” añadiendo que le sabrá «dulce como la miel», lo cual el mismo Juan lo certifica.
La pregunta es: ¿para qué Dios haría comer el rollo y el librito bíblicos a Sus profetas? ¿Cuál es la implicación para la iglesia del tiempo actual? La respuesta es que el Señor quería que Ezequiel fuera a la casa de Israel y les dijera: «Así ha dicho Jehová el Señor; escuchen, o dejen de escuchar.» Así mismo, el Señor quería que Juan «profetizara otra vez sobre muchos pueblos, naciones, lenguas y reyes.» (Apocalipsis 10:11).
Creo firmemente que el Dios Todopoderoso hace comer Su Palabra a cuanto creyente Él lo quiere así con el fin de que aquellos le hablen a Su iglesia. Y si el creyente es obediente, primero, el sentir la dulzura divina de la Palabra en nuestro interior es una experiencia maravillosa, y segundo, es obvio que el Espíritu Santo estará envuelto en el proceso. Por lo tanto, el mucho conocimiento “no mata” sino al contrario, fortifica y empodera al Espíritu Santo de Dios, para que consuele, guíe, redarguya y revele la voluntad del Creador para Su pueblo.
Oración:
Señor mi Dios, hoy te pido humildemente que me sigas dando Tu don de la sabiduría. Que cada día de vida que me añadas, sea también el día propicio para “comer” Tu santa Palabra. Pero que nunca Señor, aquellos secretos revelados envilezcan mi alma y me llenen de orgullo, antes mas bien, que mientras más revelación reciba de Tu parte, más humilde y menor que todos me considere, Señor. Tú dices en Tu Palabra que nos has dado como luz a las naciones, te ruego mi Señor que se cumpla esa Palabra en todos aquellos que te buscamos en espíritu y en verdad, y que podamos ser instrumento propicio para Tu plan de redención para la humanidad. Y gracias te doy Padre mío, por haberme escogido desde el vientre de mi madre para servirte, propagando Tu mensaje hasta los confines de la tierra, en el nombre de Tu Hijo Yahshua HaMashiaj , amén y amén.
DIOS te bendiga.
Lea la Biblia en un año: Salmos 87-88; Romanos 13
Encuentre más mensajes edificantes en:
https://maiishunejar.blogspot.com/
La gloria es solo de Cristo Jesús.
Devocional para Hoy
“Come la Palabra”
(Por: CF Jara)
« Me dijo: Hijo de hombre, come lo que hallas; come este rollo, y ve y habla a la casa de Israel. Y abrí mi boca, y me hizo comer aquel rollo. Y me dijo: Hijo de hombre, alimenta tu vientre, y llena tus entrañas de este rollo que yo te doy. Y lo comí, y fue en mi boca dulce como miel. Luego me dijo: Hijo de hombre, ve y entra a la casa de Israel, y habla a ellos con mis palabras.» Ezequiel 3:1-4
Hermanos y hermanas buenos días, hoy reflexionamos acerca de nuestra obligación de tomar el ministerio del Señor seria y responsablemente. Si se nos ha puesto delante de una congregación, en un ministerio evangelístico, en el instituto bíblico o en una casa de bendición, que Dios nos libre de presentarnos a predicar la Palabra o a dirigir el estudio devocional o bíblico sin habernos preparado como obreros dignos, y que al momento de compartir la enseñanza, no tengamos nada de que avergonzarnos.
Recientemente escuché a una líder decir “no creo que los estudios bíblicos son necesarios porque mucho estudio mata al espíritu”. Demás está decir lo desacertado de esta afirmación comenzando con el hecho de que ningún espíritu bueno o malo peor aún el Espíritu Santo pueden morir por ninguna causa. En el deseo de querer figurar y aparecer como conocedores y sabios, muchos ministros, líderes y creyentes regulares expresan cosas que rayan con la apostasía.
Y es que a lo largo de la Biblia se pueden encontrar muchos ejemplos donde los héroes bíblicos incluyendo Jesús, dieron demostraciones de un conocimiento poderoso de la Palabra de Dios, lo cual se puede lograr solo a través de concienzudos y extendidos tiempos de inmersión en las profundidades misteriosas de la Biblia, donde reposan los más excelsos y omnipoderosos secretos que están reservados solo para aquellos que deciden buscar las revelaciones teológicas de todo lo relacionado con el Dios sempiterno y Todopoderoso. ¿Para qué? Pues para alcanzar la victoria en la encarnizada batalla espiritual de los últimos tiempos, arrancando de las garras del enemigo, las almas de hombres y mujeres condenados a muerte por causa del pecado.
El mismo Señor Jesucristo vino para enseñar a Sus discípulos por tres años y un poco más, algo parecido a una maestría en divinidades. Ellos aprendieron el contexto teológico, histórico, geográfico, social cultural, político, sociológico y psicológico de la Palabra de Dios. Como producto de ello, Su iglesia no solo que nació, creció y se multiplicó, sino que ha prevalecido sobre todo lo que la atacado a lo largo de estos dos mil años y un poco más.
En otro evento bíblico, YHWH se presenta al profeta Ezequiel y le dice: «come este rollo» y el profeta abrió su boca y literalmente comió aquel rollo. Luego Dios le repite: «Hijo de hombre, alimenta tu vientre, y llena tus entrañas de este rollo que yo te doy.» Y Ezequiel escribe que lo comió y que fue en su boca «dulce como miel.» Y en Apocalipsis 10:9-10, la Biblia registra el hecho del ángel que pide al apóstol Juan comer del “librito” añadiendo que le sabrá «dulce como la miel», lo cual el mismo Juan lo certifica.
La pregunta es: ¿para qué Dios haría comer el rollo y el librito bíblicos a Sus profetas? ¿Cuál es la implicación para la iglesia del tiempo actual? La respuesta es que el Señor quería que Ezequiel fuera a la casa de Israel y les dijera: «Así ha dicho Jehová el Señor; escuchen, o dejen de escuchar.» Así mismo, el Señor quería que Juan «profetizara otra vez sobre muchos pueblos, naciones, lenguas y reyes.» (Apocalipsis 10:11).
Creo firmemente que el Dios Todopoderoso hace comer Su Palabra a cuanto creyente Él lo quiere así con el fin de que aquellos le hablen a Su iglesia. Y si el creyente es obediente, primero, el sentir la dulzura divina de la Palabra en nuestro interior es una experiencia maravillosa, y segundo, es obvio que el Espíritu Santo estará envuelto en el proceso. Por lo tanto, el mucho conocimiento “no mata” sino al contrario, fortifica y empodera al Espíritu Santo de Dios, para que consuele, guíe, redarguya y revele la voluntad del Creador para Su pueblo.
Oración:
Señor mi Dios, hoy te pido humildemente que me sigas dando Tu don de la sabiduría. Que cada día de vida que me añadas, sea también el día propicio para “comer” Tu santa Palabra. Pero que nunca Señor, aquellos secretos revelados envilezcan mi alma y me llenen de orgullo, antes mas bien, que mientras más revelación reciba de Tu parte, más humilde y menor que todos me considere, Señor. Tú dices en Tu Palabra que nos has dado como luz a las naciones, te ruego mi Señor que se cumpla esa Palabra en todos aquellos que te buscamos en espíritu y en verdad, y que podamos ser instrumento propicio para Tu plan de redención para la humanidad. Y gracias te doy Padre mío, por haberme escogido desde el vientre de mi madre para servirte, propagando Tu mensaje hasta los confines de la tierra, en el nombre de Tu Hijo Yahshua HaMashiaj , amén y amén.
DIOS te bendiga.
Lea la Biblia en un año: Salmos 87-88; Romanos 13
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La gloria es solo de Cristo Jesús.