"La ayuda mutua"

Viernes 16 de Septiembre, 2016.

Nuestro Pan Diario
“La ayuda mutua”
(Por Philip Yancey)

Versículo para hoy: 2 Corintios 1:3-7
«[Dios] nos consuela […] para que podamos también nosotros consolar…» 2 Corintios 1:4

Lea la Biblia en un año: 2 Corintios 8

La frase «el cuerpo de Cristo» se utiliza más de 30 veces en el Nuevo Testamento. Pablo usa esta frase como una imagen de la Iglesia. Tras ascender al cielo, Jesús dejó su misión en manos de hombres y mujeres imperfectos e ineptos. Él asumió el papel de Cabeza de la Iglesia, y dejó las tareas de brazos, piernas, orejas, ojos y voz a discípulos erráticos… a ti y a mí.

Su decisión de funcionar como la Cabeza invisible de un cuerpo grande con muchas partes significa que confía en que nos ayudemos unos a otros en tiempos de sufrimiento. Pablo quizá tuvo esto en mente cuando escribió: «[Dios] nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios» (2 Corintios 1:4).

En todo su ministerio, Pablo practicó esto, haciendo colectas para las víctimas del hambre, enviando ayudantes a lugares con necesidades y reconociendo las ofrendas de los creyentes como regalos de Dios mismo.

La frase «el cuerpo de Cristo» expresa bien lo que estamos llamados a hacer: representar en carne lo que Cristo es; especialmente, a los necesitados. La presencia de Dios nos reconforta; y nuestra presencia consuela a otros.

Oración: Señor, gracias por tu fidelidad al consolarme cuando estoy sufriendo. Muéstrame a alguien que necesite de mi aliento hoy.

La gloria es de Cristo Jesús, por siempre y para siempre.

Encuentre más lecturas edificantes en Nuestro Pan Diario
Ministerios Cristianos Mundiales “Îshu-nejar”
http://www.ministeriosishunejar.com

"¿Listo para un cambio?"

Miércoles 14 de Septiembre, 2016.

Nuestro Pan Diario
“¿Listo para un cambio?”
(Por IFG)

Versículo para hoy: Gálatas 5:16-25
«Mas el fruto del Espíritu es..…dominio propio.» Gálatas 5:22-23

Lea la Biblia en un año: 2 Corintios 6

El dominio propio es tal vez una de las cosas más difíciles de lograr. ¿Cuántas veces hemos sido derrotados por un mal hábito, una pésima actitud o una perspectiva equivocada? Hacemos promesas de mejorar. Le pedimos a alguien que nos ayude, rindiéndole cuentas. Pero, en el fondo, sabemos que no tenemos la voluntad ni la capacidad de cambiar. Podemos hablar, hacer planes, leer libros de autoayuda, ¡pero nos resulta difícil vencer y controlar muchas de las cosas de nuestro interior!

¡Felizmente, Dios conoce nuestra debilidad, y también el remedio! La Biblia dice: «Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio propio…» (Gálatas 5:22-23 LBLA). La única manera de tener dominio propio es dejar que el Espíritu Santo nos controle.

Es decir, nuestro enfoque no debe ser el esfuerzo, sino la consagración: vivir cada momento en sumisión al Señor, confiando en Él y no en nosotros mismos. Pablo señala que este es el significado de «andad en el Espíritu» (v. 16).

¿Estás listo para un cambio? Puedes cambiar porque Dios está en ti. Al entregarle el control, el Señor te ayudará a producir el fruto de su semejanza. A Dios le interesa más nuestra consagración a Él que nuestras habilidades.

Oración: Señor, necesito tu poder para poder cambiar y crecer. Me entrego a ti. Ayúdame a entender cómo ser sumiso para ser lleno de tu Espíritu.

La gloria es de Cristo Jesús, por siempre y para siempre.

Encuentre más lecturas edificantes en Nuestro Pan Diario
Ministerios Cristianos Mundiales “Îshu-nejar”
http://www.ministeriosishunejar.com

"El plan de Dios"

Lunes 12 de Septiembre, 2016.

Nuestro Pan Diario
“El plan de Dios”
(Por CF Jara)

Versículo para hoy: Isaías 24
«Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.» Jeremías 29:11

Lea la Biblia en un año: 2 Corintios 1

La tarde del Lunes 10 de Septiembre del 2001, me encontraba hospedado en el departamento de un primo ubicado cerca de la bahía del río Hudson, en Brooklyn, New York, casi frente con frente al downtown de Manhattan. Las imponentes Torres Gemelas se veían desde las ventanas del apartamento. Eran como las 4 de la tarde cuando me invadió una repentina urgencia por leer las Escrituras. Así que tomé mi Biblia y la empecé a hojear, parando sin una elección previa, en el capítulo 26 de Isaías, (que no lo había leído nunca); comencé la lectura y de pronto mi corazón se compungió al leer el versículo 5 sin una razón aparente: «Porque derribó a los que moraban en lugar sublime; humilló a la ciudad exaltada, la humilló hasta la tierra, la derribó hasta el polvo.» (Isaías 26:5). Debo aclarar que jamás me atrevería a insinuar siquiera de que entendí lo que iba a pasar al día siguiente. Compungido como estaba, busqué entonces una lectura en Jeremías; no recuerdo cuál fue el o los versículos, pero la paz retornó de nuevo a mi corazón.

En la noche de aquel día, llamé a mi esposa de ese entonces, quien estaba en la Florida, y en una triple conferencia con mi pastor, les comenté que yo tenía una entrevista de trabajo en el piso 9 de la Torre 2 del WTC, a las 9am del día siguiente, es decir, el Martes 11 de Septiembre. Entonces oramos y al finalizar, mi ex esposa me pide que no vaya a la entrevista. Y no fui. Lo que sucedió al día siguiente lo conoce todo el mundo, uno de los actos de bajeza humana más atroces de la historia, que costó la vida de miles, la mayoría de ellos gente humilde. Y tengo claro que pude haber sido uno de ellos.

Yo había establecido ya mi horario y planeaba estar el día de la cita, a las 8:30 am en la estación del subway de las Torres, para poder llegar a tiempo. Pero debido a que todos los trenes fueron detenidos y dados la orden de no abrir las puertas, todos quienes atestaban los vagones a esa hora, murieron desgraciadamente por el peso de los edificios cuando éstos se derrumbaron. Pero yo me había quedado en casa y por ello puedo hoy compartir este testimonio.

Es propio del ser humano establecer horarios, planes, estrategias, metas, etc., y confiar para la consecución de todas y cada una de ellas en las propias fuerzas, sabiduría y experiencia. Pero los que hemos recibido a Jesucristo, hacemos nuestros planes dejándolos siempre a la voluntad final de nuestro Creador. Cuando nos sometemos a Él, lo que finalmente se termina cumpliendo son Sus planes, los mismos que siempre serán mejores que los nuestros y nos traerán tiempos de vida, paz y bienestar.

Oración: Padre mío, que nunca me olvide de que Tú eres quien me diste la vida, me escogiste en el vientre de mi madre, me pusiste mi nombre, me cuidaste en todos mis caminos, me llamaste a seguirte y me libraste de la muerte. Que tu plan para mi vida se lleve a cabo exactamente como Tú lo has planeado. A ti y solo a ti te doy todo el honor, toda la gloria y toda honra, en el nombre de mi amado Jesús.

La gloria es de Cristo Jesús, por siempre y para siempre.

Encuentre más lecturas edificantes en Nuestro Pan Diario
Ministerios Cristianos Mundiales “Îshu-nejar”
http://www.ministeriosishunejar.com