El Cristianismo

Devocional para Hoy.
Viernes 10 de Noviembre, 2017.

“El Cristianismo”
Por: CF Jara

Leer: Hechos 11:26
«Y se congregaron allí todo un año con la iglesia, y enseñaron a mucha gente; y a los discípulos se les llamó cristianos por primera vez en Antioquía.…» Hechos 11:26

Dos mil años después de la crucifixión y muerte de Jesús, aún existe controversia acerca de lo que significa la palabra “Cristiano” y de sobre quiénes son los cristianos. Como una contribución que ayude a aclarar estas confusiones, hoy comparto este pequeño estudio que ha sido un desafío debido a las restricciones del espacio propio de un Devocional.

En primer lugar término “Cristiano” significa “seguidor de Cristo” y viene del griego antiguo “Χριστός, Christós [Cristo]” que a su vez es la traducción del hebreo “מָשִׁיחַ, Māšîaḥ [Mesías]” que significa “UNGIDO”. El término “Cristianos” fue usado por primera vez en Antioquía, alrededor del año 46 d.C., para identificar a los seguidores de Jesús, debido a que luego de Su crucifixión y muerte, se le comenzó a llamar “el Cristo”, que como ya dijimos más arriba, se traduce como “el Ungido”. Por ello, la forma apropiada para referirse al Jesús hombre con Su ministerio terrenal es “Jesús”, mas el término apropiado para referirse al Hijo de Dios inmolado y resucitado al tercer día de Su deceso, es “Jesucristo”.

Es necesario aclarar lo que ciertas corrientes aseveran que el término “Cristiano” fue inventado por alguien en esa ciudad para referirse en forma despectiva a los seguidores de Jesucristo. Sin embargo, la frase original «se les llamó» en griego es ‘χρηματισμός, Chrématismos’ significa “dar una respuesta divina o admonición; enseñar desde el cielo” lo cual nos prueba que la palabra “Cristiano” fue creada por el mismo Dios Todopoderoso para llamar así a los que aman a Su Hijo.

En segundo lugar está el conflicto tan grande pero inútil que muchos creyentes hacen acerca de las traducciones del nombre original de Jesús, que en el hebreo antiguo es “Yeshua”. Los nombres de la mayoría de los hispanos que vivimos en un país angloparlante son difíciles de pronunciar para los nativos y es normal oír nuestro nombre pronunciado de las más diversas maneras. Sin embargo y aunque me llamen diferente yo sigo siendo el mismo. Así mismo es con Jesús, Yeshua, Josué, Yehoshua, Jesu, Jesus, Joshua, Îsa, Yesu, etc. No olvidar tampoco que en Su pesebre, el ángel llamó a Jesús “Emmanuel”, entre muchos otros nombres que han sido entregados en propiedad al Hijo de Dios, el Salvador del mundo.

En tercer lugar, los cristianos necesitamos conocer lo que significa el origen judío de Jesús. En la actualidad, la gente se refiere a todos los nativos de Israel como “judíos” lo cual no necesariamente es correcto, pues judíos son aquellos que profesan la religión basada en lo que dice principalmente el Tanaj (Biblia Hebrea o Antiguo Testamento) y que requiere de la práctica de un conjunto de costumbres y tradiciones a través de las cuales resguardan su nacionalidad, tradición, cultura, y religión. El gentilicio para todos quienes nacen en Israel es “israelita”, pues el nacer en Israel no los hace automáticamente “judíos”. De los que nacen allí, algunos son de raza hebrea y otros de diferentes razas y etnias. Algunos profesan la religión judía, mientras que otros son cristianos, musulmanes, ateos, católicos, etc. Luego el término judío en los tiempos modernos se refiere a aquel que profesa esa fe, como cuando nos referimos a un cristiano, budista, musulmán, católico, etc., siempre en torno a la fe, no a la raza y/o nacionalidad.

Al principio de la historia del pueblo israelita, la Biblia se refiere a ellos como los “Hebreos”. Es un error afirmar que Abraham, los Patriarcas de Israel, o Moisés fueron “Judíos”. En el tiempo de Jesús, el término “judío” se refería a los descendientes de la tribu de “Judá”, quienes habitaban en la región de “Judea” y practicaban el “judaísmo” NO como una religión sino como un conjunto de costumbres y tradiciones que realzaban su origen, cultura y religión. Dicha práctica nació en los cautiverios y en las diásporas que sufrió Israel, como una estrategia para preservar su nación ante las arremetidas de prácticas, costumbres y tradiciones de los babilónicos y de otras culturas. En la cautividad surgieron las instituciones que dieron cuerpo al judaísmo y la Tradición Oral, que derivó en el Talmud; los grupos fariseos y saduceos, entre otros y la Sinagoga, para preservar el culto a Jehová, debido a la desaparición del Templo. Entonces, el judaísmo como religión se origina en la práctica de aquellas costumbres y tradiciones del pueblo Hebreo durante sus exilios tanto antes del tiempo de Jesús como en los tiempos modernos.

Habiendo Jesús nacido de madre judía, siendo descendiente del linaje de David y vivido en los territorios donde se asentaba el pueblo judío, entonces Él fue judío, y como tal, fue presentado en el Templo y circuncidado, guardó el sábado y los demás días de reposo conforme a la Ley de Moisés y concurrió al Templo siguiendo lo prescrito en la Tanaj. Más Jesús no practicó la religión nacida en el exilio y basada en la tradición, sino que al contrario y como lo vemos en la Biblia, Êl rechazó abiertamente las tradiciones de la religión judía a tal punto que con Su discurso cuestionó a la institución religiosa del Sanedrín y sus prácticas llenas de religiosidad, sin compasión. De hecho, son estos personajes los que urden el complot contra Êl, lo acusan de sedición contra la religión judía y provocan Su muerte en el calvario a través del poder romano.

Finalmente, Dios se humanó y vino a Su pueblo como uno de ellos, para darles la salvación, pero ellos no lo recibieron, precisamente por su religiosidad. Entonces Jesús adoptó a los Gentiles como “la nueva Israel” y esos somos los Cristianos. Por ello, nosotros estamos obligados a orar por Israel (y por todas las naciones) pero no por paz, porque quien les traerá la paz será el anticristo y yo no quiero orarle al anticristo (el Señor mi Dios lo reprenda). Si hemos de orar por Israel y por todas las demás naciones será por su salvación, porque escrito está: «Aquellos que no tienen a Jesucristo en sus vidas morirán eternamente.» Y eso incluye a los judíos y a todas las demás religiones y pueblos que moran sobre la faz de la tierra y que no han conocido o han rechazado al Hijo de Dios.

Oración
Padre amado, que difícil es caminar en un mundo preparado para que la humanidad se pierda. Todo está entrelazado, cual telarañas sobre trampas mortales para hacernos caer en cualquier momento si no tenemos nuestros ojos y oídos espirituales bien abiertos y atentos. Por ello cuan necesario es el estudio profundo y humilde de Tu santa Palabra, porque del mismo seno de la iglesia tuya salen voces de insensatos y atrevidos que arropados en tus titulejos de líderes, lanzan cuanta falacia bíblica y teológica se les ocurre, sin escudriñar Tu Palabra con temor y temblor como Tú nos mandas. Ten misericordia de nosotros Tu grey, Señor y permite que Tu Espíritu Santo esté permanentemente en nuestras vidas guiándonos hacia el conocimiento de la Gracia perfecta, santa y justa, te lo pido esta mañana humildemente mi Señor, en el nombre de Tu Hijo amado, Jesús el Mesías, Cristo Jesús, Jesucristo, el Ungido, Yeshua HaMashiaj, amén.

התהילה היא רק של ישוע המשיח
DIOS te bendiga.

Lea la Biblia en un año: Jeremías 48–49; Hebreos 7
Encuentre más lecturas edificantes en: https://maiishunejar.blogspot.com/

La Batalla Final

Devocional para Hoy
Miércoles 8 de Noviembre, 2017.

“La Batalla Final”
Por: CF Jara

Leer: Filipenses 1: 18-30
«Y Solamente que os comportéis como es digno del evangelio de Cristo, para que o sea que vaya a veros, o que esté ausente, oiga de vosotros que estáis firmes en un mismo espíritu, combatiendo unánimes por la fe del evangelio…» Filipenses 1:27

Estos son los tiempos donde la violencia inusitada, inhumana y mortal, originada en doctrinas de fe falsas, se manifiesta cada día, contra todo ser humano y por todas partes. Por ello es necesario que los redimidos por la sangre del Cordero Santo tengamos claras todas las cosas relacionadas con la fe en Cristo Jesús, de la cual la Biblia dice que es la fe verdadera. El soldado limpia, aceita y ajusta su fusil antes de la batalla. Mas los cristianos que estamos ya librando la batalla final, no usamos armas carnales sino espirituales. Por ello debemos limpiarnos con la sangre de Cristo cada día, aceitarnos con una vida de constante oración y ajustar nuestra fe con el estudio diario de la Palabra, para que ninguna doctrina falsa nos sorprenda y engañe.

Al día de hoy, las cuatro religiones mayores en el mundo por el número de miembros son la católica, seguida por la musulmana, luego la evangélica-protestaste y la judaica. A parte de éstas, tenemos a muchas otras religiones más pequeñas y diversas, y por supuesto las sectas. Entre las mayores, todas profesan la fe en un solo Dios, y aunque los ecumenistas se empeñen en sostener que es el mismo dios, necesitamos declarar que eso no es cierto, por lo siguiente:

Católicos:
Esta iglesia fue fundada por el emperador romano Constantino en el siglo IV d.C., 325 años después de que Jesucristo ascendió a los cielos. A pesar de que su dios es el Dios creador del universo, el padre de Jesucristo, una sola persona junto con el Hijo y el Espíritu Santo, lo representan como un viejito de barba blanca, que anda con bastón y todo el tiempo enojado. A Jesucristo lo mantienen crucificado y al Espíritu Santo lo representan con una paloma inofensiva e inútil. Adoran e idolatran a María la madre de Jesús (a quien llaman “la virgen madre de Dios”), a una inmensa lista de santos y santas (hombres y mujeres de fe) y al papa a quien llaman ‘santo padre’ y ‘vicario de Cristo’. Tienen además, una Biblia alterada (añadida y quitada) con relación a la Biblia original y una logística organizacional con sacerdotes y monjas para quienes la primera autoridad es el papa y no Jesucristo, todo lo cual contradice lo que dice Dios en la Biblia a través de Sus mandamientos y edictos.

Musulmanes:
Esta religión apareció 600 años d.C. Llaman a su dios Alá y al profeta mayor Mohamed. Declaran tener su origen en Abraham, pero sostienen que Ismael, el hijo del patriarca con la sirvienta es quien debe tener la primogenitura que fue robada por Israel. Su libro doctrinal es el Korán, donde se induce a cortar por el cuello a todo aquel que no crea en Alá; se les enseña que inmolarse para matar a los infieles, lo cual les dará acceso al paraíso donde su dios les dará 72 vírgenes como esposas. El Korán también dice que los humanos de piel oscura deben ir al infierno; autoriza a los hombres a tomar por esposas a niñas de 6 años en adelante; permite a los hombres golpear y violar a mujeres que ellos consideren que están vestidas impúdicamente y permite que los líderes tengan cuanta mujer deseen fuera del matrimonio, aparte de otras bestialidades establecidas en la Sharía, su libro de la ley. Ese dios definitivamente no es el mismo que el Todopoderoso YHWH, el Dios del amor, de toda justicia y de toda verdad.

Judíos:
Su Dios es YHWH, el Dios Todopoderoso, mas creen y obedecen solo la mitad de la Biblia, es decir, el AT, por lo cual se rigen por las 613 leyes establecidas por Moisés como por ejemplo la ley del Talión, ‘ojo por ojo y diente por diente’. No aceptan que Jesús es el Mesías de Israel y practican voluntaria o involuntariamente muchos ritos y costumbres que rayan con la idolatría como la veneración a la ciudad de Jerusalén, al muro de los lamentos, al Sabbat, a las fiestas y ritos religiosas y a los artefactos que usan y visten cuando oran. Cierto que son el pueblo más próspero de la tierra pero viven y conviven con el odio, rencor y venganza de la lucha fratricida de más de 3 mil años con sus medio hermanos árabes. Además, consideran que su raza es la única pura y todas los demás son impuras y que los cristianos mesiánicos son impostores apóstatas.

Jesucristianos, Cristianos Evangélicos, Protestantes, rebeldes, pródigos, aleluyas, etc.:
El nombre de nuestro Dios es Yeshua en arameo y Jesús en español y significa ‘el Salvador’. Es Dios mismo encarnado en la naturaleza humana, que nació, creció y murió en la cruz como un humano, pero que resucitó al tercer día de entre los muertos como el Dios Todopoderoso; que durante los tres años que tuvo su ministerio terrenal, enseñó la doctrina del amor y perdón, del perdón y del amor, en todo tiempo y entre todos los seres humanos sin acepción de ningún ser humano. Así mismo, declaró que solo Êl es el camino, la verdad y la vida, que tiene 70 nombres adicionales, todos ellos relacionados a bendiciones y parabienes, que está vivo, que camina entre nosotros, que responde a nuestras oraciones, que sana nuestras dolencias, pero por sobre todo, que aboga por nosotros dándonos el derecho a vivir una vida plena de eternidad luego de la muerte física.

Los Jesucristianos o quienes tenemos a Jesucristo como el centro de nuestras vidas, debemos ser los guardianes de la fe, celosos, insobornables e irreprochables, dispuestos a dar nuestras vidas terrenales si es necesario, porque para nosotros el vivir es Cristo y el morir es ganancia.

Oración
Si no has tomado aún la decisión de entregar tu vida a Jesús, hoy es el día. Repite la siguiente oración, y tu vida cambiará para siempre: «Señor Jesús, declaro que eres el Hijo de DIOS. Reconozco que soy pecador. Creo que Tú moriste en la cruz por mis pecados y que resucitaste de entre los muertos al tercer día. Gracias por pagar el precio de mis pecados con tu Sangre bendita. Perdóname y hazme una nueva criatura. Entra en mi corazón, yo te recibo como mi Señor y mi Salvador, escribe mi nombre en el Libro de la Vida y séllame con tu Santo Espíritu. Ayúdame a serte fiel y servirte por el resto de mis días. En el nombre que es sobre todo nombre, en el nombre de Yeshua HaMashiaj, amén.


התהילה היא רק של ישוע המשיח
DIOS te bendiga.

Lea la Biblia en un año: Jeremías 27–29; Tito 3
Encuentre más lecturas edificantes en: https://maiishunejar.blogspot.com/

La Fe de los Valientes

Devocional para Hoy.
Lunes 6 de Noviembre, 2017.

Ministerios Cristianos Mundiales “Îshu-nejar, Jesús la luz del mundo.”

“La Fe de los Valientes”
Por: CF Jara

Leer: Hechos 6-7; 8:1-2
«Porque para mí el vivir es Cristo y el morir es ganancia.» Filipenses 1:21

Veintiséis muertos en una iglesia cristiana bautista de Texas, ese es el titular de los noticieros a esta hora. Una nueva masacre en contra del segmento de la sociedad que se ha convertido en el más perseguido y odiado por los últimos dos mil años de entre todos los segmentos.

Un año más tarde de la muerte de Jesús, Esteban, discípulo del grupo nuevo, moría apedreado acusado de blasfemia. Era el primero de entre los seguidores de Jesús en morir como mártir. En los años siguientes, todos los discípulos originales excepto Juan, morirían también víctimas del odio y fanatismo nacido principalmente en el Sanedrín, órgano eclesial judío que se había convertido en el enemigo acérrimo del naciente cristianismo. Son ya más de dos mil años de aquel incidente tan triste y doloroso, donde un joven irreprensible y amado por todos, perdía su vida en manos de unos que decían tener la fe verdadera.

Pensar que una barbarie como estas podría ocurrir en pleno siglo 21, el siglo de la robótica, las comunicaciones y la nanotecnología, podría ser una locura, sin embargo, todos los días cientos de seguidores de Jesucristo son injuriados, perseguidos, encarcelados, apedreados, apaleados, incinerados y asesinados. En verdad, todas estas cosas en contra de los creyentes se han dado en forma constante desde la muerte de Jesús y Esteban hasta nuestros días. Y se seguirán dando hasta la venida de nuestro Salvador, desde mentiras pequeñas hasta acusaciones infundadas, torturas y asesinatos en masa. Sin embargo, la Biblia no nos dice que maldigamos a los que nos hacen mal sino al contrario, que hagamos tal como Jesús y Esteban hicieron en su agonía, es decir, interceder por perdón ante Dios por aquellos que les cortaban la vida.

Estudiando este pasaje de los capítulos 7 y 8 del Evangelio del Espíritu Santo (libro de los Hechos de los Apóstoles) encontramos dos factores coincidentes en lo que tanto Jesús como Esteban hicieron: 1) los dos predicaron el Evangelio confrontador, llamando a lo bueno, bueno y a lo malo, malo, sin adornos, ni saborcitos, ni colorcitos, ni florecitas. Llamaron pecadores a los que habían pecado y transgresores a los que habían transgredido la ley de Dios. No anduvieron por las ramas; y 2) en los instantes finales de vida, los dos intercedieron por sus asesinos, entonces, les fue mostrado el lugar celestial a donde iban a ir.

Y eso es lo que Jesús nos manda a hacer exactamente, ni mas, ni menos: 1) a predicar el Evangelio de la Verdad a toda persona con la que interactuemos, dejándole saber que si no se arrepiente de su vida pecaminosa y no tiene a Jesús en su vida, su destino final será el infierno, y 2) a declarar por fe que hemos sido comprados a precio de sangre y que nuestra vida no termina en esta tierra sino que continua en la eternidad, en la ciudad de las calles de oro, del mar de cristal, donde no hay más dolor, ni enfermedad ni muerte. 

Por lo tanto y gracias a ello, debemos interceder ante Dios por los escarnecedores, toda persona que nos haga mal, sea que hable mal de nosotros, que nos traicione, que levante calumnias, o que logre que nos despidan por causa de sus intrigas, sin importar si son hermanos o no de la fe, de la raza, etnia, país, estrato social, religión, etc., que sean. Mientras nos hacen daño, nos tiran piedras o lo que sea, tenemos que orar por aquellos que nos hacen mal, porque al hacerlo, los ponemos directamente en las manos del Todopoderoso, y Êl hará justicia, porque asi dice Su Palabra: "Mia es la justicia, Yo haré." 

Nuestra fe en Jesûs se basa en la doctrina de amor y perdón que el Señor vino a enseñarnos, y como seguidores que somos de Êl, lo debemos cumplir, auqnue en el intento nos hieran o nos maten. Pero si he de morir por causa del Evangelio de Cristo, entonces que muera.

Oración:
Señor mi Dios, dame Padre amado la determinación y la valentía para predicar Tu Palabra tal y cual como ella dice, sin temores o recelos de que qué será de mi si digo esto o aquello. Que la verdad acerca de Tu promesa de la vida eterna esté presente conmigo en mi pensamiento todos los días, en cada minuto, para no olvidarme que mi meta no es conseguir la gloria en este mundo mortal y finito, sino en la eternidad, contigo. Que cuando tenga que decir el mensaje que Tú me mandas a decir, lo diga tal y cual dice Tu Palabra, para que se arrepientan aquellos que tienen que hacerlo. Y si por predicar Tu Palabra, la infamia o la muerte llegan a mi vida, pues entonces que me despidan, o que me abandonen, o que me maten, porque como dijo Pablo, «para mí el vivir es Cristo y el morir es ganancia.» En el nombre de Yeshua HaMashiaj, amén.


ה
Μαρανάθα, Ιησούς έρχεται σύντομα.

Maranatha, Jesûs viene pronto.

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