“La Verdad os hará Libres. Parte I”
Por: CF Jara
Por: CF Jara
Lectura: Juan 8:32
«Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.» (RV 1995)
De los Semitas, Hebreo, Hebreos, Israel, Israelí, Israelita, Judío, Judaísmo y Sionismo.
Si usted le dice “judío” a una persona porque ha nacido en Israel, pero que no practica la religión judía, está cometiendo un gran error. Y aunque aquel israelita lo sabe, no le va a corregir, porque ellos prefieren que los gentiles, a quienes llaman “goyim”, (que significa que no son de su raza), permanezcamos en la ignorancia y creamos lo que ellos quieren que creamos. Sin embargo, y para la gloria de Dios, el estudio de la Biblia nos saca de esa ignorancia, como lo profetizó el Señor Jesûs.
Este estudio, que por su importancia es extenso y está compuesto de tres partes, es el resultado de más de siete años de escudriñar a diario de la Palabra, y lo queremos compartir para que aquellos que no conocen, conozcan. Pero por favor, no crean al autor del estudio, sino que usted mismo haga su propia investigación y pida al Espíritu Santo que le guie a toda verdad y a todo entendimiento. Dicho esto, empezamos.
Significado de los términos:
Los nueve términos o nombres citados arriba están en orden histórico y significan:
Semitas:
Se originan luego del Diluvio. Se dice de los descendientes de Sem, el primer hijo de Noé.
Hebreo:
Se dice del idioma hablado por todas las tribus de Israel y sus descendientes, hasta el día de hoy, con muchas variaciones importantes a través de los siglos. Su origen no está claro, e incluso se cree que nació en la región de Canaán. Cuando Josué y el pueblo entraron allí, los habitantes de esa región ya hablaban este dialecto. Entonces empezó una fusión entre el lenguaje local y el que se habría originado en los tiempos de Isaac, dando origen al idioma Hebreo como se conoce hoy.
Hebreos:
Se dice de aquellos que hablan el idioma Hebreo que se originó en los tiempos de Isaac, el hijo de la promesa de Dios a Abraham y Sarah, quienes a su vez son descendientes de Sem. Isaac tuvo a su hijo Jacobo, a quien DIOS le cambió el nombre a Israel. Jacobo tuvo doce hijos de los cuales descienden las doce tribus que conformaron la nación israelita, la misma que con el pasar de los años, fue desarrollando su propio idioma.
Se debe aclarar que Abraham, antes de tener a Isaac, tuvo otro hijo con su criada Agar, y lo llamó Ismael, del cual desciende el pueblo árabe, que también, por su descendencia, son Semitas. Por lo tanto, Israelitas y Árabes son medio hermanos o hermanastros.
Israel:
Es el nombre del pueblo que Dios escogió como suyo, de entre todas las naciones de la tierra, tal como se lee en Deuteronomio 7:6 «Porque tú eres pueblo santo para Jehová tu Dios; Jehová tu Dios te ha escogido para serle un pueblo especial, más que todos los pueblos que están sobre la tierra.»
El significado de “Israel” en hebreo es «el que lucha con Dios». El nombre fue dado por el ángel con el que Jacobo, el hijo de Isaac, peleó en el camino a Betel según el relato bíblico (Génesis 32: 22-28). Los eruditos han sembrado la idea de que Jacobo lucha con Dios, es decir, que Dios le acompaña en sus luchas. Sin embargo, si leemos todo el contexto, Jacobo estaba peleando en contra del ángel, no a favor ni junto con él. Entonces el ángel le cambia el nombre para que quede registrado el hecho de la testarudez de Jacobo de no soltar al ángel hasta que le diera lo que él quería, que era la bendición del Señor.
El reino de Israel lo conformaron las doce tribus descendientes de Jacobo, y que fueron divididas por Salomón cuando agonizaba. Las diez tribus asentadas al norte, en la región conocida como Samaria y Galilea, mantuvieron el nombre como el reino de Israel. Las restantes dos tribus, Judá y Benjamín, asentadas al sur, en la zona de Jerusalén se llamaron Judea, por el nombre de la tribu de Judá. De ahí viene el término gentilicio “judío”. En el año 700 antes de Jesûs, los ejércitos de Asiria invaden Israel y el reino del norte desaparece de la faz de la tierra como resultado de su desobediencia y rebeldía con Dios. En cuanto al remanente del reino de Judea, también fueron dispersos por el ejército romano en el año 70 d.C. a través de toda Europa, principalmente en España y más tarde, en las Américas.
Por ello, la nación bíblica de Israel (Eretz Yisrael) no existe, pues el pueblo hebreo semita que desciende de Jacobo fue dispersado por el mundo. Tampoco fue mandato de Dios que Su pueblo levantara una nación como lo que sucedió en 1948, porque la Biblia lo dice muy claro, Dios prometió a Israel la Tierra Prometida, que es la Nueva Jerusalén en la eternidad y a la cual el acceso era Jesûs, pero ellos no lo recibieron, sino que lo mataron. ¿Podría haber dejado Dios a los judíos libres y bendecidos después de haber hecho lo que hicieron con Su Hijo, con Êl mismo?
«Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.» (RV 1995)
De los Semitas, Hebreo, Hebreos, Israel, Israelí, Israelita, Judío, Judaísmo y Sionismo.
Si usted le dice “judío” a una persona porque ha nacido en Israel, pero que no practica la religión judía, está cometiendo un gran error. Y aunque aquel israelita lo sabe, no le va a corregir, porque ellos prefieren que los gentiles, a quienes llaman “goyim”, (que significa que no son de su raza), permanezcamos en la ignorancia y creamos lo que ellos quieren que creamos. Sin embargo, y para la gloria de Dios, el estudio de la Biblia nos saca de esa ignorancia, como lo profetizó el Señor Jesûs.
Este estudio, que por su importancia es extenso y está compuesto de tres partes, es el resultado de más de siete años de escudriñar a diario de la Palabra, y lo queremos compartir para que aquellos que no conocen, conozcan. Pero por favor, no crean al autor del estudio, sino que usted mismo haga su propia investigación y pida al Espíritu Santo que le guie a toda verdad y a todo entendimiento. Dicho esto, empezamos.
Significado de los términos:
Los nueve términos o nombres citados arriba están en orden histórico y significan:
Semitas:
Se originan luego del Diluvio. Se dice de los descendientes de Sem, el primer hijo de Noé.
Hebreo:
Se dice del idioma hablado por todas las tribus de Israel y sus descendientes, hasta el día de hoy, con muchas variaciones importantes a través de los siglos. Su origen no está claro, e incluso se cree que nació en la región de Canaán. Cuando Josué y el pueblo entraron allí, los habitantes de esa región ya hablaban este dialecto. Entonces empezó una fusión entre el lenguaje local y el que se habría originado en los tiempos de Isaac, dando origen al idioma Hebreo como se conoce hoy.
Hebreos:
Se dice de aquellos que hablan el idioma Hebreo que se originó en los tiempos de Isaac, el hijo de la promesa de Dios a Abraham y Sarah, quienes a su vez son descendientes de Sem. Isaac tuvo a su hijo Jacobo, a quien DIOS le cambió el nombre a Israel. Jacobo tuvo doce hijos de los cuales descienden las doce tribus que conformaron la nación israelita, la misma que con el pasar de los años, fue desarrollando su propio idioma.
Se debe aclarar que Abraham, antes de tener a Isaac, tuvo otro hijo con su criada Agar, y lo llamó Ismael, del cual desciende el pueblo árabe, que también, por su descendencia, son Semitas. Por lo tanto, Israelitas y Árabes son medio hermanos o hermanastros.
Israel:
Es el nombre del pueblo que Dios escogió como suyo, de entre todas las naciones de la tierra, tal como se lee en Deuteronomio 7:6 «Porque tú eres pueblo santo para Jehová tu Dios; Jehová tu Dios te ha escogido para serle un pueblo especial, más que todos los pueblos que están sobre la tierra.»
El significado de “Israel” en hebreo es «el que lucha con Dios». El nombre fue dado por el ángel con el que Jacobo, el hijo de Isaac, peleó en el camino a Betel según el relato bíblico (Génesis 32: 22-28). Los eruditos han sembrado la idea de que Jacobo lucha con Dios, es decir, que Dios le acompaña en sus luchas. Sin embargo, si leemos todo el contexto, Jacobo estaba peleando en contra del ángel, no a favor ni junto con él. Entonces el ángel le cambia el nombre para que quede registrado el hecho de la testarudez de Jacobo de no soltar al ángel hasta que le diera lo que él quería, que era la bendición del Señor.
El reino de Israel lo conformaron las doce tribus descendientes de Jacobo, y que fueron divididas por Salomón cuando agonizaba. Las diez tribus asentadas al norte, en la región conocida como Samaria y Galilea, mantuvieron el nombre como el reino de Israel. Las restantes dos tribus, Judá y Benjamín, asentadas al sur, en la zona de Jerusalén se llamaron Judea, por el nombre de la tribu de Judá. De ahí viene el término gentilicio “judío”. En el año 700 antes de Jesûs, los ejércitos de Asiria invaden Israel y el reino del norte desaparece de la faz de la tierra como resultado de su desobediencia y rebeldía con Dios. En cuanto al remanente del reino de Judea, también fueron dispersos por el ejército romano en el año 70 d.C. a través de toda Europa, principalmente en España y más tarde, en las Américas.
Por ello, la nación bíblica de Israel (Eretz Yisrael) no existe, pues el pueblo hebreo semita que desciende de Jacobo fue dispersado por el mundo. Tampoco fue mandato de Dios que Su pueblo levantara una nación como lo que sucedió en 1948, porque la Biblia lo dice muy claro, Dios prometió a Israel la Tierra Prometida, que es la Nueva Jerusalén en la eternidad y a la cual el acceso era Jesûs, pero ellos no lo recibieron, sino que lo mataron. ¿Podría haber dejado Dios a los judíos libres y bendecidos después de haber hecho lo que hicieron con Su Hijo, con Êl mismo?
Quienes levantaron el camino para que Israel llegue a ser nación en 1948 y convencieron al mundo para ello, son los judíos sionistas, unos descendientes del reino de Khazaria que llegaron a Palestina en el siglo 17 y que luego se mezclaron con los poquísimos judíos que quedaron de las dos tribus y que sobrevivieron a las diásporas, aprendieron todo, incluido la fe mosaica, y hoy por hoy se hacen pasar como judíos verdaderos, pero no son ni hebreos, ni semitas, sino los fundadores y miembros del partido político Sionista, y que son los causantes de todas las catástrofes que la humanidad ha sufrido y sufre desde que estos seres aparecieron sobre la faz de la tierra.
Israelí:
El gentilicio para el hombre o mujer nacido en la nación de Israel.
Israelita:
Secularmente, es el gentilicio para denominar así a todo aquel que ha nacido en el territorio que se conoce como Israel.
Bíblicamente, los Israelitas son el pueblo escogido por Dios. Sin embargo, es necesario mencionar que, Israel no es el territorio ‘per se’ sino el pueblo o nación de Dios como el conjunto de hombres y mujeres que aman, sirven y obedecen al Eterno y que buscan ser perdonados y reunidos por el Mesías Libertador. Por lo tanto, insistimos una vez más que la famosa reunión del pueblo de Israel en el territorio de la Palestina no es bíblica, pues la Tierra Prometida de la cual Dios habló a Israel no es aquel pedazo de territorio, sino la Eternidad, a través de Su Hijo Jesûs. Mas Êl a los suyos vino y los Suyos lo rechazaron.
Los Israelitas se han mantenido en constante rebeldía y desobediencia a los designios del Señor. Y Dios emitió Su juicio en contra de ellos cuando Jesûs profetizó la destrucción de Jerusalén y la dispersión de los Israelitas, mientras el Maestro entraba a la ciudad una semana antes de su crucifixión. Lucas cita la Palabra del Salvador en el capítulo 21, versículos 20-24:
«Pero cuando viereis a Jerusalén rodeada de ejércitos, sabed entonces que su destrucción ha llegado. Entonces los que estén en Judea, huyan a los montes; y los que en medio de ella, váyanse; y los que estén en los campos, no entren en ella. Porque estos son días de retribución, para que se cumplan todas las cosas que están escritas. Mas ¡ay de las que estén encintas, y de las que críen en aquellos días! porque habrá gran calamidad en la tierra, e ira sobre este pueblo. Y caerán a filo de espada, y serán llevados cautivos a todas las naciones; y Jerusalén será hollada por los gentiles, hasta que los tiempos de los gentiles se cumplan.»
El cumplimiento de los gentiles se dará en el Rapto o Arrebatamiento de la nueva Israel, la Iglesia redimida por la sangre del Cordero Santo. Jerusalén fue destruida por el general Tito en el siglo 70 de nuestra era, y terminó de dispersar a los israelitas por el mundo entero. Y así han de estar hasta la segunda venida de Jesucristo el Mesías, después de los siete años de la Tribulación. Así que hermanos, cuando usted lea: “orad por la paz de Israel”, eso quiere decir, orad por el pueblo de Jesûs, la nueva Israel.”
Judío:
Es el gentilicio para denominar así a los nacidos en la región de Judea, ubicada al centro de lo que hoy es el territorio de Israel.
Esta región empezó a ser llamada así luego de que los descendientes de Judá fueran ubicados a vivir allí después del éxodo de Egipto. En los días actuales, “judío” define a los practicantes de la religión judaica, pero los israelitas erróneamente se hacen llamar así. Y digo “erróneamente” pues el término “judío” describe a los que creen y practican la religión del judaísmo. Mas solo el 18% de la población israelí lo hace, mientras que el resto, se declara no practicantes, no creyentes y hasta ateos.
Es muy penoso afirmar que, en Israel, al igual que el resto de las naciones del mundo, se practican también toda clase de pecados, aberraciones y bestialidades. Por ello, la frase “orar por Israel” teológicamente no es correcta, pues no podemos orar por bendiciones para una nación pecadora, sino para que Dios les perdone las transgresiones. Si quiere orar, hágalo por el pueblo redimido por Jesûs, pues la nación de Israel y los israelitas, judíos, no judíos, creyentes o ateos tendrán su tiempo en el tiempo establecido por el Dios Santo.
Judaísmo:
Es el término que define a los practicantes de la religión judaica, quienes basan su fe en la Toráh, el Talmud, la Kábala, etc.
Los judíos ortodoxos son el genuino remanente descendiente de las dos tribus que quedaron después de la gran diáspora: Judá y Benjamín. Las restantes diez fueron dispersadas por el mundo después del año 70 d.C., de tal manera, que se desconoce por completo donde están y quienes son. Solo Dios sabe quién de nosotros puede ser descendiente de alguna de esas tribus, si es que lo somos. Pero si ya conocemos a Jesûs, no necesitamos probar si somos o no israelitas, porque en Jesús fuimos adoptados y acuñados en la Vid verdadera, aunque a los hermanos rabinos les disguste oír esta verdad.
Sionismo:
Se entiende por “sionismo” al movimiento étnico-político que se identifica primariamente como “judío” aun sin serlo.
Estaremos desarrollando más sobre este tema el “sionismo” en la segunda parte de estos estudios. Mientras tanto, reciba la bendición del Todopoderoso Dios Creador del Universo, Sanador de los pueblos, Restaurador de las almas, Hacedor de milagros y Maravillas, Cumplidor de promesas, Vencedor por siempre de la muerte, Libertador de aquellos que lo buscan en espíritu y en verdad, nuestro Rey y Salvador, Jesucristo.
Oración
«Padre eterno, gracias por todo el conocimiento y las revelaciones que nos compartes cada día, para que tengamos la verdad en nuestras vidas y no sigamos siendo engañados por las fuerzas del mal que han sometido a la humanidad desde que Tu creación empezó en el Edén. Ayúdanos a usar estas verdades para amarte más cada día y para que nuestra fe crezca más de tal forma que cuando venga el día malo ya anunciado, nos podamos mantener firmes en Tus promesas. Todo esto te lo pido en el santo nombre de Tu Hijo amado Yeshûa HaMashiah, amén y amén.»
התהילה היא רק של ישוע המשיח
La gloria es solo de Cristo Jesûs.
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"La Verdad os Hará Libres, Parte 1.” Bajar el Libro del Mes: |