El Gran Señor


El Gran Señor

Nuestro Pan Diario
12 Septiembre 2014
Lectura Diaria para hoy, Viernes 12: “El pequeño gigante”
(Poh Fang Chia)
Lea: 1 Samuel 17:32-37
«… [el Señor] me librará…» 1 Samuel 17:37

Biblia en un año: Proverbios 13–15; 2 Corintios 5

El imponente enemigo entra de repente en el valle de Ela. Mide 2,70 metros de altura, y su armadura, hecha de varias planchas pequeñas de bronce, brilla bajo los rayos del sol. La vara de su lanza está envuelta en cordeles, para que gire en el aire y pueda arrojarse más lejos y con suma precisión. Goliat parece invencible.

Pero David sabe que no es así. Aunque su adversario parezca un gigante y actúe como tal, comparado con el Dios viviente es pequeño. David tiene una perspectiva correcta del Señor y, en consecuencia, una visión apropiada de las circunstancias. Ve a Goliat como alguien que desafía a los ejércitos del Dios vivo (1 Samuel 17:26). Con confianza, aparece vestido de pastor delante del gigante, y armado tan solo con su cayado, cinco piedras y una honda. Su confianza no está en lo que él es, sino en quien lo acompaña (v. 45).

¿Qué «Goliat» estás enfrentando en este momento? Tal vez sea una situación imposible en el trabajo, una dificultad financiera o la ruptura de una relación afectiva con otra persona. Comparada con Dios, toda situación es insignificante. Nada es demasiado grande para Él. 

Las palabras de Carlos Wesley, el escritor de himnos, nos recuerdan: «La fe, la poderosa fe, la promesa ve y no mira otra cosa; se ríe de los imposibles y exclama que será hecho». Si el Señor desea librarte, puede hacerlo, y quizá lo haga de maneras que no esperas.

No le digas a Dios cuán grandes son los gigantes; dile a los gigantes cuán grande es tu Dios. 

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Sacrificio de muerte


Sacrificio de muerte

Nuestro Pan Diario
11 Septiembre 2014
Lectura Diaria para hoy, Jueves 11: “Nacido para rescatar”
(Dennis Fisher)
Lea: Marcos 10:35-45
«Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.» Marcos 10:45

Biblia en un año: Proverbios 10–12; 2 Corintios 4

Después del ataque terrorista a las Torres Gemelas en la ciudad de Nueva York, el 11 de septiembre del 2001, Cynthia Otto estuvo a cargo de los perros de búsqueda y rescate. Años después, fundó el Working Dog Center [Centro de perros trabajadores], donde los cachorros se entrenan de manera especial a fin de prepararlos para ayudar a víctimas de tragedias.

Otto comentó sobre estos animales de rescate: «Ahora hay muchísimas tareas para las que se usan los perros […], y pueden salvar vidas». También agregó que, algún día, esos cachorros proporcionarán una ayuda vital a las personas en medio de circunstancias amenazadoras. Han «nacido» para rescatar a otros.

La Biblia nos habla del Mesías, quien nació para rescatar a la humanidad de la pena del pecado. Lo que Él hizo está más allá de toda comparación terrenal. Hace 2.000 años, Dios tomó forma humana para hacer a nuestro favor lo que nosotros no podíamos llevar a cabo. Cuando Jesús se hizo hombre, entendió y proclamó que había nacido para rescatar (Juan 12:27). «Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos» (Marcos 10:45).

Alabemos a nuestro Salvador maravilloso, Jesucristo, que nació para salvar a todos los que acepten su ofrecimiento de salvación.

Cristo vino a buscar y a salvar a los perdidos.

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Amor Eterno


Amor Eterno

Nuestro Pan Diario
10 Septiembre 2014
Lectura Diaria para hoy, Miércoles 10: “Una carta asombrosa”
(Dave Branon)
Lea: Salmo 119:9-16
«… No me olvidaré de tus palabras.» Salmo 119:16

Biblia en un año: Proverbios 8–9; 2 Corintios 3

De vez en cuando, mi esposa y yo abrimos la correspondencia y encontramos una «carta» sin palabras. Cuando la sacamos del sobre, vemos un trozo de papel que lo único que tiene es una raya de color hecha con un rotulador. Esas «cartas» nos enternecen porque las envía nuestra nieta, de edad preescolar y que vive lejos. Aun sin palabras, esas misivas nos dicen que ella nos ama y que piensa en nosotros.

Todos valoramos las cartas de personas que nos aman y a quienes amamos. Por eso, es sumamente alentador que nuestro Padre celestial nos haya dejado una carta llamada Biblia. Su valor va más allá de las expresiones de poder, desafío y sabiduría.

Además de todas las historias, enseñanzas e instrucciones, este Libro también transmite la idea fundamental de que Dios nos ama y ha planeado cómo rescatarnos. Nos habla de su amor al supervisar nuestra existencia (Salmo 139), suplir nuestras necesidades (Mateo 6:31-34), consolarnos (2 Corintios 1:3-4) y salvarnos mediante el sacrificio de su Hijo Jesús (Romanos 1:16-17).

No te imaginas cuánto te ama Dios. Él lo expresa en el mensaje inspirado e inspirador que te ha dejado. Con razón el salmista escribió: «No me olvidaré de tus palabras» (Salmo 119:16). ¡Es una carta asombrosa!

La Biblia es la carta de Dios donde nos revela que nos ama.

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Infatigable


Infatigable

Nuestro Pan Diario
9 Septiembre 2014
Lectura Diaria para hoy, Martes 9: “Postura de comadreja”
(Jennifer Benson Schuldt)
Lea: 1 Samuel 28:5-6, 15-20
«[El Señor] no desfallece, ni se fatiga con cansancio…» Isaías 40:28

Biblia en un año: Proverbios 6–7; 2 Corintios 2

Las comadrejas son conocidas por su capacidad de hacerse las muertas: el cuerpo se les relaja, les cuelga la lengua y el ritmo cardíaco disminuye. Después de unos 15 minutos, el animal se reaviva. Lo interesante es que los expertos no creen que lo hagan intencionalmente para prevenirse de los depredadores, sino que, de manera involuntaria, ¡se desmayan cuando se sienten abrumadas o ansiosas!

Al final de su reinado, Saúl reaccionó de manera similar ante el peligro: «cayó en tierra cuan grande era, y tuvo gran temor por las palabras de Samuel; y estaba sin fuerzas» (1 Samuel 28:20). Lo hizo cuando el profeta Samuel le dijo que los filisteos atacarían Israel al día siguiente, y que Dios no iba a ayudarlos. Como la vida del rey se había caracterizado por la desobediencia, la precipitación y los celos, el Señor ya no lo guiaba (v. 16), y sus esfuerzos por defenderse él mismo y a los israelitas serían inútiles (v. 19).

Tal vez nos sintamos débiles y desesperados a causa de nuestra rebeldía o por las dificultades de la vida, pero, aunque la ansiedad nos quite la fuerza, el Señor puede renovarla si dependemos de Él (Isaías 40:31).

Dios «no desfallece, ni se fatiga con cansancio» (v. 28), y está dispuesto a extender su mano y reavivarnos cuando no podamos dar un paso más.

El secreto de la paz es poner toda ansiedad al cuidado de Dios.

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Persevera

Shalom shalom, que la paz de Dios te cubra en dondequiera que vayas. La perseverancia es la llave para éxito personal, profesional, ministerial. Sin ella es imposible alcanzar ningún logro por mas pequeño que éste sea.

El cansancio, el desánimo, la falta de fe y la pérdida de esperanza bloquean en el hombre su capacidad de levantarse en medio del cansancio, del abatimiento, de la enfermedad; Sin embargo, todas las obras monumentales que la humanidad ha levantado, sean en el campo que sean, han sido el producto final de la perseverancia.

Por lo tanto, si estás cansado, abatido, desanimado, mira a tu alrededor, encontrarás fracasos pero también logros; y éstos últimos sorprendentemente siempre serán más que tus fracasos; entonces recuerda que fueron los fracasos, los que te movieron a buscar con perseverancia aquello que llenó tu corazón de alegría.

Dios necesita de tu perseverancia, y mientras hagas tu parte, el hará la Suya, y tu vida será movida de gloria en gloria. Estás listo para un nuevo triunfo? (cfjg)

DIOS te bendiga.

Sembradores


Sembradores

Nuestro Pan Diario
8 Septiembre 2014
¿Qué siembro?
(Julie Ackerman Link)
Lea: Marcos 4:1-20
«… el que siembra justicia tendrá galardón firme.» Proverbios 11:18

Biblia en un año: Proverbios 3–5; 2 Corintios 1

La universidad donde estudié tiene una torre adornada con una escultura titulada El Segador. Debajo de la figura, aparece una inscripción tomada de Gálatas 6:7: «Todo lo que el hombre sembrare». La Universidad Estatal de Michigan continúa siendo un baluarte en investigación agrícola; no obstante, a pesar de los numerosos adelantos en las técnicas de labranza y la producción de granos, esta verdad permanece inamovible: las semillas de trigo no producirán frijoles.

Jesús empleó muchas metáforas agrícolas para explicar el reino de Dios. En la parábola del sembrador (Marcos 4), comparó la Palabra de Dios con semillas sembradas en diferentes tipos de terreno. Tal como se indica allí, el sembrador siembra de manera indiscriminada, sabiendo que algunas semillas caerán en lugares donde no van a crecer.

Al igual que Jesús, debemos sembrar semillas buenas en todo lugar y sin cesar. Dios es responsable de dónde caen y de cómo crecerán. Lo importante es que sembremos. El Señor no quiere que cosechemos destrucción; por eso, desea que sembremos lo bueno y recto (Proverbios 11:18). El apóstol Pablo amplió esta misma metáfora al advertirles a los creyentes que no sembraran semillas de corrupción, sino aquellas que produjeran la vida eterna (Gálatas 6:8).

La respuesta a «¿qué siembro?» es: «Siembra lo que quieras cosechar». Para que tu vida produzca una buena cosecha, siembra semillas de bondad.

Una semilla enterrada da fruto; una vida generosa recoge una cosecha eterna.

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