Id por el Mundo y Anunciar mi Mensaje

Devocional para hoy, Lunes 30 de Marzo, 2020.
“Id por el Mundo y Anunciar mi Mensaje”
Por: CF Jara

Lectura: Mateo 28:18-20
« Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.» (RV 1995)

El Jueves 15 de Noviembre del año 2007, me encontraba extasiado mirando desde el monte de las Bienaventuranzas, el hermoso atardecer sobre el mar de Galilea. Era mi primera visita a Israel, una gran bendición del Señor. Y en medio de ese sentimiento de agradecimiento, me imaginaba al Señor Jesûs al pie de esta colina, dando Su discurso-prédica-profecía más famosa: “El Sermón del Monte,” contenido en los evangelios de Mateo, capítulos 5, 6 y 7 y Lucas, capítulo 7, al cual también se lo llama “el Sermón del Llano.”

Hay incluso estudiosos que dicen que este discurso es el origen de las doctrinas izquierdistas socialistas porque reivindica a los pobres, menesterosos, desposeídos, rechazados y depreciados de la sociedad y les entrega la propiedad del reino de Dios en la eternidad, mientras que para los ricos de este mundo, les deja cuatro maldiciones pero sobre todo, la afirmación del mismo Jesûs de que será más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja que un rico entre en el reino de los cielos a vivir la vida eterna. (Marcos 10:25)

Y es que el dinero, tan ansiado por los ricos, es, según el mismo Señor Jesucristo, la fuente de todos los males (1 Timoteo 6:10). ¿Y por qué ser rico o querer ser rico es malo? Pues porque el dinero genera codicia y la codicia genera dinero y éste más codicia, y ésta mas dinero. Aquel envuelto en esta vorágine ya no puede dar marcha atrás y siempre querrá más. Pero como los procesos honestos para hacer dinero son muy lentos y limitados, entonces la opción son el enriquecimiento rápido pero ilícito a través de la corrupción en todas sus representaciones, incluso si esto le cuesta la vida a otros seres humanos. Recuerdo un dicho que escuche en alguna calle de New York allá por el año 1998: “el rico por la plata, a la madre mata.”

Ahora, estos espíritus de avaricia, codicia, ambición de poder y dinero, en algún momento abrirán la puerta para que el mismo Satanás se presente al individuo a ofrecerle todas las riquezas del mundo a cambio de su voluntad, su alma. Si Satanás (el Señor lo reprenda) tentó a Jesûs, ¿cómo no ha de tentar a los humanos simples mortales? Entonces estos individuos, poco a poco se integran a las diabólicas sectas de millonarios que se complotan para llevar a cabo inmorales estrategias cuyo objetivo principal es acumular más riquezas, más poder y más muertes a través de los abusos, hambrunas, pandemias, enfermedades, guerras, invasiones militares, golpes de estado, bloqueos económicos, especulaciones financieras, producción de alimentos contaminados, medicinas que sanan y enferman a la vez, doctrinas de odio, confrontación y degradación como el aborto, feminismo, homosexualismo, bestialismo, el ataque contra la familia y el matrimonio, el ataque, persecución y muerte a los seguidores de Cristo Jesûs y ahora, los encierros, la confinación y vacunación masiva de la población.

Estas bestialidades (y muchas otras) las vemos, pero hay otras tan terribles que no se ven ni se conocen por la mayoría, como los ritos satánicos a medianoche donde violan, matan y se comen el corazón y se toman la sangre de miles de niños que han mandado a secuestrar, en ceremonias que se practican frente a los altares de Baal, el mismísimo enemigo de Dios. La guerra de Satanás contra Dios es para arrebatarle las almas a través de estas acciones infernales que causan la muerte de millones de humanos, que mueren sin conocer de Jesûs, lo cual condena sus almas al infierno literal.

Pero, en medio de este escenario de terror ¿cómo, pues, invocarán a Jesûs aquellos que no creen en Êl? ¿Y cómo creerán en Jesûs si no han oído de Êl? ¿Qué estás haciendo tú para dejarles saber o recordarles del mensaje de esperanza y perdón de Jesûs a tus familiares cercanos y lejanos, a tus vecinos, compañeros de trabajo, de clase, y a aquellos que se cruzan en tu camino cada día?

Hermanos, me gustaría decirles otra cosa, pero no puedo mentir ni ocultar la verdad: el tiempo del Fin ya empezó. No hay marcha atrás, ya nada será igual nunca más, y lo que es peor, el escenario se pondrá peor cada día. El mundo se desploma en atropellada caída bajo la dirección de estos entes de maldad que quieren imponer el Nuevo Orden Mundial para provocar la aparición del Anticristo. Abre los ojos, sacúdete y prepárate, vuelve tus ojos, tu fe y tu vida a Jesucristo que es nuestra única esperanza.

En los tiempos de Noe, el profeta predicaba el arrepentimiento de la vida de pecado porque el Diluvio se venía. Y las gentes se burlaban y se daban en matrimonio, compraban casas, se iban de vacaciones, bailaban, cantaban y comían alegres y despreocupados. Y la lluvia llegó, las puertas del Arca se cerraron, las aguas hundieron todo, y todos fueron aniquilados. En estos tiempos, el escenario es igual, pues aún con la mortandad de la plaga y el encierro social, hay millones que no temen, se ríen, bailan, cantan, hacen planes para el futuro… No han entendido nada.

Querido hermano, hermana, por ello hoy te hago un llamado, despiértate tú que duermes, y levántate de los muertos, para que te alumbre la luz de Jesûs y puedas proclamar el evangelio de Jesús a los que andan en la oscuridad de la ignorancia o en la necedad del orgullo producto del dolor de experiencias traumáticas. Toma en serio la alerta de Dios, ya no hay tiempo porque se acabó. Tu misión de predicar el mensaje de Jesûs empieza hoy y terminará cuando el Señor venga a recoger a aquellos que perseveraron, que predicaron Su Palabra y que la guardaron hasta el fin. No creo que tú o nadie quieran quedarse a atestiguar los siete años de espanto que vienen sobre la tierra, a sufrir las cosas horrendas que el Apocalipsis anuncia, ¿verdad que no?

Dios te está haciendo el llamado hoy. Tú decides.

Oración
«Amado Padre celestial, gracias te doy por la vida, la salud, la provisión y la sabiduría. Tus promesas se cumplen cada día en nuestras vidas y así podemos descansar en Ti. Gracias por este mensaje, ayúdanos a ser valientes creyentes en Ti para predicar Tu mensaje de perdón y esperanza a aquellos que se han alejado o que no te conocen. Llénanos de pasión por Ti y por Tu Palabra, haznos instrumentos útiles, usa a Tu pueblo, Padre santo, porque los días del llanto y crujir de dientes ya han arribado sobre la tierra, y solo Tû eres nuestra esperanza, te rogamos en el nombre de Tu Hijo amado Yeshûa HaMashiaj, nuestro Rey y Salvador, amén y amén.»


התהילה היא רק של ישוע המשיח
DIOS te bendiga.

Lea la Biblia en un año: Romanos 10.