Si no has recibido todavía a Jesucristo en tu corazón, haz esta oración: Señor Jesús,declaro que eres el Hijo de DIOS. Reconozco que soy pecador. Creo que Tú moriste en la cruz por mis pecados y que resucitaste de entre los muertos al tercer dia. Perdóname y hazme una nueva criatura. Entra en mi corazón, yo te recibo como mi Señor y mi Salvador, escribe mi nombre en el Libro de la Vida y séllame con tu Santo Espíritu. En el nombre de Jesús, amén.
Confuso y avergonzado

Confuso y avergonzado
Lectura Diaria para hoy, Viernes 2 de Mayo: “Árbol
de reposo”
LEA:
Esdras 9:5-9
«...y dije: Dios mío, confuso y
avergonzado estoy para levantar, oh Dios mío, mi rostro a ti...» Esdras 9:6
El árbol solitario en el terreno frente a mi
oficina era un misterio. Se habían podado hectáreas de árboles para que el
agricultor pudiera cultivar maíz, pero uno seguía en pie, con las ramas
extendidas. Pronto el misterio del árbol sin cortar se resolvió. Me enteré de
que, tradicionalmente, los agricultores dejan un solo árbol en pie para que
ellos y sus animales tengan un lugar fresco donde descansar durante el calor
agobiante del verano.
A veces, descubrimos que somos los únicos que
sobrevivimos a algo y no sabemos por qué. A los soldados que vuelven de la
guerra y a los pacientes que han superado una enfermedad difícil les cuesta
entender por qué ellos sobrevivieron y otros no.
El Antiguo Testamento habla de un remanente de
israelitas a quienes Dios perdonó cuando la nación fue exiliada. Este grupo
conservó la ley del Señor y, más adelante, reconstruyó el templo (Esdras 9:9).
El apóstol Pablo se refería a sí mismo como parte del remanente divino (Romanos
11:1,5). Fue perdonado para transformarse en mensajero de Dios a los gentiles
(v. 13).
Si quedamos en pie mientras otros caen,
levantemos las manos al cielo en adoración y extendamos los brazos para proveer
sombra para los cansados. El Señor nos permite ser un árbol de reposo para los
demás.
La esperanza puede encenderse con una chispa de ánimo.
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Cosa nueva

Cosa nueva
Lectura Diaria para hoy, Jueves 1 de Mayo 2013: “Nuevos
comienzos”
Lea: Isaías 43:14-21
«He aquí que yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz; ¿no la
conoceréis?…» Isaías 43:19
Es posible tener un nuevo comienzo. Solo
pregúntale a Bernardo, un joven que se unió a una pandilla en la escuela
primaria. A los doce años, se fue de la casa, y hasta los quince, estuvo
perdido en robos y drogadicción. Aunque dejó la pandilla y volvió a su casa, le
resultó difícil porque lo habían expulsado de la escuela por vender drogas. Sin
embargo, cuando se inscribió en otra escuela secundaria, un profesor lo alentó
para que escribiera sobre sus experiencias, en lugar de repetirlas. El muchacho
aceptó el desafío y ahora está experimentando un nuevo comienzo.
A través del profeta Isaías, Dios también alentó
a los exiliados judíos a empezar de nuevo: «No os acordéis de las cosas pasadas, ni
traigáis a memoria las cosas antiguas» (Isaías 43:18). Les dijo que dejaran de pensar
en su castigo e incluso en su despliegue de poder en el primer éxodo de
Egipto, ya que deseaba que se concentraran en Él, quien les daría un nuevo
comienzo al llevarlos de regreso de Babilonia a su tierra en un nuevo éxodo (v.
19).
Con Dios, los nuevos comienzos son posibles en
nuestro corazón. El Señor puede ayudarnos a dejar atrás el pasado y empezar a
aferrarnos a Él. La comunión con Dios brinda una esperanza renovada a todos los
que confían en Él.
Dios produce un nuevo comienzo desde nuestros adentros.
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Asegúrate

Asegúrate
Lectura Diaria para hoy, Miércoles 30: “Demasiado
tarde”
Lea: Hebreos 4:1-11
«Temamos, pues, no sea que permaneciendo aún la promesa de entrar
en su reposo, alguno de vosotros parezca no haberlo alcanzado.» Hebreos 4:1
Sucede casi todos los semestres. Les digo a mis
alumnos de primer año del curso de Lengua y Redacción en la universidad que
tienen que mantenerse al día con las numerosas tareas, para aprobar la materia.
Pero casi siempre, algunos no me creen. Son los que me envían desesperados
e-mails después del último día de clase y me dan múltiples razones por no haber
podido cumplir con el trabajo. Detesto hacerlo, pero tengo que decirles: «Lo siento. Es demasiado tarde. Reprobaste la materia».
Ya es bastante malo que poco después de haber
ingresado a la universidad te des cuenta de que desperdiciaste muchísimo
dinero, pero hay un desenlace mucho más grave y permanente que se produce al
final de la vida si las personas no se ocuparon de solucionar con Dios el
problema del pecado. En esos casos, si alguien muere sin haber puesto su fe en
Jesucristo como Salvador, enfrenta una eternidad sin Él.
¡Qué momento terrible sería presentarse delante
del Salvador y oírlo decir: «Nunca os conocí; apartaos de mí» (Mateo 7:23)! El autor de Hebreos nos advierte
que debemos estar seguros de haber «alcanzado» (4:1) el reposo eterno que Dios nos
ofrece.
La buena noticia es que aún hay tiempo; no es
demasiado tarde. Hoy Jesús nos ofrece gratuitamente salvación y perdón por
medio de Él.
El
Calvario revela la gravedad de nuestro pecado y la grandeza del amor de Dios.
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Por qué estáis amedrentados?

Por qué estáis amedrentados?
Lectura Diaria para hoy, Martes 29: “Cristo en
la tormenta”
Lea: Marcos 4:33-41
«… ¿Por qué estáis así amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe?» Marcos 4:40
A los 27 años de edad, Rembrandt pintó la escena
Cristo en la tormenta en el mar de Galilea, basada en la historia de Marcos 4.
Con su distintivo contraste de luz y sombra, el cuadro muestra un bote pequeño
que corre peligro de ser destruido por una furiosa tormenta. Mientras los
discípulos luchan contra el viento y las olas, Jesús permanece impasible. No
obstante, lo más extraño es la presencia en el bote de un décimo tercer
discípulo, el cual, según los expertos en arte, se parece a Rembrandt.
El evangelio de Marcos describe la impresionante
lección que los discípulos aprendieron sobre quién es Jesús y lo que puede
hacer. Mientras ellos trataban desesperadamente de impedir que el bote se
hundiera, Jesús dormía. ¿No le importaba que estuvieran todos a punto de morir?
(v. 38).
Después que Jesús calmó la tormenta (v. 39), les
hizo esta aguda pregunta: «¿Por qué estáis así amedrentados? ¿Cómo no
tenéis fe?» (v.
40). Entonces, el temor en ellos aumentó, y se gritaban unos a otros: «¿Quién es éste, que aun el viento y el mar le
obedecen?» (v.
41).
Nosotros podríamos ubicarnos en esta historia y
descubrir, tal como lo hicieron los discípulos de Jesús, que Él revela su
presencia, compasión y control en todas las tormentas de la vida.
Dios es un refugio seguro en las tormentas de la vida.
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