Jesús Camuflado

Devocional para Hoy
Viernes 27 de Octubre, 2017.

“Jesús Camuflado”
(Por: Amy Boucher Pye)
Editado por: CF Jara)

Leer: Mateo 25:31-40
«… en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis.» Mateo 25:40

Una amiga se ocupaba de cuidar a su suegra, la cual –por su estado de salud- ya no salía más de su casa. Un día mi amiga le preguntó qué era lo que más deseaba, y su suegra le contestó: «Que me laven los pies». Mi amiga admitió: «¡Odio hacer ese trabajo! Cada vez que me pedía que lo hiciera, no me gustaba, y le rogaba a Dios que ella no se diera cuenta de mi actitud». Pero, un día, su mala actitud cambió en un instante. Ella me comentó que cuando tomó el recipiente y la toalla, y se arrodilló delante de su suegra: «Miré hacia arriba y, por un momento, sentí que estaba lavando los pies de Jesús mismo. ¡Jesús se había camuflado en ella!». Mi amiga dice que desde entonces, el lavar los pies de de su suegra fue un honor, y lo hizo así hasta cuando su suegra falleció.

Cuando escuché este relato conmovedor, pensé en la historia que relata Mateo 25:40 sobre el final de los tiempos, cuando Jesús se encontraba en la ladera del monte de los Olivos. En esta historia, el rey recibe en su reino a sus hijos y les dice que, cuando visitaron a los enfermos y alimentaron a los hambrientos, «en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis». Jesús ciertamente se estaba refiriendo a Êl mismo y a la posibilidad de que tengamos la bendición maravillosa e inigualable de encontrarnos con Êl mismo en nuestros actos de amor, compasión, solidaridad y altruismo para con otros.

Jesús hace hincapié varias veces en el Nuevo Testamento que el verdadero cristianismo consiste en amar a Dios sobre todas las cosas y en servir a otros a través de sencillos pero sinceros actos de amor como visitar a los presos y enfermos, donar comida o ropa a los necesitados, asistir con nuestra presencia y nuestros bienes tanto materiales como financieros a los que necesitan una ayuda o han caído en desgracia. Cuando servimos a los demás, servimos a Jesús.

Oración:
Señor mi Dios, que hermosa e inigualable experiencia sería encontrarme contigo frente a frente. Y cuánta esperanza nos das en Tus enseñanzas de que es una posibilidad real el que podemos verte a través de nuestras demostraciones de amor y compasión con aquellos que nos extienden su mano. Ciertamente Tú caminas con los relegados por el mundo, los indigentes, los humildes, los inmigrantes, los pobres, los desposeídos, los maltratados, los drogadictos, los alcohólicos, los que esperan en su sentencia de cadena perpetua o de muerte, los secuestrados y sometidos a la esclavitud sexual, los desahuciados y aquellos que viven atados a máquinas; y todos aquellos que despiertan día a día sin esperanza porque no tienen que comer ni donde dormir. Pon en mi corazón un amor inmenso e inacabable, te suplico, para amar en Tu nombre a los que sufren estas tragedias y a compartir con ellos no de lo que me sobra sino de lo que necesito; que pueda yo tener esa bendición maravillosa de verte en los rostros de los necesitados, te lo pido mi Dios humildemente en el nombre de Tu Hijo Yahshua HaMashiaj, amén y amén.


DIOS te bendiga.
Lea la Biblia en un año: Jeremías 3–5; 1 Timoteo 4

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Unidos en Cristo

Devocional para Hoy,
Miércoles 25 de Octubre, 2017.

“Unidos en Cristo”
(Por: Amp)
(Editado por: CF Jara)

Versículo para hoy: Marcos 3:13-19
«Y estableció a doce, para que estuviesen con Êl, y para enviarlos a predicar.» Marcos 3:14

Lea la Biblia en un año: Colosenses 1

Cuando nos encontramos con las listas de nombres en la Biblia, tal vez nos vemos tentados a pasarlas por alto. Sin embargo, allí podemos encontrar algunos tesoros, como en la lista de los doce apóstoles a quienes Jesús llamó para que sirvieran en Su nombre. Muchos son conocidos: Simón, a quien Jesús llamó Pedro; Jacobo y Juan, que eran hermanos y pescadores; Judas Iscariote, el traidor. Pero es probable que no tengamos en cuenta que Mateo, el publicano, y Simón, el zelote, quizá fueron enemigos anteriormente.

Mateo cobraba impuestos para Roma; por lo tanto, los demás judíos consideraban que colaboraba con el enemigo. Los recaudadores de impuestos eran despreciados por ser corruptos y por exigir que el pueblo judío diera dinero a otra autoridad aparte de Dios. Por otra parte, antes del llamado de Jesús, Simón, el zelote, era miembro de un grupo de judíos nacionalistas que odiaban a Roma y buscaban destruir su poder. Aunque Mateo y Simón tenían convicciones políticas diferentes, los Evangelios no documentan que discutieran o pelearan.

Este hecho refuerza la enseñanza de Jesús acerca de que debemos amar también a aquellos que son, piensan y/o actúan diferente a nosotros, sean o no cristianos, de la misma o de otra denominación. El hecho de haber sido salvados por Jesús nos debe de hacer capaces de entender la multiforme creación de Dios en todas sus dimensiones, sea en lo alto, en lo bajo, en lo ancho y en lo profundo, en todas sus formas, diseños, colores y tamaños. Así mismo son los multiformes modelos de hombres y mujeres que habitan sobre la tierra y que fueron creados por Dios, a Su gusto e imagen. Todos y cada uno de ellos son como son, caminan como caminan, hacen como hacen, oran como oran, por la gracia y la voluntad del Creador. Y si a Êl le place, entonces está bien.

De ahí que hacer exclamaciones nacionalistas exacerbadas por el país de donde venimos o asumir posiciones políticas y defenderlas más que a la misma Palabra, contradice lo que sucedió entre aquellos que fueron llamados por el Señor Jesús. Los que hemos sido redimidos por la sangre del Cordero, fuimos dados una nueva identidad en Su nombre, tenemos una nueva historia. Cuando fijamos nuestros ojos en Cristo, podemos desarrollar unidad con los demás seres humanos mediante los lazos del Espíritu Santo. Nuestra mayor lealtad debe ser a Cristo, quien dio Su vida para que podamos coexistir en unidad unos con otros y con toda la creación.

Oración:
Dios Trino, Excelso Dios, Tú existes en perfecta armonía: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Que tu Espíritu Santo nos enseñe a coexistir de la misma manera con nuestros semejantes y con tu inmensa creación. Que el color de nuestra piel, de nuestros cabellos u ojos, o la nacionalidad humana, o los bienes económicos no nos separen de los otros, peor aún la fe que cada quien profesa. Que los gustos por la música, la literatura, el arte, la danza -que existen porque Tú mismo lo permitiste- sean elementos de unión, de gozo, de respeto, de convivencia plena unos con otros. Que nos acordemos siempre que la forma más poderosa de predicar es cómo actuamos y lo qué hacemos, más que lo que decimos. Ven Señor y vive en mi, habita en nosotros Tu pueblo, para que nuestros testimonios sean suficientes para traer a las almas a Tus pies, en el nombre bendito de Yeshua HaMashiaj, amen.


La gloria es de Cristo Jesús, por siempre y para siempre.

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DIOS nos prosperará.

Devocional para Hoy,
Lunes 23 de Octubre, 2017.

“DIOS nos prosperará”
(Por: CF Jara)

Versículos para hoy: Nehemías 2:1-20
«…. El Dios de los cielos, él nos prosperará, y nosotros sus siervos nos levantaremos y edificaremos, porque vosotros no tenéis parte ni derecho ni memoria en Jerusalén.» Nehemías 2:20
Corría el año 445 a.C. en el reinado de Persia. Nehemías era el copero del rey Artajerjes. Su corazón se compungió cuando oyó a su hermano Hacalías y a otros que habían regresado de Judea, hablar acerca del lamentable estado tanto del pueblo de Israel como de la ciudad de Jerusalén. Entonces Nehemías dobló sus rodillas y le oró a YHWH para que le diera gracia para con el rey, pues sentía ir a reconstruir su ciudad y a ayudar a su pueblo. Y Dios cubrió con Su gracia a Nehemías de tal forma que el rey le concedió todo lo que él pidió. Nehemías emprendió el viaje; llegó a Judea y encontró a su pueblo sumido en hambre y miseria y a Jerusalén con sus muros y puertas destruidos por el fuego. Y el profeta empezó la reconstrucción. Sin embargo de lo grande y bendecido que eran los propósitos de Nehemías, pronto del mismo pueblo se levantó odio, oposición y escarnio. Meditando en esta historia bíblica, recordé otra que le sucedió a Martín, un misionero y querido amigo mío.

Muchas veces en la misma iglesia del Señor se dan situaciones donde a aquellos que traen el bien, se los odia gratuitamente, ataca, juzga y traiciona. Martín trabajó 5 meses como voluntario a tiempo completo preparando todo el material para aquel viaje, lo cual trajo «vida y bendición a mucha gente». A pesar de ello, la líder local sin ningún motivo aparente, en lugar de mostrar agradecimiento, levantó odio, oposición y escarnio en contra de Martín. Debido a ello, mi amigo fue cuestionado, aislado del programa, criticado y juzgado por sus propios compañeros. Mas él oró ante Dios por aquella líder, la perdonó e intercedió por ella por perdón y bendición.

Martín sigue sin saber nada acerca de su futuro en la organización, -pero me confesó- está en paz y cree sólidamente que Dios lo honrará a Su debido tiempo. La acción de Martín me ha inspirado a escribir este mensaje.

Cuatrocientos cincuenta años después de Nehemías, Jesús nos enseñó que el amor y el perdón constantes y permanentes deben ser nuestra forma de vida. Cuando amamos y perdonamos en todo momento, demostramos nuestro amor por Dios en forma genuina, transparente e íntegra. Y YHWH estará con nosotros siempre, nos defenderá siempre y nos prosperará, pero sobre todo, podremos declarar ante los que nos hicieron mal lo que Nehemías declaró ante sus odiadores:
«El Dios de los cielos, Êl nos prosperará, y nosotros Sus siervos nos levantaremos y edificaremos, porque vosotros no tenéis parte ni derecho ni memoria en Jerusalén.» (Nehemías 2:20)

Oración:
Padre amado, gracias te doy Señor por haber enviado a Tu Hijo Jesucristo para enseñarnos no solo con Sus parábolas sino con Su ejemplo y testimonio, que el camino para tener una vida de plenitud es la práctica constante del amor y perdón hacia los otros. Señor Jesús, aún en Tu tiempo de agonía y dolor terrible, perdonaste e intercediste por aquellos que te acusaron y crucificaron para muerte ante el Padre Eterno. Hazme propicio Señor en Tus enseñanzas, para que pueda yo honrar el sacrificio que hiciste por mí, te lo ruego humildemente en Tu nombre Santo y Todopoderoso, en el nombre de Yeshua HaMashiaj amén.


La gloria es solo de Cristo Jesús.
DIOS te bendiga.

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