"El Alfa-rero, parte II."

Viernes 28 de Octubre, 2016.

Nuestro Pan Diario
“El Alfa-rero, parte II”
(Por CF Jara)

Versículo para hoy: Isaías 64:1-12
«Ahora pues, Jehová, tú eres nuestro padre; nosotros barro, y tú el que nos formaste; así que obra de tus manos somos todos nosotros.» Isaías 64:8

Lea la Biblia en un año: 1 Timoteo 6

En el devocional de este pasado Lunes 24, habíamos compartido la génesis de la palabra “alfarero” y por revelación del Espíritu Santo, encontramos que esta palabra se refiere «al iniciador de todas las cosas en el barro.» Que puede ser más excepcional que el trabajo del Espíritu de Dios revelándonos las cosas maravillosas que están escritas: Jesucristo es el alfarero, es el iniciador de todas las cosas en nuestras vidas, y todas esas cosas las propicia moldeando el barro del cual estamos formados; Adán es el único hombre hecho directamente por la mano del Creador, y Eva y toda la humanidad descendemos de la costilla de Adán, cuyo material genético por supuesto, proviene del barro.

Y esa es la naturaleza de la creación del Altísimo, que en los unos casos, de la nada, y en los otros de algo tan sustanciosamente humilde como el barro, dio origen a Su majestuosa creación. Luego nosotros, ¿no hemos de emular esa enseñanza magnífica de Dios de que en la sencillez, humildad, escasez, simplicidad, etc., está el poderoso portento creador y multiplicador del Hacedor de nuestros días?

En esta hermosa oración del capítulo 64, Isaías intercede por un pueblo pecador cuyos actos de justicia son menos que un trapo de inmundicia (v.v.6), y no por nuestro origen, sino por lo que hacemos con nuestras manos y lenguas. Sin embargo, el profeta acude a una de las identidades de Dios como el alfarero de Su creación: Él diseñó a los hombres y mujeres perfectos, pero las obras del pecado nos afean. Por ello necesitamos la labor redentora del Espíritu Santo para que nos redarguya del camino equivocado que estamos siguiendo y donde nos hemos mezclado con pajas, ramas secas, hojarascas, piedrecillas, etc., que han opacado muestro brillo y han alterado nuestro diseño.

Entonces la mano del Alfarero nos recogerá amorosa, nos llevará a Su casa, nos pondrá sobre la rueda y re-empezará Su obra. Algunas veces será una corrección rápida, pero otras nos quebrará del todo; algunas veces el arreglo será indoloro, pero en otras nos dejará deformes por algún tiempo mientras cuaja la humedad; sin embargo, cualquiera que sea la circunstancia y luego de pasar por la rueda y salir del horno, habremos recuperado la hermosura de Su santidad, la preciosura de Su arte, la originalidad de Sus diseños, la magnificencia de Su creación.

Oración: Señor santo eres por los siglos de los siglos, mi Dios amado. A esta hora quiero rogarte Señor, en un clamor lleno de humildad, que perdones las obras de mis manos y mi lengua que han afeado Tu diseño en mí. Rómpeme Señor, si te es necesario, pero cámbiame, no quiero ser igual, quiero ser digno de pronunciar Tu santo Nombre todos los días de mi vida, en el nombre de Jesús, amen.

La gloria es de Cristo Jesús, por siempre y para siempre.

Encuentre más lecturas edificantes en Nuestro Pan Diario
Ministerios Cristianos Mundiales “Îshu-nejar”
http://www.ministeriosishunejar.com

"Este regalo"

Miércoles 26 de Octubre, 2016.

Nuestro Pan Diario
“Este regalo”
(Por David h. Roper)

Versículo para hoy: 2 Corintios 12:6-10
«… me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.» 2 Corintios 12:9

Lea la Biblia en un año: 1 Timoteo 5

Hace varios años, escribí un ensayo sobre mi colección de diferentes bastones y trípodes, y pensaba que, algún día, tal vez tendría que usar un andador para caminar. Bueno, ese día ha llegado. Una combinación de problemas lumbares y neuropatías periféricas me han dejado empujando un andador de tres ruedas. No puedo hacer caminatas, ni pescar ni hacer muchas cosas que me encantaban.

Sin embargo, estoy tratando de aprender que mi limitación es también un regalo de Dios, y es con este regalo que tengo que servirlo. Este regalo y no otro. Lo mismo se aplica a todos nosotros, sean nuestras limitaciones emocionales, físicas o intelectuales. Pablo llegó a decir que se gloriaba en su debilidad, para que se manifestara en él el poder de Dios (2 Corintios 12:9).

Considerar de este modo nuestras limitaciones nos permite cumplir nuestras obligaciones con confianza y valor. En vez de quejarnos, sentir lástima de nosotros mismos o aislarnos, nos ponemos a disposición del Señor para cumplir con sus propósitos.

No tengo idea de qué planea Él para ti y para mí, pero no debemos preocuparnos. Nuestra tarea hoy es aceptar las cosas como son y estar contentos. En el amor, la sabiduría y la providencia de Dios, esta situación es lo mejor para nosotros. El contentamiento te permite crecer donde Dios te ha plantado.

Oración: Señor mi Dios, confío en que Tú me darás todo lo que necesite cada día, cuando mis capacidades físicas se vayan reduciendo poco a poco, confío en que Tú me enviarás la provisión, la fortaleza, la conformidad y sobre todo, la fe, para darte la honra, el honor y la gloria, aun cuando mis ojos, mis oídos y mis huesos estén envejeciendo; y que por encima de mis propias limitaciones, yo no deje de compartir nunca con otros Tu mensaje de esperanza, te lo ruego en el nombre de tu amado Hijo Jesús, amen. -CF Jara-

La gloria es de Cristo Jesús, por siempre y para siempre.

Encuentre más lecturas edificantes en Nuestro Pan Diario
Ministerios Cristianos Mundiales “Îshu-nejar”
http://www.ministeriosishunejar.com

"El Alfa-rero"

Lunes 24 de octubre, 2016.

Nuestro Pan Diario
“El Alfa-rero”
(Por CF Jara)

Versículo para hoy: Jeremías 18:1-17
«Levántate y vete a casa del alfarero, y allí te haré oír mis palabras.»Jeremías 18:2

Lea la Biblia en un año: 2 Tesalonicenses 1

El idioma español tiene un sistema para ‘verbalizar’ algunos sustantivos comunes y nombrar a algunas ‘profesiones’ o especializaciones laborales, como por ejemplo, a aquel que trabaja con madera se lo llama ‘maderero’, a aquel que trabaja con leche, ‘lechero’, con los zapatos, zapatero, etc., etc. Entonces si se sigue esta regla, a aquel que trabaja con el barro se debería llamar ‘barro-ero o barrero’. Sin embargo, el sustantivo asignado es “alfarero”. Si analizamos en inglés, la traducción para aquel que trabaja con el barro es “potter”, que significa “hacedor de recipientes”. Y en hebreo, el sustantivo usado significa ‘diseñador [יָצַר – yâtsar]’.

Podemos ver entonces que en los dos idiomas analizados hay cierta cercanía en la definición: ‘hacedor y diseñador’. En español en cambio, la inclusión en la raíz de la palabra “alfa” podría significar, de acuerdo a la lectura del capítulo 18 de Jeremías, una revelación específica para aquellos que tenemos al español como lengua materna. El Señor Jesús dice en Apocalipsis 1:8 y 22:13 «Yo soy el alfa y la omega.» La palabra ‘alfa’ según el Diccionario de la RALE, tiene origen en el idioma griego y significa: “el principio de todo”. Si aplicamos entonces a este estudio etimológico, ‘alfarero’ sería ‘el principiador de todo’, ‘uno que trabaja con barro’. La revelación a la que hago referencia se da cuando relacionamos esto con Dios, pues si recordamos en el libro de Génesis, Adán fue hecho por Dios del barro y de él venimos Eva y el resto de la humanidad. Por lo tanto, los humanos somos por antonomasia, las vasijas, los vasos, los recipientes hechos por Dios que en algún punto necesitaremos ser corregidos y rediseñados una o las veces que sean necesarias, antes de ser llenados con el agua de la vida eterna.

Dios nos hizo del barro, y Su Hijo Jesucristo es quien forma, diseña y re-diseña la creación de Su Padre. Jesús devolvió la vista al ciego aplicando sobre los ojos de éste, una masilla hecha de barro y Su saliva (Juan 9:6). Jesús corrigió un defecto de nacimiento, pues el hombre nació ciego y aquel que trabajó con el barro corrigió el defecto. En Jeremías 18, Dios nos recuerda que tenemos una jornada constante por la casa del alfarero debido a nuestros defectos con los que venimos cuando nacemos de nuevo luego de recibir a Jesús como nuestro Señor y Salvador. Y muchas veces esos defectos no pueden ser reparados con una pequeña masilla, sino que el alfarero debe rompernos, volvernos a una masa de barro deforme, ponernos en la rueda para hacer Su diseño con nosotros. Este es el proceso donde nos duele hasta los huesos, lloramos a más no poder y exclamamos sin comprender “¿por qué Señor, por qué?”.

Es posible que estés pasando a esta hora por un “re-diseño” divino y te estén doliendo ‘hasta las raíces del cabello’, y como no puedes más, estás pensando en salirte de la rueda. Mi clamor con todo respeto y humildad es que no te salgas, quédate ahí, confía, deja que el Alfarero de alfareros te haga de la forma como Él te quiere. Cuando Dios termine, te mirarás al espejo de la vida y te gozarás con esos nuevos dones y talentos que el Señor ha activado para tu vida total: tu familia, tu matrimonio, tu casa, tu trabajo, tu negocio y tu ministerio.

Oración: Señor mi Dios, gracias por ser el Alfarero de mi vida. Ayúdame a recordar siempre que cada vez que sienta los intensos dolores de las pruebas y tribulaciones, que yo no confiese ni declare desazón, desconcierto o tristeza, sino que recuerde la enseñanza a Tu profeta Jeremías, de que nos es necesario ir a la casa del alfarero y pasar por la rueda del rediseño, de la ruptura, de la demolición para poder ser limpiados de las pajas, asperezas e impurezas que nos afean para así ser llenos de Tu vino y aceite nuevos, que renueven y potencien nuestra vida y nuestro servicio, en el nombre de Jesús. -CF Jara-

La gloria es de Cristo Jesús, por siempre y para siempre.

Encuentre más lecturas edificantes en Nuestro Pan Diario
Ministerios Cristianos Mundiales “Îshu-nejar”
http://www.ministeriosishunejar.com