El Ancla

¿Quién me sostendrá en lo mas duro de la tormenta? ¿Quién me librará del ataque de mis enemigos? ¿Quién pondrá para mi mesa, delante de mis escarnecedores? Cristo Jesús es la respuesta, solo Él. 

Si estás buscando ayuda, respuestas, sosiego, sanación, liberación, un milagro, busca a Jesús, el ancla de tu vida. (cfjg)


DIOS te bendiga.

Allá en el cielo

Nuestro Pan Diario

Lectura para hoy, Viernes 7: “Multiplicarlo”
"Anne Cetas"
Lea: Apocalipsis 22:1-5

« Y no habrá más maldición…» Apocalipsis 22:3

Biblia en un año: Jeremías 40–42; Hebreos 4

Amalia había batallado contra el cáncer durante cinco años. Un día, el doctor le dijo que los tratamientos no estaban funcionando y que le quedaban pocas semanas de vida. Buscando alguna explicación y certeza de la vida eterna, Amalia le preguntó al pastor de su iglesia: «¿Cómo será el cielo?».

Él le preguntó qué le gustaba más en la vida, y ella respondió: las caminatas, los arcoíris, los amigos fieles y las risas de niños. Entonces, Amalia preguntó anhelante: «¿Quiere decir que allí tendré todas estas cosas?».

El pastor respondió: «Creo que tu vida será mucho más hermosa y asombrosa que todo lo que hayas amado o experimentado aquí. Piensa en lo mejor que tienes ahora y multiplícalo sin límite. Yo creo que el cielo será así».

La Biblia no describe con detalle cómo será la vida en la eternidad, pero sí afirma que estar con Cristo en el cielo es «muchísimo mejor» que nuestras circunstancias actuales (Filipenses 1:23). «Y no habrá más maldición; y el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán» (Apocalipsis 22:3).

Y lo mejor de todo es que veremos al Señor Jesús cara a cara. Él satisfará nuestros anhelos más profundos.

Estar con Jesús para siempre es la felicidad en su máxima expresión.

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El Valiente Victorioso

« SI ALGUNO QUIERE VENIR EN POS DE MI, NIÉGUESE A SI MISMO, TOME SU CRUZ CADA DÍA, Y SÍGAME.» (Lucas 9:31).

PARA SEGUIR A JESÚS NECESITAMOS VALENTÍA. EL SEÑOR SABE QUE NO ES FÁCIL IGNORAR LO QUE EL MUNDO OFRECE; QUE LA CRUZ DEL LLAMADO ES DURA Y QUE LAS LÁGRIMAS DEL DESPRECIO NO FALTARÁN; MAS CON CRISTO JESÚS A NUESTRO LADO, NUESTROS LUJOS Y COMODIDADES ESTÁN EN LOS CIELOS; LA CARGA SE ALIGERA Y LAS LÁGRIMAS QUE DERRAMAMOS SE CONVIERTEN EN PIEDRAS PRECIOSAS QUE DEPOSITAMOS A SUS SANTOS PIES.

SER SEGUIDOR DE JESÚS ES EN SUMA, SOLO PARA LAS Y LOS VALIENTES, PORQUE NUESTRO COMANDANTE EN JEFE, ES EL VALIENTE DE LOS VALIENTES, ES JESÚS, EL JINETE VICTORIOSO.

Formidable y maravillosa Creación

Nuestro Pan Diario
 Lectura Diaria para hoy, Jueves 6: “Caballo de fuerza”
(Dave Branon)
Lea: Job 39:19-25

«Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras…» Salmo 139:14

Biblia en un año: Jeremías 37–39; Hebreos 3

Piensa un instante en la fuerza, la belleza y la majestad de un caballo galopando: su cabeza en alto, la cola desplegada al viento y las patas moviéndose coordinadamente para lograr velocidad, potencia y gracia.

¡Qué ejemplo maravilloso de la extraordinaria creación divina! Dios no solo lo creó para que lo disfrutemos y nos asombremos, sino también para complementar a la raza humana (Job 39). Adecuadamente entrenado, este animal no tiene temor cuando hace falta un compañero valiente. Se utilizaba para transportar de manera rápida (v. 24) y fiel a la guerra a los soldados con esperanzas de triunfo (v. 25).

Aunque Dios estaba utilizando la creación para enseñarle a Job sobre su soberanía, este pasaje también puede recordarnos nuestra importancia en el mundo. No somos creados simplemente como seres hermosos con una tarea que cumplir, sino como criaturas hechas a imagen de Dios. La fuerza del caballo es asombrosa, pero el valor de cada ser humano trasciende el de todas las demás criaturas.

Dios nos creó de manera singular para relacionarnos con Él y vivir en su presencia para siempre. Alabamos al Señor por la magnificencia de la naturaleza, pero también nos llena de temor reverente que fuimos hechos «asombrosa y maravillosamente» (Salmo 139:14 lbla).

De todo lo creado por Dios, solo los humanos experimentan una nueva creación.

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Menor Soy

Nuestro Pan Diario

Miércoles 5: Lectura Diaria para hoy: "Menor que todas"
(David H. Roper)
Lea: Génesis 32:3-12

«Menor soy que todas las misericordias y que toda la verdad que has usado para con tu siervo…» Génesis 32:10

Biblia en un año: Jeremías 34–36; Hebreos 2

A diferencia de aquellos que se creen importantes, Jacob sabía que el pecado lo había arruinado (Génesis 32:10). Se consideraba indigno de la gracia de Dios. Había engañado a su hermano Esaú para robarle la primogenitura (cap. 27), y este lo odiaba. Años más tarde, Jacob volvía a enfrentarse con él.

«Menor soy que todas las misericordias» (v. 10), oró Jacob. Al usar la palabra «menor», se refería al objeto más pequeño que existía. «Líbrame, te ruego…» (v. 11 lbla).

¡Qué extraño ver estas dos frases juntas: Menor soy que todas las misericordias […]. ¡Líbrame! No obstante, Jacob podía rogar por misericordia porque su esperanza no dependía de su dignidad personal, sino de la promesa del Señor de mirar con gracia a aquellos que se postran a sus pies. La humildad y la contrición son las llaves que abren el corazón de Dios. Alguien dijo que la mejor disposición para orar es desnudar el alma; clamar desde lo más profundo del ser. Esto brota del interior del que reconoce su profunda depravación.

Tales oraciones las ofrecen aquellos que están plenamente convencidos de su pecado y vergüenza, y de que la gracia de Dios se extiende a los pecadores que no merecen nada.

El Señor oye mejor el clamor de quienes expresan: «Dios, sé propicio a mí, pecador» (Lucas 18:13).

Es apropiado que un Dios grande perdone a grandes pecadores.

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Él nos cuida

Nuestro Pan Diario
4 Noviembre 2014
Lectura Diaria y Mensaje Visual para hoy, Martes 4: “¿Sensación o realidad?”
(Bill Crowder)
Lea: Marcos 4:35-41

«… Maestro, ¿no tienes cuidado que perecemos?» Marcos 4:38

Biblia en un año: Jeremías 32–33; Hebreos 1

A menudo, escuchamos decir: «La realidad es lo que sentimos». Para los estadounidenses, esa idea tal vez nació el 26 de septiembre de 1960, fecha del primer debate televisado entre dos candidatos a presidente. Frente a las cámaras, John Kennedy parecía controlado; Richard Nixon, nervioso. La sensación era que Kennedy sería un líder más fuerte. Ese debate no solo definió aquella elección, sino que también cambió la manera de hacer política en los Estados Unidos. La regla de la época se tornó en hacer política según las sensaciones.

A veces, la sensación es la realidad, pero no siempre; en especial, cuando se trata de Dios. Mientras Jesús y sus discípulos cruzaban el Mar de Galilea en un pequeño barco pesquero, una tormenta repentina amenazaba hundirlo. Jesús dormía, y sus seguidores, a punto de entrar en pánico, lo despertaron diciendo: «Maestro, ¿no tienes cuidado que perecemos?» (Marcos 4:38).

La pregunta de aquellos hombres suena parecida a las nuestras. A veces, me da la impresión de que la aparente inactividad de Dios es porque no le interesa lo que sucede. Pero su cuidado de mí va mucho más allá de lo que yo puedo ver o medir. 

Nuestro Dios está profundamente atento a lo que nos preocupa. Por eso, nos exhorta a dejar en sus manos todas nuestras cargas, «porque él tiene cuidado de [nosotros]» (1 Pedro 5:7). Esta es la verdadera realidad.

Aunque no sintamos la presencia de Dios, su tierno cuidado nos rodea por completo. 


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Oye, oh Señor

Nuestro Pan Diario
3 Noviembre 2014
Lectura Diaria para hoy, Lunes 3 de Noviembre: “¿A Dios le importa?”
(Randy Kilgore)
Lea: Salmo 30

« Oye, oh Señor, y ten misericordia de mí; Señor, sé tú mi ayudador.» Salmo 30:10

Biblia en un año: Jeremías 30–31, Filemón

Minnie y George Lacy se enfrentaron con algunas preguntas: «¿Jesús es todo lo que necesitamos? ¿Nuestra relación con Cristo es suficiente para sostenernos? ¿Él alcanzará para ayudarnos a querer seguir viviendo? ¿Le importa lo que nos pasa?».

En 1904, siendo misioneros, la hija menor de los Lacy se enfermó. Al poco tiempo, sus otros cinco hijos murieron de escarlatina en un mismo año. En cartas enviadas a la organización misionera, George escribió sobre su profunda soledad y tristeza: «A veces, nos parece que no podemos soportar más». Sin embargo, más tarde, agregó: «El Señor está con nosotros y nos ayuda de una manera maravillosa». En el momento más oscuro de su vida, descubrieron que Jesús estaba cerca y que era suficiente para consolarlos.

Muchos enfrentaremos situaciones en las que nos preguntaremos si podemos seguir adelante. Si perdemos la salud, si nos quedamos sin trabajo, si quedamos sin nuestros seres amados más cercanos, ¿nuestra relación con el Señor será lo suficientemente real como para sostenernos en el camino de Dios?

El salmista nos recuerda que Dios está presente y que es fiel (Salmo 30). En su profunda depresión, clamó: «Oye, oh Señor, y ten misericordia de mí; Señor, sé tú mi ayudador» (v. 10). Dios lo sanó y consoló (vv. 2-3).

Por creer en Jesús, nunca nos faltará lo que necesitemos para perseverar. El Señor siempre estará cerca.

La fe en un Cristo suficiente nos capacita para seguir adelante.

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