Llamados por nombre

Devocional para hoy,
Viernes 29 de Junio, 2018.

“Llamados por nombre”
Por: Dave Branon

Leer: Juan 10:1-11
«… a sus ovejas llama por nombre…» (Juan 10:3)

Cuando me encuentro por primera vez con los alumnos de una clase de composición que enseño en la universidad, ya conozco sus nombres. Me tomo tiempo para familiarizarme con sus nombres y sus fotografías de mi planilla, para que, cuando entren, pueda decirles: «Hola, Ana», o «bienvenido, Tomás». Lo hago porque sé que a todos nos gusta que nos llamen por nuestro nombre.

Sin embargo, para conocer de verdad a alguien, necesitamos saber más que el nombre. En Juan 10, podemos percibir la calidez y el interés de Jesús, el buen Pastor, al leer que «a sus ovejas llama por nombre» (v. 3). El Señor sabe más que cómo nos llamamos; conoce nuestros pensamientos, anhelos, temores, errores y necesidades más profundas. Además, nos dio la vida —la vida eterna— entregando la suya. Como afirma el versículo 11, «el buen pastor su vida da por las ovejas».

Dado que nuestros pecados nos separan de Dios, Jesús, el buen Pastor, se transformó en Cordero y se sacrificó para cargar con ellos y ofrecernos el perdón. Cuando entregó su vida por nosotros y resucitó, nos redimió. Por eso, cuando aceptamos su regalo de salvación por medio de la fe, ya no estamos separados de Dios.

Dios nos conoce de una manera que no tiene límites. ¡Dale gracias a Jesús! ¡Él conoce tu nombre y tus necesidades!

Señor, gracias por conocerme y saber exactamente lo que necesito.

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Ministerios Cristianos Mundiales “Îshu-nejar” 

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No juzgues, y no serás juzgado

Devocional para hoy,
Miércoles 27 de Junio, 2018.

“No juzgues, y no serás juzgado”
Por: CF Jara

Leer: Mateo 7:1-6
«No juzguéis, para que no seáis juzgados.» (Mateo 7:1)

La mayoría de seres humanos incluyendo los cristianos, somos rápidos para criticar y juzgar a otros. Por ejemplo, cuando vemos a alguien por la calle mirando su teléfono, enseguida aparece la pregunta ¿cómo puede estar tan ajeno a los autos que pueden atropellarlo?, ¿acaso no le importa su propia seguridad? Sin embargo, es muy posible que, en aquel mismo día, o si no en los días siguientes, mientras íbamos a algún lugar, estuvimos tan absortos en un mensaje de texto que no vimos un auto acercándose peligrosamente. Gracias a Dios, el conductor nos vio y frenó en seco. Entonces nos envuelve la vergüenza porque recordamos todas las veces que habíamos juzgado a los demás por el mismo error.

El proceso de la crítica contra alguien empieza cuando dejamos que en nuestra mente se aloje un sentido de superioridad. De pronto, nos sentimos que somos mejores que todos los demás, más honrados, más honestos, más inteligentes, mejores ciudadanos, mejores razas, mejores en todo, hasta mejores cristianos. No reconocemos que cometemos los mismos o peores errores que los otros. Eso se llama “hipocresía” y los que la practican son “disimuladores” o “hipócritas”.

El Señor Jesús habló en el Sermón del Monte acerca de esta actitud: «¡Hipócrita! Saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano» (Mateo 7:5). Cada vez que nos sentimos superiores a los demás, una tremenda «viga» espiritual se coloca sobre nuestros ojos y ciega nuestro juicio, nos impide ver como somos y actuamos realmente, y nos hace creer que tenemos todas las virtudes necesarias para juzgar al prójimo.

Juzgamos al hermano de la fe, al amigo, al esposo, al vecino, al extranjero, al que diferente, al que tiene más, al que tiene menos, al que no es bilingüe, al que no alza sus manos para adorar en el templo. Mas debemos recordar la advertencia de Jesús «Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados», (Mateo 7:2).

Cuando sentimos el juicio de otros encima, entonces recordamos lo duro que fuimos con aquellos a quienes juzgamos. En la velocidad de la vida olvidamos que no debemos juzgar a nadie. Pero nos es necesario recordar que todos necesitamos la gracia de Dios porque nadie es perfecto, solo Dios lo es.

Oración
«Amado Padre, Tû hiciste a propósito, una creación multiforme, multidiversa, multicolorida, multifacética, en todas las dimensiones, formas, colores, tamaños y diseños, para que nadie se enseñoreara sobre nadie. Nos hiciste diferentes unos de otros en lo exterior pero iguales en el interior pues todos tenemos el mismo diseño biológico, una cabeza, cuatro extremidades, un corazón, 234 huesos, etc. Y sobre todo y al final de todo, después de que los gusanos se han comido las carnes, los huesos que quedan en el sepulcro, son blancos. Somos diferentes, pero iguales en Ti. Hoy levanto mi oración para pedirte perdón por todas las veces que critiqué y juzgué abierta y libremente a otros, conocidos y desconocidos. Te ruego también, Señor, que me ayudes a ser lento para juzgar o decir comentarios negativos acerca de otros, pero rápido para consolar y animar. Tu Palabra dice que nadie es perfecto, solo Tû, por lo tanto, nadie debe sentirse superior a su hermano o amigo, solo por el color de su piel, su contextura física, su situación económica, su nacionalidad, o por su intimidad con Dios. Te ruego humildemente en el nombre Todo poderoso de Tu Hijo amado Yeshûa HaMashiaj, amén.»


התהילה היא רק של ישוע המשיח
DIOS te bendiga.

Lea la Biblia en un año: Job 8 - 10; Colosenses 1:13-23 
Descargue el devocional en PDF: No juzgues y no serás juzgado

El consuelo de un Amigo

Devocional para hoy,
Lunes 25 de Junio, 2018

“El consuelo de un Amigo”
Por: Lisa Samra
Edición y oración: CF Jara

Leer: Job 2:7-13
«El bálsamo y el perfume alegran el corazón; los consejos del amigo alegran el alma.» (Proverbios 27:9)

Cuando Job experimentó la devastadora pérdida de sus hijos y la aflicción de dolorosas llagas en todo el cuerpo, su sufrimiento era abrumador. La Biblia relata que tres de sus amigos quisieron consolarlo. Cuando encontraron a Job, «lloraron a gritos; y cada uno de ellos rasgó su manto, y los tres esparcieron polvo sobre sus cabezas hacia el cielo. Así se sentaron con él en tierra por siete días y siete noches, y ninguno le hablaba palabra, porque veían que su dolor era muy grande» (Job 2:12-13).

Al principio, los amigos de Job mostraron una empatía sorprendente. Percibieron que lo único que necesitaba Job era que alguien se sentara a llorar con él. Pero en los capítulos siguientes, los tres hombres empezaron a hablar. La ironía es que, cuando lo hicieron, terminaron dándole malos consejos (16:1-4).

Job era un hombre justo ante los ojos de Dios (Job1:1) y aun así sufrió las más terribles tribulaciones y llegó a la pobreza y enfermedad extremas, habitó en las calles y hasta llegó a ser lamido las heridas de su cuerpo por perros callejeros. Pero YHWH lo restauró por completo. En nuestro caminar en la fe, enfrentamos en nuestras vidas experiencias dolorosas e inesperadas, como la muerte de un ser querido, un accidente grave o vemos impotentes a uno de nuestros hijos alejarse por caminos de la adicción a las drogas o la confusión sexual. Son momentos de un intenso dolor espiritual que se transmite a los huesos y músculos de nuestros cuerpos y lo someten hasta quebrantarlo. En medio del dolor espiritual y físico, sufrimos y hasta lloramos. Y lo que anhelamos en esos tiempos es la solidaridad y apoyo de nuestros amigos y hermanos de la fe, compañía sabia que nos ayude a encontrar conformidad y fortaleza. Pero muchas veces, lo primero que se levanta dentro de la misma iglesia y alrededor nuestro es la crítica y el juicio.

El legalismo y la religiosidad han hecho más daño en la iglesia de Cristo que el mismo satanás. Job no fue confortado por sus amigos. Sus comentarios y juicios en lugar de ayudarlo, lo hundieron más. El mensaje de hoy hermanos, es para que meditemos en la necesidad de ser sabios cuando algún amigo o hermano esté atravesando por tiempos difíciles. La Biblia dice que “riamos con los que ríen y lloremos con los que lloran” (Romanos 12:15). La presencia de un amigo en medio del sufrimiento es de gran consuelo.

Oración
«Amado Padre de los cielos, a pesar de que las pruebas y tribulaciones nos duelen y causan en nosotros sufrimiento, son parte insoslayable de nuestras vidas. Ayúdame a ser un buen amigo para aquellos que sufren. Cuando acuda a apoyar a alguien, que yo pueda ser sabio, que hable cuando deba y lo que deba hablar y que guarde silencio si no tengo nada edificante que decir. Te ruego Señor que evite juzgar, criticar o decir comentarios legalistas o religiosos. Y si ante las preguntas no tengo la respuesta bíblica, que pueda ser sincero y no ande inventando. Pero, sobre todo Señor, que pueda brindar mi hombro sinceramente que aquel que sufre, pueda sentir Tu presencia. Que, si debo ir a visitar a alguien que está sufriendo, yo no vaya si Tu presencia reconfortante y sanadora no viene conmigo, te lo ruego en el nombre Todopoderoso de Tu Hijo amado Yeshûa HaMashiaj, amén.»


התהילה היא רק של ישוע המשיח
DIOS te bendiga.

Lea la Biblia en un año: Job 3 - 4; Hechos 7:44-60 
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