Haced tesoros en los cielos

Viernes 16 de Octubre, 2015.
Nuestro Pan Diario
“Tesoros en el cielo”
(Por acharles)

Leer: Mateo 6:19-24
«Haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, donde ladrones no minan ni hurtan.» Mateo 6: 20

La Biblia en un año: Isaías 47–49; 1 Tesalonicenses 4


Un cableado eléctrico mal instalado provocó un incendio en la casa que acabábamos de construir. Las llamas la consumieron en una hora, y lo único que quedó fue escombros. En otra ocasión, al volver a casa de la iglesia un domingo, descubrimos que nos habían robado.

En nuestro mundo imperfecto, es muy común perder cosas materiales: vehículos robados o chocados, barcos hundidos, edificios destruidos, hogares inundados y bienes sustraídos. Por eso, es tan importante la exhortación de Jesús de no confiar en las riquezas terrenales (Mateo 6:19).
Jesús narró la historia de un hombre que acumuló muchas riquezas y decidió almacenarlas (Lucas 12:16-21), pero que aquella misma noche lo perdió todo, incluso su vida.

El Señor concluyó: «Así es el que hace para sí tesoro, y no es rico para con Dios» (v. 21). La riqueza material es efímera. Nada dura para siempre; excepto lo que hacemos por los demás con el poder del Señor. Dar nuestro tiempo y recursos para difundir el evangelio, visitar a quienes están solos y ayudar a los necesitados son solo algunas de las formas de hacer tesoros en el cielo (Mateo 6:20).

¿Cómo estás haciendo tesoros en el cielo? ¿Qué cambios deberías realizar para crecer en esta área de tu vida? 

La verdadera riqueza es lo que se invierte en la eternidad.


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Reconócelo en todos tus caminos

Jueves 15 de Octubre, 2015

Nuestro Pan Diario
“La guía de Dios”
(Por david c. mccasland)

Leer: Proverbios 3:1-8
«Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas.» Proverbios 3:6

La Biblia en un año: Isaías 45–46; 1 Tesalonicenses 3

Hace 100 años, con 41 años de edad, Oswald Chambers llegó a Egipto para servir como capellán de las tropas de la Mancomunidad de Naciones, durante la Primera Guerra Mundial. Lo asignaron a un campamento en Zeitoun, a unos diez kilómetros al norte de El Cairo. La primera noche que pasó allí, escribió en su diario: «Esta [zona] es un absoluto desierto en el corazón mismo de los soldados y una oportunidad gloriosa para los hombres.

Es totalmente diferente a todo lo que he estado acostumbrado, y aguardo con interés las cosas nuevas que Dios diseñará y hará».

Chambers creía y practicaba las palabras de Proverbios 3:5-6: «Fíate del Señor de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas».

Esto es, al mismo tiempo, un consuelo y un desafío. Saber que el Señor nos guiará todos los días da seguridad, pero no debemos aferrarnos tanto a nuestros planes como para oponernos a su tiempo y sus caminos.

«No tenemos derecho a juzgar dónde somos colocados o a presuponer para qué está preparándonos el Señor —declaró Chambers—. Dios orquesta todo. Dondequiera que nos ponga, nuestro principal objetivo es consagrarnos a Él de todo corazón en esa tarea en particular».

Señor, quiero amarte y servirte de todo corazón donde me coloques hoy.

Cuando confiamos en Dios, Él dirige nuestros pasos.
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Es pues la Fe

Miércoles 14 de Octubre, 2015.

Nuestro Pan Diario
“! Todos bien y a salvo!”
(Por Randy Kilgore)

Leer: Hebreos 11:8-16

«Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.» Hebreos 11:1

La Biblia en un año: Isaías 43-44; 1 Tesalonicenses 2


En enero de 1915, la nave Endurance quedó atrapada en el hielo de la Antártida. El grupo de exploradores, liderados por Ernest Shackleton, sobrevivió y pudo llegar en pequeños botes salvavidas hasta la Isla Elefante. Solo les quedaba una esperanza tras estar retenidos en esa isla inhabitada, lejos del trayecto habitual de las naves.

El 24 de abril de 1916, veintidós hombres observaban mientras su líder y cinco camaradas zarparon en un pequeño bote hacia una isla a unos 1.300 kilómetros de distancia. Aunque las posibilidades de sobrevivir eran mínimas, desbordaron de alegría cuando, cuatro meses después, apareció un bote en el horizonte y Shackleton exclamó: « ¿Están todos bien?». Ellos respondieron: « ¡Todos bien y a salvo!».

¿Qué los mantuvo juntos y vivos todos esos meses? La fe y la esperanza depositada en un hombre: creyeron que su capitán encontraría la manera de salvarlos.

Este ejemplo humano de confianza y esperanza evoca la fe de los héroes que se enumeran en Hebreos 11. Esa fe, definida como «la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve», los ayudó a atravesar dificultades y pruebas enormes (v. 11).

No desesperemos ante un horizonte de problemas, sino confiemos en el Hombre por excelencia: Jesús, el Dios y Salvador.

Señor, que la esperanza en ti ilumine mis días más oscuros. 

La esperanza en Jesús brilla más intensamente en nuestro día más oscuro.


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YO SOY EL QUE SOY

Martes 13 de Octubre, 2015

Nuestro Pan Diario
“Preguntas ardientes”
(Por david c. egner)

Leer: Éxodo 3:1-6, 10-14

« YO SOY EL QUE SOY…» Éxodo 3:14

La Biblia en un año: Isaías 41–42; 1 Tesalonicenses 1


Una antigua historia cuenta que un muchachito fue enviado solo al bosque durante una noche de otoño para probar si era valiente. El cielo se oscureció y los ruidos nocturnos llenaron el aire. Los árboles crujían, una lechuza ululaba y un coyote aullaba. Aunque tenía miedo, el niño se quedó toda la noche, tal como lo exigía la prueba. Por fin, la mañana llegó. Allí cerca, vio una figura solitaria… era su abuelo, que lo había estado vigilando todo el tiempo.

Cuando Moisés se internó en el desierto, vio una zarza ardiente que no se consumía. Dios comenzó a hablarle desde allí, enviándolo de regreso a Egipto para que liberara de la cruel esclavitud a los israelitas. Reticente, Moisés empezó a cuestionar:

—¿Quién soy yo para ir?

—Yo estaré contigo —fue la simple respuesta de Dios.

—Supongamos que me preguntan quién me envió y cómo se llama. ¿Qué les digo?

Dios respondió:

«YO SOY EL QUE SOY. […] Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros» (Éxodo 3:14).

La frase «YO SOY EL QUE SOY» revela el carácter eterno y consumado de Dios.

El Señor ha prometido estar siempre con los que creen en Él. Sin importar cuán oscura sea la noche, el Dios invisible está listo para responder de manera apropiada ante nuestra necesidad.

Padre, gracias por tu carácter inalterable. 

Dios está siempre presente y actuando.


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Echa tu carga sobre el Señor

Lunes 12 de Octubre, 2015.

Nuestro Pan Diario
“¿Para qué preocuparme?”
(Por Poh Fang Chia)

Leer: 40:25-31

«Echa sobre el Señor tu carga, y él te sustentará…» Salmo 55:22
La Biblia en un año: Isaías 39–40; Colosenses 4


Un hombre se preocupaba constantemente por todo. Sin embargo, un día, sus amigos lo oyeron silbar alegremente y lo notaron llamativamente relajado.

- ¿Qué pasó? —le preguntaron asombrados.
- Le estoy pagando a alguien para que se preocupe por mí.
- ¿Cuánto le pagas?
- Dos mil dólares por semana.
- ¡Vaya! ¿Cómo puedes pagarle tanto?
- No puedo —respondió—. De eso, tiene que preocuparse él.

Aunque esta manera humorística de manejar el estrés no funciona en la vida real, los hijos de Dios pueden entregarle sus preocupaciones a Aquel que tiene todo perfectamente bajo control; incluso, y en especial, cuando nos parece que no es así.

El profeta Isaías nos recuerda que Dios hace salir las estrellas y las llama por su nombre (40:25-26); que por «la grandeza de su fuerza, y el poder de su dominio» (v. 26), no falta ninguna de ellas: y que, así como Él sabe sus nombres, también nos conoce a nosotros en forma personal. Estamos bajo su cuidado (v. 27).

Si tendemos a angustiarnos, podemos entregar esa preocupación al Señor. Él nunca está demasiado ocupado o cansado como para no prestarnos atención. Tiene todo el poder y la sabiduría, y le encanta usar estas cosas para nuestro beneficio. El Santo que guía las estrellas nos rodea con sus brazos de amor.

Señor, que nunca olvide que prometiste estar siempre a mi lado. 

La preocupación termina donde empieza la fe.

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