DIOS nos hace justos

Devocional para Hoy:
Viernes 15 de Diciembre, 2017.

“DIOS nos hace justos”
Por: C.F. Jara

Leer: Mateo 1: 1-25
«Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó. Romanos 8:30

Aquellos reyes que llegaron a adorar al niño Jesús habían partido ya y José junto a María y el bebé se acostaron a descansar. Y mientras José dormía, un ángel se le presentó en sueños y le dijo que se levantara de inmediato, tomara a María y al niño y los llevara a Egipto, pues Herodes quería matar al pequeño. Y José sin esperar nada, hizo como el ángel le dijo, y hoy usted y yo y millones más podemos contar esta historia y celebrar la Navidad. Sin embargo de la relevancia del papel de José de Nazareth en todo lo que implica la venida del Hijo de Dios al mundo, no es muy común que en la iglesia se hable de él. Es más, José, el padre “adoptivo” de Jesús es quizá uno de los personajes más ignorados por los cristianos. Pero al estudiar la historia de este hombre es cuando comprendemos la grandeza de su actitud y de su decisión de servir al Todopoderoso por encima de sus propias necesidades. José creyó en los planes de Dios para redimir a la humanidad y obedeció.

Los historiadores bíblicos a través de los siglos han construido diferentes biografías de José. Coinciden en que era descendiente directo del linaje real de David. Unos dicen que cuando desposó a María, era ya un viudo anciano de casi 90 años, pues se había casado a los 40 y vivió con su primera esposa por otros 49 años hasta la muerte de ésta. Con ella tuvieron 6 hijos, 4 varones, -entre ellos Santiago a quien el Señor amaba- y dos hermanas mujeres. Luego ninguno de ellos sería “hermano o medio hermano” del Señor. Con María nunca consumó su matrimonio, sino que ella se mantuvo virgen hasta su muerte. Estos mismos historiadores dicen que José murió cuando Jesús tenía entre 20 y 21 años y su mayor alegría fue morir en los brazos de María, la escogida por Dios para dar a luz a Su Hijo, y de Jesús, el Mesías de la humanidad.

Otros historiadores asumen que José debió haber sido joven debido a la cantidad energía que demandó su papel como “padre” de Jesús enfrentando con éxito todos los retos que tuvo como tal. Sin embargo, el hecho de que José o cualquier otro cristiano sean entrados en edad no impide que tengan éxito en su llamado pues todos sabemos que servir al Señor no depende de nuestras fuerzas, talentos o virtudes sino del poder de Aquel que nos llamó. Por ello personalmente me quedo con la primera versión de José, el anciano de edad que había escogido a una jovencita para que lo cuidara y sirviera en sus últimos años y que en lugar de ello, antes de desposarse, ella le confiesa que está embarazada por obra del Espíritu Santo. Este José que luego de su disgusto e incredulidad inicial, creyó en lo que le reveló el ángel y que no solo hubo de velar por el bienestar del niño Mesías sino que cuidó, ayudó y proveyó a María y al niño con abnegación y respeto, a pesar de su edad. El anciano José pasó de ser casi un retirado a protector del mayor tesoro de Dios. Y lo hizo con amor y abnegación, en silencio y sacrificando sus propias necesidades.

El Espíritu Santo puso en mi corazón este nombre para que sea la razón de este mensaje. ¿Por qué? Pues en la iglesia del Señor hay miles de “Josés”, quienes anónimamente hacen que sea posible cada culto. Y a pesar que nadie los ve, allí están, entre los pasillos, repartiendo estudios, recogiendo el diezmo, sentando a la gente, detrás del altar en los controles de audio y video, en los parqueaderos, en los bares, en la limpieza y mantenimiento, en la seguridad y en decenas de otras tareas que hacen brillar al templo, lo cual la gente nota y disfruta pero olvida que aquello es posible por la tarea abnegada y silenciosa de estos hombres y mujeres que como José, han sido llamados a servir y lo hacen con amor y abnegación, por encima de sus propias necesidades. DIOS bendiga a todos los servidores de la iglesia del Cristo de la gloria.

Mi saludo y abrazo respetuoso y fraterno para todos mis hermanos y hermanas que sirven en la iglesia del Señor alrededor del mundo entero. No sé a quién Dios le esta hablando a través de este mensaje, pero Êl si lo sabe. Recuerda servidor, que como sucedió con José de Nazareth, no tendrás mayor alegría en tu vida que aquella que cuando estés dejando esta tierra, lo harás en los brazos del Señor Jesucristo.

Oración
«Amado Dios Todopoderoso, que hermosa historia y ejemplo de Tu siervo José de Nazareth. Esta es una de las formas como Tú quieres que sirvamos en el reino, creyendo, obedeciendo, con humildad, amor y abnegación, posponiendo nuestros sueños y necesidades para el bien ajeno, sin preocuparnos de nuestras escaseces porque Tú proveerás. Tú eres quien predestinas a aquellos que han de servirte; desde el vientre materno los llamas, y en la virtud de su consagración para servir en Tu reino los justificas en la tierra para luego glorificarlos en el día de la Parusía, cuando vengas por los Tuyos, lo declaramos en el nombre de Tu Hijo Yeshua HaMashiaj, amén y amén.»

התהילה היא רק של ישוע המשיח
DIOS te bendiga.

Lea la Biblia en un año: Joel 1- 3; Apocalipsis 5
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Historia de Navidad - Estoy Tocando a Tu Puerta

📖🖊 Historias de Navidad - Estoy Tocando a Tu Puerta”
Devocional para Hoy, Miércoles 13 de Diciembre, 2017.
Por: Anónimo
Edición: CF Jara

Leer: Salmo 29:1-2
«He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.» (Apocalipsis 3:20)

Todos los domingos por la tarde, después del culto en la iglesia, el Pastor y su hijo de 11 años van al pueblo a repartir tratados a cada persona que ven. Aquel domingo en particular, cuando llegó la hora de ir al pueblo a repartir los tratados, estaba muy frío afuera y comenzó a lloviznar. El niño se puso su ropa para frío y le dijo a su padre, 

-'OK, papá, estoy listo'.
-El Pastor le dijo ¿'Listo para qué?'
-'Papa, es hora de ir afuera y repartir nuestros tratados.'
-El papá respondió, 'Hijo, está muy frío afuera y esta lloviznando.'
-El niño miró sorprendido a su padre y le dijo, 'Pero Papa, la gente se está yendo al infierno aún en los días lluviosos.'
-El Papa contestó, 'Hijo no voy a ir afuera con este tiempo.'
-Con desespero, el niño dijo, 'Papa, ¿puedo ir yo, por favor?
-Su padre titubeó por un momento y luego dijo, 'Hijo, tu puedes ir. Aquí tienes los tratados, ten cuidado.' 
-El niño respondió emocionado 'Gracias papá!'

El pequeño de 11 años caminó bajo la lluvia por todas las calles del pueblo, puerta por puerta repartiendo los tratados a las personas que veía. Después de 2 horas, empapado y con frío, le quedaba un solo tratado. Se detuvo en una esquina y miró a ver si veía a alguien a quien darle el devocional, pero las calles estaban totalmente desiertas. Entonces se dirigió hacia la primera casa que vio. Una vez frente a la puerta del frente tocó el timbre por varias veces, pero nadie salió.

Después de golpear varias veces, el niño decidió irse, pero algo lo detuvo. Se volteó nuevamente hacia la puerta, comenzó a tocar el timbre y a golpear la puerta fuertemente con los nudillos. Algo lo aguantaba. Tocó nuevamente el timbre y la puerta finalmente se abrió suavemente.

Salió una señora, con una mirada muy triste y suavemente le preguntó, 
-¿Qué puedo hacer por ti, hijo?
-Con unos ojos radiantes y una sonrisa de felicidad, el niño dijo, 
-Señora, lo siento si la molesté, pero solo quiero decirle que “JESUS REALMENTE LA AMA” y vine para darle mi último tratado que habla sobre JESUS y SU GRAN AMOR.
-Ella, con su mirada tristísima pero con gran dulzura le dijo, 
-'Gracias Hijo, que DIOS te bendiga.' 
El niño le entregó el tratado y se fue.

El próximo domingo por la mañana el pastor estaba en el púlpito y cuando comenzó el servicio preguntó: ¿Alguien tiene un testimonio o algo que quiera compartir?

Lentamente, en la fila de atrás de la iglesia, una señora mayor se puso de pie. Cuando comenzó a hablar, una mirada radiante y gloriosa brotaba de sus ojos.

-'Nadie en esta iglesia me conoce. 
Nunca había estado aquí, inclusive hasta el domingo pasado no era cristiana. 
Mi esposo murió hace un tiempo atrás dejándome totalmente sola en este mundo. 
El domingo pasado fue un día particularmente frío y lluvioso, y también lo fue en mi corazón pues sentía haber llegado al final del camino, no tenia esperanza ni ganas de vivir. 
Entonces tomé una silla y una soga y subí hasta el ático de mi casa. Amarré la soga y la aseguré a las vigas del techo; luego me subí a la silla y puse el otro extremo de la soga alrededor de mi cuello. 
Parada allí, tan sola y con el corazón destrozado estaba a punto de tirarme, cuando de repente escuché el sonido fuerte del timbre y de la puerta. 
Entonces pensé, 'Esperaré un minuto y quien quiera que sea se irá'.

-Esperé y esperé, pero el timbre de la puerta cada vez era más fuerte e insistente. 
Después de una pausa, aquella persona comenzó a golpear con más fuerza. 
Entonces me pregunté, ¿Quién podrá ser? Nadie ha tocado mi puerta ni ha venido a visitarme en mucho tiempo. 
Entonces solté la soga de mi cuello y fui hasta la puerta, mientras el timbre seguía sonando cada vez más fuerte.

-Y cuando abrí, no podía creer lo que veían mis ojos, frente a mi estaba el mas radiante y angelical niño que jamás había visto. Su sonrisa, ohhh, nunca podré describirla! 
Las palabras que vinieron de su boca hicieron que mi corazón, muerto hace tanto tiempo, volviera a la vida cuando dijo con voz de querubín: 
-'Señora, solo vine a decirle que Jesús realmente la ama.'

-Cuando el pequeño ángel desapareció entre el frío y la lluvia, cerré mi puerta y leí cada palabra del tratado. 
Entonces fui al ático a quitar la silla y la soga. 
Ya no las necesitaría más. 
Como ven, ahora soy una niña feliz del REY. 
Y como la dirección de esta iglesia estaba en la parte de atrás del tratado, vine personalmente a decirle ‘GRACIAS’ a ese pequeño ángel de DIOS que llegó justo a tiempo y de hecho rescató mi vida de una eternidad en el infierno.'

Todos lloraban en la iglesia, y le daban Gloria y honor al REY DE REYES. El Pastor bajó del púlpito hasta la primera banca del frente donde estaba sentado el pequeño ángel. Tomó a su hijo en sus brazos y lloró y gimió incontrolablemente.

Todos los asistentes probablemente nunca tuvieron un momento más glorioso que éste, y probablemente este mundo nunca tuvo un padre más lleno de amor y orgullo por su hijo….. Excepto por uno. 

Este PADRE permitió a Su hijo venir a un mundo frío y oscuro. Muchos de nosotros estuvimos con la soga en nuestro cuello, o el arma en la sien, o las pastillas listas para ser engullidas, o a punto de tirarnos debajo de un auto, o tren. 

Pero Êl llegó a nuestras vidas en el momento preciso. Y aunque no queríamos oír y nos negábamos a abrir nuestro corazón, Jesús tocó con fuerza, esperó y volvió a tocar la puerta de nuestra vida, que estaba destrozada, sin esperanza, solo esperando la muerte.

Así como la anciana de esta bella historia, millones de millones han sido salvos y redimidos por un nombre: Jesús de Nazareth, quien llegó a la tierra a cumplir con Su misión como un bebé. Y cuando Jesucristo volvió a los cielos, triunfante e invencible, Su Padre debió haberlo recibido con una felicidad inmensurable, en medio de un festejo celestial portentoso.

Y todos los cielos, los ángeles, arcángeles, serafines y querubines le dieron toda la gloria, todo el honor y toda la honra al REY DE REYES. YHWH sentó a Su Hijo amado a la diestra de Su trono y le dio poder sobre todo principado y puso Su nombre sobre todo nombre, JESÚS, el Inmortal e Invencible Salvador y Redentor del mundo.

Dios bendiga tus ojos por leer este mensaje, pero no lo guardes, léelo otra vez y luego pásalo a otros. Alguien a quien envíes este mensaje podría estar negándose a abrirle las puertas de su vida a Jesucristo. Recuerda, el mensaje que DIOS te ha hecho llegar, podría salvarle la vida a alguien.

Bendita sea la Navidad.

התהילה היא רק של ישוע המשיח
DIOS te bendiga.

Lea la Biblia en un año: Oseas 12- 14; Apocalipsis 4
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Navidad

Devocional para Hoy:
Lunes 11 de Diciembre, 2017.

“Navidad”
Por: C.F. Jara

Leer: Mateo 1:18-25
«Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel.» Isaías 7:14

Si saliéramos a las calles a hacer una encuesta acerca de lo que significa la palabra “Navidad” obtendríamos una inmensa lista de respuestas. Sin embargo, personalmente nunca había oído la definición que escuché esta mañana al Dr. Charles Stanley y que es el motivo de este mensaje: «Navidad es el preciso instante en que DIOS dejó los cielos para convertirse en hombre y venir así a la tierra a salvar a la humanidad de la muerte eterna.»

Esta verdad infinita contenida en treinta palabras, encierra una teología tan grande que tomarían muchos años y millones de palabras escribirla. Nos enseña que la grandiosidad de la Navidad no está en el intercambio de regalos, en los alimentos especiales y deliciosos, en los encuentros familiares, en las canciones navideñas que cantamos, en las obras caritativas o quizá en los abrazos y buenos deseos, sino en aquel instante cuando se consumó el plan de Dios de enviar a Su único Hijo a morir por la humanidad para salvarla de la muerte eterna. Aquella fría noche de invierno de hace más de dos mil años, el bebé de nombre “DIOS con nosotros” nacía como el resto de seres humanos: con la fecha de muerte marcada en Su frente. Las temperaturas bajas y una alta humedad dieron la bienvenida al Mesías, quien tuvo que ser acomodado en un pesebre de paja, dentro de un incómodo establo y rodeado por animales. Esque al venir como humano, el Hijo del Hombre debía someterse a las necesidades y sufrimientos instaurados para todos los hombres. Jesús debía venir despojado de todo lo divino, de lo celestial, de la deidad inherente a Su condición de Hijo del Eterno. DIOS creó este plan un instante después de la caída en el Edén, le puso fecha y lo llamó “Navidad”.

Hermanos, todos sabemos lo doloroso que es para un padre ver morir a un hijo. Y si Dios nos hizo a Su imagen y semejanza, entonces podemos deducir que Êl también sufrió desde cuando tomó esa decisión, hasta cuando Jesús finalmente expiró en la cruz. Y entre lo uno y lo otro pudo haber pasado muchísimo tiempo, no lo sabemos. El punto es que nosotros a través de la recordación correcta, podamos reconocer el sacrificio inmenso y terrible de Jesucristo pero también el de Su Padre, porque aún siendo los humanos culpables, cómplices y encubridores de la muerte de Jesús, DIOS derrama sobre nosotros cada mañana nuevas y maravillosas bendiciones, para hacernos bien, para favorecernos, pero sobre todo, para decirnos “Aquí estoy, ven a mis brazos, Yo te sostendré.”

DIOS debió haber llorado y mucho por lo que implicaba ese plan. Sin embargo, el Creador no tomó venganza en contra de nosotros por haber enviado al Calvario a Su Hijo sino que siendo Êl la fuente del amor más diáfano, infinito y eterno, nos amó y nos perdonó, y Sus lágrimas que cayeron sobre la tierra se transformaron en el rocío de los amaneceres, en las suaves lloviznas que refrescan nuestras almas pero también en los hijos con los que Êl ha bendecido nuestras vidas. Y como si esto fuera poco, el amor y la misericordia de Dios por nosotros se renuevan en cada amanecer. Jesús vio el ejemplo en Su Padre eterno, y de ese mismo amor y perdón inmensurables, es que vino a predicarnos. Por ello, bendita sea la Navidad.

Oración
«Amado Dios Todopoderoso, cuántas cosas grandes y maravillosas haces por nosotros. Ahora que se acerca la Navidad quiero pedirte Señor, que esta revelación que nos has dado en este día, no se aparte de mi memoria nunca jamás. Que recuerde siempre que la Navidad es la conmemoración del plan de salvación que Tu diseñaste para la humanidad, a través de la venida de Tu Hijo a la tierra como hombre, sin importar lo que eso significaba, el tener que sufrir y sentir dolor, pero también el morir como cualquier mortal, sin haber en Êl ninguna culpa ni pecado. Gracias por Tu plan de salvación Señor, a través del sacrificio de Tu único Hijo, porque si no fuera así, todos quienes hemos sido redimidos por la sangre preciosa de Jesús, y los que ya han partido de esta tierra, estaríamos irremediablemente perdidos para siempre, te doy las gracias nuevamente y oro humildemente en el nombre de Tu Hijo Yeshua HaMashiaj, amén y amén.»


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DIOS te bendiga.

Lea la Biblia en un año: Oseas 1- 4; Apocalipsis 1
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