Devocional para hoy,
Lunes 28 de Mayo, 2018.
“Unidos en Cristo"
Por: CF Jara
Leer: Efesios 4
«...Mirad cuán bueno y cuán agradable es que los hermanos habiten juntos en armonía.» (Salmo 133:1)
Cuando nos encontramos con las listas de nombres en la Biblia, tal vez nos vemos tentados a pasarlas por alto. Sin embargo, allí podemos encontrar algunos tesoros, como en la lista de los doce apóstoles a quienes Jesús llamó para que sirvieran en Su nombre. Muchos son conocidos: Simón, a quien Jesús llamó Pedro; Jacobo y Juan, que eran hermanos y pescadores; Judas Iscariote, el traidor. Pero es probable que no tengamos en cuenta que Mateo, el publicano, y Simón, el zelote, quizá fueron enemigos anteriormente.
Mateo, aunque era judío, cobraba impuestos a sus compatriotas para Roma; por lo tanto, los demás judíos consideraban que colaboraba con el enemigo. Los recaudadores de impuestos eran despreciados por ser corruptos y por exigir que el pueblo judío diera dinero a otra autoridad aparte de Dios. Por otra parte, antes del llamado de Jesús, Simón, el zelote, era miembro de un grupo de judíos nacionalistas que odiaban a Roma y buscaban destruir su poder. Los zelotes eran lo que en los tiempos actuales llamamos “guerrilleros”. Aunque Mateo y Simón tenían convicciones políticas diferentes, los Evangelios no documentan que discutieran o pelearan. El Señor tenía un claro mensaje al haber escogido a quienes fundarían Su iglesia de lo mas diverso de la población, incluyendo a Judas Iscariote, para dejarnos saber también que, en Su iglesia, incluyendo los tiempos actuales, habrían “cristianos” que traicionarían a sus hermanos.
La enseñanza del Señor es que debemos amar también a aquellos que son, piensan y/o actúan diferente a nosotros, sean o no cristianos, de la misma denominación o de otra. El hecho de haber sido salvados por Jesús nos debe de hacer capaces de entender la multiforme, multidimensional, multifacética y multicolorida obra del Creador, en todas sus dimensiones, formas, diseños, colores y tamaños y estructuras imaginables e inimaginables; sea en lo alto, en lo bajo, en lo ancho y en lo profundo de Su creación.
Así mismo son los multiformes modelos de hombres y mujeres que habitan sobre la tierra y que fueron creados por Dios, a Su gusto e imagen. Todos y cada uno de nosotros, los seres vivientes somos únicos, caminamos, hablamos, hacemos, pensamos y oramos de una manera única, por la gracia y la voluntad del Creador. Y si a Êl le place esa forma, entonces debe estar bien para todos.
De ahí que hacer exclamaciones nacionalistas exacerbadas e idólatras por el país de dónde venimos o asumir posiciones políticas y defenderlas más que a la misma Palabra, contradice lo que sucedió entre aquellos que fueron llamados por el Señor Jesús. Pedro y Mateo nunca se engarzaron en ninguna disputa de tipo nacionalista o peor política. Los que hemos sido redimidos por la sangre del Cordero, fuimos dados una nueva identidad. En Êl tenemos una nueva historia, nueva nacionalidad, nueva bandera y un nuevo lenguaje.
Cuando fijamos nuestros ojos en Cristo, podemos desarrollar unidad con los demás seres humanos mediante los lazos del Espíritu Santo. Nuestra mayor lealtad debe ser a Cristo, quien dio Su vida para que podamos coexistir en unidad unos con otros y con toda la creación. La gloria es de Cristo Jesús, por siempre y para siempre. Que la creación alabe el santo nombre del Eterno, amén.
Oración
«Señor mi Dios, Dios Trino, Excelso Dios, Tú existes en perfecta armonía: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Que tu Espíritu Santo nos enseñe a coexistir de la misma manera con nuestros semejantes y con tu inmensa creación. Que el color de nuestra piel, de nuestros cabellos u ojos, o la nacionalidad humana, o los bienes económicos no nos separen de los otros, peor aún la fe que cada quien profesa. Que los gustos por la música, la literatura, el arte, la danza -que existen porque Tú mismo lo permitiste- sean elementos de unión, de gozo, de respeto, de convivencia plena unos con otros. Que nos acordemos siempre que la forma más poderosa de predicar es cómo actuamos y lo qué hacemos, más que lo que decimos. Ven Señor y vive en mí, habita en nosotros Tu pueblo, para que nuestros testimonios sean suficientes para traer a las almas a Tus pies, en el Todopoderoso nombre de Tu Hijo amado Yeshûa HaMashiaj, amén.»
התהילה היא רק של ישוע המשיח
DIOS te bendiga.
Lea la Biblia en un año: 2 Crónicas 4 - 6; Juan 10:24-42
Descargue el devocional en PDF: Unidos en Cristo
Lunes 28 de Mayo, 2018.
“Unidos en Cristo"
Por: CF Jara
Leer: Efesios 4
«...Mirad cuán bueno y cuán agradable es que los hermanos habiten juntos en armonía.» (Salmo 133:1)
Cuando nos encontramos con las listas de nombres en la Biblia, tal vez nos vemos tentados a pasarlas por alto. Sin embargo, allí podemos encontrar algunos tesoros, como en la lista de los doce apóstoles a quienes Jesús llamó para que sirvieran en Su nombre. Muchos son conocidos: Simón, a quien Jesús llamó Pedro; Jacobo y Juan, que eran hermanos y pescadores; Judas Iscariote, el traidor. Pero es probable que no tengamos en cuenta que Mateo, el publicano, y Simón, el zelote, quizá fueron enemigos anteriormente.
Mateo, aunque era judío, cobraba impuestos a sus compatriotas para Roma; por lo tanto, los demás judíos consideraban que colaboraba con el enemigo. Los recaudadores de impuestos eran despreciados por ser corruptos y por exigir que el pueblo judío diera dinero a otra autoridad aparte de Dios. Por otra parte, antes del llamado de Jesús, Simón, el zelote, era miembro de un grupo de judíos nacionalistas que odiaban a Roma y buscaban destruir su poder. Los zelotes eran lo que en los tiempos actuales llamamos “guerrilleros”. Aunque Mateo y Simón tenían convicciones políticas diferentes, los Evangelios no documentan que discutieran o pelearan. El Señor tenía un claro mensaje al haber escogido a quienes fundarían Su iglesia de lo mas diverso de la población, incluyendo a Judas Iscariote, para dejarnos saber también que, en Su iglesia, incluyendo los tiempos actuales, habrían “cristianos” que traicionarían a sus hermanos.
La enseñanza del Señor es que debemos amar también a aquellos que son, piensan y/o actúan diferente a nosotros, sean o no cristianos, de la misma denominación o de otra. El hecho de haber sido salvados por Jesús nos debe de hacer capaces de entender la multiforme, multidimensional, multifacética y multicolorida obra del Creador, en todas sus dimensiones, formas, diseños, colores y tamaños y estructuras imaginables e inimaginables; sea en lo alto, en lo bajo, en lo ancho y en lo profundo de Su creación.
Así mismo son los multiformes modelos de hombres y mujeres que habitan sobre la tierra y que fueron creados por Dios, a Su gusto e imagen. Todos y cada uno de nosotros, los seres vivientes somos únicos, caminamos, hablamos, hacemos, pensamos y oramos de una manera única, por la gracia y la voluntad del Creador. Y si a Êl le place esa forma, entonces debe estar bien para todos.
De ahí que hacer exclamaciones nacionalistas exacerbadas e idólatras por el país de dónde venimos o asumir posiciones políticas y defenderlas más que a la misma Palabra, contradice lo que sucedió entre aquellos que fueron llamados por el Señor Jesús. Pedro y Mateo nunca se engarzaron en ninguna disputa de tipo nacionalista o peor política. Los que hemos sido redimidos por la sangre del Cordero, fuimos dados una nueva identidad. En Êl tenemos una nueva historia, nueva nacionalidad, nueva bandera y un nuevo lenguaje.
Cuando fijamos nuestros ojos en Cristo, podemos desarrollar unidad con los demás seres humanos mediante los lazos del Espíritu Santo. Nuestra mayor lealtad debe ser a Cristo, quien dio Su vida para que podamos coexistir en unidad unos con otros y con toda la creación. La gloria es de Cristo Jesús, por siempre y para siempre. Que la creación alabe el santo nombre del Eterno, amén.
Oración
«Señor mi Dios, Dios Trino, Excelso Dios, Tú existes en perfecta armonía: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Que tu Espíritu Santo nos enseñe a coexistir de la misma manera con nuestros semejantes y con tu inmensa creación. Que el color de nuestra piel, de nuestros cabellos u ojos, o la nacionalidad humana, o los bienes económicos no nos separen de los otros, peor aún la fe que cada quien profesa. Que los gustos por la música, la literatura, el arte, la danza -que existen porque Tú mismo lo permitiste- sean elementos de unión, de gozo, de respeto, de convivencia plena unos con otros. Que nos acordemos siempre que la forma más poderosa de predicar es cómo actuamos y lo qué hacemos, más que lo que decimos. Ven Señor y vive en mí, habita en nosotros Tu pueblo, para que nuestros testimonios sean suficientes para traer a las almas a Tus pies, en el Todopoderoso nombre de Tu Hijo amado Yeshûa HaMashiaj, amén.»
התהילה היא רק של ישוע המשיח
DIOS te bendiga.
Lea la Biblia en un año: 2 Crónicas 4 - 6; Juan 10:24-42
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