Perdonad para ser libres

Devocional para hoy,
Lunes 7 de Mayo, 2018.

“Perdonad para ser Libres”
Por: CF Jara

Leer: Lucas 6:17-49
«No juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados.» (Lucas 6:37)

Jesús había roto por dos ocasiones la religiosidad del sábado, permitiendo que sus discípulos usaran sus manos para limpiar las espigas del trigo y comieran, para horas más tarde, dirigirse con todos ellos a la sinagoga, donde curó al hombre de la mano seca. Al día siguiente, el Maestro escoge de entre la multitud de seguidores a los doce, a quienes llama “apóstoles”. Entonces Jesûs, acompañado por aquellos y el resto de seguidores cercanos se dirigen hacia el llano ubicado en la orilla occidental del lago de Galilea, al pie de lo que hoy conocemos como el “monte de las Bienaventuranzas”. Y allí, el divino Rabino declama Su discurso más bello, conocido y poderoso, que se basa en tres puntos principalmente: 1) la esperanza de redención para los pobres y desposeídos; 2) el castigo eterno para los ricos de este mundo; y 3) la orden de buscar el perdón de Dios, pero, sobre todo, perdonar a los que nos hacen mal.

Esque el Maestro sabía de antemano el terrible poder destructivo del no perdón; Jesús sabía que cuando las personas se guardan los malos recuerdos de las ofensas, sus cuerpos se terminan pudriendo por dentro, pues debido al orgullo que se genera de una decisión de no perdonar una ofensa por más pequeña que esta sea, da lugar al nacimiento, crecimiento y expansión de las raíces de amargura mortíferas para la vida, y que a pesar de que las personas saben que la amargura que sienten no es buena, así y con todo continúan su vida, sin querer perdonar, porque creen, erróneamente, que al perdonar a aquel que les hizo mal lo bendecirán, y se mantienen allí, en el no perdón, tercamente, hasta cuando el terrible cáncer aparece y empieza a corroerles la vida.

El Dr. Charles Stanley dice que "el resentimiento es como agarrar a una serpiente por la cola, es inevitable que en cualquier momento me muerda". El resentimiento es una palabra compuesta que tiene el prefijo 're' que indica la condición de repetición, en este caso de un sentimiento dado. Cuando somos ofendidos, el sentimiento que aflora es el dolor, lo cual es un proceso normal en la esencia del cuerpo humano. Pero cuando le permitimos a la mente que siga recordando aquella ofensa, impedimos que el corazón perdone y por ende, el cuerpo sufre una y otra vez de aquel dolor. Sin embargo, lo grave es que el cuerpo pasa de la reacción normal a otra serie de reacciones químicas donde ciertos órganos relacionados con las emociones como el hígado, empiezan a verter ácidos en el estómago en cantidades anormales, lo cual termina envenenando la sangre, la cual se convierte en el vehículo de aquel veneno, que en cierto momento se deposita en alguno de los órganos del cuerpo, y ahí aparece el cáncer, así de fácil pero así de terrorífico.

La Asociación Estadounidense de Médicos ya ha aceptado tácitamente que la causa principal para el cáncer en los seres humanos es la acumulación de recuerdos negativos, en otras palabras, la negativa de la persona a perdonar las ofensas recibidas.

Pero ¿que impide al ser humano perdonar? El orgullo, el orgullo, solo el orgullo. Más cuando hemos sido salvados y rescatados por el amor de Jesús, debemos someter ese orgullo al pie de la cruz para poder perdonar a otros, así como se nos ha perdonado a nosotros. Sin embargo, aun en la iglesia de Cristo hay creyentes que no perdonan y caminan llenos de orgullo, pero también llenos de resentimiento, saboreando la amargura en su boca y sufriendo los pre cuadros de posibles enfermedades como el cáncer, la artritis, presiones altas, etc.

El llamado a esta hora es: ¿Cómo está tu corazón? ¿Tienes algún resentimiento guardado? Si es así, hoy día, este momento que estas leyendo esto es el momento para que perdones aquella ofensa para siempre. Haz la oración siguiente en voz alta, menciona el nombre de la persona que te ofendió, declara que la perdonas en el nombre de Jesûs, y clama a Dios para que la bendiga y prospere donde quiera que esté. Al terminar la oración, sentirás una paz que no la habías sentido antes, y el alivio recorrerá por todo tu cuerpo, la sangre de Cristo cubrirá todos tus órganos y si hay alguna enfermedad producto de haberte guardado el perdón, saldrá de tu cuerpo en el nombre de Jesûs y serás sano, sana de nuevo.

El perdón abre las puertas de los cielos a nuestro favor, porque con el perdón honramos el sacrificio de Jesûs por nosotros en la cruz.

Oración
«Padre Eterno, Tú conoces Señor mi corazón, sabes mis mas íntimos sentimientos, secretos, ideas y necesidades, y sabes los nombres de aquellos a quienes no he perdonado. Hoy te pido Señor, que me ayudes a perdonar, quiero honrar Tu amor y sacrificio por mi en la cruz, y declaro en el nombre de Jesûs que perdono a ________ ; te ruego por esta persona, Dios santo y Todopoderoso, Tú sabes quién es, Tú conoces los detalles de lo sucedido; Tú sabes el dolor que causó a mi alma lo que aquel hizo, pero hoy soy obediente a Ti y lo perdono, bendícelo donde quiera que esté, guárdalo de todo mal; sé con este hijo tuyo en la necesidad que tenga este momento y ayúdale mi Señor, así como bendice a toda su familia, su trabajo, su salud; dale sabiduría, provee lo que necesite y guárdalo Señor, en el hueco de tu mano, yo lo perdono, y me declaro libre para siempre de este sentimiento pero también de cualquier problema de salud que haya generado este dolor en mi cuerpo, te lo ruego en el Todopoderoso nombre de Tu Hijo amado Yeshûa HaMashiaj, amén.»


התהילה היא רק של ישוע המשיח
DIOS te bendiga.

Lea la Biblia en un año: 2 Reyes 1 - 3; Lucas 24:1-35 

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