Viernes 2 de Febrero, 2018.
“Mi Salvación”
Por: CF Jara
Leer: Romanos 10
«…Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.» Romanos 10:9-10
Un día como hoy, 29 de Enero del año 1999, en la ciudad de Nueva York, yo declaraba con mi boca que Jesús es mi Señor y Salvador, y lo recibía para siempre en mi vida. Era justo la medianoche y mi alma se debatía en una batalla terrible y sin cuartel entre las fuerzas del mal, que querían ahogar en mi garganta esa declaración, y el Espíritu Santo del Dios Todopoderoso, que había decretado que en esa fecha y a esa hora, mi alma sería libre para siempre de la muerte, y recibiría junto con Jesús, la esperanza de la vida eterna. Esa noche terminaba una etapa dura y triste de mi vida, que empezó cuando apenas comencé a tener uso de razón, continuó con aquel encuentro maravilloso en 1996 cuando pude arrodillarme frente a una cruz a pedir a Dios que tomara mi vida.
Pero tenía que hacerlo de la manera como la Biblia lo pide, es decir, era necesario que confesara públicamente que soy pecador, que me arrepiento de todas aquellas terribles cosas que hice, que creo que Jesús murió por mí en la cruz para redención eterna de mis transgresiones y que resucitó glorioso al tercer día, venciendo a la muerte para siempre. Finalmente, y por voluntad propia, yo recibo a Jesucristo como mi Señor y Salvador, pidiendo al mismo tiempo al Espíritu Santo, que me selle en la frente con Su marca y que escriba mi nombre en el Libro de la vida.
En los tiempos actuales, la iglesia de Cristo Jesús alrededor del mundo, ya no hace conforme al códice de la “Didaje” que establecieron los Apóstoles. En este código se establece la liturgia del encuentro de los creyentes para orar, estudiar las Escrituras, compartir el pan y el vino, confesar los pecados, bautizar por inmersión a los creyentes y recibir a los nuevos conversos, para a través de la oración de conversión, guiarlos a declarar públicamente, que Cristo Jesús es su Señor y Salvador.
En lugar de ello, la iglesia ha abierto sus puertas para que el mundo entre en ella. Y vemos cada aberración teológica por todo lado, negación de lo que la primera iglesia hizo, creyentes diciendo y repitiendo cuanta barbaridad sale de la boca de los hombres, mujeres vistiendo indecorosamente y rebelándose a la autoridad de sus esposos, adoración con ritmos mundanos, pastores que improvisan los mensajes, adoradores que nunca oran, ayunan, o estudian la palabra, e iglesias en general que se la pasan pidiendo, y pidiendo y pidiendo y pidiendo, olvidándose de que Jesucristo instituyó Su iglesia para que la gente tuviese un lugar donde llenarse del poder del Espíritu Santo para que luego saliera a predicar el mensaje de Jesús de amor y perdón al vecino, al hermano, al amigo, al compañero de trabajo, al extraño, al ateo, al negro, al blanco, al rico, al pobre. ¿Cómo creerán si nadie les predica? ¿En qué clase de iglesia nos estamos convirtiendo?
Creo con todo mi ser, y lo seguiré repitiendo porque YHWH el Eterno me lo mostró: ya el tiempo se acabó, estamos en el tiempo añadido por la gracia de Dios para que los perdidos puedan salvarse. Las trompetas suenan en cualquier momento, los Ángeles y Arcángeles se han apostado en las esquinas del universo; los ejércitos de YHWH luchan batallas portentosas en el segundo cielo con las fuerzas del mal que saben que el tiempo del fin se acerca y quieren llevarse a cuanta alma puedan. Mientras la iglesia del Señor, eructando a espiritualidad, se la pasa de culto en culto, y de estudio bíblico en estudio bíblico, sentados plácidamente en los mullidos asientos, como si nada fuera a pasar.
Este mensaje es para todos, incluyéndome a mí. Quien lea este mensaje, y si tiene oídos, que oiga, y el que ya cree, que obedezca. El que ha pecado, se arrepienta y el que debe, que pague. Dios Santo y Todopoderoso, ten misericordia de nosotros, Señor.
Oración
«Amado Dios, perdón te quiero pedir Señor por no hacer como Tú nos mandas, es decir, a predicar Tu mensaje de amor y perdón a todo aquel con quien tengamos contacto. Que nuestra boca hable solo Jesús, que nuestra mente piense Jesús, que nuestro corazón destile Jesús, que nuestros actos den testimonio de Tu amor por quienes no nos merecemos ni siquiera respirar. Haznos valientes, mi Señor, para compartir Tu mensaje sin temor ni vergüenza; incrementa nuestro amor por Ti para que sin importar nuestras propias luchas, dejemos saber al mundo que Tú eres la única esperanza para la humanidad, que solo Tú eres el camino verdadero, la verdad sin igual y la vida eterna, te lo pido humildemente en el nombre precioso de tu Hijo amado Yeshua HaMashiaj, amén y amén.»
התהילה היא רק של ישוע המשיח
DIOS te bendiga.
Lea la Biblia en un año: Éxodo 27-28; Mateo 21:12-16
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