Devocional para hoy,
Miércoles 2 de Mayo, 2018.
“Cristo rompe las cadenas”
Por: Amy Boucher Pye
Edición: CF Jara
Leer: Efesios 1:3-14
«En quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados…» (Efesios 1:7)
Los Evangelios de Marcos, Mateo y Lucas relatan la historia del endemoniado Gadareno. Para este estudio estaremos usando Marcos 5:1-20. Empezaba el último año del Ministerio de Jesús. Aquel día, el Maestro acababa de compartir Sus enseñanzas maravillosas conocidas como las “Bienaventuranzas”. Cuando caía la tarde, les pidió a Sus discípulos que lo acompañaran a pasar al otro lado del mar de Galilea. Y estando en medio, una furiosa tempestad amenazaba con hundir la barca donde iban el divino Rabino y Sus discípulos, pero fue calmada por Jesús. El enemigo quiso entorpecer Su noble misión del divino Rabino, pero no pudo. Aquella noche fue especialmente agitada y quizá única entre todas las experiencias que vivieron los discípulos. Jesús había planificado con antelación dirigirse hacia la orilla oriental del lago de Galilea, hacia la región conocida como Gadara. Su objetivo era liberar al hombre endemoniado cuyas acciones sembraban el terror por toda esa zona.
El Maestro llegó a la orilla, bajó de la barca y a pesar de que ya era de noche y estaba oscuro, se dirigió al lugar donde habitaba aquel desdichado; lo encontró desnudo, con pedazos de cadenas rotas colgándole por el cuerpo y con una apariencia lamentable. Jesús entonces ordenó a los demonios salir del hombre y dejarlo libre, y éstos, que eran miles, lo obedecieron y dejaron al hombre en libertad. Horas después, cuando el amanecer se anunciaba, aquel hombre estaba sano, limpio, vestido, cuerdo, consciente y agradecido con Jesús por lo que había hecho por él, de tal forma que pidió al Maestro dejarle ser parte de los seguidores, pero Jesús le pidió que regresara donde los suyos y les contara lo que el Mesías había hecho por él. Y así fue, el ex endemoniado, ahora redimido, era el símbolo de la obra de liberación de Jesús; predicó y compartió su testimonio por muchos lugares y por muchos años, como agradecimiento por la misericordia del Señor.
La iglesia “Christ Church Cathedral”, en Stone Town, Zanzibar, está ubicada donde se encontraba antiguamente el mayor mercado de esclavos de África Oriental. Los diseñadores del edificio quisieron mostrar con un símbolo palpable cómo el evangelio rompe las cadenas de la esclavitud. Ese lugar ya no sería un sitio de actos malvados y atrocidades horrendas, sino de la gracia manifestada de Dios. La intención de los constructores era dar testimonio de que la muerte de Jesús en la cruz rompe todas las cadenas del pecado. Pablo menciona en su carta a la iglesia de Éfeso: «en quien tenemos redención por Su sangre» (Efesios 1:7). En el Antiguo Testamento, cuando alguien compraba y sacaba del mercado a una persona o un artículo, hacía una ‘redención’ de aquello. En el Nuevo Testamento, Jesús compra con Su sangre a los pecadores para sacarlos de sus vidas de esclavitud al pecado y de muerte eterna.
Ya no tenemos que ser esclavos; hemos sido liberados para vivir para Dios y glorificarlo. Como Pablo al principio de esta carta (vv. 3-14), podemos rebosar de gozo al pensar en nuestra libertad en Cristo Jesús.
Oración
«Padre Eterno, gracias una vez más por el sacrificio de Jesús en la cruz que nos redime de la esclavitud del pecado; gracias por Tu amor eterno y maravilloso que rompió para siempre las cadenas que nos tenían atados a la maldad del enemigo de las almas. Cuántos de nosotros los redimidos de hoy, vivíamos como el endemoniado de esta historia, habitando en cuevas, maldiciendo, asustando y haciendo daño a la gente, haciéndonos daño a nosotros mismos, enloquecidos oyendo las voces de las legiones que habitaban dentro de nuestra alma, hasta que llegaste Tú, y con Tu poder sempiterno, con Tu sangre Todopoderosa y con Tu inmortal sacrificio de vida que hiciste en la cruz, mandaste a salir a cuanto demonio nos había sometido. Y nos diste libertad y vida eterna. Gracias Señor, no me alcanzará la vida para darte las gracias por tanto amor que no me merezco, en el nombre de Tu Hijo amado Yeshûa HaMashiaj, amén.»
התהילה היא רק של ישוע המשיח
DIOS te bendiga.
Lea la Biblia en un año: 1 Reyes 8 - 9; Lucas 21:1-19
Descargue el Mensaje de hoy en PDF: Cristo rompe las cadenas
Miércoles 2 de Mayo, 2018.
“Cristo rompe las cadenas”
Por: Amy Boucher Pye
Edición: CF Jara
Leer: Efesios 1:3-14
«En quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados…» (Efesios 1:7)
Los Evangelios de Marcos, Mateo y Lucas relatan la historia del endemoniado Gadareno. Para este estudio estaremos usando Marcos 5:1-20. Empezaba el último año del Ministerio de Jesús. Aquel día, el Maestro acababa de compartir Sus enseñanzas maravillosas conocidas como las “Bienaventuranzas”. Cuando caía la tarde, les pidió a Sus discípulos que lo acompañaran a pasar al otro lado del mar de Galilea. Y estando en medio, una furiosa tempestad amenazaba con hundir la barca donde iban el divino Rabino y Sus discípulos, pero fue calmada por Jesús. El enemigo quiso entorpecer Su noble misión del divino Rabino, pero no pudo. Aquella noche fue especialmente agitada y quizá única entre todas las experiencias que vivieron los discípulos. Jesús había planificado con antelación dirigirse hacia la orilla oriental del lago de Galilea, hacia la región conocida como Gadara. Su objetivo era liberar al hombre endemoniado cuyas acciones sembraban el terror por toda esa zona.
El Maestro llegó a la orilla, bajó de la barca y a pesar de que ya era de noche y estaba oscuro, se dirigió al lugar donde habitaba aquel desdichado; lo encontró desnudo, con pedazos de cadenas rotas colgándole por el cuerpo y con una apariencia lamentable. Jesús entonces ordenó a los demonios salir del hombre y dejarlo libre, y éstos, que eran miles, lo obedecieron y dejaron al hombre en libertad. Horas después, cuando el amanecer se anunciaba, aquel hombre estaba sano, limpio, vestido, cuerdo, consciente y agradecido con Jesús por lo que había hecho por él, de tal forma que pidió al Maestro dejarle ser parte de los seguidores, pero Jesús le pidió que regresara donde los suyos y les contara lo que el Mesías había hecho por él. Y así fue, el ex endemoniado, ahora redimido, era el símbolo de la obra de liberación de Jesús; predicó y compartió su testimonio por muchos lugares y por muchos años, como agradecimiento por la misericordia del Señor.
La iglesia “Christ Church Cathedral”, en Stone Town, Zanzibar, está ubicada donde se encontraba antiguamente el mayor mercado de esclavos de África Oriental. Los diseñadores del edificio quisieron mostrar con un símbolo palpable cómo el evangelio rompe las cadenas de la esclavitud. Ese lugar ya no sería un sitio de actos malvados y atrocidades horrendas, sino de la gracia manifestada de Dios. La intención de los constructores era dar testimonio de que la muerte de Jesús en la cruz rompe todas las cadenas del pecado. Pablo menciona en su carta a la iglesia de Éfeso: «en quien tenemos redención por Su sangre» (Efesios 1:7). En el Antiguo Testamento, cuando alguien compraba y sacaba del mercado a una persona o un artículo, hacía una ‘redención’ de aquello. En el Nuevo Testamento, Jesús compra con Su sangre a los pecadores para sacarlos de sus vidas de esclavitud al pecado y de muerte eterna.
Ya no tenemos que ser esclavos; hemos sido liberados para vivir para Dios y glorificarlo. Como Pablo al principio de esta carta (vv. 3-14), podemos rebosar de gozo al pensar en nuestra libertad en Cristo Jesús.
Oración
«Padre Eterno, gracias una vez más por el sacrificio de Jesús en la cruz que nos redime de la esclavitud del pecado; gracias por Tu amor eterno y maravilloso que rompió para siempre las cadenas que nos tenían atados a la maldad del enemigo de las almas. Cuántos de nosotros los redimidos de hoy, vivíamos como el endemoniado de esta historia, habitando en cuevas, maldiciendo, asustando y haciendo daño a la gente, haciéndonos daño a nosotros mismos, enloquecidos oyendo las voces de las legiones que habitaban dentro de nuestra alma, hasta que llegaste Tú, y con Tu poder sempiterno, con Tu sangre Todopoderosa y con Tu inmortal sacrificio de vida que hiciste en la cruz, mandaste a salir a cuanto demonio nos había sometido. Y nos diste libertad y vida eterna. Gracias Señor, no me alcanzará la vida para darte las gracias por tanto amor que no me merezco, en el nombre de Tu Hijo amado Yeshûa HaMashiaj, amén.»
התהילה היא רק של ישוע המשיח
DIOS te bendiga.
Lea la Biblia en un año: 1 Reyes 8 - 9; Lucas 21:1-19
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