Viernes 23 de Junio, 2017.
Nuestro Pan Diario
“Silencio”
(Por: Tim Gustafson)
Leer: Habacuc 1:1-4; 2:20
« ¿Hasta cuándo, oh Señor, clamaré, y no oirás; y daré voces a ti a causa de la violencia, y no salvarás?» Habacuc 1:2
La Biblia en un año: Ester 6-8; Hechos 6
En nuestro último viaje misionero, se produjo un gran revuelo en la gente de la aldea que íbamos a visitar, al ver los camiones de socorro que pasaban por el «camino» destrozado por la lluvia. De repente, el convoy divisó la casa del alcalde… éste vivía lujosamente en otra parte, mientras que a su pueblo le faltaban las cosas básicas para vivir.
Esta clase de injusticia irritaba al profeta de Dios. Habacuc preguntó: «¿Hasta cuándo, oh Señor, clamaré, y no oirás?» (Habacuc 1:2). Sin embargo, Dios sí había escuchado, y respondió: «¡Ay del que aumenta lo que no es suyo…! […] ¡Ay del que obtiene ganancias ilícitas…!» (2:6, 9 LBLA). ¡El juicio se acercaba!
Aceptamos gustosos el juicio de Dios para los demás, pero, en Habacuc, hay un punto que nos hace detenernos: «el Señor está en su santo templo; calle delante de él toda la tierra» (2:20). Toda la tierra. Los oprimidos y los opresores. A veces, la respuesta adecuada al aparente silencio de Dios es… ¡silencio!
¿Por qué silencio? Porque, con facilidad, olvidamos nuestra propia pobreza espiritual. El silencio nos permite reconocer nuestra maldad en presencia de un Dios santo. Podemos aprender a confiar en Dios, como Habacuc. No conocemos todos sus caminos, pero sí sabemos que Él es bueno. Nada escapa a su control y sus tiempos.
Oración: Amado Padre eterno, Tú ves cuántos hombres, mujeres, niños y ancianos mueren por cientos cada día alrededor de todo del mundo. Las guerras, el fanatismo religioso, la delincuencia organizada, la ambición y avaricia de los entes que controlan la cosa política, social y económica del mundo. Tu profeta Habacuc clamó «aviva Tu obra en medio de los tiempos, en medio de los tiempos hazla conocer» y el rey Salomón aseveró que «Conoce el justo la causa de los pobres» Muchos hemos perdido la esperanza de que las cosas mejorarán y creemos que solo la venida de Tu Hijo Jesucristo arreglará a este mundo perdido. Nuestro clamor hoy dice ¡Maranatha! Si Señor Jesús, ven pronto, no tardes, en el nombre de Tu Hijo Yahshua HaMashiaj, oramos, amén. -CF Jara-
La gloria es solo de Cristo Jesús.
DIOS te bendiga.
Encuentre más lecturas edificantes en Nuestro Pan Diario
http://www.ministeriosishunejar.com
Nuestro Pan Diario
“Silencio”
(Por: Tim Gustafson)
Leer: Habacuc 1:1-4; 2:20
« ¿Hasta cuándo, oh Señor, clamaré, y no oirás; y daré voces a ti a causa de la violencia, y no salvarás?» Habacuc 1:2
La Biblia en un año: Ester 6-8; Hechos 6
En nuestro último viaje misionero, se produjo un gran revuelo en la gente de la aldea que íbamos a visitar, al ver los camiones de socorro que pasaban por el «camino» destrozado por la lluvia. De repente, el convoy divisó la casa del alcalde… éste vivía lujosamente en otra parte, mientras que a su pueblo le faltaban las cosas básicas para vivir.
Esta clase de injusticia irritaba al profeta de Dios. Habacuc preguntó: «¿Hasta cuándo, oh Señor, clamaré, y no oirás?» (Habacuc 1:2). Sin embargo, Dios sí había escuchado, y respondió: «¡Ay del que aumenta lo que no es suyo…! […] ¡Ay del que obtiene ganancias ilícitas…!» (2:6, 9 LBLA). ¡El juicio se acercaba!
Aceptamos gustosos el juicio de Dios para los demás, pero, en Habacuc, hay un punto que nos hace detenernos: «el Señor está en su santo templo; calle delante de él toda la tierra» (2:20). Toda la tierra. Los oprimidos y los opresores. A veces, la respuesta adecuada al aparente silencio de Dios es… ¡silencio!
¿Por qué silencio? Porque, con facilidad, olvidamos nuestra propia pobreza espiritual. El silencio nos permite reconocer nuestra maldad en presencia de un Dios santo. Podemos aprender a confiar en Dios, como Habacuc. No conocemos todos sus caminos, pero sí sabemos que Él es bueno. Nada escapa a su control y sus tiempos.
Oración: Amado Padre eterno, Tú ves cuántos hombres, mujeres, niños y ancianos mueren por cientos cada día alrededor de todo del mundo. Las guerras, el fanatismo religioso, la delincuencia organizada, la ambición y avaricia de los entes que controlan la cosa política, social y económica del mundo. Tu profeta Habacuc clamó «aviva Tu obra en medio de los tiempos, en medio de los tiempos hazla conocer» y el rey Salomón aseveró que «Conoce el justo la causa de los pobres» Muchos hemos perdido la esperanza de que las cosas mejorarán y creemos que solo la venida de Tu Hijo Jesucristo arreglará a este mundo perdido. Nuestro clamor hoy dice ¡Maranatha! Si Señor Jesús, ven pronto, no tardes, en el nombre de Tu Hijo Yahshua HaMashiaj, oramos, amén. -CF Jara-
La gloria es solo de Cristo Jesús.
DIOS te bendiga.
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