Lunes 12 de Junio, 2017.
“Posturas del corazón”
(Por: Cindy Hess Kasper)
Leer: 2 Crónicas 6:7-9, 12-15
«Allí, sobre la plataforma, [Salomón] se arrodilló y, extendiendo las manos al cielo, oró…» 2 Crónicas 6:13 (NVI).
La Biblia en un año: Esdras 1-2; Juan 19:23-42
Cuando mi esposo toca la armónica en la iglesia, a veces, cierra los ojos. Dice que lo ayuda a concentrarse y aislar las distracciones para alabar a Dios; solo están su armónica, la música y él.
Algunos se preguntan si debemos cerrar los ojos al orar. Sin embargo, como podemos orar en cualquier momento y lugar, puede ser difícil cerrar los ojos siempre; ¡en especial, si estamos caminando, trabajando o conduciendo un vehículo!
Además, no hay reglas sobre qué posición debemos adoptar al hablar con Dios. Cuando el rey Salomón oró para dedicar el templo que había edificado, se arrodilló y «extendió sus manos al cielo» (2 Crónicas 6:13-14). Arrodillarse (Efesios 3:14), quedarse de pie (Lucas 18:10-13) e incluso postrarse con el rostro al suelo (Mateo 26:39) son todas posturas de oración mencionadas en la Biblia.
Ya sea que nos arrodillemos o nos paremos ante Dios, que levantemos las manos o cerremos los ojos, lo importante no es la postura, sino el corazón. Todo lo que hacemos «mana» de nuestro corazón (Proverbios 4:23). Cuando oramos, que nuestro corazón siempre esté inclinado en adoración, gratitud y humildad frente a nuestro Dios, porque sabemos que están «abiertos [sus] ojos y atentos [sus] oídos a la oración» de su pueblo (2 Crónicas 6:40).
Recuerda siempre que la forma más elevada de oración surge de lo profundo de un corazón humilde.
Oración: Señor Jesús, te ruego que mi corazón siempre recuerde lo que Tú hiciste por mí, de tal forma que el orgullo, la vanidad, la soberbia y la amargura no se aniden en ningún tiempo y bajo ninguna circunstancia en mi alma y pueda yo olvidarme de todas las cosas grandes y maravillosas con que me has bendecido desde que te conocí. Que en mis momentos de oración pueda tener un corazón humilde para que te pueda hallar, para que pueda escuchar Tu voz hablándome y para que sienta Tu gracia sanadora sanando mis heridas, te lo ruego en el nombre que es sobre todo nombre, en el nombre de Yashua HaMashiaj, amén.
-CF Jara-
La gloria es solo de Cristo Jesús.
DIOS te bendiga.
Encuentre más lecturas edificantes en Nuestro Pan Diario
http://www.ministeriosishunejar.com
“Posturas del corazón”
(Por: Cindy Hess Kasper)
Leer: 2 Crónicas 6:7-9, 12-15
«Allí, sobre la plataforma, [Salomón] se arrodilló y, extendiendo las manos al cielo, oró…» 2 Crónicas 6:13 (NVI).
La Biblia en un año: Esdras 1-2; Juan 19:23-42
Cuando mi esposo toca la armónica en la iglesia, a veces, cierra los ojos. Dice que lo ayuda a concentrarse y aislar las distracciones para alabar a Dios; solo están su armónica, la música y él.
Algunos se preguntan si debemos cerrar los ojos al orar. Sin embargo, como podemos orar en cualquier momento y lugar, puede ser difícil cerrar los ojos siempre; ¡en especial, si estamos caminando, trabajando o conduciendo un vehículo!
Además, no hay reglas sobre qué posición debemos adoptar al hablar con Dios. Cuando el rey Salomón oró para dedicar el templo que había edificado, se arrodilló y «extendió sus manos al cielo» (2 Crónicas 6:13-14). Arrodillarse (Efesios 3:14), quedarse de pie (Lucas 18:10-13) e incluso postrarse con el rostro al suelo (Mateo 26:39) son todas posturas de oración mencionadas en la Biblia.
Ya sea que nos arrodillemos o nos paremos ante Dios, que levantemos las manos o cerremos los ojos, lo importante no es la postura, sino el corazón. Todo lo que hacemos «mana» de nuestro corazón (Proverbios 4:23). Cuando oramos, que nuestro corazón siempre esté inclinado en adoración, gratitud y humildad frente a nuestro Dios, porque sabemos que están «abiertos [sus] ojos y atentos [sus] oídos a la oración» de su pueblo (2 Crónicas 6:40).
Recuerda siempre que la forma más elevada de oración surge de lo profundo de un corazón humilde.
Oración: Señor Jesús, te ruego que mi corazón siempre recuerde lo que Tú hiciste por mí, de tal forma que el orgullo, la vanidad, la soberbia y la amargura no se aniden en ningún tiempo y bajo ninguna circunstancia en mi alma y pueda yo olvidarme de todas las cosas grandes y maravillosas con que me has bendecido desde que te conocí. Que en mis momentos de oración pueda tener un corazón humilde para que te pueda hallar, para que pueda escuchar Tu voz hablándome y para que sienta Tu gracia sanadora sanando mis heridas, te lo ruego en el nombre que es sobre todo nombre, en el nombre de Yashua HaMashiaj, amén.
-CF Jara-
La gloria es solo de Cristo Jesús.
DIOS te bendiga.
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