Miércoles 21 de Junio, 2017.
Nuestro Pan Diario
“El Fruto del Espíritu”
(Por: CF Jara)
Leer: Gálatas 5:16-26
«Más el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, mansedumbre, fe y templanza; contra tales cosas no hay ley.» Gálatas 5:22-23
La Biblia en un año: Ester 1-2; Hechos 5:1-21
La lectura del pasaje del libro de Gálatas 5:22-23 es todavía malinterpretada dos mil años después de haber sido escrita; millones de cristianos todavía confunden los tres elementos básicos de esta enseñanza, por lo cual queremos hoy aclarar esa confusión. El primer elemento lo encontramos en la frase “mas el fruto del Espíritu es…” Aquí Pablo se refiere al Espíritu Santo o al Espíritu de Dios, no a nuestro espíritu ni a ninguno otro espíritu (Gálatas 5:22). Tened en cuenta siempre que cuando encontramos en la Biblia la palabra Espíritu con E mayúscula, se refiere al Espíritu del Santísimo.
Entonces y obviamente, el segundo elemento que es ‘el fruto’, pertenece al Espíritu Santo, y es uno solo, no es ‘los frutos’. He oído mucho la tendencia de decir “los frutos” como si se tratara de un árbol frondoso lleno de coloridos frutos. No, es el fruto, en singular, y además, pertenecen al Espíritu Santo.
El tercer elemento se refiere al resultado del trabajo del Espíritu Santo en los creyentes. Cuando invocamos al Espíritu de Dios para que nos cambie, nos ayude a vencer vicios, defectos, debilidades, etc., Él viene y empieza a trabajar con nuestro carácter, y a través de guiarnos, redargüirnos y enseñarnos, nos va transformando poco a poco (Filipenses 3:12-14). Conforme pasa el tiempo y si perseveramos en nuestro deseo de ser mejores cada día, los cambios se empiezan a notar cuando reaccionamos de manera diferente a los problemas, a las ofensas, a lo inesperado, cuando mejoramos las relaciones con otros seres humanos, cuando hemos dejado los vicios y cuando hemos mejorado nuestra relación con el Señor.
El apóstol Pablo reconoció que el fruto del Espíritu produce nueve diferentes manifestaciones del alma, las mismas que han sido agrupadas de tal manera que las tres primeras, amor, gozo y paz, nos ayudan a relacionarnos con Dios; las tres siguientes, paciencia, benignidad y bondad son para nuestra relación con los otros seres humanos y finalmente las tres últimas que son fe, mansedumbre y templanza o dominio propio, son para la relación con nosotros mismo. Por lo tanto, nos es necesario tener el fruto del Espíritu para tener una excelente relación con Dios, con los hombres y con nosotros mismos (Efesios 4:13).
Oración: Amado Padre eterno, te ruego que Tu Santo Espíritu siga obrando en mí cada día, todos los días, hasta que yo pueda alcanzar la estatura del Varón perfecto. Que pueda yo mostrar el fruto de la obra de Tu Espíritu Santo en la relación contigo, con los seres humanos y conmigo mismo. Lléname con Tu sabiduría de tal forma que en todo momento descanse en el Consolador, y deje que Él haga Su obra en mi, te lo pido humildemente en el nombre de Tu Hijo Yahshua HaMashiaj, confiando en que Tú me escucharás y harás conforme a Tu voluntad en mí, amén.
Nuestro Pan Diario
“El Fruto del Espíritu”
(Por: CF Jara)
Leer: Gálatas 5:16-26
«Más el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, mansedumbre, fe y templanza; contra tales cosas no hay ley.» Gálatas 5:22-23
La Biblia en un año: Ester 1-2; Hechos 5:1-21
La lectura del pasaje del libro de Gálatas 5:22-23 es todavía malinterpretada dos mil años después de haber sido escrita; millones de cristianos todavía confunden los tres elementos básicos de esta enseñanza, por lo cual queremos hoy aclarar esa confusión. El primer elemento lo encontramos en la frase “mas el fruto del Espíritu es…” Aquí Pablo se refiere al Espíritu Santo o al Espíritu de Dios, no a nuestro espíritu ni a ninguno otro espíritu (Gálatas 5:22). Tened en cuenta siempre que cuando encontramos en la Biblia la palabra Espíritu con E mayúscula, se refiere al Espíritu del Santísimo.
Entonces y obviamente, el segundo elemento que es ‘el fruto’, pertenece al Espíritu Santo, y es uno solo, no es ‘los frutos’. He oído mucho la tendencia de decir “los frutos” como si se tratara de un árbol frondoso lleno de coloridos frutos. No, es el fruto, en singular, y además, pertenecen al Espíritu Santo.
El tercer elemento se refiere al resultado del trabajo del Espíritu Santo en los creyentes. Cuando invocamos al Espíritu de Dios para que nos cambie, nos ayude a vencer vicios, defectos, debilidades, etc., Él viene y empieza a trabajar con nuestro carácter, y a través de guiarnos, redargüirnos y enseñarnos, nos va transformando poco a poco (Filipenses 3:12-14). Conforme pasa el tiempo y si perseveramos en nuestro deseo de ser mejores cada día, los cambios se empiezan a notar cuando reaccionamos de manera diferente a los problemas, a las ofensas, a lo inesperado, cuando mejoramos las relaciones con otros seres humanos, cuando hemos dejado los vicios y cuando hemos mejorado nuestra relación con el Señor.
El apóstol Pablo reconoció que el fruto del Espíritu produce nueve diferentes manifestaciones del alma, las mismas que han sido agrupadas de tal manera que las tres primeras, amor, gozo y paz, nos ayudan a relacionarnos con Dios; las tres siguientes, paciencia, benignidad y bondad son para nuestra relación con los otros seres humanos y finalmente las tres últimas que son fe, mansedumbre y templanza o dominio propio, son para la relación con nosotros mismo. Por lo tanto, nos es necesario tener el fruto del Espíritu para tener una excelente relación con Dios, con los hombres y con nosotros mismos (Efesios 4:13).
Oración: Amado Padre eterno, te ruego que Tu Santo Espíritu siga obrando en mí cada día, todos los días, hasta que yo pueda alcanzar la estatura del Varón perfecto. Que pueda yo mostrar el fruto de la obra de Tu Espíritu Santo en la relación contigo, con los seres humanos y conmigo mismo. Lléname con Tu sabiduría de tal forma que en todo momento descanse en el Consolador, y deje que Él haga Su obra en mi, te lo pido humildemente en el nombre de Tu Hijo Yahshua HaMashiaj, confiando en que Tú me escucharás y harás conforme a Tu voluntad en mí, amén.
-CF Jara-
La gloria es solo de Cristo Jesús.
DIOS te bendiga.
Encuentre más lecturas edificantes en Nuestro Pan Diario
http://www.ministeriosishunejar.com
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DIOS te bendiga.
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