SI LOS CRISTIANOS DE TODO EL MUNDO PUEDEN ENFRENTAR LA MUERTE POR SU FE, AQUELLOS QUE NO CREEN PUEDEN IR A LA IGLESIA
La única esperanza para las personas que sufren es el testimonio de la iglesia: Creer que la verdad de Jesûs es todavía algo por lo que vale la pena morir.
Por: Sean Feucht
Traducido y editado por: CF Jara
Los cristianos en los Estados Unidos y en todo el mundo están experimentando desafíos cada vez más intensos para el libre ejercicio de nuestra fe cristiana. Las comunidades de creyentes de Kentucky a Minnesota y de Virginia a California se han enfrentado a una hostilidad abierta y sin remordimientos por parte de los líderes del gobierno federal y local durante el último año y medio.
La ideología radical anticristiana y anti familiar aprieta las gargantas de los niños en las escuelas primarias. Los cristianos son el objetivo de los tribunales por negarse a celebrar la depravación de las personas transgénero. Y las iglesias católicas sufrieron durante el verano actos de vandalismo e incendios.
Mientras tanto, hemos observado con ira y disgusto las consecuencias de la terrible retirada de Afganistán ordenada por Biden. Creemos por causa de ello, más de 12.000 cristianos afganos se esconden ahora del ejército de los talibanes. Hombres de toda edad y sobre todo mujeres y niños viven en medio de un infierno literal.
En julio, según los informes, los talibanes ordenaron a los imanes y muláhs de las zonas capturadas que "proporcionaran una lista de niñas mayores de 15 años y viudas menores de 45" para convertirlas forzosamente en sus esposas. Semanas antes, un bombardeo en una escuela de niñas en Kabul mató a 85 niños.
Todo el mundo es testigo de una persecución que deberíamos haber visto venir. Como Jesús advirtió a sus primeros seguidores, los cristianos deben esperar ser odiados por el mundo. Incluso cuando esa persecución no comienza con el encarcelamiento, tortura y muerte, sino sutilmente, como cuando el gobierno les dice a los creyentes cuándo, dónde y cómo pueden adorar a DIOS.
También hemos sido testigos en los últimos meses de una escalada de acoso político a los que profesan el Cristianismo, acciones gubernamentales confusas e irracionales y amenazas de violencia. Los cristianos reciben burlas y mentiras, son ridiculizados y acosados. Sin embargo, tal como prometió, Dios ha abierto repetidamente a sus discípulos puertas que ningún hombre puede cerrar: ningún alcalde o concejo municipal, ningún gobernador o legislatura estatal, ningún presidente o Congreso de los Estados Unidos o de cualquier otro país.
Cuando el estado de California y la ciudad de Los Ángeles intentaron cerrar la iglesia “Grace Community Church” el año pasado, fracasaron. Hace apenas un mes, la iglesia ganó una gran batalla legal y un acuerdo de las autoridades cívicas. En el Distrito de Columbia, la Iglesia Bautista Capitol Hill ganó un acuerdo en una demanda para preservar su derecho constitucional a reunirse y adorar a DIOS libremente.
En cuanto a la educación, los padres de familia están dando un paso al frente para combatir los ataques y sanciones de las escuelas en contra las creencias de sus hijos. Artesanos valientes como Jack Phillips se niegan a dejarse intimidar por las repetidas amenazas y ataques, y muchos creyentes se aferran más que nunca a los principios del cristianismo tradicional para mantenerse en el camino que el Señor ha mostrado.
Los creyentes se resisten a nuevos regímenes de ordenanzas anticristianas acerca de cómo y dónde pueden congregarse para orar y adorar a DIOS. Y en lugares como Afganistán, donde los cristianos se han visto obligados a huir o esconderse, ellos esperan con paciencia y se preparan para reanudar sus ministerios.
¿Por qué? Pues porque desde el principio de su historia, la persecución nunca ha sido una razón para la iglesia a retirarse. En lugar de ello, la persecución es el llamado a permanecer fieles para hacer brillar la luz de la verdad en las partes más oscuras de la tierra. Esa es la razón por la cual las personas con fe en Jesûs se entregan a la causa de sus vidas: compartir la verdad y la paz en todo el mundo.
Pero ¿por qué los creyentes están dispuestos a arriesgarlo todo, hasta sus vidas? Pues porque la única esperanza para las personas que sufren son los testimonios que ven en la iglesia, en los creyentes, aquellos que creen que todavía vale la pena morir por la verdad de Jesûs.
Durante los últimos 18 meses he explicado por muchas ocasiones el por qué elegí desafiar a las autoridades civiles y guiar a cientos de miles de creyentes en el culto público en medio de los encierros. Hemos llevado a cabo "protestas de adoración" en todo el país, rechazando las restricciones gubernamentales sobre la necesidad y el derecho de los cristianos a congregarse.
Ha habido quienes nos han dicho que estamos siendo "no cristianos" al insistir en nuestro derecho a adorar a Dios en público. Algunos incluso han sugerido que estamos poniendo en peligro vidas o que de alguna manera somos moralmente culpables por las tasas de infección por del virus infernal.
Pero tenemos una opción todos los días. Podemos vivir por fe o morir por miedo.
Esa elección se vuelve muy fácil cuando ponemos nuestras vidas en el contexto más amplio de la iglesia cristiana global. ¿Cómo puedo entregar mi fe aquí cuando otros se niegan a entregarla allá? Cuando nuestros hermanos y hermanas de todo el mundo se enfrentan a morir como mártires solo por ir a la iglesia, ¿cómo podemos sentarnos en nuestras casas y mirar indolentes en la tv lo que sucede con nuestros hermanos alrededor del mundo?
No podemos quedarnos callados. Esa opción no es viable para el pueblo de Dios porque sabemos que una fe viva requiere pies en movimiento. Requiere acción, determinación y resolución.
No necesitamos el permiso de los gobernantes terrenales para obedecer a nuestro Rey celestial. Por nuestro amor inquebrantable por Cristo y Su iglesia, les decimos a nuestros hermanos y hermanas de todo el mundo, en Afganistán y en todas partes: Somos Uno, por solidaridad con ustedes y con todos los creyentes alrededor del mundo que sufren.
En esa unidad de propósito y llamado, cumplimos las oraciones finales de nuestro Señor, cuando Êl oró para que Sus discípulos, que aquí y ahora y en todas partes de la tierra, podamos ser uno. Y en esa unidad, encontrar lo que verdaderamente significa ser "bendecido" en medio de la persecución más terrible, tal como Jesús lo prometió.
https://thefederalist.com/2021/10/04/if-christians-around-the-world-can-face-death-for-their-faith-americans-can-go-to-church/?fbclid=IwAR2M7xnBM37qc3UvtxOBIh04PIgEXLL-LW1lLV9RSULNzJ7_w_l2NuajPVA
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