Cuida lo que hablas, refrena tu lengua.


CUIDA LO QUE HABLAS, REFRENA TU LENGUA.

«La muerte y la vida están en poder de la lengua» (Proverbios 18:21)

El término hebreo “lashon hará” (לשון הרע) significa “lengua diabólica” y se refiere al acto de hablar despectivamente de otra persona. David llamó a aquellos “escarnecedores.”

Se considera que una persona tiene “lashon hará” cuando habla mal de alguien, aunque sus argumentos sean verdaderos pero desconocidos públicamente, y no tiene la intención de reparar la situación negativa, e independientemente del medio utilizado, sea personal cara a cara, todo tipo de reuniones o redes sociales, por teléfono, correo electrónico, etc.

Por otro lado, el término también hebreo “hotzaat shem ra” describe un acto más grave, que es difamar a otra persona a sus espaldas, utilizando mentiras, injurias y calumnias, sin que el calumniado pueda defenderse.

La arrogancia es la causa principal de que las personas tengan “lashon hará.” Cuando alguien se siente superior a otros, le parece fácil burlarse de ellos. Además, una persona arrogante tendrá envidia de las personas exitosas y buscará sus faltas para hablar mal de ellos y así disminuir la estima que otros sienten por ellos.

¡LA POBREZA ES UNO DE LOS CASTIGOS POR HABLAR MAL DE OTRA PERSONA!

En los tiempos en que el Bet Hamikdash (el Templo de Salomón) existió, si alguien hablaba “lashon hará” Dios lo castigaba con lepra, ya que la lepra y la pobreza son equivalentes, porque ambas sirven para volver humilde a la persona, y para quitarle su arrogancia. Después de la destrucción del templo, aquel que dejaba que su lengua fuera una “lashon hará” era destinado a sufrir POBREZA. Cuando alguien habla mal de otra persona, en ese mismo momento sus pecados son mencionados en el Cielo.

La lengua de una persona es más poderosa que una espada. La espada sólo puede matar a alguien que está cerca; la lengua puede matar a alguien que está lejos. La “lengua diabólica” mata espiritualmente a tres personas a la vez: Al que habla, al que escucha y a la persona de quien se habla.

Por ello, si conoce a alguien que usa una “lashon hará,” evítelo, no lo escuche, porque usted puede ser el cómplice pero también víctima de la maldad de aquel.

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