Nuestro Pan Diario
“Nada me separará de Su amor.”
(Por: CF Jara)
Versículos para hoy: Romanos 8:1-39
« ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?» Romanos 8:35
La Biblia en un año: 1 Tesalonicenses 1; Isaías 41-42
La escena es dantesca, barrios completos destruidos por doquier, reportes de centenas de fallecidos y desaparecidos y una nube de proporciones macro gigantescas de fuego, ceniza, humo y destrucción tornando el dia en una noche inesperada, larga y mortal. Mientras las ambulancias y los carros de bomberos, policía y rescate pasan raudos con sus sirenas encendidas en dirección del incendio, los residentes huyen desaforados en sus vehículos en medio de esa gigantesca hecatombe. Es una sección de la carretera 12, cerca de la población de Santa Rosa, en California. Una escena triste que la mayoría de televidentes la miran con pena e impotencia.
Y es que otras tragedias acaban de pasar por Houston, México, Puerto Rico, las Antillas Menores y por otros países, estados y ciudades. Pareciera como si la naturaleza se hubiese rebelado, como si los cuatro elementos que permiten la vida estuvieran confabulados en matar y destruir todo lo que encuentran a su paso. El agua, el aire, el fuego y la tierra trayendo dolor y tragedia alrededor de todo este planeta tierra.
Miles de seres humanos han perdido la vida, cientos de miles sus casa y pertenencias, y la gran mayoría de ellos deambulan en medio del hambre, la tristeza y la desesperanza. Pero, ¿puede haber algo peor que esto? La respuesta es desgraciadamente mucho más, como las enfermedades catastróficas y terminales, la muerte de un ser querido, el descubrir que un hijo es adicto a las drogas o se declaró homosexual o lesbiana, la traición de un cónyuge, un amigo, un hermano, la pérdida del empleo o el sufrir el robo de los ahorros de toda la vida, el divorcio, la práctica de la brujería, hechicería, caer en el vicio de los juegos de azar, la depravación sexual y el peor de todos…. alejarse, separarse de Dios.
Para sobrellevar las tragedias y tribulaciones, el apóstol Pablo escribe en Romanos 8:18 una declaración poderosa que debemos hacerla nuestra para siempre: «Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse.» El solo hecho de saber que he sido comprado con la bendita sangre de Jesús para vivir la vida eterna junto a Êl en la ciudad de la belleza incomparable, allá donde no habrá ni dolor, ni enfermedad, ni tragedia, ni malas noticias, ni muerte, debe provocar en mi un gozo tan poderoso que contagie a todo aquel que entre en contacto conmigo, en mi casa, en la calle, en el trabajo, en la iglesia, por donde vaya y aún cuando hable por teléfono.
Pablo añade más adelante que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito han sido llamados, pues a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó. Entonces si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?
Por lo tanto hermanos, ¿Habrá algo o alguien que nos pueda separar del amor de Cristo Jesús? ¿Alguna tribulación, incendio, huracán, angustia, inundación, terremoto, persecución, cáncer, enfermedad mortal, hambre, traición, desamor, desnudez, delincuencia, corrupción social, peligro, guerra, odios, envidias, demonios, muerte, vida, ángeles, principados, potestades, lo presente, lo por venir, algo de lo alto, algo de lo profundo, o alguna otra cosa creada?
La respuesta es NADA, amados hermanos, NADA nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro, pues en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó, nuestro Señor y Salvador Jesucristo, el Cordero santo, el Alfa y la Omega, el Autor y Consumador de todo, el mismo que nos llevará a vivir la vida eterna junto a Êl por siempre y para siempre.
Oración: Señor, gracias por tu bendita Palabra, que sería de nosotros sin Tu Palabra de amor, perdón, gracia y esperanza con la que Tu Santo Espíritu nos redarguye, reconforta, alimenta, y empodera para la vida diaria. Te doy toda la gloria, toda la honra y todo el honor amado Abba y las gracias eternas por haberme escogido, salvado y llamado a servirte con mi vida predicando Tu Palabra, en el nombre de Tu Hijo Yeshua HaMashiaj, amén.
La gloria es solo de Cristo Jesús.
DIOS te bendiga.
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