Devocional para Hoy,
Viernes 20 de Abril, 2018.
“El Arte de Perdonar”
Por: David C. McCasland
Edición: CF Jara
Leer: Lucas 15:11-24
«Y levantándose, vino a su padre. Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia…» Lucas 15:20
Viernes 20 de Abril, 2018.
“El Arte de Perdonar”
Por: David C. McCasland
Edición: CF Jara
Leer: Lucas 15:11-24
«Y levantándose, vino a su padre. Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia…» Lucas 15:20
En la pintura ‘El hijo pródigo’, su autor, el pintor Edward Rojas retrata de una manera real e impactante, al hijo descarriado volviendo a casa, con sus ropas desgastadas y la cabeza gacha. Dejando atrás una tierra de muerte, entra al sendero donde su padre ya está corriendo hacia él. Al pie de la pintura, aparecen las palabras de Jesús: «Cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia» (v. 20).
Esta parábola de Jesús acerca del hijo pródigo (Lucas 15:11-31) es una de las historias bíblicas más hermosas, más conocidas y más predicadas en la iglesia del Señor. La historia triste de un hijo insensato se transforma en historia de gozo y plenitud cuando éste se arrepiente y decide volver a casa a pedir perdón a su padre, quien, sin siquiera dejarlo terminar de hablar, lo recibe con los brazos abiertos y ordena preparar una fiesta para festejar el retorno del hijo que se había ido.
Me conmoví profundamente al volver a recordar de cómo había cambiado mi vida el amor inalterable de Dios. En mi testimonio personal, la primera vez que Jesús me pidió entrar a mi corazón fue cuando tenía 20 años. Y me negué, pero Êl no me dio las espaldas, sino que siguió buscándome, cuidándome y esperando por 17 años, hasta cuando en medio de mi desventura, pude ver en lo que me había convertido y me acordé de Êl. Cuando decidí buscarlo, ni siquiera me dejó terminar mi letanía de arrepentimiento. Y por Su inmenso e inmutable amor estoy aquí, vivo, redimido, gozoso y lleno de esperanza en Sus promesas.
Todos somos culpables; aun así, nuestro Padre celestial nos da la bienvenida, tal como el padre en esta historia abrazó a su hijo descarriado. Luego, dijo a sus sirvientes: «hagamos fiesta; porque este mi hijo muerto era, y ha revivido; se había perdido, y es hallado» (vv. 23-24). Las bendiciones abundantes que el Señor deposita en la vida de cada uno de nosotros todas las mañanas son inmerecidas y ni aun vivamos de rodillas toda la vida, nos mereceríamos ni siquiera un minuto de perdón. Mas es por Su gracia infinita e imperecedera que respiramos, recordamos nuestros nombres, nos levantamos cada mañana, amamos y somos amados y hacemos lo que hacemos, solo por el amor de Cristo Jesús, el Cordero inmolado, la fuente del amor más sublime y eterno. Gloria al Dios Eterno y maravilloso, por los siglos de los siglos, ¡¡¡Aleluyah!!!
Oración
«Padre eterno, al recibir cada mañana Tu amor y Tu perdón, que podamos también extenderlos a otros en Tu nombre. Aunque no merecemos Tu misericordia, Tú nunca cambias, Tu amor es inmutable, interminable, eterno, sanador, liberador, restaurador, renovador. Establece Tu reino, Señor, en cada uno de todos los hombres y mujeres que creemos en Ti y te amamos, en toda Tu iglesia, alrededor del mundo entero. Haznos conforme a Tu voluntad, luz en las tinieblas, la sal de la tierra; mensajeros de Tus buenas nuevas, pacificadores, caminantes de los caminos de la paz, amor, concordia, buena voluntad, solidaridad, desprendimiento, agradecimiento. Que nunca nuestro día sea vano y nuestro vivir, en vano, sino que podamos ser verdaderos agentes de cambio en la vida de aquellos que Tú pones en nuestros caminos; porque ¿de qué me sirve vivir y tener éxito y dinero si no te predico ni comparto lo que me das? Haz de mí, Señor Dios de la eternidad, un hijo digno de Tu amor, te lo ruego mi Señor amado, en el nombre de Tu Hijo Yahshua HaMashiaj, amén y amén.»
התהילה היא רק של ישוע המשיח
DIOS te bendiga.
Lea la Biblia en un año: 2 Samuel 9-11; Lucas 15:11-32
Descargue el Mensaje de hoy en PDF: El Arte de PerdonarEsta parábola de Jesús acerca del hijo pródigo (Lucas 15:11-31) es una de las historias bíblicas más hermosas, más conocidas y más predicadas en la iglesia del Señor. La historia triste de un hijo insensato se transforma en historia de gozo y plenitud cuando éste se arrepiente y decide volver a casa a pedir perdón a su padre, quien, sin siquiera dejarlo terminar de hablar, lo recibe con los brazos abiertos y ordena preparar una fiesta para festejar el retorno del hijo que se había ido.
Me conmoví profundamente al volver a recordar de cómo había cambiado mi vida el amor inalterable de Dios. En mi testimonio personal, la primera vez que Jesús me pidió entrar a mi corazón fue cuando tenía 20 años. Y me negué, pero Êl no me dio las espaldas, sino que siguió buscándome, cuidándome y esperando por 17 años, hasta cuando en medio de mi desventura, pude ver en lo que me había convertido y me acordé de Êl. Cuando decidí buscarlo, ni siquiera me dejó terminar mi letanía de arrepentimiento. Y por Su inmenso e inmutable amor estoy aquí, vivo, redimido, gozoso y lleno de esperanza en Sus promesas.
Todos somos culpables; aun así, nuestro Padre celestial nos da la bienvenida, tal como el padre en esta historia abrazó a su hijo descarriado. Luego, dijo a sus sirvientes: «hagamos fiesta; porque este mi hijo muerto era, y ha revivido; se había perdido, y es hallado» (vv. 23-24). Las bendiciones abundantes que el Señor deposita en la vida de cada uno de nosotros todas las mañanas son inmerecidas y ni aun vivamos de rodillas toda la vida, nos mereceríamos ni siquiera un minuto de perdón. Mas es por Su gracia infinita e imperecedera que respiramos, recordamos nuestros nombres, nos levantamos cada mañana, amamos y somos amados y hacemos lo que hacemos, solo por el amor de Cristo Jesús, el Cordero inmolado, la fuente del amor más sublime y eterno. Gloria al Dios Eterno y maravilloso, por los siglos de los siglos, ¡¡¡Aleluyah!!!
Oración
«Padre eterno, al recibir cada mañana Tu amor y Tu perdón, que podamos también extenderlos a otros en Tu nombre. Aunque no merecemos Tu misericordia, Tú nunca cambias, Tu amor es inmutable, interminable, eterno, sanador, liberador, restaurador, renovador. Establece Tu reino, Señor, en cada uno de todos los hombres y mujeres que creemos en Ti y te amamos, en toda Tu iglesia, alrededor del mundo entero. Haznos conforme a Tu voluntad, luz en las tinieblas, la sal de la tierra; mensajeros de Tus buenas nuevas, pacificadores, caminantes de los caminos de la paz, amor, concordia, buena voluntad, solidaridad, desprendimiento, agradecimiento. Que nunca nuestro día sea vano y nuestro vivir, en vano, sino que podamos ser verdaderos agentes de cambio en la vida de aquellos que Tú pones en nuestros caminos; porque ¿de qué me sirve vivir y tener éxito y dinero si no te predico ni comparto lo que me das? Haz de mí, Señor Dios de la eternidad, un hijo digno de Tu amor, te lo ruego mi Señor amado, en el nombre de Tu Hijo Yahshua HaMashiaj, amén y amén.»
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DIOS te bendiga.
Lea la Biblia en un año: 2 Samuel 9-11; Lucas 15:11-32