Mensaje para Hoy, Martes 22 de Diciembre, 2020, No. 1139
“Feliz Navidad”
Por: CF Jara.
Leer: Lucas 2:1-20
«Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.» (Isaías 9:6)
Una noticia que circula en estos días, no muy difundida, pero si especial, es acerca de la conjunción o alineamiento perfecto de dos planetas del sistema solar, Júpiter y Saturno, lo cual ha creado un efecto de un super fulgor alrededor del planeta gigante. Según los científicos, este fenómeno se produce cada 400 años, que, si hacemos el ejercicio de ir atrás en la historia, llegaríamos al año cero y podría ser la explicación científica para la Estrella de Belén que la Biblia reporta apareció en los cielos en el tiempo que Jesûs nació.
El Árbol, las Luces, Diciembre
¿Una coincidencia extraordinaria? No lo sabemos, pero lo que sí se sabe es que la historia humana registra hechos importantes que cambiaron el rumbo de la humanidad y que sucedieron en los años que estos dos planetas se alinearon, como, por ejemplo:
1) Año Cero, el nacimiento del Hijo de Dios, Jesûs, en Belén de Judá.
2) 400 a.C., la caída del imperio Romano;
3) 800 d.C., se instituye el calendario “Anno Domini” como el método prevalente en el mundo para nombrar los años, es decir, los años contados a partir del nacimiento de Jesucristo.
4) 1200 d.C., la caída del imperio Otomano;
5) 1600 d.C., la llegada de los “Peregrinos,” los fundadores de lo que hoy se conoce como los Estados Unidos, el país más poderoso del mundo.
6) 2000 d.C., ¿¿el Confinamiento Mundial???
En las últimas décadas, la Navidad, entre otros conceptos bíblicos, ha sido atacada y denostada con la justificación de que es la etapa del año donde la gente se entrega al más grande y brutal consumismo. Los símbolos navideños que la humanidad ha ido asociando con el tiempo a la Navidad, como el árbol, las luces, los adornos, Noél, el invierno y la nieve, los nacimientos, los regalos, la comida especial, etc., son cuestionados a través de muchas historias, teorías, leyendas, etc., e incluso con pasajes bíblicos. Incluso la fecha del 25 de Diciembre se cuestiona ubicándolo, según el calendario Hebreo, en la primera semana del mes de Marzo. Debido a ello, muchos pastores evangélicos han destruido públicamente los árboles navideños y han pedido a sus congregaciones que hagan lo mismo argumentando que son instrumentos de idolatría.
Otro de las razones que se esgrime es la desigualdad en la distribución de la riqueza en la humanidad. Mientras los ricos y los que tienen recursos celebran las Navidades a todo lo alto, hay millones de niños y ancianos alrededor del mundo que no tendrán qué comer ese día. Si se analiza el caso con detenimiento, se puede afirmar que el sentido bíblico de la Navidad se ha distorsionado y que se ha convertido en una manifestación de todo menos de lo que se supone debe ser: celebrar el regalo de DIOS a la humanidad en Su Hijo Jesûs.
Jesûs es la Navidad
Debido a que la historia se escribe en el tiempo posterior al de los hechos, aún no se puede afirmar que el evento remarcable del año 2.020 podría ser el virus y la pandemia que ha cobrado la vida de cientos de miles de seres humanos alrededor del mundo. Pero lo que sí se puede afirmar es que dos mil años después de Su advenimiento a la tierra, el Hijo de Dios, el Mesías, el Admirable, el Príncipe de Paz, el Consejero, el Hacedor de Maravillas, el Sanador, Libertador, Redentor de la humanidad, está y permanece vigente a pesar de todos los esfuerzos que el príncipe de este mundo ha hecho para negar el Nombre de Aquel que es el Alfa y la Omega de todas las cosas.
Por ello celebramos la Navidad, porque en aquella noche de aquel año, en un humilde pesebre llegó a la tierra la Luz del mundo, trayendo la esperanza para que la humanidad tenga la opción de ser redimida, salvada y encaminada hacia la vida eterna, como era el plan original de DIOS y que se truncó por la obra del maligno. La Navidad no son los regalos materiales ni las ventas locas, sino la celebración de que estamos vivos por la gracia de Dios y de que, gracias a Cristo Jesûs, estaremos vivos por la eternidad.
Probablemente por el hecho registrado en la Biblia de que Dios nos dio a Su Hijo como un regalo vivo para bendición nuestra, la gente en algún punto de la historia comenzó a dar un regalo a sus seres queridos para emular lo que el Creador hizo con la humanidad. En el regalo que tengo para mi esposa yo quiero manifestar mi amor por ella y en el objeto regalado quiero que ella sienta y recuerde ese amor. Y aunque la demostración de ese amor debe ser constante, cada día, cada momento, sin embargo, es válido el deseo de tener una fecha especial para ello, sin olvidar que el regalo recordará a mi esposa mi amor por ella. Así mismo, los Cristianos y humanos recordaremos el amor de Dios por nosotros cada vez que pongamos nuestros ojos en el regalo inefable cuyo nombre es Jesûs.
Si la Navidad existe, es porque DIOS lo permitió. Jesûs es el amor más puro, eterno e inconmensurable, y si sientes dar un regalo a un ser querido porque lo amas, hazlo, hermano, no te detengas. Pero hazlo en el nombre de Jesûs. Y todos juntos vamos a celebrar a Jesûs, el eterno e infinito regalo que el Señor nos dio y a compartirlo con todos los seres humanos. ¡Feliz Navidad!
Oración
«Padre amado, bendito Salvador, la humanidad se prepara para celebrar una vez más, la Navidad, pero en circunstancias que nunca antes la tierra había experimentado. Te rogamos a esta hora, Padre eterno, que Tu Espíritu Santo nos recuerde a todos los redimidos por la sangre de Jesûs que Êl es la razón para celebrar la Navidad, no las compras, no los regalos, no las luces sino Jesucristo y todo lo que el Hijo de Dios, el Salvador del mundo representa. Que podamos Señor, compartir esta verdad con aquellos que no te conocen. Y sobre todo, Padre bendito, úsanos como instrumentos propicios para que podamos ser de bendición para aquellos que están pasando por momentos difíciles, te lo pido humildemente en el santo nombre de Tu Hijo amado Yeshûa HaMashiah, amén y amén.»
ה היא רק של ישוע המשיח
Jesucristo es el dueño de toda la gloria.
"Îshu-nejar, Jesús, la Luz del mundo"
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