El Arrebatamiento de la Iglesia, Parte 2

Devocional para hoy, Miércoles 1 de Julio, 2020: "El Arrebatamiento de la Iglesia, Parte 2"
Por CF: Jara.

Leer: Mateo 24:1-51
«Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras.» (1 Tesalonicenses 4:16-18)

Antes de continuar con el mensaje, es necesario recordar que tenemos cinco eventos escatológicos que la Biblia dice que sucederán en los tiempos del Fin:

1) El Arrebatamiento y el Juicio de los Galardones;
2) Las Bodas del Cordero;
2) la Gran Tribulación;
3) La Segunda Venida de Jesús, y el Reino Milenial y
4) El Gran Juicio del Trono Blanco y el Reino Eterno.

En la segunda parte del mensaje acerca del “Arrebatamiento” de la Iglesia, haremos una exégesis rápida del pasaje bíblico que respalda este mensaje. El término griego para este evento es “ἁρπάζω” (harpazó), y que significa “atrapar, agarrar, arrebatar.” Según la descripción profética que Pablo comparte con los cristianos de Tesalónica, el arrebatamiento de aquellos que creen en Jesûs, es un evento donde:

1) “Jesûs descenderá del cielo”:
--El texto es bien claro al mostrar un evento futuro, no algo que ya sucedió, como muchos se han dado por predicar. Por otro lado, si el Hijo de Dios, Dios mismo, descendiese de los cielos, sería como el más espectacular e impresionante evento nunca antes visto por ojo humano, que nos sacudirá violentamente hasta el tétano de los huesos y nuestra alma se estremecerá con un terror inimaginable. Es el Dueño de la Justicia el que llega, no cualquier personaje público. Es importante diferenciar aquí que Pablo dice que “Jesûs descenderá del cielo” pero no dice que “Jesûs pisará la tierra” las dos cosas son completamente diferentes.

Quienes se refieren a la segunda venida de Jesûs a la tierra, son los autores de los cuatro evangelios. Tanto Marcos, como Mateo, Juan y Lucas profetizan la “παρουσία” “Parusía” o el regreso de Jesûs a la tierra para dirigir el juicio final y luego a implantar Su reino milenial.

2) “El Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios”:
--En su visión, Pablo ve a Jesûs con estas tres características en Su boca, algo que ningún versículo bíblico detalla como sucedido, en primer lugar, y en segundo, si es el Hijo de Dios, Dios mismo hablando, debemos esperar que todo ser viviente se conmueva al escuchar a Su Creador, cuya voz será mil veces más potente que los mas poderosos truenos y rayos que oímos en las más terribles tormentas eléctricas. De seguro que no será como un corito de adoradores, aunque canten gritando amplificados con los más potentes altavoces.

Ahora, cuando Pablo menciona la voz del Señor, ¿será que Pablo oyó a Jesûs hablando? ¿Será que el Señor abrirá Su boca para llamar a Su pueblo, así como lo hizo cuando resucitó a Lázaro?

3) “Porque y los muertos en Cristo resucitarán primero”:
--Tampoco para este caso hay una descripción registrada en alguno de los libros o versículos de la Biblia. El más cercano es aquel relatado en Mateo 27:52 cuando, al Jesucristo resucitar y salir de Su tumba, decenas que habían muerto antes resucitaron como resultado del poder y dominio que Jesûs tiene sobre la muerte. Pero este no es el evento al que se refiere Pablo, sino al que se relaciona con esta visión del futuro.

Además, es importante recalcar lo que dice Pablo acerca de los muertos que resucitarán: “murieron en Cristo”, es decir, conocieron al Señor, tuvieron una relación con Êl, entregaron sus vidas y dejaron que Jesûs fuera su Señor y Salvador.

4) “Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados”:
--Esta es la parte central de la profecía escatológica del arrebatamiento, donde fijamos nuestra esperanza en el cumplimiento de las promesas de Jesûs. Pablo se refiere aquí a los que estarán vivos, los que hayan “quedado,” quienes serán atrapados, agarrados, arrancados. La pregunta es ¿a los que hayan quedado después de qué o sobrevivido a qué?

Y aquí es donde la confusión doctrinaria aparece. ¿Es que acaso, los que seremos (serán) arrebatados, habremos (habrán) de sufrir algo previamente a ser arrebatados? ¿Será la Gran Tribulación?

5) “Juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire”:
--Pablo se refiere a “ellos” como los muertos que resucitaron en Cristo, quienes junto con los que “quedamos” (quedaron) veremos (verán) a Jesucristo en los aires, en los cielos.

Dos cosas importantes aquí: primero, en su profecía, Pablo “siempre” se refiere a aquellos que tienen a Jesucristo como su Señor y su Salvador, por lo tanto, el arrebatamiento es solo para los creyentes y seguidores de Jesucristo, no importa la fe o religión que profesen, incluida la judía.

Los judíos, si no aceptaron a Jesûs o lo negaron, serán indefectiblemente sometidos al juicio final, donde muchos de ellos perecerán por la eternidad. Y se menciona esto para recordar que la salvación no es por obra, ni por profesar alguna religión o ser de alguna raza o pueblo “escogido”, sino solo por la gracia de Jesucristo.

Y segundo, ¿será que “los que quedaron” son el remanente verdadero, la nueva Israel, los redimidos por Jesús?

6) “Y así estaremos siempre con el Señor”:
--Esta es la promesa máxima, de que pasaremos a habitar por siempre con Dios, Jesucristo y el Espíritu Santo, allá, donde no hay mas dolor, ni enfermedad, ni muerte.

7) “Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras”:
--Esto es, hermanos, recordándonos constantemente entre los creyentes, las promesas de nuestro Rey, de que vendrá por Su pueblo. Y grande es Dios para cumplir Sus promesas, porque no es hombre para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta.

Sin resurrección no hay cristianismo. La resurrección de Jesûs es el evento cumbre del cristianismo y de la humanidad entera, pues partió la historia del mundo en dos: el antes y el después de Jesûs. El antes, un mundo hundido en el pecado, siendo castigado constantemente por Dios. Y el después de la resurrección, un mundo hundido en el pecado pero que tiene en Jesucristo el perdón para esos pecados y el acceso a la vida eterna. La resurrección la atestiguaron los primeros santos.

Y el arrebatamiento lo verán los santos de los tiempos finales. El arrebatamiento es el cumplimiento del sacrificio de Jesûs en la cruz, es la entrada de los santos a la vida eterna en un cuerpo incorruptible. El arrebatamiento aún no ha sucedido, estamos a la espera, tiene que darse, porque, así como sin resurrección no hay perdón ni redención, sin arrebatamiento no hay la consumación del rescate de Jesûs a Su pueblo.

En el siguiente mensaje, hablaremos sobre las señales y los tiempos para el Arrebatamiento. Mientras tanto, mantengámonos orando y clamando al Señor, diciendo en nuestras oraciones y ruegos:
¡μαρὰν ἀθά! 
¡Maranatha! ¡Sí, Señor Jesûs, ven pronto!

ORACIÓN
«DIOS santo y Todopoderoso, a esta hora oramos “Maranatha”, ven pronto, Señor Jesûs, no tardes. La maldad ha tomado el control de la humanidad, poco a poco el plan de los malvados parece tomar forma y ganar terreno, pero los que creemos en Ti declaramos que Tû eres el dueño de todas las victorias, solo Tû Padre celestial eres el Victorioso de victoriosos que nunca ha perdido una batalla. Tû nos defenderás, proveerás y cuidarás de nosotros, sin importar que tan grande o feo sea el demonio que se pare enfrente. Creemos en Tus Promesas y descansamos en Tu Palabra. Y te damos toda la gloria, toda la honra y todo el honor, en el santo nombre de Tu Hijo amado Yeshûa HaMashiaj, amén y amén.»

התהילה היא רק של ישוע המשיח
DIOS te bendiga.

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