Devocional para hoy:
Miércoles 14 de Febrero, 2018.
“Aprender la Palabra Correctamente”
Por: David Egner
Edición: CF Jara
Leer: Salmos 119:17-24
«Pues tus testimonios son mis delicias y mis consejeros.» Salmo 119:24
La Palabra de Dios nos llega de muchas maneras: a través de las predicaciones bíblicas en nuestras iglesias, los devocionales recibidos por email, las canciones e himnos de adoración, los grupos de estudio, los artículos cristianos en las páginas sociales e internet, los podcasts, los videos con mensajes bíblicos, etc., nos presentan las verdades del Señor contenidas en las Escrituras. Sin embargo, no podemos pasar por alto la lectura y el estudio personal del Libro de Dios.
Hace poco, mi corazón se conmovió con un estudio minucioso y párrafo por párrafo de Deuteronomio 5 en paralelo con del Sermón del monte, en Mateo 5–7. Ambos pasajes contienen códigos de fe: los Diez Mandamientos (Deuteronomio 5:6-21) y las Bienaventuranzas (Mateo 5:3-12). Mientras Deuteronomio nos muestra el antiguo pacto, la ley que Dios quería que siguiera su pueblo, en Mateo, Jesús nos muestra cómo Êl vino a cumplir esa ley y a establecer los principios del nuevo pacto, el cual nos libera de todo peso de la ley.
El Espíritu Santo viene con la Palabra de Dios para enseñarnos, darnos poder, instruirnos, convencernos y purificarnos. El resultado es entendimiento, arrepentimiento, renovación y crecimiento en Cristo. El teólogo Philip Jacob Spener escribió: «Cuanto más a gusto estemos con la Palabra de Dios, tendremos más fe y más de sus frutos». Muchos en la iglesia le tienen temor a la palabra ‘Teología’, otros incluso hasta hacen burla de ella, y otros creen que no tienen nada que ver con la Biblia y la práctica de la fe. Mas nos es necesario comprender, que mientras mayor preparación tengamos en el conocimiento académico de las Escrituras, más contundentemente podremos responder a las estrategias de mentira y engaño del enemigo. Leer las Escrituras trae poder a la fe, pero estudiar la Palabra, nos potencia para la labor evangelística, que resulta en ganar más almas para el Señor.
Teología, como muchos conocen, significa el estudio académico de Dios, de todas las cosas concernientes a Êl y de lo que nosotros pensamos acerca de Él. Cada creyente crea su propia Teología en referencia a Dios y a todo lo que esa fe en particular representa en su relación con el Creador. Por lo tanto, para poder canalizar efectivamente el conocimiento recibido a través de la lectura y estudio bíblicos, todo cristiano debe hacer estudios del Logos de YHWH por lo menos en el Instituto Bíblico. Y si quiere alcanzar niveles más altos de conocimiento, sabiduría y revelación divinos, haga un bachillerato en Teología, luego una maestría en Divinidades y finalmente el Doctorado en Ministerio. Pero no para ser un “doctor de la ley” sino para ser un “doctor de la iglesia”, dos conceptos completamente diferentes.
Hace un tiempito escuché a alguien decir que la Biblia dice que “mucha palabra mata al espíritu”, en referencia a la creencia equivocada de que a los estudiosos bíblicos se les muere la fe. Primero, esa frase no está en ninguna parte de la Biblia y segundo, ningún espíritu puede morir, así sean los espíritus de maldad, mucho menos el Espíritu Santo de Dios. Antes bien, el hombre es el que muere por falta de conocimiento.
David escribió: «Abre mis ojos, y miraré las maravillas de tu ley» (Salmo 119:18). Jesús enseñó Su Palabra a Sus discípulos por tres años, algo parecido a una maestría en divinidades por el poder del conocimiento impartido y las experiencias vividas con el Mesías. Más tarde, algunos de ellos hicieron sus doctorados conforme llevaban adelante la obra evangelizadora por el mundo. Y como producto de ello, nació la iglesia de Cristo Jesús. Anímate, únete a una Casa de Estudio Bíblico o toma clases en el Instituto Bíblico, y verás como tu fe y la fe de nuestra iglesia se potencia a niveles nunca antes alcanzados.
Oración
«Señor, gracias por la Rhema, Palabra de entendimiento, revelación y sabiduría que tienes para el pueblo que Te busca en Espíritu y en verdad. El Señor Jesús pudo resistir al enemigo citando Tu preciosa Palabra, es decir, Jesús la conocía. Cuántos en Tu pueblo han perecido espiritualmente el día de hoy solo por no saber cómo responder a las provocaciones del maligno. Y cuántos ayer y por los tiempos de los tiempos; cuántos de los de Tu pueblo no se alejaron y se enfriaron y murieron en soledad absoluta, sin esperanza alguna, por no conocer Tu Palabra. Oh Señor santo, ten misericordia de nosotros y despierta Señor, a todo aquel que lee esta oración, una sed divina por conocer y estudiar Tu santa Palabra, porque cuando Tu Palabra habita en nuestro interior, nuestra vida resplandece en medio de la oscuridad, te lo pido humildemente en el nombre de tu Hijo amado Yeshua HaMashiaj, amén y amén.»
התהילה היא רק של ישוע המשיח
DIOS te bendiga.
Lea la Biblia en un año: Levítico 14; Mateo 26:51-75
Descargue el Mensaje de hoy en PDF: Aprender la Palabra Correctamente
Miércoles 14 de Febrero, 2018.
“Aprender la Palabra Correctamente”
Por: David Egner
Edición: CF Jara
Leer: Salmos 119:17-24
«Pues tus testimonios son mis delicias y mis consejeros.» Salmo 119:24
La Palabra de Dios nos llega de muchas maneras: a través de las predicaciones bíblicas en nuestras iglesias, los devocionales recibidos por email, las canciones e himnos de adoración, los grupos de estudio, los artículos cristianos en las páginas sociales e internet, los podcasts, los videos con mensajes bíblicos, etc., nos presentan las verdades del Señor contenidas en las Escrituras. Sin embargo, no podemos pasar por alto la lectura y el estudio personal del Libro de Dios.
Hace poco, mi corazón se conmovió con un estudio minucioso y párrafo por párrafo de Deuteronomio 5 en paralelo con del Sermón del monte, en Mateo 5–7. Ambos pasajes contienen códigos de fe: los Diez Mandamientos (Deuteronomio 5:6-21) y las Bienaventuranzas (Mateo 5:3-12). Mientras Deuteronomio nos muestra el antiguo pacto, la ley que Dios quería que siguiera su pueblo, en Mateo, Jesús nos muestra cómo Êl vino a cumplir esa ley y a establecer los principios del nuevo pacto, el cual nos libera de todo peso de la ley.
El Espíritu Santo viene con la Palabra de Dios para enseñarnos, darnos poder, instruirnos, convencernos y purificarnos. El resultado es entendimiento, arrepentimiento, renovación y crecimiento en Cristo. El teólogo Philip Jacob Spener escribió: «Cuanto más a gusto estemos con la Palabra de Dios, tendremos más fe y más de sus frutos». Muchos en la iglesia le tienen temor a la palabra ‘Teología’, otros incluso hasta hacen burla de ella, y otros creen que no tienen nada que ver con la Biblia y la práctica de la fe. Mas nos es necesario comprender, que mientras mayor preparación tengamos en el conocimiento académico de las Escrituras, más contundentemente podremos responder a las estrategias de mentira y engaño del enemigo. Leer las Escrituras trae poder a la fe, pero estudiar la Palabra, nos potencia para la labor evangelística, que resulta en ganar más almas para el Señor.
Teología, como muchos conocen, significa el estudio académico de Dios, de todas las cosas concernientes a Êl y de lo que nosotros pensamos acerca de Él. Cada creyente crea su propia Teología en referencia a Dios y a todo lo que esa fe en particular representa en su relación con el Creador. Por lo tanto, para poder canalizar efectivamente el conocimiento recibido a través de la lectura y estudio bíblicos, todo cristiano debe hacer estudios del Logos de YHWH por lo menos en el Instituto Bíblico. Y si quiere alcanzar niveles más altos de conocimiento, sabiduría y revelación divinos, haga un bachillerato en Teología, luego una maestría en Divinidades y finalmente el Doctorado en Ministerio. Pero no para ser un “doctor de la ley” sino para ser un “doctor de la iglesia”, dos conceptos completamente diferentes.
Hace un tiempito escuché a alguien decir que la Biblia dice que “mucha palabra mata al espíritu”, en referencia a la creencia equivocada de que a los estudiosos bíblicos se les muere la fe. Primero, esa frase no está en ninguna parte de la Biblia y segundo, ningún espíritu puede morir, así sean los espíritus de maldad, mucho menos el Espíritu Santo de Dios. Antes bien, el hombre es el que muere por falta de conocimiento.
David escribió: «Abre mis ojos, y miraré las maravillas de tu ley» (Salmo 119:18). Jesús enseñó Su Palabra a Sus discípulos por tres años, algo parecido a una maestría en divinidades por el poder del conocimiento impartido y las experiencias vividas con el Mesías. Más tarde, algunos de ellos hicieron sus doctorados conforme llevaban adelante la obra evangelizadora por el mundo. Y como producto de ello, nació la iglesia de Cristo Jesús. Anímate, únete a una Casa de Estudio Bíblico o toma clases en el Instituto Bíblico, y verás como tu fe y la fe de nuestra iglesia se potencia a niveles nunca antes alcanzados.
Oración
«Señor, gracias por la Rhema, Palabra de entendimiento, revelación y sabiduría que tienes para el pueblo que Te busca en Espíritu y en verdad. El Señor Jesús pudo resistir al enemigo citando Tu preciosa Palabra, es decir, Jesús la conocía. Cuántos en Tu pueblo han perecido espiritualmente el día de hoy solo por no saber cómo responder a las provocaciones del maligno. Y cuántos ayer y por los tiempos de los tiempos; cuántos de los de Tu pueblo no se alejaron y se enfriaron y murieron en soledad absoluta, sin esperanza alguna, por no conocer Tu Palabra. Oh Señor santo, ten misericordia de nosotros y despierta Señor, a todo aquel que lee esta oración, una sed divina por conocer y estudiar Tu santa Palabra, porque cuando Tu Palabra habita en nuestro interior, nuestra vida resplandece en medio de la oscuridad, te lo pido humildemente en el nombre de tu Hijo amado Yeshua HaMashiaj, amén y amén.»
התהילה היא רק של ישוע המשיח
DIOS te bendiga.
Lea la Biblia en un año: Levítico 14; Mateo 26:51-75
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