Oración para Hoy.
"Gracias Señor"
«Te alabaré, oh YHWH Dios mío, con todo mi corazón,
Y glorificaré Tu nombre para siempre.
Porque Tu misericordia es grande para conmigo,
Y has librado mi alma de las profundidades del Seol.
Oh Dios, los soberbios se levantaron contra mí,
Y conspiración de violentos ha buscado mi vida,
y no te pusieron delante de sí.
Mas tú, Señor, Dios misericordioso y clemente,
lento para la ira, y grande en misericordia y verdad,
mírame, y ten misericordia de mí; da Tu poder a Tu siervo,
y guarda al hijo de Tu sierva.
Haz conmigo señal para bien, y véanla los que me aborrecen,
y sean avergonzados; porque Tú, YHWH, me ayudaste
y me consolaste.» (Salmo 86:12-17)
“Amado Padre celestial, vengo a ti esta tarde mi Dios, para postrado en adoración de Tu santo nombre, darte las gracias por haberme traído hasta aquí; tormentas y nubarrones amenazaron mi caminar, aguas tempestuosas y vientos huracanados llegaron en varias jornadas; el cansancio, la duda y la desazón, inundaron mi ánimo, haciéndome tornar mis ojos hacia el camino recorrido; ha sido una larga jornada, Dios; ha sido largo el viaje, mi poco cabello ya se tiñe de plata, los dolores y deficiencias físicas y musculares aumentaron todos los días, y la salud se quebrantó en varias ocasiones. Los qués y los porqués empedraron mi caminar. Ha sido una jornada larga, dura, durísima….
Pero hasta aquí me has traído y nada me ha faltado, ni Tu amor, ni Tu provisión, ni Tu cuidado, ni Tu protección. Tú has sido mi sustento, mi roca fuerte, mi castillo y mi libertador. Tú la mano amorosa, el Poderoso Gigante, mi Libertador. Tú Señor, has sido mi respirar, mi sol, el agua que ha calmado mi sed; en Tu regazo me refugié, Tu manto santo ha sido mi paño de lágrimas y en Tus arrullos de fuentes divinas me dormí confiado, porque solo Tú me haces dormir en paz.
Por todas y cada una de esas jornadas te doy las gracias, mi Señor y mi Salvador, por cada día dedicado a servirte; por todos los soles que vi pasar sin poderlos disfrutar; por los amaneceres y atardeceres; por el amor y la paciencia de mi esposa y de mis hijos; por el amor y cariño de mi familia, de mis amigos y compañeros; por el ministerio que has puesto en mis manos para servirte, por las sonrisas que la gente me regala y por todos aquellos que oran por mi sin yo saberlo.
Bendícelos a todos, Todopoderoso e Inmortal Dios de la gloria, derrama sobre todos ellos, bendiciones que abunden y sobreabunden, remecidas y justas para que alcancen en sus necesidades y en las necesidades de los suyos.
Todo esto te lo pido en el santo nombre de Tu Hijo amado, Jesús, amén y amén.
La gloria es solo de Cristo Jesús.
(Editado, Trabajo Fin Semestre 4, Seminario Wesley, Clase de Mentoría y Dirección Espiritual, Marion, Indiana, Mayo 2015.)
"Gracias Señor"
«Te alabaré, oh YHWH Dios mío, con todo mi corazón,
Y glorificaré Tu nombre para siempre.
Porque Tu misericordia es grande para conmigo,
Y has librado mi alma de las profundidades del Seol.
Oh Dios, los soberbios se levantaron contra mí,
Y conspiración de violentos ha buscado mi vida,
y no te pusieron delante de sí.
Mas tú, Señor, Dios misericordioso y clemente,
lento para la ira, y grande en misericordia y verdad,
mírame, y ten misericordia de mí; da Tu poder a Tu siervo,
y guarda al hijo de Tu sierva.
Haz conmigo señal para bien, y véanla los que me aborrecen,
y sean avergonzados; porque Tú, YHWH, me ayudaste
y me consolaste.» (Salmo 86:12-17)
“Amado Padre celestial, vengo a ti esta tarde mi Dios, para postrado en adoración de Tu santo nombre, darte las gracias por haberme traído hasta aquí; tormentas y nubarrones amenazaron mi caminar, aguas tempestuosas y vientos huracanados llegaron en varias jornadas; el cansancio, la duda y la desazón, inundaron mi ánimo, haciéndome tornar mis ojos hacia el camino recorrido; ha sido una larga jornada, Dios; ha sido largo el viaje, mi poco cabello ya se tiñe de plata, los dolores y deficiencias físicas y musculares aumentaron todos los días, y la salud se quebrantó en varias ocasiones. Los qués y los porqués empedraron mi caminar. Ha sido una jornada larga, dura, durísima….
Pero hasta aquí me has traído y nada me ha faltado, ni Tu amor, ni Tu provisión, ni Tu cuidado, ni Tu protección. Tú has sido mi sustento, mi roca fuerte, mi castillo y mi libertador. Tú la mano amorosa, el Poderoso Gigante, mi Libertador. Tú Señor, has sido mi respirar, mi sol, el agua que ha calmado mi sed; en Tu regazo me refugié, Tu manto santo ha sido mi paño de lágrimas y en Tus arrullos de fuentes divinas me dormí confiado, porque solo Tú me haces dormir en paz.
Por todas y cada una de esas jornadas te doy las gracias, mi Señor y mi Salvador, por cada día dedicado a servirte; por todos los soles que vi pasar sin poderlos disfrutar; por los amaneceres y atardeceres; por el amor y la paciencia de mi esposa y de mis hijos; por el amor y cariño de mi familia, de mis amigos y compañeros; por el ministerio que has puesto en mis manos para servirte, por las sonrisas que la gente me regala y por todos aquellos que oran por mi sin yo saberlo.
Bendícelos a todos, Todopoderoso e Inmortal Dios de la gloria, derrama sobre todos ellos, bendiciones que abunden y sobreabunden, remecidas y justas para que alcancen en sus necesidades y en las necesidades de los suyos.
Todo esto te lo pido en el santo nombre de Tu Hijo amado, Jesús, amén y amén.
La gloria es solo de Cristo Jesús.
(Editado, Trabajo Fin Semestre 4, Seminario Wesley, Clase de Mentoría y Dirección Espiritual, Marion, Indiana, Mayo 2015.)
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