De los líderes y la confrontación

Miércoles 3 de Mayo, 2017.

Nuestro Pan Diario
“De los Líderes y la Confrontación”
(Por: CF Jara)

«Por eso, aunque antes YHWH pasó por alto los tiempos de la ignorancia, en este tiempo manda a todos los hombres, en todos los lugares, que se arrepientan;» Hechos 17:30 (Versión Israelita Nazarena)

Guía para leer la Biblia en un año, lectura para hoy: 1 Reyes 14-15; Lucas 22:21-46

¿Cuáles son las razones para que los líderes cristianos no confronten a miembros de su grey, cuando éstos cometen transgresiones en contra de otros?

El libro de los Hechos registra el discurso dado por apóstol Pablo en el Areópago de Atenas, ante una audiencia culta y educada, que sin embargo de ello, no conocían del Dios Verdadero y de Sus edictos, y transgredían abiertamente contra Él por ignorancia. Pablo escribe en el capítulo 17 versículo 30 del libro de los Hechos que «el pecado por ignorancia no será perdonado.» El apóstol afirma claramente que Dios ya cerró el tiempo cuando perdonaba los pecados cometidos por ignorancia; para los tiempos actuales, el mandato es arrepentirse por haber pecado, aunque sea por desconocimiento. No hay justificación para dejar de hacer o cumplir con los mandatos de Dios. Tristemente en la iglesia actual, líderes y pastores no hacen algunas cosas por ignorancia de lo que dicen las Escritas, como confrontar el pecado de los miembros de la iglesia.

La palabra ‘confrontar’, viene del latín ‘cumfrons’, ‘cum’ = con, y ‘frons’ = frontis, frente. La Real Academia de la Lengua la define como el acto de «Carear o poner a una persona frente a frente con otra para que debatan, discutan o examinen sus aseveraciones en contra de la otra.» En otras palabras, confrontar es poner a alguien o ponerse uno mismo frente a frente con otra persona con quien ha surgido un malentendido. No se entiende por ningún lado algo relacionado a conflictos o problemas, sino un proceso para aclarar un asunto que está afectando a dos o más partes. Sin embargo, muchos cristianos sienten que un sudor frio les recorre por la espalda cuando escuchan esta palabra, porque desconocen su verdadero significado pues el mundo ha tergiversado la definición. Y la iglesia de Cristo también. Si bien es cierto que el término ‘confrontar’ no consta en ninguna de sus formas, en ninguno de los escritos originales ni en la versión original de la Biblia, ni en las traducciones aceptadas, sin embargo es normal oír a creyentes que la citan en los corredores eclesiásticos, pero siempre, con el sentido equivocado. En su lugar, la relacionan con momentos de contrariedades y dificultades donde nadie quiere estar.

El Dr. Daniel White atribuye a esta confusión, el hecho de que muchos líderes de la iglesia actual están dejando de redargüir a la grey acerca de conductas negativas que provocan resentimientos entre los hermanos, pues los líderes, conocedores de los detalles, no toman ninguna acción, porque no quieren entrar en ningún tipo de conflicto. Desgraciadamente, esto resulta en el alejamiento de muchos creyentes de la iglesia.

A parte de este desconocimiento, está el hecho de que entre los temas más frecuentes que el pastorado ha predicado siempre, hay tres que ayudan a esta posición:
1) que una de las virtudes más importantes de los cristianos es la de ser pacificadores;
2) que debo ver primero mis defectos antes que los del resto; y
3) que el amor es la manifestación permanente que debe darse entre los hermanos en la fe.

De allí nace la justificación de los líderes para no actuar:
1) si soy líder y conozco de un conflicto, en el nombre de la paz dejo todo en las manos de Dios para que Él resuelva;
2) no debo juzgar porque no soy perfecto y mañana el juzgado puedo ser yo; y
3) tengo que amar y perdonar en todo tiempo sin importar que.

El Pastor Omar Herrera predica: «confronta a los creyentes, para que corrijan sus errores y puedan crecer espiritualmente.» Es muy seguro que este Pastor conoce el correcto significado del término pues lo usa para invitar a los líderes a que lideren a su grey a corregir sus errores para alcanzar la madurez espiritual, a través de confrontarlos. Pero pocos líderes y pocas iglesias lo hacen. Los conflictos no resueltos se transforman en las razones para que miles de creyentes alrededor del mundo, decidan alejarse de la práctica activa de la fe. Muchos de ellos probablemente nunca regresarán. (Daniel White, “Churches that Hurt”)

Por lo tanto, es tiempo de declarar que la iglesia no puede seguir permitiendo que ni un solo creyente más se aleje por causa de conflictos no atendidos. Para ello, los líderes deben cumplir con su trabajo en lugar de procrastinar sus responsabilidades. Si no quieren confrontar, entonces obedezcan lo que la Biblia manda a hacer en Mateo 18:15 y que es: “reprende”. Esta palabra es todavía más fuerte que “confrontar” y viene del griego ‘elenxon’ (ἔλεγξον) que significa: decir, mostrar, reprobar, reprender, corregir, exhortar una falta. Por supuesto esto debe ser hecho con el amor de Cristo Jesús, pero debe ser hecho, para el bien del propio transgresor, de su líder, del ofendido y de la iglesia en general.

Saber de los errores y transgresiones de sus dirigidos y no confrontarlos o reprenderlos, convierte al líder en un cómplice de los transgresores, por lo tanto, las consecuencias también caerán sobre él en algún momento. Un verdadero líder descansa su liderato en la obediencia de lo que la Biblia dice acerca de las cosas. De esa forma, dignificará su llamado cumpliendo con todas sus obligaciones, entre ellas “reprender” las faltas que uno o algunos de sus liderados cometan en contra de otros. Un líder que no actúa de esta manera, desgraciadamente verá pronto al ofendido alejarse de la iglesia, verá también al transgresor estancarse en su crecimiento espiritual y en un futuro no muy lejano, lo verá ofendiendo a otro hermano, repitiendo esa conducta una y otra vez, como resultado de que nadie le confrontó. Si las bancas de las iglesias se vacían por causa de los chismes, los responsables darán cuenta de eso un día ante el Creador de todo lo que existe. En el nombre de Jesús lo declaro.

La gloria es solo de Cristo Jesús.
DIOS te bendiga.

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