El verdadero sufrimiento

Lunes 3 de Abril, 2017.
Nuestro Pan Diario
“El verdadero sufrimiento”
(Por: CF Jara)

Versículos para hoy: Isaías 53

«Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento….y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada.» Isaías 53:10

Guía para leer la Biblia en un año, lectura para hoy: Jueces 16-18; Lucas 7:1-30

De la frente de Jesús manaban gruesas gotas de sudor mezcladas con sangre. El Hijo del Hombre se encontraba postrado orando intensamente a Su Padre, suplicándole que le eximiera de pasar por aquella terrible prueba que Su alma y Su espíritu presentían. Era la noche de aquel jueves de la Pascua de hace más de dos mil años, horas después de haber compartido con Sus discípulos la que sería Su última Cena. Sin embargo, Su Padre no lo exoneró de lo que la voluntad del Creador había establecido desde el principio del mundo. Y Jesús tuvo que sufrir los terribles tormentos que terminaron en Su muerte. Aquellos que conspiraron contra Él fueron los mismos que no mucho tiempo atrás, recibieron de Su misma mano, sanidad a lepras, cegueras, locuras, lisiaduras, pobreza espiritual, posesiones demoníacas, e incluso de la muerte. Aquellos no se acordaron del bien recibido.

En los días actuales y dentro de la iglesia de Cristo, es muy común que, desde sencillos creyentes hasta pastores, líderes y ministros, se quejen, sufran, lloren amargamente y hasta abandonen su llamado, debido a que han sido víctimas de acciones de maldad que se generaron precisamente en hermanos de la fe a quienes ellos ayudaron. Más si esos sucesos llegan a nuestras vidas, es necesario que recordemos el sufrimiento de nuestro Salvador en toda su dimensión. Solo así podremos darnos cuenta que nunca, ni en medio de la más terrible ofensa, injuria o vilipendio, con las consecuencias que ello puedan traer, nunca nuestro sufrimiento podrá compararse ni de lejos con los padecimientos del divino Maestro.

Jesús rompió en mil pedazos los esquemas de este mundo: entregó Su vida en la cruz por amor a todos quienes lo ofendieron y resucitó por ellos para darles el perdón a esas ofensas. Él fue el ofendido y sin embargo Él se sacrificó para darnos el perdón. Esa es en suma, la acción que debemos tomar cuando somos ofendidos: dejar morir en la cruz al orgullo en el que degenera el dolor causado por la ofensa ajena, para que el amor de Jesús resucite en nosotros y podamos ofrecer la virtud del perdón para nuestros ofensores

Oración: Señor mi Dios, te ruego que me des la fortaleza para poder crucificar mi orgullo en la cruz, que cualquier ofensa, sea esta grande o insignificante, no genere dolor y peor orgullo en mi; que nunca me olvide del terrible sacrifico que sufriste por darme el perdón a mis pecados y la salvación eterna a mi alma, de tal forma que yo pueda ofrecer perdón y amor a los que me aborrecen. Y así, libre de toda carga, pueda yo continuar el camino, sirviéndote y amándote libremente con todo mi corazón, te lo ruego humildemente en el nombre de tu Hijo amado Jesucristo, amén.  -CF Jara-

La gloria es solo de Cristo Jesús.
DIOS te bendiga.

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