La paz inobjetable

Viernes 7 de Abril, 2017

Nuestro Pan Diario
“La paz inobjetable”
(Por: CF Jara)

Versículos para hoy: Mateo 8:24-27

«La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.» Juan 14:27

Guía para leer la Biblia en un año, lectura para hoy: 1 Samuel 4-6; Lucas 9:1-17

Durante el último viaje a Ecuador, experimenté una de las más de tres mil réplicas del terrible terremoto que asoló parte del territorio costero de mi país en Abril del Año pasado. Eran cerca de las 3 de la mañana cuando la cama donde descansaba empezó a temblar; entre dormido y despierto me senté tratando de ordenar mis pensamientos. Me di cuenta que no solo la cama temblaba sino toda la casa y los ventanales. Recuerdo que me quedé sentado y empecé a alabar al Señor. No sentía temor. Mientras tanto, mucha gente ya había salido a las calles, buscando protección ante un posible desastre. Fue un temblor fuerte que duró unos 40 segundos. Tan pronto pasó, me acomodé de nuevo en la mullida cama y me quedé profundamente dormido. A la mañana siguiente mientras desayunaba, miraba las noticias; aquel temblor fue de 5 grados (fuerte) y estuvo seguido por otro, como una hora después. Sin embargo yo no lo sentí.

Los evangelios relatan que la misma noche cuando Jesús fue aprendido, unas horas antes el Maestro pidió a Pedro que orara, pero Pedro se durmió, recibiendo la reprimenda de Jesús por dos ocasiones. Algo más de diez años más tarde, Pedro fue arrestado en Jerusalén por orden de Herodes Agripa, y mientras se encontraba encarcelado, se echó a dormir hasta que se le presentó el ángel del Señor para liberarlo. La pregunta es: ¿Cómo pudo Pedro dormir cuando Jesús le pidió que orara y cuando estaba encarcelado y en peligro de muerte?

El apóstol ha recibido duras críticas por ello, especialmente por el primer evento. Pero ¿no fue el mismo Pedro el que encontró a Jesús dormido cuando la barca en que navegaban por el lago de Galilea estaba a punto de naufragar por causa de los vientos huracanados y el terrible oleaje? ¿No aprendió Pedro aquella noche a confiar en Jesús sin importar las circunstancias ni lo oscuro que podría parecer el horizonte? Meditando en mi reacción la noche del temblor, me atrevo a decir que quien tiene a Cristo duerme en paz, no siente temor de nada ni de nadie, descansa tranquilo, va y viene confiado; en suma, vive esperando el momento en que las trompetas suenen o que el ángel del Señor venga por él. Quien tiene a Cristo, tiene la paz que sobrepasa todo entendimiento.

Oración: Amado Jesús, te doy gracias mi Señor y Salvador porque por ti puedo dormir tranquilo, caminar confiado, trabajar alegre, vivir expectante. Al partir a reunirte con el Padre Eterno nos dejaste Tu paz, no como la del mundo, sino como la tuya, la paz inexplicable, interminable e inobjetable. Gracias te doy por ello, mi amado Yeshuaj Hamashiaj, en Tu Santo Nombre oro, amén y amén. 
-CF Jara-

La gloria es solo de Cristo Jesús.
DIOS te bendiga.

Encuentre más lecturas edificantes en Nuestro Pan Diario
http://www.ministeriosishunejar.com

No hay comentarios.: