“Reflexiones sobre la oración”
Por: CF Jara
Buenos días, la oración es el acto de arrodillarnos ante la presencia de Dios, es la decisión de humillarnos ante Su poder y magnificencia. ¿Para qué? Pues por muchas razones y motivos, entre ellos el pedir por ayuda en nuestras tribulaciones, sanación para nuestras enfermedades, gracia para nuestros proyectos, fortaleza para nuestras debilidades, interseción para bendición de otros, protección ante amenazas, unción para predicar Su Palabra, pero por sobre todo, perdón para nuestras transgresiones.
Así como la humanidad es gobernada por leyes humanas y la naturaleza por leyes naturales, el mundo espiritual está gobernado por leyes espirituales. Por ejemplo, si hacemos el bien, recibiremos el bien, porque así dice la ley espiritual. Por ello cuando nos arrodillamos para orar, la victoria sobre las cosas que nos están robando la paz viene sobre nosotros por cumplimiento de la ley espiritual a la que están sujetos los seres almáticos (los humanos) y los seres espirituales (los ángeles y demonios).
Nadie puede transgredir esas leyes, así como nadie puede escapar de esas leyes. El que observa la ley espiritual y la cumple, recibe el beneplácito divino, y todas las fuerzas del mal dejan de operar en nuestra contra. Mas cuando no cumplimos con las leyes, sean humanas o espirituales, hemos transgredido la ley y somos sujetos de penalidades. Por ello cuando nos arrodillamos a orar, los ángeles de YHWH ahuyentan a los espantos que nos acosan, el Espíritu Santo hace Su obra redentora y el Trono de la Gracia del Sacrosanto Omnipoderoso se conmueve para cambiar el curso del destino a nuestro favor.
Pero es necesario creer, tener fe; arrodillarse sin creer que es posible recibir lo que se va a pedir, es solo religiosidad. Por ello la Biblia dice que «Sin fe es imposible agradar a Dios.» Por ello hay cada dia millones de oraciones que no tienen respuesta porque se las han hecho sin fe, solo para ver si". Dios no juega, no miente, no duerme, no es pasivo, ni está muerto. Él camina por entre Su pueblo que ora en cada madrugada, y en Su caminar va dejando estelas de perdón, bendición, sanación, provisión y revelación. No sólo que Dios escucha las oraciones hechas con fe, sino que viene a visitar en Persona a aquellos que le han invocado creyendo. Sino es así, entonces pruébame por qué aún estás vivo y leyendo esto hoy, cuando pudiste haber muerto hace mucho.
La oración hermano, hermana, es la opción; es el arma más poderosa que Dios nos ha dado para alcanzar Su gracia en todos los desafíos de nuestra vida; es el momento donde mi Creador me encuentra en mis lamentos y yo lo encuentro en Su abrazo sempiterno y sublime. Por ello te pido y clamo hoy, no dejes de orar, NUNCA ni bajo ninguna circunstancia. Cumple la ley espiritual y te moverás cada dia de gloria en gloria y de victoria en victoria. Y como dice Dios mismo, si no crees «pruébame, a ver si no te abro las ventanas de los cielos sobre ti, con bendiciones abundantes que te provean y alcancen para bendecir a otros.» (lgesdJC)
DIOS te bendiga.
http://tunein.com/radio/Radio-web-El-Rey-Jes%C3%BAs-s244251/
Por: CF Jara
Buenos días, la oración es el acto de arrodillarnos ante la presencia de Dios, es la decisión de humillarnos ante Su poder y magnificencia. ¿Para qué? Pues por muchas razones y motivos, entre ellos el pedir por ayuda en nuestras tribulaciones, sanación para nuestras enfermedades, gracia para nuestros proyectos, fortaleza para nuestras debilidades, interseción para bendición de otros, protección ante amenazas, unción para predicar Su Palabra, pero por sobre todo, perdón para nuestras transgresiones.
Así como la humanidad es gobernada por leyes humanas y la naturaleza por leyes naturales, el mundo espiritual está gobernado por leyes espirituales. Por ejemplo, si hacemos el bien, recibiremos el bien, porque así dice la ley espiritual. Por ello cuando nos arrodillamos para orar, la victoria sobre las cosas que nos están robando la paz viene sobre nosotros por cumplimiento de la ley espiritual a la que están sujetos los seres almáticos (los humanos) y los seres espirituales (los ángeles y demonios).
Nadie puede transgredir esas leyes, así como nadie puede escapar de esas leyes. El que observa la ley espiritual y la cumple, recibe el beneplácito divino, y todas las fuerzas del mal dejan de operar en nuestra contra. Mas cuando no cumplimos con las leyes, sean humanas o espirituales, hemos transgredido la ley y somos sujetos de penalidades. Por ello cuando nos arrodillamos a orar, los ángeles de YHWH ahuyentan a los espantos que nos acosan, el Espíritu Santo hace Su obra redentora y el Trono de la Gracia del Sacrosanto Omnipoderoso se conmueve para cambiar el curso del destino a nuestro favor.
Pero es necesario creer, tener fe; arrodillarse sin creer que es posible recibir lo que se va a pedir, es solo religiosidad. Por ello la Biblia dice que «Sin fe es imposible agradar a Dios.» Por ello hay cada dia millones de oraciones que no tienen respuesta porque se las han hecho sin fe, solo para ver si". Dios no juega, no miente, no duerme, no es pasivo, ni está muerto. Él camina por entre Su pueblo que ora en cada madrugada, y en Su caminar va dejando estelas de perdón, bendición, sanación, provisión y revelación. No sólo que Dios escucha las oraciones hechas con fe, sino que viene a visitar en Persona a aquellos que le han invocado creyendo. Sino es así, entonces pruébame por qué aún estás vivo y leyendo esto hoy, cuando pudiste haber muerto hace mucho.
La oración hermano, hermana, es la opción; es el arma más poderosa que Dios nos ha dado para alcanzar Su gracia en todos los desafíos de nuestra vida; es el momento donde mi Creador me encuentra en mis lamentos y yo lo encuentro en Su abrazo sempiterno y sublime. Por ello te pido y clamo hoy, no dejes de orar, NUNCA ni bajo ninguna circunstancia. Cumple la ley espiritual y te moverás cada dia de gloria en gloria y de victoria en victoria. Y como dice Dios mismo, si no crees «pruébame, a ver si no te abro las ventanas de los cielos sobre ti, con bendiciones abundantes que te provean y alcancen para bendecir a otros.» (lgesdJC)
DIOS te bendiga.
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