Nuestro Pan Diario
“¿Para qué preocuparme?”
(Por Poh Fang Chia)
Leer: 40:25-31
«Echa sobre el Señor tu carga, y él te sustentará…» Salmo 55:22
La Biblia en un año: Isaías 39–40; Colosenses 4
Un hombre se preocupaba constantemente por todo. Sin embargo, un día, sus amigos lo oyeron silbar alegremente y lo notaron llamativamente relajado.
- ¿Qué pasó? —le preguntaron asombrados.
- Le estoy pagando a alguien para que se preocupe por mí.
- ¿Cuánto le pagas?
- Dos mil dólares por semana.
- ¡Vaya! ¿Cómo puedes pagarle tanto?
- No puedo —respondió—. De eso, tiene que preocuparse él.
Aunque esta manera humorística de manejar el estrés no funciona en la vida real, los hijos de Dios pueden entregarle sus preocupaciones a Aquel que tiene todo perfectamente bajo control; incluso, y en especial, cuando nos parece que no es así.
El profeta Isaías nos recuerda que Dios hace salir las estrellas y las llama por su nombre (40:25-26); que por «la grandeza de su fuerza, y el poder de su dominio» (v. 26), no falta ninguna de ellas: y que, así como Él sabe sus nombres, también nos conoce a nosotros en forma personal. Estamos bajo su cuidado (v. 27).
Si tendemos a angustiarnos, podemos entregar esa preocupación al Señor. Él nunca está demasiado ocupado o cansado como para no prestarnos atención. Tiene todo el poder y la sabiduría, y le encanta usar estas cosas para nuestro beneficio. El Santo que guía las estrellas nos rodea con sus brazos de amor.
Señor, que nunca olvide que prometiste estar siempre a mi lado.
La preocupación termina donde empieza la fe.
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Ministerios Cristianos Mundiales “Îshu-nejar”
www.ministeriosishunejar.com
Un hombre se preocupaba constantemente por todo. Sin embargo, un día, sus amigos lo oyeron silbar alegremente y lo notaron llamativamente relajado.
- ¿Qué pasó? —le preguntaron asombrados.
- Le estoy pagando a alguien para que se preocupe por mí.
- ¿Cuánto le pagas?
- Dos mil dólares por semana.
- ¡Vaya! ¿Cómo puedes pagarle tanto?
- No puedo —respondió—. De eso, tiene que preocuparse él.
Aunque esta manera humorística de manejar el estrés no funciona en la vida real, los hijos de Dios pueden entregarle sus preocupaciones a Aquel que tiene todo perfectamente bajo control; incluso, y en especial, cuando nos parece que no es así.
El profeta Isaías nos recuerda que Dios hace salir las estrellas y las llama por su nombre (40:25-26); que por «la grandeza de su fuerza, y el poder de su dominio» (v. 26), no falta ninguna de ellas: y que, así como Él sabe sus nombres, también nos conoce a nosotros en forma personal. Estamos bajo su cuidado (v. 27).
Si tendemos a angustiarnos, podemos entregar esa preocupación al Señor. Él nunca está demasiado ocupado o cansado como para no prestarnos atención. Tiene todo el poder y la sabiduría, y le encanta usar estas cosas para nuestro beneficio. El Santo que guía las estrellas nos rodea con sus brazos de amor.
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