- ADÁN, EL ROJO
- RAZA Y ETNIA
- EL CALENDARIO DE LA CREACIÓN
- EL ISRAEL DE LA BIBLIA
- ARZARETH, LAS TIERRAS AL OTRO
LADO DE LOS MARES
- ESDRAS 4 (EZRA 4)
- LA AMÉRICA INDIA DESCIENDE DEL
ISRAEL BIBLICO
- COLÓN Y EL VERDADERO PROPÓSITO
PARA “DESCUBRIR’ AMÉRICA
- ARZARETH ES TAMBIÉN LA TIERRA
DEL CASTIGO
- LA BIBLIA Y LOS JESUCRISTIANOS
- JESÛS Y LOS JESUCRISTIANOS
- ESTADOS UNIDOS, LA JER-USA-LEM
DE LOS TIEMPOS DEL FIN
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En esta parte estudiaremos el segundo
linaje que pobló la tierra, que es el único linaje o raza que desciende
directamente de Dios a través de Adán, y luego de Set. El linaje de Dios habitó
la tierra desde el comienzo de la Creación hasta el Diluvio. Luego del Diluvio,
la raza de Dios desciende de los tres hijos de Noé, Cam, Sem y Jafet, y de
ellos, todas las etnias que existen actualmente.
Debido a que el enemigo de Dios dañó
Sus planes en el Edén, a través de la serpiente antigua, la tierra vio por un
milenio gran maldad causada por los Reptilianos y Nefilines, los dos linajes de
satanás. Entonces el Creador decidió acabar con todo aquello enviando el
Diluvio. Pero debido a que los linajes de los hacedores de maldad sobrevivieron
al Diluvio, el Señor decidió escoger a un pueblo para que llevara a cabo la
eliminación de aquellos hacedores de maldad. Entonces llamó al pueblo Israel,
pero los Israelitas fracasaron en su misión.
Por esto, el Señor envió a Jesûs, Su
Hijo Unigénito para que ofrendara Su vida en la cruz, para que luego de Su
victoria sobre la muerte, todo aquel que creyera Su sacrificio, sería hecho
parte de la nueva Israel, la nación de Dios de los tiempos del fin. Los
Jesucristianos son los redimidos por la sangre bendita de Jesûs, adoptados como
hijos de Dios a través de Su magnánime y por siempre eterno amor.
ADÁN, EL ROJO
Dios, el Señor Todopoderoso, dio origen
a una sola raza y de color rojizo a través de Adán. De éste desciende Set, y de
éste proviene el único linaje de humanos que desciende directamente de Dios
y que es el segundo linaje en poblar la tierra. De
Set desciende Noé, de Noé descienden sus tres hijos, Cam, Sem y Jafet, y de
estos tres desciende toda la humanidad, una sola raza y tres etnias originales
que se fueron multiplicando con el pasar del tiempo dando origen a una cantidad
de etnias igual o mayor a las naciones o países de la tierra.
Mientras la ciencia basada solo en
supuestos sostiene que los humanos descendemos de los monos, la Biblia nos
relata el verdadero origen de la humanidad, nos dice que descendemos de Adán,
el primer hombre formado por las manos de Dios. Todo comenzó cuando Dios Padre
dijo a Su Hijo y a Su Espíritu Santo,
«Hagamos al hombre a nuestra imagen,
conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de
los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra
sobre la tierra.» (Génesis 1:26)
Entonces,
«YHWH Dios formó al hombre del polvo de
la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser
viviente.» (Génesis 2:7)
Luego,
«Tomó, pues, YHWH Dios al hombre, y lo
puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase.»
(Génesis 2:15)
Más tarde, Dios dio potestad al primer
hombre que creó para poner nombres a todas las plantas y árboles, aves, peces y
animales de la tierra,
«YHWH Dios formó, pues, de la tierra
toda bestia del campo, y toda ave de los cielos, y las trajo a Adán para que
viese cómo las había de llamar; y todo lo que Adán llamó a los animales
vivientes, ese es su nombre.» (Génesis 2:19)
En cuanto al nombre del primer hombre y
mujer que Dios creó, el Señor les puso “zakar” y “neqebah” que en
hebreo significan “varón, hombre” y “varona, mujer” respectivamente, y a los
dos los llamó “adám” que significa “humanidad,”
«Este es el libro de las generaciones
de Adán. El día en que creó Dios al hombre, a semejanza de Dios lo hizo. Varón
y hembra los creó; y los bendijo, y llamó el nombre de ellos Adán, el día en
que fueron creados.» (génesis 5:1-2)
De acuerdo a la tradición, “Adán”
significa “primero.” Sin embargo, en el antiguo hebreo, “Adam” significa
“rojo.” Es decir, cuando el Señor vio terminada la obra de Sus manos lo llamó “rojo”
o “colorado” por la manera cómo Adán lucía. Esto se
podría explicar con el proceso de fabricación de vasijas u objetos de la
arcilla o barro de la tierra. Para que los objetos de barro no se deformen y
guarden su forma original es necesario cocerlos en un horno a altas
temperaturas. Cuando los objetos están listos, el color resultante es ROJO.
Aunque la Biblia no lo indica
directamente, el nombre que Dios le puso al primer hombre, “rojo” nos permite
suponer lo que hizo Dios luego de formar a Adán, no lo dejó como barro crudo,
sino que perfeccionó Su obra sometiéndola al intenso calor del Espíritu Santo
cuando sopló vida por la boca de Adán. Entonces el color de la piel del hombre
resultante no fue ni blanco, ni negro, ni café, ni amarillo, etc., sino ROJO.
Científicamente, para determinar el
origen de los colores de la piel de las razas y etnias se puede usar la escala
cromática de colores. Para empezar, si se pone al blanco o negro en el centro
de la escala, no se obtienen más colores que el más blanco y el más negro. Sin
embargo, si se pone al rojo como el centro, es más fácil que yendo hacia abajo
del rojo se llegue al blanco, o yendo hacia arriba, el rojo llegue al negro,
mientras que en el intermedio de la escala están todos los demás matices
correspondientes, como el café, cobrizo, amarillo, etc.
Los otros colores de la piel vinieron
con el pasar de cientos y quizá miles de años y se fueron originando por el
tipo de alimentación, las condiciones climáticas, la cantidad de calor recibida
del sol, el tipo de agua que se bebía, el medio ambiente, e incluso, la
composición mineral de la tierra donde se sembraban los frutos que se comían.
RAZA Y ETNIA
En la Biblia no existen los términos “raza o etnia” sino las palabras
“nación y tribu.” El término “nación” identifica a la a región geográfica en
donde residen o provienen un grupo de tribus. Y la palabra “tribu” se refiere a
la descendencia de las personas a través del árbol genealógico, es decir su familia.
Un grupo de tribus forman una nación.
En cuanto al nombre de las tribus,
naciones y/o regiones, generalmente se las asociaba con el nombre del hombre
más prominente, poderoso o acaudalado. En ningún momento las diferentes
apariencias o color de piel definieron a las personas, pueblos o naciones. En
la Biblia no leemos en NINGUNA parte que tal o cual personaje era negro, rubio,
blanco, o amarillo. De hecho, los historiadores bíblicos sostienen que varios
personajes bíblicos como Judas tenían la piel oscura o negra, pero la Biblia no
lo dice.
Científicamente, el color de la piel de
todos los seres humanos se debe a la cantidad de melanina presente en los genes
de cada persona, lo cual confirma de plano, que la humanidad proviene de una
sola raza. Es a partir del siglo 18 que se empieza a utilizar la palabra “raza”
para clasificar a los seres humanos dependiendo del color de su piel, al
igual que la palabra “especie” en el mundo animal y vegetal. Así nacen la “raza
blanca,” “negra,” “amarilla,” “cobriza,” etc.
Más tarde se hace la subclasificación
de las razas agrupando a las personas de acuerdo a las regiones o países donde
viven y a ciertas características físicas similares. A esta subclasificación se
llamó “etnia”
que
significa “comunidad de personas que tienen una descendencia común y comparten
los mismos rasgos físicos, culturales, lingüísticos, religiosos, etc.
En otras palabras, “raza” y “etnia”
tienen un significado diferente. Esta aclaración se hace para tumbar por tierra
la afirmación de los judíos de la actualidad que sostienen que el judaísmo es
una raza, al igual que la blanca, negra, cobriza, amarilla, etc. No, los judíos
son una etnia, por su origen y religión.
Por lo tanto, querido lector, la
división de los seres humanos por razas no es bíblica ni viene del Creador, así
como la doctrina que fomenta de odio entre las “razas.” Científica y
bíblicamente lo hemos probado, el racismo es una doctrina satánica del enemigo
de Dios cuyo objetivo es sembrar el odio y la división entre los seres humanos
creados a imagen y semejanza de Dios. Ninguna persona es superior a la otra, ni
otra es inferior a ninguna.
Y si aún después de conocer esto hay
detractores que siguen insistiendo en la superioridad o inferioridad de las
razas o en que los blancos son racistas, que los negros son inferiores etc.,
recuerde que es tanta la similitud entre todos los seres humanos que TODOS
tenemos un corazón, dos pulmones, un hígado, dos brazos, una cabeza, 206
huesos, etc., y que en todos los seres humanos corre sangre roja por las venas,
etc. Y al final, cuando los gusanos se han comido toda la carne, lo que
queda es un esqueleto de color blanco, haya sido el individuo del color de piel
que haya sido.
EL
CALENDARIO DE LA CREACIÓN
La ciencia sostiene que la creación del
universo se debió a una gran explosión o “big-ban,” y data el aparecimiento del
hombre hace cientos de millones de años atrás como descendiente de los simios,
sin ninguna prueba fehaciente sino solo teorías y suposiciones, muchas de ellas
descabelladas. En cambio, la Biblia, el primer libro
que se empezó a escribir hace cuatro mil años, nos relata en el libro del
Génesis capítulo 1 que Adán y su descendencia aparecieron sobre la tierra hace
aproximadamente seis mil años.
Esta primera afirmación del Génesis nos
lleva a la siguiente, que hace concluir que para entonces ya Dios habría creado
tanto el universo como la tierra. Aunque la Biblia no especifica la fecha de
creación del universo, nos da a entender que podrían ser mil años antes de Adán
de acuerdo a la información bíblica de que Dios hizo todo en una semana de
siete días. Y si cada día representa mil años y si Adán fue formado hace seis
mil años, entonces todo comenzó hace siete mil años.
Otros detalles que se pueden deducir
luego de leer el texto bíblico son, por ejemplo, que el Señor crea el universo,
los cielos, los planetas entre ellos la tierra, y los ángeles, arcángeles,
querubines y serafines al mismo tiempo. Así mismo, según la Biblia, se puede
establecer que cuando Dios decide organizar la tierra, ya existían las
tinieblas (satán) y el abismo (infierno) por lo que la ordenación de la tierra
se dio luego de la rebelión de Luzbel y la tercera parte de los ángeles en
los cielos.
A continuación, transcribimos el
calendario de la Creación contenido en los capítulos 1 y 2 del libro del
Génesis:
Según la Biblia, este es el calendario de la creación en 7 días:
Día Primero, Domingo
DIOS crea primero los Cielos y luego la Tierra -Génesis 1
1En el
principio creó Dios los cielos y la tierra.
Cómo
era la Tierra al comienzo
2Y la
tierra estaba desordenada y vacía,
Se
menciona al enemigo de Dios y el infierno
y las
tinieblas estaban sobre la faz del abismo,
Se
menciona al Espíritu Santo
y el
Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas.
Se
menciona a Jesûs
3Y dijo
Dios: Sea la luz; y fue la luz.
Nota:
Entonces Dios hizo la luz, que es Jesûs según varios versículos y pasajes de la
Biblia como por ejemplo en Juan 1:4-5; 1:7-9; 8:12; 9:5 y 12:35.
DIOS
crea los Días -Génesis 1
4Y vio
Dios que la luz era buena; y separó Dios la luz de las tinieblas.
5Y
llamó Dios a la luz Día, y a las tinieblas llamó Noche.
Y fue
la tarde y la mañana un día.
Día Segundo, Lunes
DIOS
crea el Firmamento (Domo) -Génesis 1
6Luego
dijo Dios: Haya expansión en medio de las aguas, y separe las aguas de las
aguas.
7E hizo
Dios la expansión, y separó las aguas que estaban debajo de la expansión, de
las aguas que estaban sobre la expansión. Y fue así.
8Y
llamó Dios a la expansión Cielos. Y fue la tarde y la mañana el día segundo.
Nota: Esta división que Dios puso
entre las aguas del universo y que llamó “cielos” da origen a la creencia de
que es en realidad un domo que cubre a la tierra, y que, además, prueba que la
tierra es plana y no una esfera como se sostiene hasta el día de hoy.
Día Tercero, Martes
DIOS
crea los Mares -Génesis 1
9Dijo
también Dios: Júntense las aguas que están debajo de los cielos en un lugar, y
descúbrase lo seco. Y fue así.
DIOS
crea la Tierra -Génesis 1
10Y
llamó Dios a lo seco Tierra, y a la reunión de las aguas llamó Mares. Y vio
Dios que era bueno.
DIOS
crea la Naturaleza -Génesis 1
11Después
dijo Dios: Produzca la tierra hierba verde, hierba que dé semilla; árbol de
fruto que dé fruto según su género, que su semilla esté en él, sobre la tierra.
Y fue así.
12Produjo,
pues, la tierra hierba verde, hierba que da semilla según su naturaleza, y
árbol que da fruto, cuya semilla está en él, según su género. Y vio Dios que
era bueno.
13Y fue
la tarde y la mañana el día tercero.
Día Cuarto, Miércoles
DIOS
crea el Tiempo -Génesis 1
14Dijo
luego Dios: Haya lumbreras en la expansión de los cielos para separar el día de
la noche; y para que sirvan de señales para las estaciones, para días y años,
Nota: La
lumbrera mayor o el sol para que señorease en el día, y la lumbrera menor o la
luna para que señorease en la noche y para que ambas lumbreras separen la luz
de las tinieblas.
DIOS
crea al Sol y la Luna -Génesis 1
15y
sean por lumbreras en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la tierra.
Y fue así.
16E
hizo Dios las dos grandes lumbreras; la lumbrera mayor para que señorease en el
día, y la lumbrera menor para que señorease en la noche;
DIOS
crea las Estrellas -Génesis 1
hizo
también las estrellas.
17Y las
puso Dios en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la tierra,
18y
para señorear en el día y en la noche, y para separar la luz de las tinieblas.
Y vio Dios que era bueno.
19Y fue
la tarde y la mañana el día cuarto.
Día Quinto, Jueves
DIOS
crea los Peces, las Aves -Génesis 1
20Dijo
Dios: Produzcan las aguas seres vivientes, y aves que vuelen sobre la tierra,
en la abierta expansión de los cielos.
21Y
creó Dios los grandes monstruos marinos, y todo ser viviente que se mueve, que
las aguas produjeron según su género, y toda ave alada según su especie. Y vio
Dios que era bueno.
22Y
Dios los bendijo, diciendo: Fructificad y multiplicaos, y llenad las aguas en
los mares, y multiplíquense las aves en la tierra.
23Y fue
la tarde y la mañana el día quinto.
Día Sexto, Viernes
DIOS
crea los Animales terrestres -Génesis
1
24Luego
dijo Dios: Produzca la tierra seres vivientes según su género, bestias y
serpientes y animales de la tierra según su especie. Y fue así.
25E
hizo Dios animales de la tierra según su género, y ganado según su género, y
todo animal que se arrastra sobre la tierra según su especie. Y vio Dios que
era bueno.
DIOS
crea a Adán y Eva -Génesis 1
26Entonces
dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y
señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en
toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra.
27Y
creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los
creó.
DIOS
crea a Adán y Eva, Génesis 2
5….
porque Jehová Dios aún no había hecho llover sobre la tierra, ni había hombre
para que labrase la tierra,
6sino
que subía de la tierra un vapor, el cual regaba toda la faz de la tierra.
7Entonces
Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento
de vida, y fue el hombre un ser viviente
18Y
dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea
para él.
19Jehová
Dios formó, pues, de la tierra toda bestia del campo, y toda ave de los cielos,
y las trajo a Adán para que viese cómo las había de llamar…
más
para Adán no se halló ayuda idónea para él.
21Entonces
Jehová Dios hizo caer sueño profundo sobre Adán, y mientras éste dormía, tomó
una de sus costillas, y cerró la carne en su lugar.
22Y de
la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al
hombre.
23Dijo
entonces Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; ésta será
llamada Varona, porque del varón fue tomada.
25Y
estaban ambos desnudos, Adán y su mujer, y no se avergonzaban.
Nota: Dios
hizo al primer hombre del barro y lo llamó Adán, que en hebreo antiguo
significa “rojo,” y de éste, hizo a Eva y los bendijo a los dos.
DIOS
bendice a Adán y Eva y les da una misión -Génesis 1
28Y los
bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y
sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en
todas las bestias que se mueven sobre la tierra.
Nota: Dios
bendice a Adán y Eva y les ordena poblar y dominar la tierra.
DIOS
crea al Edén -Génesis 1
29Y
dijo Dios: He aquí que os he dado toda planta que da semilla, que está sobre
toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla; os serán para
comer. 30Y a toda bestia de la tierra, y a todas las aves de los cielos, y a
todo lo que se arrastra sobre la tierra, en que hay vida, toda planta verde les
será para comer. Y fue así.
31Y vio
Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera. Y fue la
tarde y la mañana el día sexto.
DIOS crea al Edén -Génesis 2
8Y
Jehová Dios plantó un huerto en Edén, al oriente; y puso allí al hombre que
había formado.
9Y
Jehová Dios hizo nacer de la tierra todo árbol delicioso a la vista, y bueno
para comer; también el árbol de vida en medio del huerto, y el árbol de la
ciencia del bien y del mal.
10Y
salía de Edén un río para regar el huerto, y de allí se repartía en cuatro
brazos.
15Tomó,
pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo
labrara y lo guardase.
DIOS
advierte a Adán y Eva -Génesis 2
16Y
mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer;
17mas
del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él
comieres, ciertamente morirás.
Día Séptimo, Sábado -Génesis 2
DIOS
después de acabar Su creación descansa en este día (Sábado)
1Fueron,
pues, acabados los cielos y la tierra, y todo el ejército de ellos.
2Y
acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo; y reposó el día séptimo de toda
la obra que hizo.
3Y
bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la
obra que había hecho en la creación.
4Estos
son los orígenes de los cielos y de la tierra cuando fueron creados, el día que
Jehová Dios hizo la tierra y los cielos.
5y toda planta del campo antes que fuese en la tierra, y
toda hierba del campo antes que naciese;
Nota: El Señor antes de Adán, aún no había hecho llover sobre la
tierra. Entonces hizo a Adán para que labrase la tierra.
EL
ISRAEL DE LA BIBLIA
Eva y Adán desobedecen a Dios y pecan
con la serpiente, luego de lo cual Eva da a luz a Caín, hijo de Satán, y a
Abel, hijo de Adán, que sería asesinado por Caín. Más tarde, Eva daría a luz a
Set, de quien desciende Noé y quien es el patriarca que Dios escoge para
reiniciar la raza humana, pues la tierra se había corrompido de suma manera
incluyendo los animales y niños, y por ello Dios mandó el Diluvio.
Tal como está escrito en la Biblia,
Dios les perdonó la vida en el Diluvio a Noé, su esposa Nahama, sus tres hijos
Cam, Jafet y Sem y sus esposas. Algún tiempo después del Diluvio, Dios llama a
Abraham, descendiente de Sem, a fundar Su nación con el propósito de que Israel
acabara con todos los miembros de las tribus descendientes de Caín. El Señor
les concedió muchos caprichos a los Israelitas inclusive les concedió el deseo
de ser un reino liderado por un rey. Pero tanto los reyes como el pueblo de Israel
procrastinaron las órdenes del Señor, y debido a su desobediencia y rebeldía,
los hizo desparecer de la faz de la tierra.
Según el capítulo 10 del libro del
Génesis, así fue la descendencia de cada uno de los hijos de Noé:
Cam
Nombre que al igual que Eber, significa
“quemado, negro, oscuro, caliente,” etc. Cam tuvo cuatro hijos:
- Cus, de donde se
origina Etiopía. Sus hijos fueron Sebá, Javilá, Sabta, Ragama y
Sabteca.
Cus
engendró a Nimrod, quien llegó a ser el primer hombre poderoso en la
tierra.
- Mizraim, que da
lugar a Egipto, al cual la Biblia se refiere como "la tierra de Cam;”
- Fut, que da
origen a Libia. Mizraim también tuvo a Casluhim, de donde salieron los
filisteos; y
- Canaán, que
engendró a Sidón, Jet, y a los jebuseos, amorreos, gergeseos, jivitas,
araceos, sineos, arvadeos, semareos y jamatitas, los cuales fueron los
enemigos del Israel bíblico. El territorio de los cananeos se extendía
desde Sidón, en dirección a Gerar, hasta Gaza; y en dirección de Sodoma,
Gomorra, Adma y Zeboyin, hasta Lasa.
Jafet
Algunos autores sostienen que fue el
primogénito de Noé en lugar de Sem. Jafet tuvo siete hijos: Gomer, Magog,
Madai, Javán, Tubal, Mesec y Tiras, los cuales dieron lugar a las etnias de los
persas, romanos, escitas y macedonios y los europeos occidentales, quienes han
dominado la civilización humana porque eso fue determinado por Dios, tal como
se lee en Génesis 9:27,
«Dios agrandará a Jafet, y habitará en
las tiendas de Sem; y Canaán será su siervo.»
Cam y Jafet dan lugar a través de sus
hijos a muchas otras etnias que se fueron multiplicando con el tiempo, como
resultado de los cruces entre ellas.
Sem
En cuanto a Sem, es el primer hijo de
Noé; Sem significa “prosperidad, fama.” Sem a su vez tuvo cinco hijos, Elam,
Asur, Arfaxad, Lud y Aram, quienes dieron origen a los pueblos de India, China,
Corea, Japón, Mongolia, Indonesia y Malasia, así como a los pueblos árabes como
los asirios, caldeos, elamitas, arameos, moabitas, amonitas y edomitas.
Abraham, el padre de Israel, es la sexta generación que desciende de Heber,
hijo de Sem.
De Sem desciende Abraham; de Abraham
desciende Isaac; de éste, su hijo Jacob, y de éste, sus doce hijos: Rubén,
Simeón, Leví, Judá, Isacar, Zabulón, Gad, Aser, Dan, Neftalí, José y Benjamín.
Entonces Dios le cambió el nombre a Jacob por Israel, esto hace cuatro mil años
atrás en la historia. Y los doce hijos de Jacob dieron origen a las doce tribus
que conformaron la nación de Dios que fue llamada Israel.
Algunos Eventos Importantes en la
Historia del Israel Bíblico
- José cuando niño
es abandonado por sus hermanos;
- José llega a ser
el segundo en el poder en el imperio egipcio solo después de Faraón;
- Jacob y su
familia se mudan a Egipto por causa de la hambruna;
- Los Hebreos se
quedan en Egipto por 430 años;
- Moisés aparece y
lidera la salida de los Hebreos de Egipto y la travesía por el desierto
que dura 40 años;
- Los Hebreos
entran a la tierra prometida;
- Los Jueces
lideran a Israel por 340 años de una terrible pobreza y miseria debido a
que se olvidaron de Dios y el Pacto;
- El Señor se
reconcilia con Su pueblo y les concede el deseo de ser un reino cuyo
primer rey fue Saúl, a quien le sucedió David, y a éste, su hijo Salomón,
el tercer y último rey;
- Dios permite que
Salomón divida el reino en dos reinos que desparecerán más tarde porque
ninguno de los reyes cumplió con la orden del Señor de acabar con sus
enemigos, los Reptilianos descendientes de Caín;
- La historia del
Israel bíblico acaba por las progresivas invasiones de sus enemigos desde
el siglo 7 a.C. hasta el año 70 d.C.;
- El remanente de
las nueve tribus llegó a unas tierras llamadas Arzareth, nunca antes
habitadas y ubicadas al otro lado de los mares. Este viaje les tomó más de
un año y medio, y allí dieron lugar a su descendencia, que son los pueblos
aborígenes de las Américas;
- Dos mil años más tarde se fundó el
estado sionista impostor.
ARZARETH, LAS TIERRAS AL OTRO LADO DE
LOS MARES
*Para aprender más acerca de que las 10 Tribus están en Arzareth
(América) mire el video: https://www.youtube.com/watch?v=E32W17CDHBU
De acuerdo al
calendario bíblico de la creación, alrededor de tres mil años atrás (cuatro mil
técnicamente) comenzó la desaparición de la faz de la tierra tanto al reino de
Israel como a las doce tribus debido a su desobediencia en cumplir las órdenes
de Dios, quien permitió primero, la división del reino por la mano de Salomón
mientras agonizaba y luego, las sucesivas invasiones de los reinos enemigos de
Israel hasta su desaparición:
- Corría el año 930 a.C. cuando
Salomón entregó a su hijo Jeroboam el reino del Norte o Israel que estuvo
conformado por nueve tribus: Rubén, Simeón, Dan, Neftalí, Gad,
Aser, Isacar, Zabulón y José; y
- Y el reino del Sur o Judá le
entregado a Roboam, y estuvo conformado por tres tribus, las de Judá,
Benjamín y Leví.
Alrededor de doscientos años más tarde,
tanto el reino del Norte o Israel como el reino del Sur o de Judá comenzaron a
sufrir las invasiones de Asiria, Babilonia, Egipto, Roma, etc. En la invasión
asiria del siglo 7 a.C. al reino del norte, el rey Sargón se llevó cautivos a
Babilonia a pocos sobrevivientes de los cuales, una parte eran de las cortes
reales y otro grupo de la población humilde. Éstos suplicaron al rey que, con
el propósito de guardar pura su fe bíblica en el Dios Todopoderoso, los dejara
ir a unas tierras lejanas donde nadie había habitado antes y que estaban al
otro lado de los mares. Y Sargón accedió. Este
viaje les tomó alrededor de un año y medio.
De acuerdo al profeta
Esdras, estas eran las tierras llamadas “Arzareth,” palabra hebrea que
significa “las tierras al otro lado de los mares donde nadie había habitado
jamás.” Entonces los Israelitas salieron de Babilonia, hoy Irak, cruzaron el
rio Éufrates y enrumbaron hacia el norte, pasaron por los territorios de lo que
hoy es Turquía, Armenia, Georgia y Azerbaiyán hasta llegar a los
territorios de lo que hoy es Rusia. Allí un grupo decidió ir hacia el este y el
resto hacia el oeste.
Esdras explica que
las aguas del río Éufrates fueron separadas por Dios para que los hebreos
pudiesen pasar, y según el profeta, este también será el lugar por donde los
hebreos de los tiempos del fin cruzarán cuando vengan de regreso a Israel, para
lo cual el Señor separará otra vez las aguas del río. El cumplimiento de esta
profecía está cerca pues las noticias reportan una alarmante y mortal reducción
de las aguas del rio a tal punto que los expertos auguran su próxima sequedad
total.
Volviendo
al viaje, los Israelitas avanzaron hacia el norte pasando por donde hoy están
Armenia, Georgia y Azerbaiyán hasta los territorios que hoy es Rusia. Allí, los
Israelitas se separaron en dos grupos, los que decidieron ir hacia el oeste, es
decir, en dirección a lo que hoy es Europa, mientras que el segundo grupo
decidió ir hacia el este, es decir, hacia los territorios que hoy comprenden la
misma Rusia, India, China, Japón, Malasia y Mongolia.
Hacia
el Oeste
El grupo que giró hacia el oeste algunos se quedaron en lo que hoy
es Rusia y otros llegaron hasta Groenlandia y Europa del norte, a los
territorios que hoy se conocen como Alemania, Finlandia, Suecia, Noruega,
Dinamarca, Inglaterra, Escocia y Gales cuyas banderas nacionales tienen una
cruz, excepto Alemania. Si bien es cierto que no se conoce en su totalidad
cuáles tribus tomaron cuál ruta, si se sabe que las tribus de Dan, Judá y
Benjamín son quienes llegaron a Europa donde dieron origen a los pueblos sajones,
anglos, escandinavos y eslavos que, con el pasar del tiempo, fueron dando
origen a muchas naciones que luego de la Reforma y el renacimiento de la
iglesia evangélica, reconocieron a Jesûs como su Señor y Salvador.
Los descendientes de estas naciones emigraron en el siglo 16 d.C. a
los territorios que hoy comprenden Canadá y Estados Unidos desde donde
esparcieron al mundo y por los próximos trecientos años la fe en Jesucristo
sabedores de que los redimidos por la sangre de Jesûs son la nación de Dios por
adopción a través del sacrificio de Su Hijo en la cruz, el nuevo Israel de los
tiempos del fin que atestiguará el gran evento del arrebatamiento del pueblo de
Jesucristo.
Hacia
el Este
Recalcando en el hecho de que no se conoce a cabalidad cuáles
tribus tomaron hacia el oeste y cuáles al este, lo que sí se sabe es que el grupo que tomó hacia el este pasó por la
inmensa estepa rusa llegando a la India, China, Japón, Mongolia y a algunas
regiones de Indonesia y cruzaron a través del estrecho de Bering a Arzareth, lo que
hoy es Alaska, y fueron bajando hacia lo que hoy es Canadá, Estados Unidos y al
resto del continente americano, donde dieron origen a las tribus indígenas, los
nativos que poblaron las Américas, mal llamados “indios,” que poblaron y
pueblan estos territorios
desde Alaska hasta las
regiones australes de las Patagonias Argentina y Chilena pasando por el Caribe. Un testimonio de esto son las tribus de Rubén y José que llegaron a
la Amazonia del Ecuador.
Mas a diferencia de los pueblos de las tribus que se quedaron en
Europa y que llegaron a saber otra vez de Su Abba padre a través de la fe en
Jesûs, los que llegaron a Arzareth o las Américas fueron perdiendo su identidad
poco a poco y se fueron olvidando de su Creador hasta que llegaron los
invasores españoles, los cuales los sometieron a una esclavitud inhumana que
provocó el genocidio de millones y su casi exterminio, siendo esto el
cumplimiento del castigo del Señor por
la rebelión, castigo que está escrito en el capítulo 28 del libro de
Deuteronomio, desde el versículo 15 al 61 y que solo se levantará en los
tiempos de la Gran Tribulación.
En
cuanto a las tribus de Judá, Benjamín y Leví, su desaparición se consumó en el
año 70 d.C., cuando Jerusalén fue destruida por el general romano Tito, tal
como lo profetizó el Señor Jesûs. Es muy posible que a la fecha de hoy no haya
descendientes de estas tribus.
ESDRAS 4 (EZRA 4)
Esdras (Ezra) fue un escriba y sumo
sacerdote de descendencia Judeana que nació y vivió en Babilonia, en el siglo 4
a.C. Por sus poderes religiosos y políticos, fue enviado por el rey persa
Artajerjes como líder del grupo de judíos exiliados de Babilonia para la
reconstrucción de Jerusalén (Esdras 7:8, 12) junto con otros dos líderes
principales, Zorobabel, que reconstruyó el templo (Esdras 3:8) y Nehemías, que
reconstruyó las murallas (Nehemías 1 y 2).
Según la Biblia hebrea, cuando Esdras
llegó a Jerusalén reintrodujo la Toráh entre los judíos, restableció la
adoración bíblica (Esdras 7–10 y Nehemías 8), condenó los matrimonios de los
judíos con esposas extranjeras, y los alentó a que se divorciaran de ellas y
las desterraran. Pero a la misma vez, este sacerdote es considerado un
personaje oscuro del cual se conoce muy poco, aparte de que es el autor del
libro que lleva su nombre y del cual se dice que en algunos pasajes se atribuyó
para sí mismo logros conseguidos por Nehemías.
Esdras es parte del grupo de seis o siete
profetas menores del tiempo del cautiverio que se criaron o nacieron en
Babilonia y que por esa razón pudieron no solo asimilar costumbres y
tradiciones babilónicas sino también la doctrina religiosa politeísta babilónica,
que se basa en el Talmud y la Khábala, dos libros satánicos, y que entre sus
dioses principales está Moloch. Si bien es cierto que no se puede afirmar en
qué proporción fueron influenciados los siete profetas y por supuesto Esdras,
pero por varios factores que relata la historia, se puede percibir un cierto
nivel de confusión en algunos de ellos.
De hecho, Esdras es considerado padre del
judaísmo rabínico, lo cual no es detalle de poca monta pues del regreso de los
“judíos” (no más “israelitas o hebreos”) del cautiverio se origina el judaísmo
como la religión que resultó de la mezcla entre la fe
bíblica y la religión babilónica, basada en el Talmud y la Khábala, y que se
preserva tal cual hasta los días de hoy.
Sin embargo, y a favor de Esdras y los
otros como Daniel, Jeremías, Nehemías, Ezequiel, etc., se puede afirmar que
ninguno de ellos en su tiempo pudo vislumbrar que los judíos que regresaron del
cautiverio, llamados antes israelitas, iban a torcer todas las cosas de Dios y
volverlas en una religión satánica.
En cuanto al escrito de Esdras
relacionados con Arzareth se debe manifestar que en este tiempo las Biblias
Cristianas Protestantes incluyen solo un libro de Esdras, mientras que las
Biblias Católica y Ortodoxa contienen al libro 2, que técnicamente se subdivide
en los libros 2, 3, 4, 5 y 6.
El libro 4 de Esdras que compete a estos
estudios, contiene el relato del sacerdote acerca del viaje del remanente de
las diez tribus Israelitas en el siglo 7 a.C. hacia unas tierras lejanas donde
nadie había habitado antes y llamadas “Arzareth.” Pero este libro fue declarado “apócrifo” es decir falso,
inventado, tergiversado, etc., 1960 por la Sociedad Bíblica Americana en 1960,
y retirado por ello de las Biblias evangélicas. ¿Casualidad o coincidencia?
¿Hay alguien a quien no le conviene que se sepa esta historia? No se sabe, lo
que si se conoce es que esta sociedad cristiana es financiada por los judíos
kházaros.
Y si hubo un plan sionista para mantener oculta la verdad acerca
de dónde están las diez tribus de Israel, este plan ha fracasado debido a los
estudios histórico-antropológicos de muchos científicos entre ellos judíos a través de los tiempos. Estos
estudios, escritos e investigaciones prueban y comprueban dos cosas:
- Que Arzareth es el continente
americano que va desde Alaska a la Patagonia, a donde llegó un remanente de 10 tribus del Israel bíblico; y
- Que este remanente de las 10
tribus del Israel bíblico dio origen a través de su descendencia a los
nativos indígenas que pueblan estos territorios desde el Canadá hasta la
Argentina y el Caribe.
Para efectos del mensaje, compartimos la perícopa del libro 4 de
Esdras capítulo 13 versículos del 25 al 48, relacionada con la visión que tuvo
el profeta y que empezó cuando vio a Jesucristo salir de los mares y ascender a
los cielos, cuatrocientos años antes del nacimiento del Señor Jesûs:
Esdras ve a Jesucristo 400 años antes del nacimiento del Mesías
«Este es el significado de la visión: Mientras viste a un
hombre que subía de en medio del mar,
26 Este es a quien Dios Altísimo le ha reservado un gran
tiempo, el cual por sí mismo librará a Sus criaturas: y ordenará a las que
quedan atrás.
27 Y lo que viste, que de Su boca salía como una ráfaga de
viento, y fuego, y tempestad;
28 Y que no empuñaba espada ni instrumento alguno de
guerra, sino que Su irrupción destruyó a toda la multitud que venía a
someterlo; esta es la interpretación:
La Tribulación
29 He aquí vienen días en que el Altísimo comenzará a
librar a los que están sobre la tierra.
30 Y vendrá para asombro de los moradores de la tierra.
31 Y se comprometerán a luchar uno contra otro, una ciudad
contra otra, un lugar contra otro, un pueblo contra otro, y un reino contra
otro.
32 Y será el tiempo en que sucederán estas cosas, y
sucederán las señales que antes te he mostrado, y entonces será declarado mi
Hijo, a quien viste como un hombre ascendiendo.
33 Y cuando todo el pueblo oiga Su voz, cada uno en su
propia tierra dejará la batalla que tienen unos contra otros.
34 Y se reunirá una multitud innumerable, como los viste,
dispuesta a venir y vencerlo peleando.
La Segunda Venida de Jesûs
35 Pero Êl estará sobre la cima del monte Sión.
36 Y vendrá Sión, y será mostrada a todos los hombres,
preparada y edificada, como viste el monte esculpido sin mano.
37 Y este mi Hijo reprenderá los malvados inventos de
aquellas naciones, que por su mala vida han caído en la tempestad;
38 Y pondrá delante de ellos sus malos pensamientos, y los
tormentos con que comenzarán a ser atormentados, que son como una llama; y los
destruirá sin trabajo por la ley que es como yo.
Los sobrevivientes de la invasión
Babilónica son llevados cautivos
39 Y por cuanto viste que reunió consigo otra multitud
pacífica;
40 Estas son las diez tribus que fueron llevadas
prisioneras de su propia tierra en tiempos del rey Osea, a quienes Salmanasar
rey de Asiria llevó cautivos, y los llevó sobre las aguas, y así llegaron a
otra tierra.
El remanente de las nueve Tribus sale para Arzareth
41 Pero ellos tomaron el consejo entre ellos de dejar la
multitud de los paganos e ir a un país más lejano, donde nunca habitó la
humanidad.
42 para que allí guardaran sus estatutos, que nunca
guardaron en su propia tierra.
43 Y entraron en el Éufrates por las angosturas del río.
44 Porque el Altísimo les hizo señales y detuvo el diluvio
hasta que pasaron.
45 Porque había un largo camino por aquella tierra, de año
y medio; y la misma región se llama Arzareth.
46 Permanecieron allí hasta los últimos días.
47 Luego, cuando estén de vuelta,
48 el Altísimo detendrá de nuevo las fuentes del río para
que puedan pasar.» (Esdras 13:25-48)
LA AMÉRICA INDIA DESCIENDE DEL ISRAEL
BIBLICO
Una de estas doctrinas sostiene que nadie
sabe dónde están los descendientes de las nueve tribus del norte. Sin embargo,
y partiendo del hecho de que los kházaros son muy meticulosos, estudiosos y,
sobre todo, muy astutos, es imposible aceptar que no saben dónde están sus
orígenes y que anden tan campantes.
A
pesar de que, como se dijo más arriba, no se conoce con exactitud cuáles tribus
tomaron hacia el oeste y cuáles al este, las crónicas y reportes de viaje de
investigadores que participaron en los viajes de Cristóbal Colón y las
posteriores expediciones españolas, así como también a las investigaciones y
testimonios través de las centurias de decenas de eruditos, historiadores
bíblicos, paleontólogos, genealogistas, arqueólogos, etc.,
nos dan pistas acerca de esto.
Dichas
investigaciones contienen amplia información acerca de los contactos con muchas
tribus de indígenas del Caribe y otras que se habían aislado en medio de las
selvas inaccesibles de la Amazonía sudamericana, quienes tenían en sus
dialectos palabras hebreas como “shalom,” y que conocían partes de la Tanaj,
como, Deuteronomio 6 que sostiene que “Dios Uno solo es.”
Pero también otros investigadores
llegaron a contactar a los pueblos indígenas de Norteamérica como los Siux,
Comanches, Apaches, Pieles Rojas, Navajos, etc., cuya creencia religiosa se
basaba en un solo dios que había enviado a la tierra un mediador, cuyo nombre
en su lenguaje significaba “el Hijo de Dios.”
COLÓN Y EL
VERDADERO PROPÓSITO PARA “DESCUBRIR’ AMÉRICA
La verdadera razón por la que se produjo
la invasión española a las Américas, fue porque Cristóbal Colón, el marinero
italiano de origen judío kházaro, quien sabía lo que el profeta
Esdras había escrito acerca de que un remanente de las tribus del reino de
Israel viajó a unas tierras ubicadas al otro lado de los mares, que no habían
sido habitadas nunca y cuyo nombre era “Arzareth.”
Colón compartió aquella verdad con los
reyes españoles, y los convenció de financiar el viaje basado en la grandeza
que significaría encontrar finalmente al pueblo perdido de Dios. Sin embargo,
el verdadero propósito de Colón era llegar a aquellas tierras para verificar si
los descendientes de Israel estaban allí y proceder a su exterminio pues eran
peligrosos porque los kházaros ya se habían apropiado de la identidad del
Israel bíblico y no estaban dispuestos a echarse para atrás.
La invasión liderada por Colón y el
posterior genocidio y coloniaje, al que los españoles llaman conquista,
permitió que varios judíos kházaros se colaran en las Carabelas y llegaran a
recónditas regiones y territorios para corroborar lo que Cristóbal Colón y
varios rabinos, historiadores y escolásticos judíos escribieron al respecto,
como confirmación de lo escrito por Esdras.
ARZARETH ES TAMBIÉN LA TIERRA DEL CASTIGO
Pero Dios no solo que guardó silencio con Su pueblo, por causa
de no haber cumplido la misión de acabar con las tribus enemigas, sino que
también condenó al remanente y sus descendientes que habían llegado a Arzareth,
a un sufrimiento terrible que irá hasta el fin de los tiempos. Esta profecía
está en el capítulo 28 del libro de Deuteronomio, desde el versículo 15 al 68 y
empezó a cumplirse con la invasión y genocidio español de América en 1492.
Arzareth o la América India tenía para entonces, más de sesenta
millones de habitantes, los cuales fueron aniquilados a través de un sangriento
y despiadado coloniaje llevado a cabo por Cristóbal Colón y las huestes
españolas al principio, luego portugueses, ingleses holandeses, franceses,
etc., y hasta los blancos y mestizos criollos, quienes diezmaron la población
indígena por 300 años.
Como un ejemplo de lo que es la maldición de Dios sobre Su
pueblo contenida en este pasaje bíblico, compartimos dos perícopas del libro de
Deuteronomio capítulo 28. Quizá usted pueda darse cuenta de la magnitud del terrible
castigo que Dios impuso en contra el remanente del Israel bíblico por causa de su rebeldía,
«Por cuanto no serviste a YHWH tu
Dios con alegría y con gozo de corazón, por la abundancia de todas las cosas,
servirás, por tanto, a tus enemigos que enviare YHWH contra ti, con hambre y
con sed y con desnudez, y con falta de todas las cosas; y Êl pondrá yugo de
hierro sobre tu cuello, hasta destruirte.
YHWH traerá contra ti una nación de
lejos, del extremo de la tierra, que vuele como águila, nación cuya lengua no
entiendas; gente fiera de rostro, que no tendrá respeto al anciano, ni
perdonará al niño; y comerá el fruto de tu bestia y el fruto de tu tierra,
hasta que perezcas; y no te dejará grano, ni mosto, ni aceite, ni la cría de
tus vacas, ni los rebaños de tus ovejas, hasta destruirte…»
«Y quedaréis pocos en número, en lugar de haber sido
como las estrellas del cielo en multitud, por cuanto no obedecisteis a la voz
del Señor tu Dios.
Así como el Señor se gozaba en haceros
bien y en multiplicaros, así se gozará el Señor en arruinaros y en destruiros;
y seréis arrancados de sobre la tierra a la cual entráis para tomar posesión de
ella.
Y el Señor te esparcirá por todos los
pueblos, desde un extremo de la tierra hasta el otro extremo; y allí servirás a
dioses ajenos que no conociste tú ni tus padres, al leño y a la piedra.
Y ni aun entre estas naciones
descansarás, ni la planta de tu pie tendrá reposo; pues allí te dará el Señor
corazón temeroso, y desfallecimiento de ojos, y tristeza de alma; y tendrás tu
vida como algo que pende delante de ti, y estarás temeroso de noche y de día, y
no tendrás seguridad de tu vida.
Por la mañana dirás: ¡Quién diera que
fuese la tarde! y a la tarde dirás: ¡Quién diera que fuese la mañana! por el
miedo de tu corazón con que estarás amedrentado, y por lo que verán tus ojos.
Y el Señor te hará volver a Egipto en
naves, por el camino del cual te ha dicho: Nunca más volverás; y allí seréis
vendidos a vuestros enemigos por esclavos y por esclavas, y no habrá quien os
compre.» (Deuteronomio
28:62-68)
LA BIBLIA Y LOS JESUCRISTIANOS
La segunda
etnia que el Creador del Universo escogió como pueblo Suyo es, de acuerdo a las
enseñanzas tanto de Jesûs como de los apóstoles, entre ellos Pedro y Pablo, el
inmenso pueblo de los redimidos por Jesucristo, la verdadera nación de Israel
de los tiempos del fin, porque fuimos adquiridos con precio de sangre y
adoptados como pueblo de Dios por el sacrificio de Jesûs. Pedro lo declara en 1
Pedro 2:9-10,
«9
Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo
adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de Aquel que os llamó de
las tinieblas a Su luz admirable;
10
Vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois pueblo de
Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, pero ahora habéis
alcanzado misericordia.»
Así mismo,
el apóstol Pablo hace una magistral interpretación en el capítulo 11 de la
carta a los Romanos, desde el versículo 1 al 24, del hecho de que fue Dios
quien, por causa de la rebeldía y desobediencia de Israel, Su pueblo bíblico,
permitió entre el siglo 7 a.C. hasta el año 70 d.C., primero su división y
luego, todas las invasiones de los reinos enemigos como los babilonios,
asirios, griegos, egipcios, romanos, etc., invasiones que los puso al borde del
exterminio y los esparció por los confines de la tierra,
«¿Qué
pues? Lo que buscaba Israel, no lo ha alcanzado; pero los escogidos sí lo han
alcanzado, y los demás fueron endurecidos; como está escrito: Dios les dio
espíritu de estupor, ojos con que no vean y oídos con que no oigan, hasta el
día de hoy. Y David dice:
Sea
vuelto su convite en trampa y en red, en tropezadero y en retribución; sean
oscurecidos sus ojos para que no vean, y agóbiales la espalda para siempre.» (Romanos 11:7-10)
El Antiguo Testamento, Tanaj, o Biblia
Hebrea, relata entre otros eventos, la historia de Dios y Su creación, la
desobediencia de Eva y Adán, el castigo del Diluvio, el nuevo comienzo, cuando
escogió a Israel como Su pueblo (NO Su país), cuando entregó a los Israelitas
la misión de eliminar a todo vestigio de los linajes de la serpiente,
Reptilianos y Nefilines, que había sobrevivido al Diluvio, etc. Pero Israel
procrastinó y desobedeció la orden de Dios, por ello, el Señor los dispersó por
el mundo y así estarán hasta el Juicio Final.
Por su parte, el Nuevo Testamento o
Evangelios, relata la historia del sacrificio de Dios por Su amor sublime e
infinito con Su creación, cuando envió a la tierra a Jesûs, Su Hijo unigénito,
para tender un puente entre la humanidad perdida y la eternidad. Los evangelios
relatan la vida de Jesûs, Su ministerio, milagros, obras, pero, sobre todo, Sus
enseñanzas que se resumen en la gloriosa promesa de que regresará a llevarse a
Su pueblo, los Jesucristianos, aquellos que lo han declarado el Señor de sus vidas.
La Biblia, en resumen, es la historia de
amor entre Dios y la humanidad. Por ello, mis queridos hermanos, el libro de
Dios es nuestra principal herramienta, instrumento, arma, que nos guía, nos
enseña, nos edifica, nos sana, pero, sobre todo, nos recuerda de las promesas
de nuestro Salvador de que no estamos solos, que Êl estará con nosotros hasta
el fin.
JESÛS Y LOS
JESUCRISTIANOS
Con la desaparición del pueblo de Dios
o Israel de la faz de la tierra, luego de las invasiones entre el siglo 7 a.C.
y el año 70 d.C., el sacrificio de muerte del Hijo del Hombre en la cruz dio
lugar al proceso que la Biblia llama “adopción por la sangre derramada de
Jesucristo,” lo cual dio lugar al nacimiento del pueblo de Dios de los tiempos
del fin, los Jesucristianos, el pueblo conformado por hombres y mujeres de
todas las razas y etnias del mundo, hermanados por el sacrificio de sangre de
Jesûs en la cruz, y hechos herederos de todas Sus promesas, entre ellas, el de
llevarnos a vivir la vida eterna junto con nuestro Salvador Jesucristo, con
Dios Padre y Todopoderoso, y con nuestro guiador y consolador, el Espíritu
Santo.
Los Jesucristianos son aquellos que
entregaron su corazón al Hijo de Dios y que confiesan que Jesucristo es su
Señor y su Salvador, el Rey de reyes y Señor de señores. Este pueblo es, de
acuerdo a las propias palabras de Jesûs y de Sus discípulos, la nación santa,
linaje escogido, real sacerdocio, el pueblo adquirido, adoptado e insertado en
la genética divina por la sangre bendita de Jesûs.
Pero este también es el pueblo que ha
sufrido la persecución cruel y terrible por parte del gobernador mundial
enemigo del Dios Altísimo. Y cuando estemos en medio de los siete años de la
Tribulación, la policía mundial conformada por los adoradores del falso
profeta, impondrán la Sharía como ley universal y vendrán a las casas de cada
uno de los Cristianos evangélicos a exigir que repudien a Jesûs, a Dios, la
Biblia y la fe, y que se postren ante la imagen de Moloch, y a dejarse poner la
marca de la bestia en la mano o frente. Y todos aquellos que se nieguen a hacer
todo esto, serán condenados a morir decapitados por la guillotina.
Entonces y solo entonces vendrá el
Rapto de los creyentes justos, aquellos que murieron decapitados y los que
sobrevivieron, pero que guardaron su fe, serán levantados en los aires, dados
un cuerpo incorruptible, perfecto y eterno, y serán llevados a los cielos donde
recibirán las coronas de los galardones, y asistirán como invitados especiales
a las Bodas del Cordero, luego de lo cual gobernarán la tierra junto con
Jesucristo por los mil años del milenio. ¡Gloria a Jesucristo por siempre y
para siempre!!
ESTADOS UNIDOS, LA JER-USA-LEM DE LOS TIEMPOS DEL FIN
La Biblia sostiene que, tanto el Israel
bíblico, es decir, el pueblo y la nación bíblica de Dios desparecieron de la
faz de la tierra, y que los Cristianos Evangélicos, Jesucristianos o el pueblo
redimido por Jesûs son el pueblo de Dios de los tiempos del fin, entonces la
misión es saber dónde
o cuál
sería la
nación de Israel de los Tiempos del Fin.
Es muy común oír la frase “Jerusalén,
la ciudad santa,” “la ciudad de Dios,” etc. Sin embargo, esta es otra falsedad
levantada por los judíos sionistas falsos semitas, pues al consultar la Biblia,
se lee que Jerusalén es la ciudad donde se humilló, escupió, torturó y
crucificó al Hijo de Dios. Por todo esto, quién en sus cabales podría sostener
que esta ciudad es santa a pesar que fue allí donde se mató al Hijo de Dios;
cómo podría siquiera considerarse que el Dios Padre de nuestro Señor Jesucristo
podría dejar a esta ciudad y sus gentes impunes después de semejante acto de
odio y rebelión en Su contra.
Las calles de Jerusalén están manchadas
por la sangre del Cordero Santo. Además, desde su fundación hasta los tiempos
actuales ha atestiguado guerras, matanzas, divisiones, odios, idolatría,
depravación, etc. Por lo tanto, la Jerusalén actual no tiene nada de santa ni
de pura; sus calles, muros, paredes, cimientos, etc., NO pertenecen a la ciudad
construida en los milenios previos a la crucifixión del Señor porque esa ciudad
fue destruida hasta el suelo en el año 70 d.C. luego de la invasión de los ejércitos
romano comandados por el general Tito.
Para efectos del mensaje, fue el mismo
Señor Jesûs quien una semana antes de Su crucifixión, profetizó la total
destrucción de Jerusalén, de la cual no quedaría piedra sobre piedra, entre
otros horrores, tal como reporta la Biblia, y como lo reportaron los
historiadores de ese tiempo como Clemente y Flavio Josefo,
«41 Y cuando llegó cerca de la ciudad,
al verla, lloró sobre ella,
42 diciendo: ¡Oh, si también tú
conocieses, a lo menos en este tu día, lo que es para tu paz! Mas ahora está
encubierto de tus ojos.
43 Porque vendrán días sobre ti, cuando
tus enemigos te rodearán con vallado, y te sitiarán, y por todas partes te
estrecharán,
44 y te derribarán a tierra, y a tus
hijos dentro de ti, y no dejarán en ti piedra sobre piedra, por cuanto no
conociste el tiempo de tu visitación.» (Lucas 19:41-44)
El libro del Apocalipsis habla de la
“Nueva Jerusalén,” la ciudad de las calles de oro y el mar de cristal, que
vendrá sobre la tierra y estará suspendida en los aires durante el milenio del
reinado de Jesucristo, donde habitarán el Señor y Sus santos, y cuya forma es
de un cubo de mil kilómetros de largo, mil de ancho y mil de alto. Pero también
la Biblia habla de la Jerusalén de Dios de los tiempos del fin, la nación
fundada por Sus siervos que pusieron a la Biblia como el fundamento de su
constitución y a Jesucristo como la piedra angular de la sociedad: los Estados
Unidos de Norteamérica.
De hecho, si usted se fija, dentro de
la palabra “Jerusalén,” que en hebreo significa “ciudad de paz,” están las
iniciales en inglés del nombre de este país: Jer – USA – lem. Aunque esto puede
ser rebatido, sin embargo, el largo historial de los Estados Unidos como el
país de entre todos los países del mundo que más ha aportado para la
propagación de los evangelios en todo el mundo, desde el primer día de su
fundación, es un hecho que nadie puede negar.
Así mismo, Estados Unidos es el país de
donde han salido millones de misioneros a todos los países de la tierra por los
últimos doscientos años, y así mismo, es el país donde se han impreso cientos
de millones de Biblias, más que en ningún otro país.
Pero muchos dirán que los Estados
Unidos es el país que más ha invadido, declarado la guerra, y arrebatado territorios
a otros países, mientras que en otros ha puesto, sacado y hasta matado sus
presidentes, ha violentado los derechos humanos de sus ciudadanos, ha
corrompido líderes, gobernantes, militares, policías, académicos, y ha matado a
miles de civiles sin contar con los militares muertos, etc., etc., todo para
saquear sus riquezas y recursos naturales y someter a aquellos países a su
dominio total.
Sin embargo, los Estados Unidos son más
que eso, son sus paisajes, montañas, valles, ríos, mares, playas, historia,
cultura, etc., pero, sobre todo, sus ciudadanos, quienes no tienen nada que
ver con las obras de maldad de muchos de sus líderes, congresistas y
presidentes. Esta verdad se aplica a los ciudadanos comunes de todos los otros
países del mundo, y es completamente errado creer o afirmar que los ciudadanos
de tal o cual país son malvados, asesinos, etc.
Quienes han perpetrado todos aquellos
abusos y crímenes desde las posiciones de poder político y económico, son los
círculos del poder omnímodo que gobierna el mundo desde las sombras, cuya
mayoría, para variar, son los banqueros judíos sionistas kházaros, quienes
tomándose el nombre de EEUU y de sus ciudadanos, han perpetrado las más
terribles conspiraciones que han costado la vida a millones de seres humanos,
sembrado pobreza, miseria, corrupción, guerras y muertes por doquier, sin que
una sola corte de justicia nacional o internacional haya juzgado y condenado a
esta mafia infernal.
Los Estados Unidos desde su fundación
hasta el comienzo de los años sesentas estuvieron gobernados por presidentes
temerosos de Dios. Después de la segunda guerra mundial, los judíos sionistas,
que ya habían acumulado inmensas riquezas gracias a financiar precisamente a
todas las partes envueltas en la monstruosa guerra, se fueron infiltrando en
todos los círculos de poder de EEUU para continuar con su plan que incluía la
fundación de la falsa nación de Israel, someter bajo su control a todas las
naciones del mundo a través de apropiarse de sus riquezas, y prepararse para la
llegada de su mesías, que según la Biblia es el Anticristo.
En 1961, el presidente John F Kennedy
estuvo a punto de denunciar al mundo a esta mafia judía kházara y sus planes
malvados, pero fue asesinado por orden de su vicepresidente, Lyndon Johnson.
Inmediatamente después de aquello, el gobierno mundial, pantano profundo o
Nuevo Orden Mundial puso en marcha su plan de destrucción de la civilización
occidental, impulsando muchas doctrinas de maldad.
Entre estas doctrinas tenemos a la
liberación femenina, masificación del aborto, eliminación de la Biblia del
entorno público, demolición de la familia, guerras por todo lado, crisis
financieras, quiebras bancarias, más guerras, propagación de la pobreza, miles
de atentados terroristas de falsa bandera, legalización de la depravación
sexual, racismo contra la raza blanca, comunismo, etc., etc., etc. Este plan
del Nuevo Orden Mundial supuestamente debe estar finalizado para el 2030.
Estamos cerca.
La mayoría de ministros, maestros, predicadores,
investigadores, exégetas, etc., de la iglesia Cristiana Evangélica, incluso
algunos que se auto denominan “profetas” sostienen, predican y enseñan que,
según la interpretación de las profecías, la nación de Israel es la
protagonista de los eventos bíblicos de la Tribulación.
Sin embargo, y de acuerdo a la
interpretación correcta de la revelación bíblica, los verdaderos protagonistas
de los tiempos del fin son los Estados Unidos de América. como la nación
bíblica, y los Jesucristianos o Cristianos evangélicos del mundo, como el pueblo de Dios. El país de Israel
y los judíos edomitas NO tienen ni parte ni suerte en la Tribulación.
- FIN Capítulo II -