Devocional para hoy,
Miércoles 4 de Julio, 2018.
“Un mundo perfecto”
Por: Poh Fang Chia
Edición y Oración: CF Jara
Leer: Apocalipsis 21:1-5
«Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas…» (Apocalipsis 21:5)
A mi hija Catalina le asignaron la tarea escolar de escribir un ensayo titulado «Mi mundo perfecto». Escribió: «En mi mundo perfecto, […] el helado es gratis, los dulces están por todas partes, y el cielo está azul todo el tiempo y con unas pocas nubes de formas interesantes». Luego, su ensayo se volvió más serio. Continuó diciendo que, en ese mundo: «Nadie regresará a casa con malas noticias. Y nadie tendrá que estar encargado de darlas».
Nadie regresará a casa con malas noticias. ¿No es maravilloso? Esas palabras apuntan con toda firmeza hacia la confiada esperanza que tenemos en Jesús. Él hará «nuevas todas las cosas», al sanar y transformar nuestro mundo (Apocalipsis 21:5). El paraíso es el lugar del «no habrá más»: ¡no más maldad, no más muerte, no más lamentos, no más dolor, no más lágrimas (v. 4)! Es el lugar de la comunión perfecta con Dios, quien, en Su amor, ha redimido y reclamado a los creyentes como posesión suya (v.3). ¡Qué gozo maravilloso nos aguarda!
El estado actual de las cosas en el mundo entero es de una corrupción desvergonzada por doquier. Gente del gobierno, presidentes, diputados, congresistas, jueces, policía, militares, sacerdotes, pastores, rabinos, políticos, doctores, periodistas, empresarios, banqueros, profesores, abogados, inversionistas, actores de cine, cantantes, artistas, empleados y ciudadanos comunes y corrientes, etc., etc., todos los días se ven envueltos en escándalos que tienen que ver con los principios morales y éticos. Y los motivos para ello, amasar inmensas cantidades de dinero o cometer los más execrables crímenes de carácter sexual. Oír y ver los noticieros provoca en los oyentes diversas emociones entre ellas, el miedo y la incertidumbre.
Sin embargo, aquellos que descansamos en las promesas de nuestro Salvador Jesucristo podemos disfrutar aquí y ahora de un anticipo de esa realidad perfecta. Al buscar la comunión con Êl todos los días, experimentamos la paz y el gozo de Su presencia real y efectiva en nuestras vidas (Colosenses 1:12-13). Cristo Jesús venció al pecado y la muerte para siempre. Êl nos dijo que estaría con nosotros hasta el fin. Y en esa promesa poderosa nos levantamos cada mañana, vamos, venimos y vivimos en Su nombre, en espera del día anunciado, donde todos clamaremos ¡Maranatha!!!
Oración
«Señor, gracias porque Tu presencia en nuestras vidas nos da la paz y gozo en este mundo tan convulsionado, donde a veces parecería que la humanidad ha perdido el control de todo. Todos los días oímos y vemos las cosas terribles que la ambición y la avaricia por el poder es capaz de producir en los seres humanos y el daño perverso que provocan sobre todo en hombres, mujeres, niños y ancianos desvalidos y desprotegidos. Pero Tû has preparado ya el lugar donde iremos a morar contigo por la eternidad. Y Tû estás hablando por la boca de Tus profetas de que el tiempo se acabó, que las trompetas pueden sonar esta misma noche y que Tû vendrás por Tu pueblo, para llevarnos a morar en la morada celestial donde no hay más enfermedad, más llanto ni más dolor, ni más muerte. Hoy bendecimos Tu santo Nombre y clamamos a una sola voz: ¡Maranatha!, en el nombre Todo poderoso de Tu Hijo amado Yeshûa HaMashiaj, amén.»
התהילה היא רק של ישוע המשיח
DIOS te bendiga.
Lea la Biblia en un año: Job 28 - 29; Hechos 13:1-25
Miércoles 4 de Julio, 2018.
“Un mundo perfecto”
Por: Poh Fang Chia
Edición y Oración: CF Jara
Leer: Apocalipsis 21:1-5
«Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas…» (Apocalipsis 21:5)
A mi hija Catalina le asignaron la tarea escolar de escribir un ensayo titulado «Mi mundo perfecto». Escribió: «En mi mundo perfecto, […] el helado es gratis, los dulces están por todas partes, y el cielo está azul todo el tiempo y con unas pocas nubes de formas interesantes». Luego, su ensayo se volvió más serio. Continuó diciendo que, en ese mundo: «Nadie regresará a casa con malas noticias. Y nadie tendrá que estar encargado de darlas».
Nadie regresará a casa con malas noticias. ¿No es maravilloso? Esas palabras apuntan con toda firmeza hacia la confiada esperanza que tenemos en Jesús. Él hará «nuevas todas las cosas», al sanar y transformar nuestro mundo (Apocalipsis 21:5). El paraíso es el lugar del «no habrá más»: ¡no más maldad, no más muerte, no más lamentos, no más dolor, no más lágrimas (v. 4)! Es el lugar de la comunión perfecta con Dios, quien, en Su amor, ha redimido y reclamado a los creyentes como posesión suya (v.3). ¡Qué gozo maravilloso nos aguarda!
El estado actual de las cosas en el mundo entero es de una corrupción desvergonzada por doquier. Gente del gobierno, presidentes, diputados, congresistas, jueces, policía, militares, sacerdotes, pastores, rabinos, políticos, doctores, periodistas, empresarios, banqueros, profesores, abogados, inversionistas, actores de cine, cantantes, artistas, empleados y ciudadanos comunes y corrientes, etc., etc., todos los días se ven envueltos en escándalos que tienen que ver con los principios morales y éticos. Y los motivos para ello, amasar inmensas cantidades de dinero o cometer los más execrables crímenes de carácter sexual. Oír y ver los noticieros provoca en los oyentes diversas emociones entre ellas, el miedo y la incertidumbre.
Sin embargo, aquellos que descansamos en las promesas de nuestro Salvador Jesucristo podemos disfrutar aquí y ahora de un anticipo de esa realidad perfecta. Al buscar la comunión con Êl todos los días, experimentamos la paz y el gozo de Su presencia real y efectiva en nuestras vidas (Colosenses 1:12-13). Cristo Jesús venció al pecado y la muerte para siempre. Êl nos dijo que estaría con nosotros hasta el fin. Y en esa promesa poderosa nos levantamos cada mañana, vamos, venimos y vivimos en Su nombre, en espera del día anunciado, donde todos clamaremos ¡Maranatha!!!
Oración
«Señor, gracias porque Tu presencia en nuestras vidas nos da la paz y gozo en este mundo tan convulsionado, donde a veces parecería que la humanidad ha perdido el control de todo. Todos los días oímos y vemos las cosas terribles que la ambición y la avaricia por el poder es capaz de producir en los seres humanos y el daño perverso que provocan sobre todo en hombres, mujeres, niños y ancianos desvalidos y desprotegidos. Pero Tû has preparado ya el lugar donde iremos a morar contigo por la eternidad. Y Tû estás hablando por la boca de Tus profetas de que el tiempo se acabó, que las trompetas pueden sonar esta misma noche y que Tû vendrás por Tu pueblo, para llevarnos a morar en la morada celestial donde no hay más enfermedad, más llanto ni más dolor, ni más muerte. Hoy bendecimos Tu santo Nombre y clamamos a una sola voz: ¡Maranatha!, en el nombre Todo poderoso de Tu Hijo amado Yeshûa HaMashiaj, amén.»
התהילה היא רק של ישוע המשיח
DIOS te bendiga.
Lea la Biblia en un año: Job 28 - 29; Hechos 13:1-25
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