La Batalla Final

Devocional para Hoy
Miércoles 8 de Noviembre, 2017.

“La Batalla Final”
Por: CF Jara

Leer: Filipenses 1: 18-30
«Y Solamente que os comportéis como es digno del evangelio de Cristo, para que o sea que vaya a veros, o que esté ausente, oiga de vosotros que estáis firmes en un mismo espíritu, combatiendo unánimes por la fe del evangelio…» Filipenses 1:27

Estos son los tiempos donde la violencia inusitada, inhumana y mortal, originada en doctrinas de fe falsas, se manifiesta cada día, contra todo ser humano y por todas partes. Por ello es necesario que los redimidos por la sangre del Cordero Santo tengamos claras todas las cosas relacionadas con la fe en Cristo Jesús, de la cual la Biblia dice que es la fe verdadera. El soldado limpia, aceita y ajusta su fusil antes de la batalla. Mas los cristianos que estamos ya librando la batalla final, no usamos armas carnales sino espirituales. Por ello debemos limpiarnos con la sangre de Cristo cada día, aceitarnos con una vida de constante oración y ajustar nuestra fe con el estudio diario de la Palabra, para que ninguna doctrina falsa nos sorprenda y engañe.

Al día de hoy, las cuatro religiones mayores en el mundo por el número de miembros son la católica, seguida por la musulmana, luego la evangélica-protestaste y la judaica. A parte de éstas, tenemos a muchas otras religiones más pequeñas y diversas, y por supuesto las sectas. Entre las mayores, todas profesan la fe en un solo Dios, y aunque los ecumenistas se empeñen en sostener que es el mismo dios, necesitamos declarar que eso no es cierto, por lo siguiente:

Católicos:
Esta iglesia fue fundada por el emperador romano Constantino en el siglo IV d.C., 325 años después de que Jesucristo ascendió a los cielos. A pesar de que su dios es el Dios creador del universo, el padre de Jesucristo, una sola persona junto con el Hijo y el Espíritu Santo, lo representan como un viejito de barba blanca, que anda con bastón y todo el tiempo enojado. A Jesucristo lo mantienen crucificado y al Espíritu Santo lo representan con una paloma inofensiva e inútil. Adoran e idolatran a María la madre de Jesús (a quien llaman “la virgen madre de Dios”), a una inmensa lista de santos y santas (hombres y mujeres de fe) y al papa a quien llaman ‘santo padre’ y ‘vicario de Cristo’. Tienen además, una Biblia alterada (añadida y quitada) con relación a la Biblia original y una logística organizacional con sacerdotes y monjas para quienes la primera autoridad es el papa y no Jesucristo, todo lo cual contradice lo que dice Dios en la Biblia a través de Sus mandamientos y edictos.

Musulmanes:
Esta religión apareció 600 años d.C. Llaman a su dios Alá y al profeta mayor Mohamed. Declaran tener su origen en Abraham, pero sostienen que Ismael, el hijo del patriarca con la sirvienta es quien debe tener la primogenitura que fue robada por Israel. Su libro doctrinal es el Korán, donde se induce a cortar por el cuello a todo aquel que no crea en Alá; se les enseña que inmolarse para matar a los infieles, lo cual les dará acceso al paraíso donde su dios les dará 72 vírgenes como esposas. El Korán también dice que los humanos de piel oscura deben ir al infierno; autoriza a los hombres a tomar por esposas a niñas de 6 años en adelante; permite a los hombres golpear y violar a mujeres que ellos consideren que están vestidas impúdicamente y permite que los líderes tengan cuanta mujer deseen fuera del matrimonio, aparte de otras bestialidades establecidas en la Sharía, su libro de la ley. Ese dios definitivamente no es el mismo que el Todopoderoso YHWH, el Dios del amor, de toda justicia y de toda verdad.

Judíos:
Su Dios es YHWH, el Dios Todopoderoso, mas creen y obedecen solo la mitad de la Biblia, es decir, el AT, por lo cual se rigen por las 613 leyes establecidas por Moisés como por ejemplo la ley del Talión, ‘ojo por ojo y diente por diente’. No aceptan que Jesús es el Mesías de Israel y practican voluntaria o involuntariamente muchos ritos y costumbres que rayan con la idolatría como la veneración a la ciudad de Jerusalén, al muro de los lamentos, al Sabbat, a las fiestas y ritos religiosas y a los artefactos que usan y visten cuando oran. Cierto que son el pueblo más próspero de la tierra pero viven y conviven con el odio, rencor y venganza de la lucha fratricida de más de 3 mil años con sus medio hermanos árabes. Además, consideran que su raza es la única pura y todas los demás son impuras y que los cristianos mesiánicos son impostores apóstatas.

Jesucristianos, Cristianos Evangélicos, Protestantes, rebeldes, pródigos, aleluyas, etc.:
El nombre de nuestro Dios es Yeshua en arameo y Jesús en español y significa ‘el Salvador’. Es Dios mismo encarnado en la naturaleza humana, que nació, creció y murió en la cruz como un humano, pero que resucitó al tercer día de entre los muertos como el Dios Todopoderoso; que durante los tres años que tuvo su ministerio terrenal, enseñó la doctrina del amor y perdón, del perdón y del amor, en todo tiempo y entre todos los seres humanos sin acepción de ningún ser humano. Así mismo, declaró que solo Êl es el camino, la verdad y la vida, que tiene 70 nombres adicionales, todos ellos relacionados a bendiciones y parabienes, que está vivo, que camina entre nosotros, que responde a nuestras oraciones, que sana nuestras dolencias, pero por sobre todo, que aboga por nosotros dándonos el derecho a vivir una vida plena de eternidad luego de la muerte física.

Los Jesucristianos o quienes tenemos a Jesucristo como el centro de nuestras vidas, debemos ser los guardianes de la fe, celosos, insobornables e irreprochables, dispuestos a dar nuestras vidas terrenales si es necesario, porque para nosotros el vivir es Cristo y el morir es ganancia.

Oración
Si no has tomado aún la decisión de entregar tu vida a Jesús, hoy es el día. Repite la siguiente oración, y tu vida cambiará para siempre: «Señor Jesús, declaro que eres el Hijo de DIOS. Reconozco que soy pecador. Creo que Tú moriste en la cruz por mis pecados y que resucitaste de entre los muertos al tercer día. Gracias por pagar el precio de mis pecados con tu Sangre bendita. Perdóname y hazme una nueva criatura. Entra en mi corazón, yo te recibo como mi Señor y mi Salvador, escribe mi nombre en el Libro de la Vida y séllame con tu Santo Espíritu. Ayúdame a serte fiel y servirte por el resto de mis días. En el nombre que es sobre todo nombre, en el nombre de Yeshua HaMashiaj, amén.


התהילה היא רק של ישוע המשיח
DIOS te bendiga.

Lea la Biblia en un año: Jeremías 27–29; Tito 3
Encuentre más lecturas edificantes en: https://maiishunejar.blogspot.com/

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