Devocional para Hoy,
Lunes 23 de Octubre, 2017.
“DIOS nos prosperará”
(Por: CF Jara)
Versículos para hoy: Nehemías 2:1-20
«…. El Dios de los cielos, él nos prosperará, y nosotros sus siervos nos levantaremos y edificaremos, porque vosotros no tenéis parte ni derecho ni memoria en Jerusalén.» Nehemías 2:20
Corría el año 445 a.C. en el reinado de Persia. Nehemías era el copero del rey Artajerjes. Su corazón se compungió cuando oyó a su hermano Hacalías y a otros que habían regresado de Judea, hablar acerca del lamentable estado tanto del pueblo de Israel como de la ciudad de Jerusalén. Entonces Nehemías dobló sus rodillas y le oró a YHWH para que le diera gracia para con el rey, pues sentía ir a reconstruir su ciudad y a ayudar a su pueblo. Y Dios cubrió con Su gracia a Nehemías de tal forma que el rey le concedió todo lo que él pidió. Nehemías emprendió el viaje; llegó a Judea y encontró a su pueblo sumido en hambre y miseria y a Jerusalén con sus muros y puertas destruidos por el fuego. Y el profeta empezó la reconstrucción. Sin embargo de lo grande y bendecido que eran los propósitos de Nehemías, pronto del mismo pueblo se levantó odio, oposición y escarnio. Meditando en esta historia bíblica, recordé otra que le sucedió a Martín, un misionero y querido amigo mío.
Muchas veces en la misma iglesia del Señor se dan situaciones donde a aquellos que traen el bien, se los odia gratuitamente, ataca, juzga y traiciona. Martín trabajó 5 meses como voluntario a tiempo completo preparando todo el material para aquel viaje, lo cual trajo «vida y bendición a mucha gente». A pesar de ello, la líder local sin ningún motivo aparente, en lugar de mostrar agradecimiento, levantó odio, oposición y escarnio en contra de Martín. Debido a ello, mi amigo fue cuestionado, aislado del programa, criticado y juzgado por sus propios compañeros. Mas él oró ante Dios por aquella líder, la perdonó e intercedió por ella por perdón y bendición.
Martín sigue sin saber nada acerca de su futuro en la organización, -pero me confesó- está en paz y cree sólidamente que Dios lo honrará a Su debido tiempo. La acción de Martín me ha inspirado a escribir este mensaje.
Cuatrocientos cincuenta años después de Nehemías, Jesús nos enseñó que el amor y el perdón constantes y permanentes deben ser nuestra forma de vida. Cuando amamos y perdonamos en todo momento, demostramos nuestro amor por Dios en forma genuina, transparente e íntegra. Y YHWH estará con nosotros siempre, nos defenderá siempre y nos prosperará, pero sobre todo, podremos declarar ante los que nos hicieron mal lo que Nehemías declaró ante sus odiadores:
«El Dios de los cielos, Êl nos prosperará, y nosotros Sus siervos nos levantaremos y edificaremos, porque vosotros no tenéis parte ni derecho ni memoria en Jerusalén.» (Nehemías 2:20)
Oración:
Padre amado, gracias te doy Señor por haber enviado a Tu Hijo Jesucristo para enseñarnos no solo con Sus parábolas sino con Su ejemplo y testimonio, que el camino para tener una vida de plenitud es la práctica constante del amor y perdón hacia los otros. Señor Jesús, aún en Tu tiempo de agonía y dolor terrible, perdonaste e intercediste por aquellos que te acusaron y crucificaron para muerte ante el Padre Eterno. Hazme propicio Señor en Tus enseñanzas, para que pueda yo honrar el sacrificio que hiciste por mí, te lo ruego humildemente en Tu nombre Santo y Todopoderoso, en el nombre de Yeshua HaMashiaj amén.
La gloria es solo de Cristo Jesús.
DIOS te bendiga.
Encuentre más lecturas edificantes en Nuestro Pan Diario
Ministerios Cristianos Mundiales “Îshu-nejar”
www.ministeriosishunejar.com
Lunes 23 de Octubre, 2017.
“DIOS nos prosperará”
(Por: CF Jara)
Versículos para hoy: Nehemías 2:1-20
«…. El Dios de los cielos, él nos prosperará, y nosotros sus siervos nos levantaremos y edificaremos, porque vosotros no tenéis parte ni derecho ni memoria en Jerusalén.» Nehemías 2:20
Corría el año 445 a.C. en el reinado de Persia. Nehemías era el copero del rey Artajerjes. Su corazón se compungió cuando oyó a su hermano Hacalías y a otros que habían regresado de Judea, hablar acerca del lamentable estado tanto del pueblo de Israel como de la ciudad de Jerusalén. Entonces Nehemías dobló sus rodillas y le oró a YHWH para que le diera gracia para con el rey, pues sentía ir a reconstruir su ciudad y a ayudar a su pueblo. Y Dios cubrió con Su gracia a Nehemías de tal forma que el rey le concedió todo lo que él pidió. Nehemías emprendió el viaje; llegó a Judea y encontró a su pueblo sumido en hambre y miseria y a Jerusalén con sus muros y puertas destruidos por el fuego. Y el profeta empezó la reconstrucción. Sin embargo de lo grande y bendecido que eran los propósitos de Nehemías, pronto del mismo pueblo se levantó odio, oposición y escarnio. Meditando en esta historia bíblica, recordé otra que le sucedió a Martín, un misionero y querido amigo mío.
Muchas veces en la misma iglesia del Señor se dan situaciones donde a aquellos que traen el bien, se los odia gratuitamente, ataca, juzga y traiciona. Martín trabajó 5 meses como voluntario a tiempo completo preparando todo el material para aquel viaje, lo cual trajo «vida y bendición a mucha gente». A pesar de ello, la líder local sin ningún motivo aparente, en lugar de mostrar agradecimiento, levantó odio, oposición y escarnio en contra de Martín. Debido a ello, mi amigo fue cuestionado, aislado del programa, criticado y juzgado por sus propios compañeros. Mas él oró ante Dios por aquella líder, la perdonó e intercedió por ella por perdón y bendición.
Martín sigue sin saber nada acerca de su futuro en la organización, -pero me confesó- está en paz y cree sólidamente que Dios lo honrará a Su debido tiempo. La acción de Martín me ha inspirado a escribir este mensaje.
Cuatrocientos cincuenta años después de Nehemías, Jesús nos enseñó que el amor y el perdón constantes y permanentes deben ser nuestra forma de vida. Cuando amamos y perdonamos en todo momento, demostramos nuestro amor por Dios en forma genuina, transparente e íntegra. Y YHWH estará con nosotros siempre, nos defenderá siempre y nos prosperará, pero sobre todo, podremos declarar ante los que nos hicieron mal lo que Nehemías declaró ante sus odiadores:
«El Dios de los cielos, Êl nos prosperará, y nosotros Sus siervos nos levantaremos y edificaremos, porque vosotros no tenéis parte ni derecho ni memoria en Jerusalén.» (Nehemías 2:20)
Oración:
Padre amado, gracias te doy Señor por haber enviado a Tu Hijo Jesucristo para enseñarnos no solo con Sus parábolas sino con Su ejemplo y testimonio, que el camino para tener una vida de plenitud es la práctica constante del amor y perdón hacia los otros. Señor Jesús, aún en Tu tiempo de agonía y dolor terrible, perdonaste e intercediste por aquellos que te acusaron y crucificaron para muerte ante el Padre Eterno. Hazme propicio Señor en Tus enseñanzas, para que pueda yo honrar el sacrificio que hiciste por mí, te lo ruego humildemente en Tu nombre Santo y Todopoderoso, en el nombre de Yeshua HaMashiaj amén.
La gloria es solo de Cristo Jesús.
DIOS te bendiga.
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