Miércoles 24 de Mayo, 2017.
Nuestro Pan Diario
“Atascado en el lodo”
(Por Marion Stroud)
Leer: Salmo 40:1-5
«Me hizo sacar […] del lodo cenagoso; puso mis pies sobre peña…» Salmo 40:2
Guía para leer la Biblia en un año, lectura para hoy: 1 Crónicas 22–24; Juan 8:28-59
¡Estábamos totalmente atascados! Mientras ponía unas flores en la tumba de mis padres, mi esposo apartó el auto para dejar pasar a otro. Había llovido durante semanas y el área para estacionar estaba inundada. Cuando quisimos irnos, descubrimos que el coche estaba atascado. Las ruedas giraban en el fango y se hundían cada vez más. La única salida era empujarlo, pero mi esposo tenía mal el hombro y yo acababa de salir del hospital. ¡Necesitábamos ayuda! A lo lejos, vimos a dos jóvenes, los cuales respondieron alegremente a mis gritos y señas frenéticas. Felizmente, la fuerza de ambos reubicó el automóvil en el camino.
El Salmo 40 revela la fidelidad de Dios cuando David clamó pidiendo ayuda: «Pacientemente esperé al Señor, […] y oyó mi clamor. Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso» (vv. 1-2). Ya sea que este salmo se refiera a un pozo literal o a circunstancias desafiantes, David sabía que siempre podía acudir al Señor para que lo librara.
Dios también nos ayudará cuando lo invoquemos. A veces, interviene en forma directa, pero lo más habitual es que lo haga a través de otras personas. Cuando reconocemos nuestra necesidad ante Él (y quizá ante otros), podemos contar con Su fidelidad. La esperanza llega con la ayuda de Dios y de los demás.
Oración: Amado Padre, te daré gracias mientras tenga vida, por rescatarme del pozo terrible de pecado, perdición y desesperanza en el que vivía hasta antes de conocerte. Solo por Tu gracia soy salvo, por Tu gracia vivo, en Tu nombre camino, y en Tu nombre voy y vengo. No permitas, te ruego, que cuando mis fuerzas flaqueen, mi alma dé cabida a los pensamientos de abandonar. Que Tu gracia sanadora, transformadora y revitalizadora estén sobre mí todos los días de mi vida, te lo ruego en el nombre de tu Hijo amado Yeshuaj Hamashiaj, amén y amén. -CF Jara-
Encuentre más lecturas edificantes en Nuestro Pan Diario
http://www.ministeriosishunejar.com
Nuestro Pan Diario
“Atascado en el lodo”
(Por Marion Stroud)
Leer: Salmo 40:1-5
«Me hizo sacar […] del lodo cenagoso; puso mis pies sobre peña…» Salmo 40:2
Guía para leer la Biblia en un año, lectura para hoy: 1 Crónicas 22–24; Juan 8:28-59
¡Estábamos totalmente atascados! Mientras ponía unas flores en la tumba de mis padres, mi esposo apartó el auto para dejar pasar a otro. Había llovido durante semanas y el área para estacionar estaba inundada. Cuando quisimos irnos, descubrimos que el coche estaba atascado. Las ruedas giraban en el fango y se hundían cada vez más. La única salida era empujarlo, pero mi esposo tenía mal el hombro y yo acababa de salir del hospital. ¡Necesitábamos ayuda! A lo lejos, vimos a dos jóvenes, los cuales respondieron alegremente a mis gritos y señas frenéticas. Felizmente, la fuerza de ambos reubicó el automóvil en el camino.
El Salmo 40 revela la fidelidad de Dios cuando David clamó pidiendo ayuda: «Pacientemente esperé al Señor, […] y oyó mi clamor. Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso» (vv. 1-2). Ya sea que este salmo se refiera a un pozo literal o a circunstancias desafiantes, David sabía que siempre podía acudir al Señor para que lo librara.
Dios también nos ayudará cuando lo invoquemos. A veces, interviene en forma directa, pero lo más habitual es que lo haga a través de otras personas. Cuando reconocemos nuestra necesidad ante Él (y quizá ante otros), podemos contar con Su fidelidad. La esperanza llega con la ayuda de Dios y de los demás.
Oración: Amado Padre, te daré gracias mientras tenga vida, por rescatarme del pozo terrible de pecado, perdición y desesperanza en el que vivía hasta antes de conocerte. Solo por Tu gracia soy salvo, por Tu gracia vivo, en Tu nombre camino, y en Tu nombre voy y vengo. No permitas, te ruego, que cuando mis fuerzas flaqueen, mi alma dé cabida a los pensamientos de abandonar. Que Tu gracia sanadora, transformadora y revitalizadora estén sobre mí todos los días de mi vida, te lo ruego en el nombre de tu Hijo amado Yeshuaj Hamashiaj, amén y amén. -CF Jara-
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