Que sería de mi vida
si no me faltara nada, si ningún conocimiento, ciencia o
descubrimiento me fuera desconocido; si no tuviera momentos difíciles, si no
tuviera oportunidades de mejorar; si no tuviera desafíos; si no cometiese
errores; si no me cansaría. Creo que eso define perfectamente a tener lo
opuesto a la vida.
No siempre damos
gracias por las bendiciones, las cosas buenas, las alegrías; peor aun por los
momentos difíciles. Pero en nuestras manos y solo en ellas está el poder de
convertir las dificultades en grandes bendiciones. Y para ello necesitamos dar
gracias en medio de la tempestad que amenaza con acabar con nosotros,
precisamente ahí debemos abrir nuestra boca y dar gracias al Dios de la
creación por Su misericordia y por esos momentos difíciles. Enseguida vendrá la
calma y el sol brillará en el horizonte; entonces sabremos que vencimos una vez
mas.
Con Cristo Jesús a
nuestro lado somos mas que vencedores, por eso, demos gracias al Altísimo, en
todo tiempo y en todo lugar. (cfjg)
DIOS te bendiga.
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