Estudio Bíblico para hoy, Lunes 25 Julio, 2022. No.1198
Por: CF Jara.
Leer: Juan 15
«Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer.» (Juan 15:13-15)
CONTEXTO
El corazón de María volvió a su lugar cuando, junto con José, encontraron al pequeño Yeshûa. Horas atrás lo habían perdido de vista. Pero como siempre sucedía por los años que subían a Jerusalén a celebrar las fiestas de la Pascua, el niño se les reunía en la caravana de regreso en algún momento. Pero esta vez, notaron que Yeshûa se había quedado rezagado. Entonces volvieron a la ciudad buscándolo desesperadamente. Y cuando finalmente lo encontraron en el templo, en medio de los rabinos y los doctores de la ley, hablando con ellos como si fuera un adulto, María exclamó,
«¿por qué nos haces esto?»a lo que el niño respondió:«¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que en los negocios de mi Padre me es necesario estar?» (Lucas 2:49)
Lucas termina este relato indicando que
«Yeshûa entonces descendió con sus padres, y volvió a Nazaret, y estaba sujeto a ellos. Y su madre guardaba todas estas cosas en su corazón. Y Jesús crecía en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios y los hombres.» (Lucas 2:51-52)
Este versículo es la última mención bíblica acerca de la infancia de Jesûs, cuando tenía doce años de edad. La próxima mención del Señor es cuando aparece ya adulto, en el río Jordán, cuando acudió a ser bautizado por Su primo, Juan el Bautista. Era el comienzo de Su ministerio de tres años y medio en la tierra.
Mucho se ha escrito, sugerido, supuesto y hasta inventado, etc., acerca de lo que sucedió con Jesûs en todos los años sobre los cuales la Biblia no dice nada. Por ello creo podemos imaginar desde nuestra fe, lo que pudo haber sucedido en aquellos años, cómo pudo ser Su adolescencia, juventud, adultez, hasta el día cuando el Espíritu Santo le recordó que era tiempo de dejar su labor en la carpintería para salir al mundo a cumplir Su misión: predicar Su mensaje de esperanza y sobre todo, entregarse Êl mismo a la muerte atroz en la cruz para conseguir el perdón de los pecados de toda la humanidad.
LA HISTORIA NO CONTADA
Varios libros, enciclopedias, tratados, disertaciones e investigaciones a través de los tiempos junto con varios libros rabínicos e históricos antiguos de la historia de Israel relatan detalles acerca de la vida Jesûs y su familia que no están en la Biblia. Por su parte, el evangelio apócrifo de Tomás se centra en el relato de muchos eventos de la niñez de Jesûs, donde el Señor obró varios milagros de resurrección. Combinando los unos con los otros, podemos levantar una historia, no bíblica, por supuesto, pero que nos podría ayudar a comprender mejor la naturaleza, el pensamiento, la conducta, la motivación, etc., que el Jesûs humano pudo tener en todos esos años que debió esperar hasta empezar Su ministerio.
Por ejemplo, en una ocasión en que Jesûs niño y algunos de Sus hermanastros y primos se encontraban en Galilea disfrutando sus vacaciones (María pertenecía a una familia acomodada que tenía propiedades en el área) y mientras caminaban por las orillas del lago mar, encontraron a una pequeña avecilla muerta. Entonces Yeshûa la tomó entre sus manitas, dijo algo en voz baja y sopló suavemente sobre la avecilla, y ésta, despertó de pronto y salió volando, mientras los otros niños miraban atónitos la escena.
En otra ocasión, mientras Jesûs niño y Sus primos jugaban por las calles de Nazareth, un muchacho que solía hacer bulín a los otros niños atacó a Martha, la hermana de Lázaro. Jesûs salió en defensa de la pequeña y salieron corriendo mientras el buliador les perseguía. Pero éste tropezó en una piedra, y cayendo, se golpeó la cabeza y murió en el acto. Entonces, en medio del gran alboroto que se produjo en el pueblo, Martha, la niña prima del Señor le dijo: “Tú sabes cómo volverlo a la vida. Lo hiciste con el pajarillo, hazlo con éste también.” Y Jesûs niño fue a la casa del niño muerto, se acostó encima y poniendo Sus brazos en forma de cruz, sopló en la boca del muerto y éste resucitó. Impresionante, ¿verdad?
YESHÛA Y LA CARPINTERIA
Los historiadores cuentan que José de Nazareth, el padrastro de Jesûs, era, al igual que María, descendiente de la casa real de David. José enviudó de su primera esposa cuando tenía alrededor de 60 años. Los dos habían procreado 9 hijos en total, todos los cuales pasaron eventualmente a ser hijastros de María y medio hermanos de Jesûs. En estos relatos también se encuentra la afirmación de que José nunca tocó a María ni se acercó a ella con intenciones sexuales ni antes que Jesûs naciera ni después, sino que la respetó a lo sumo como la madre del Mesías, el Salvador del mundo. Por lo tanto, María no tuvo más hijos después del Señor.
La razón de José para desposar a la jovencísima María que apenas tenía 14 años para entonces fue debido a que ella era descendiente del rey David, él quería honrarla con su estabilidad económica. Y el arcángel Gabriel le confirmó esto cuando ratificó la historia del embarazo por el Espíritu Santo que su futura esposa le había compartido. José entonces dejó su actitud inicial de sentirse ofendido y asumió con humildad el honor de ser la cabeza del hogar donde el Salvador del mundo nacería y crecería.
Volviendo a Jesûs, esta vez en la adolescencia, el Señor ayudaba a José en la carpintería, lo cual le fue formando el físico debido al trabajo duro con martillos, combos pesados de hierro, serruchos, etc., y cargando las pesadas maderas. José solía enviar los domingos al Jesûs joven a Jerusalén a vender las obras de la carpintería. Allí, el Señor aprendió más de seis idiomas pues le tocaba negociar con los viajeros llegados de tierras lejanas y hablantes de dialectos e idiomas diferentes al Arameo y Hebreo que Êl dominaba. Es decir, Jesûs se fue formando, además, como un políglota cosmopolita, lo que, en adición a Sus conocimientos y preparación en la Toráh, lo convertirían en un hombre muy culto.
En el hogar que José formó con María, vivían también los nueve medio hermanos de Jesûs, cuatro mujeres y cinco hombres, tres de los cuales fueron Sus discípulos: Santiago, Judas Tadeo y Simón el Zelote. Jesûs tenía alrededor de 30 años cuando José, a quien el Señor amaba, falleció, a sus 80 años. José dejó a Jesûs a cargo de la carpintería, y allí el Señor pasó los siguientes diez años preparándose para la llegada del anunciado día, en medio de la gran pobreza que azotaba Galilea y gran parte del territorio que mil años atrás había sido un reino esplendoroso. La opresión de la bota de los invasores romanos más la complicidad de los sacerdotes judíos-babilónicos del Sanedrín había hundido a Samaritanos y Judeanos en un tiempo terrible de hambre y miseria. Y el Señor creció viendo y sintiendo el sufrimiento de los Suyos. Pero debía esperar Su tiempo.
Muchas veces me he imaginado el día en que el Señor, que ya había cumplido los cuarenta años, laboraba febrilmente en las obras de madera, vestido con Sus ropas de carpintería, mientras con toda seguridad entonaba alabanzas de adoración y gloria a Su amado Abba. De pronto, escuchó la voz del Espíritu del Eterno susurrándole al oído, “Jesûs, es tiempo.”
LLEGÓ LA HORA
Entonces, muchos sentimientos de angustia, incertidumbre, pero también de urgencia, debieron invadir al Señor quien puso las herramientas en su lugar, barrió y limpió la amada carpintería que lo había acogido por tantos años, y finalmente, se despojó de aquel viejo delantal y ropas que le habían guardado del polvo. Los colgó en la pared, y vistiendo la única túnica y sandalias que tenía, salió de aquel sitio lleno de tantos recuerdos con el secreto presentimiento de que no volvería allí nunca más.
Y tomando una pequeña alforja, se fue, a cumplir con el primer rito necesario antes de empezar Su misión. Jesûs caminó por un día entero hasta un lugar llamado “Yardenit,” que en hebreo significa “jardín,” ubicado a las orillas del rio Jordán, al sur del Lago de Galilea. Allí encontró a Juan, su amado primo y compañero de los hermosos tiempos de la infancia. Juan estaba bautizando a muchos en las aguas y cuando vio a Jesûs, seguramente pensó, “Te estaba esperando.” Pero le dijo,
«Yo necesito ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí? Pero Jesús le respondió: Deja ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia. Entonces le dejó. Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él. 1Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia.» (Mateo 3:14-17)
Y desde allí, retomamos la historia bíblica que todos sabemos, la hazaña del sacrificio de amor más sublime y grandioso de toda la existencia de la humanidad, por todo lo que esa inmolación significó y significa para millones de hombres y mujeres que han nacido en la tierra, en los dos últimos milenios. Por este sacrificio sin igual en la historia del mundo, Jesûs o Yeshûa es, para los efectos, el Salvador de salvadores, Libertador de libertadores, Señor de señores, Rey de reyes, Sanador de sanadores, el Santo de los santos, el Justo de los justos, el Inmortal e invencible Hijo del Dios Altísimo Creador de todas las cosas.
CUÁNDO MISMO NACIÓ JESÛS
En cuanto al día, mes y año del advenimiento del Señor al mundo, existen muchas discrepancias, y los datos que nos han hecho creer están muy alejados de la verdad. De acuerdo con investigaciones serias e independientes de los poderes oscuros, el nacimiento pudo darse en los primeros días del mes de Nisán, el séptimo mes del calendario hebreo, que equivale al mes de Marzo del calendario gregoriano, en lugar de Diciembre, como se nos ha hecho creer. Yeshûa el niño, no pudo haber nacido en Diciembre porque en Israel, al igual que en los países del hemisferio norte, comienza el invierno y las temperaturas exteriores alcanzan los cero grados centígrados, por lo que, si un bebé recién nacido es expuesto a la intemperie, morirá a las pocas horas. En cambio, Nisán o Marzo, es el comienzo de la primavera.
La tradición del 24 de Diciembre nació a lo poco que nació la iglesia católica, es decir, en el siglo IV de nuestra era. Los romanos celebraban la fiesta pagana llamada “las Saturnalias” en las que se adoraba, veneraba y exaltaba a la gran mancha en forma de hexágono que está en el polo norte del planeta Saturno. (La sonda Voyager descubrió un segundo hexágono en 2018). Estas celebraciones sucedían en las tres primeras semanas de Diciembre con libaciones, comelonas y fornicación, por lo que la iglesia católica inventó la Navidad para celebrar la venida de Jesucristo a la tierra en la cuarta semana de Diciembre a manera de expiación de los pecados, tal y cual sucede con el carnaval y el miércoles de ceniza.
Acerca del año de nacimiento de Jesûs, tampoco hay certeza pues la Biblia no especifica nada. Cada cierto tiempo aparecen nuevas conjeturas mientras otras se van descartando. Sin embargo, se puede determinar una fecha cercana estudiando algunos eventos históricos y astronómicos que sucedieron en los cielos, que están registrados en la Biblia y que coincidieron con la profecía del nacimiento del Mesías de Israel.
Mientras algunas teorías ponen al año del nacimiento de Jesûs entre el año 6 a.C. y el 3 d.C. por la aparición en los cielos de una “estrella brillante” llamada estrella de Belén, que en realidad es la estrella Aries, o la conjunción de algunos planteas que se dio por ese tiempo.
Pero quizá la teoría más cercana porque está basada en los registros históricos y en estudios de la NASA, posiciona el advenimiento del niño Jesûs en el año 12 a.C., pues en ese año apareció en los cielos del Medio Oriente, la estrella fulgurante de la profecía que en realidad era el cometa Halley:
- Los registros científicos-históricos sobre la aparición del cometa Halley comienzan en el año 466 a.C. y continúan en el 239 a.C., 164 a.C., 87 a.C. y 12 a.C.;
- Si usted quiere hacer el cálculo, recuerde que el cometa Halley aparece cada 75, 77 o 79 años;
- Entonces, según la NASA, si el cometa Haley apareció en los cielos de Oriente Medio a comienzos del año 12 a.C., quiere decir que Jesûs nació a comienzos de aquel año 12 a.C.;
- Los sabios de Oriente, que conocían la profecía de la llegada del Salvador de Israel, ven por primera vez el cometa en las mismas fechas, es decir, al comienzo del 12 a.C. y lo siguen hasta llegar a Jerusalén y luego a Belén a visitar a Yeshûa niño. Pero dicho viaje les tomó dos años, es decir, llegaron en el año 10 a.C. cuando Jesûs ya tenía dos años de edad;
- Según la Biblia y la historia, luego de que los sabios visitaran a Herodes y le comentaran que van a visitar al Mesías de Israel que habia nacido como cumplimiento de la profecía, (10 a.C.) Herodes ordena matar a todos los niños menores de dos años de toda la región;
- La noche anterior a que Herodes emitiera el edicto, el arcángel Gabriel se presenta a José y le da instrucciones que tome a María y al niño Jesûs y huyan esa misma noche a Egipto;
- José, María y Jesûs se quedan a vivir en Egipto por 6 años;
- En el año 4 a.C. fallece Herodes y le sucede su hijo, Herodes Arquelao;
- Entonces, otra vez se presenta el arcángel Gabriel a José y le dice que regrese a Israel pero que no vaya a Belén sino directo a Nazareth. Jesûs tenía 8 años cuando regresó.
- El evangelio Apócrifo de Tomás relata entonces la infancia de Jesûs desde su retorno a Galilea.
Finalmente, acerca del año de la muerte y resurrección del Señor y la posible edad que pudo haber tenido en ese momento, los registros históricos tampoco se han puesto de acuerdo. Algunos sostienen que el Señor fue crucificado y falleció en el año 30 d.C., otros dicen que fue en el 33 d.C.
Entonces, si se acepta la opción de la conexión divina entre la aparición del cometa Halley y el nacimiento de Jesûs el Mesías de Israel en el año 12 a.C., y si el Señor falleció entre los años 30 y 33 d.C., entonces habría tenido 42 años en el primer caso, o 45 años en el segundo caso, y no 33 años como nos han hecho creer.
EL GOBIERNO DE MALDAD
La creación de Dios está bajo ataque del enemigo desde su comienzo. El opositor quiere ser como Dios y no cejará en sus intentos hasta lograr su objetivo. Pero en su rebeldía, el opositor ha causado el sufrimiento de miles de millones de seres humanos y centenas de millones de muertos a través de sembrar entre los hombres y mujeres todas las cosas que vienen de su cruel corazón:
-odio, maldad, mentira, engaño, racismo, injusticia, rencor, depravación, pedofilia, ambición, guerra, perversión, depresión, pobreza, divorcio, aborto, ateísmo, malicia, brujería, hechicería, idolatría, crimen, iniquidad, corrupción, libertinaje, asesinato, vicio, indigencia, pandemias, enfermedades, cáncer, miseria, locura, prostitución, esclavitud, tráfico sexual y sacrificios diabólicos de niños, etc., etc., etc., y cientos de otras maldades.
Todo esto ha provocado la muerte eterna de millones que rechazaron o no conocieron a Jesûs en sus vidas, y que por causa de sus pecados, sus almas han ido a morar en el infierno por la eternidad.
Con toda esta maldad rampante por todo el mundo, si Jesûs no hubiese venido a la tierra, esta civilización seguramente ya habría colapsado hace mucho y el mal hubiese triunfado sobre la creación de Dios y Dios mismo. Sin embargo, nuestro Creador es el Omnipotente y Todopoderoso Dios de toda la creación, y no importa el tamaño ni la maldad de los ejércitos de los hacedores de maldad, Dios junto con Su Hijo Jesucristo, Su Espíritu Santo, Sus ángeles y Sus Hijos redimidos por la sangre de Jesûs triunfaremos al final y el enemigo y su maldad serán erradicados de la creación para siempre.
ESCUDRIÑAR LAS ESCRITURAS
Hermanos, es importante escudriñar la Escrituras para encontrar la verdad acerca de las fechas correctas cuando Jesûs nació, cuántos años tenía cuando entregó Su vida por la humanidad, o cuándo resucitó rodeado de toda la gloria eterna. Nada hay como la alegría y el honor de recibir una revelación del Espíritu Santo, porque a través de ello, afirmarnos más nuestra fe y admiración por la obra de Jesûs, pues todos estas investigaciones, datos, historias y reportes, no hacen sino confirmar que Jesucristo es el ser humano más grande y noble que ha vivido sobre la faz de la tierra, desde los tiempos cuando todo comenzó hasta cuando todo empiece de nuevo.
Pero así mismo, es importante que prediquemos el mensaje de esperanza que Jesûs nos enseñó para salvación y bendición de muchos. Predicar la Palabra de Dios trae multitud de bendiciones que no tiene comparación con ninguna de las cosas que el mundo ofrece. La Biblia dice que Palabra de Dios es
«Viva y eficaz, y más penetrante que toda espada de dos filos: y que alcanza hasta partir el alma, y aun el espíritu, y las coyunturas y tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.» (Hebreos 4:12)
Y para completar, la bendita Palabra del Señor nunca regresa vacía porque bendice con el poder de Dios al que recibe la ministración, pero también al que ministra, porque tiene la virtud poderosa de transformar las vidas de aquellos que la predican, así como de los que la escuchan.
Como vemos en Su biografía, Jesucristo el Señor sufrió desde tribulación, persecución, blasfemias, destierros, insultos, soledad, odio, torturas conspiraciones para quitarle la vida, abusos de aquellos que representaban la ley y hasta Su asesinato en la cruz a pesar de no haber roto nunca ni la ley de Dios ni la ley del hombre. Pero Êl accedió a pasar por todo ello porque de esa manera, Su vida cumpliría con Su propósito. Y lo mismo se aplica para todos los seres humanos, salvos o no, pues todos los seres humanos tenemos un propósito para nuestras vidas cuyo cumplimiento demandará grandes sacrificios, dolores, privaciones y en algunos casos, hasta la muerte.
Más la diferencia está en que, si tenemos a Jesûs en nuestras vidas, todo lo que suframos, lloremos, padezcamos y soportemos, será más llevadero y lo haremos hasta con alegría, porque creemos en la bendita Palabra de Dios que dice que,
«Porque tengo por cierto que lo que en este tiempo se padece, no es de comparar con la gloria venidera que en nosotros ha de ser manifestada.» (Romanos 8:18) Gloria a Dios, amén.
Dios le bendiga.
Μαρανάθα, Ιησούς έρχεται σύντομα
Maranatha, Jesús viene pronto.
ORACIÓN
«Padre eterno, Dios de toda bondad, oh cuan grande es Tu misericordia y Tu amor por la humanidad, pues sabiendo lo que Tu Hijo amado habría de sufrir, lo enviaste para ser el Cristo por cuya muerte, Tu creación habría de ser redimida. Heme aquí, Señor, úsame con Tu poder, te lo pido hoy, envíame a mí. Equípame con la fe que me ayude a comprender y recordar siempre, que todo sufrimiento, tribulación, angustia, prueba, dolor, etc., me permitirá acercarme más a Ti y ser digno de que el propósito que diste a mi vida se cumpla para la gloria de Tu santo Nombre, te lo pido humildemente en el nombre bendito de Tu Hijo amado Yeshûa HaMashiaj, amén y amén.»
התהילה היא רק של ישוע המשיח
La gloria es solo de Cristo Jesûs.
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