Devocional para hoy, Miércoles 8 de Enero, 2020.
“DIOS de Pactos"
Por: CF Jara
Lectura: Salmos 103:17-18
«Pero el amor de YHWH es por la eternidad para los que lo respetan, y Su beneficencia es para los hijos de los hijos de los que cumplen Su alianza y se acuerdan de observar Sus preceptos.» (Versión Israelita Nazarena)
La siguiente historia es un homenaje a la fe de la persona que me compartió lo que yo creo, es una de las victorias en Cristo Jesús más maravillosas que he escuchado en toda mi vida. Los nombres de las protagonistas están cambiados por razones de privacidad. Pero donde quiera que estén estas siervas del Señor, reciban mis bendiciones y oraciones al Señor para que las guarde y las cuide en todos sus caminos.
Corría el verano del año 2012 cuando Nancy recibe una llamada de su segunda hija, Camila, quien le dice que se va de la casa con su novia. Nancy recuerda que un torbellino de pensamientos, temores, reflexiones, enojo, preguntas, incredulidad y frustración por poco le hacen perder la conciencia. Su amada hija, mimada, bella y tan querida por ella, pronunciaba la frase que miles de madres temen oír al día de hoy: “Mamá, soy lesbiana”.
A los pocos días, la joven pasó recogiendo su ropa y algunas pertenencias. Nancy estaba sumida en una tristeza infinita e inconsolable. Es que la tormenta perfecta estaba azotando su vida: días atrás, su esposo había dejado la casa, su familia y sus pastores le dieron la espalda y como si fuera poco, su amada hija dejaba la casa en circunstancias jamás esperadas. En medio de todo eso, sin trabajo y dinero, tuvo que salir del apartamento cómodo donde vivía a uno tan pequeño, que tenía un orificio en la pared en lugar de ventana, y en lugar de cristal, una malla metálica. En los días calurosos era tan difícil respirar y en los lluviosos el agua se filtraba mojando el piso de la cocina y el pequeño comedor. Nancy, quien había entregado su vida a Jesûs unos pocos años atrás y aunque no había perseverado, mantenía su fe en el Señor. Meses antes de la noticia de su hija, alguien le había compartido un cd con la canción “Dios de Pactos” de Marcos Witt, cuya letra la impactó grandemente.
Y en aquel apartamento, en medio del dolor, la necesidad y la soledad, Nancy decidió hacer la lucha por su hija. Cada día y en muchas madrugadas donde no podía conciliar el sueño, durante dos años seguidos, ella se tiró al piso para, en medio de un llanto y dolor inconsolables, orar al Señor, alabar Su nombre y clamar por el milagro de la liberación de Camila. Nancy llenó las paredes de aquel apartamento con las promesas bíblicas. No le importó usar un marcador permanente y posiblemente tener un problema con el dueño de casa, pero escribió aquellas frases con tinta mezclada con sus lágrimas Y mientras escribía, cantaba el himno de Witt: «Dios de Pactos, que guardas Tus promesas, que cumples Tu Palabra, que guías mi destino. Dios de Pactos, confío en tus promesas, descanso en tu Palabra, por Tu gracia estoy aquí…» Qué poderoso testimonio, gloria al Dios Santo.
Dos años y algunos meses más tarde, Nancy recibe la llamada de Camila, quería regresar a casa. Arrepentida y pidiendo perdón a su madre, la joven rectificó su vida y juntas volvieron a empezar de nuevo. Nancy no cabía en su dicha, su preciosa había regresado. Dos años después, Camila se enamora de Carlos, y ambos tienen un precioso niño. Y en este pasado Diciembre, Camila y Carlos contrajeron matrimonio y ahora viven juntos con su pequeño hijo. Dios no solo restauró la vida de esta madre y la de su hija, sino que les ha bendecido grandemente con el matrimonio y un pequeño retoño.
Este poderoso testimonio nos confirma la promesa divina de que Dios luchará junto a nosotros cuando le clamemos por ayuda. Él no se demorará, llegará a tiempo para darnos la victoria anhelada. Nancy peleó la batalla, terminó la carrera, guardó la fe. Y el Señor misericordioso le dijo: «Sierva buena y fiel, en lo poco me fuiste fiel, en lo mucho te pondré. Entra pues y goza de las delicias de tu Señor.»
Hermano, hermana, si estás pasando por un momento difícil en tu vida, si recibiste una noticia inesperada, si aquello que estás esperando por largo tiempo no llega, no se resuelve, no te desanimes, no pierdas la fe. Al contrario, vístete de tu armadura espiritual y levántate a hacer la pelea. No la perderás, porque el Poderoso Gigante la peleará a tu lado. Y al mismo tiempo de la lucha, póstrate ante el Dios misericordioso y declara en tus alabanzas la grandeza del Señor. Y tú verás Sus milagros y maravillas en tu vida. Te lo aseguro con mi vida, porque Dios no es hombre para que mienta ni hijo de hombre para que se arrepienta. Entonces oirás la voz del Altísimo que te dirá: «Siervo bueno y fiel, en lo poco me fuiste fiel…….»
Oración
«Padre eterno, gracias Señor te doy por este hermoso testimonio. Tú sabes quienes son esta madre y su hija, dónde están ahora y el gozo que tienen por causa de Tu amor inconmensurable. Te pido mi Señor que las bendigas y las guardes donde quiera que estén y que su hermosa historia pueda tocar otras vidas que la lean; que a través de estas vivencias, aquellos que hoy necesiten de Ti puedan ver que solo Tú eres Dios y que solo en Ti hay salvación, esperanza y victoria, te lo ruego en el nombre de Tu Hijo amado, Yeshua HaMashiaj, amén.»
התהילה היא רק של ישוע המשיח
DIOS te bendiga.
Lea la Biblia en un año: Deuteronomio 31
“DIOS de Pactos"
Por: CF Jara
Lectura: Salmos 103:17-18
«Pero el amor de YHWH es por la eternidad para los que lo respetan, y Su beneficencia es para los hijos de los hijos de los que cumplen Su alianza y se acuerdan de observar Sus preceptos.» (Versión Israelita Nazarena)
La siguiente historia es un homenaje a la fe de la persona que me compartió lo que yo creo, es una de las victorias en Cristo Jesús más maravillosas que he escuchado en toda mi vida. Los nombres de las protagonistas están cambiados por razones de privacidad. Pero donde quiera que estén estas siervas del Señor, reciban mis bendiciones y oraciones al Señor para que las guarde y las cuide en todos sus caminos.
Corría el verano del año 2012 cuando Nancy recibe una llamada de su segunda hija, Camila, quien le dice que se va de la casa con su novia. Nancy recuerda que un torbellino de pensamientos, temores, reflexiones, enojo, preguntas, incredulidad y frustración por poco le hacen perder la conciencia. Su amada hija, mimada, bella y tan querida por ella, pronunciaba la frase que miles de madres temen oír al día de hoy: “Mamá, soy lesbiana”.
A los pocos días, la joven pasó recogiendo su ropa y algunas pertenencias. Nancy estaba sumida en una tristeza infinita e inconsolable. Es que la tormenta perfecta estaba azotando su vida: días atrás, su esposo había dejado la casa, su familia y sus pastores le dieron la espalda y como si fuera poco, su amada hija dejaba la casa en circunstancias jamás esperadas. En medio de todo eso, sin trabajo y dinero, tuvo que salir del apartamento cómodo donde vivía a uno tan pequeño, que tenía un orificio en la pared en lugar de ventana, y en lugar de cristal, una malla metálica. En los días calurosos era tan difícil respirar y en los lluviosos el agua se filtraba mojando el piso de la cocina y el pequeño comedor. Nancy, quien había entregado su vida a Jesûs unos pocos años atrás y aunque no había perseverado, mantenía su fe en el Señor. Meses antes de la noticia de su hija, alguien le había compartido un cd con la canción “Dios de Pactos” de Marcos Witt, cuya letra la impactó grandemente.
Y en aquel apartamento, en medio del dolor, la necesidad y la soledad, Nancy decidió hacer la lucha por su hija. Cada día y en muchas madrugadas donde no podía conciliar el sueño, durante dos años seguidos, ella se tiró al piso para, en medio de un llanto y dolor inconsolables, orar al Señor, alabar Su nombre y clamar por el milagro de la liberación de Camila. Nancy llenó las paredes de aquel apartamento con las promesas bíblicas. No le importó usar un marcador permanente y posiblemente tener un problema con el dueño de casa, pero escribió aquellas frases con tinta mezclada con sus lágrimas Y mientras escribía, cantaba el himno de Witt: «Dios de Pactos, que guardas Tus promesas, que cumples Tu Palabra, que guías mi destino. Dios de Pactos, confío en tus promesas, descanso en tu Palabra, por Tu gracia estoy aquí…» Qué poderoso testimonio, gloria al Dios Santo.
Dos años y algunos meses más tarde, Nancy recibe la llamada de Camila, quería regresar a casa. Arrepentida y pidiendo perdón a su madre, la joven rectificó su vida y juntas volvieron a empezar de nuevo. Nancy no cabía en su dicha, su preciosa había regresado. Dos años después, Camila se enamora de Carlos, y ambos tienen un precioso niño. Y en este pasado Diciembre, Camila y Carlos contrajeron matrimonio y ahora viven juntos con su pequeño hijo. Dios no solo restauró la vida de esta madre y la de su hija, sino que les ha bendecido grandemente con el matrimonio y un pequeño retoño.
Este poderoso testimonio nos confirma la promesa divina de que Dios luchará junto a nosotros cuando le clamemos por ayuda. Él no se demorará, llegará a tiempo para darnos la victoria anhelada. Nancy peleó la batalla, terminó la carrera, guardó la fe. Y el Señor misericordioso le dijo: «Sierva buena y fiel, en lo poco me fuiste fiel, en lo mucho te pondré. Entra pues y goza de las delicias de tu Señor.»
Hermano, hermana, si estás pasando por un momento difícil en tu vida, si recibiste una noticia inesperada, si aquello que estás esperando por largo tiempo no llega, no se resuelve, no te desanimes, no pierdas la fe. Al contrario, vístete de tu armadura espiritual y levántate a hacer la pelea. No la perderás, porque el Poderoso Gigante la peleará a tu lado. Y al mismo tiempo de la lucha, póstrate ante el Dios misericordioso y declara en tus alabanzas la grandeza del Señor. Y tú verás Sus milagros y maravillas en tu vida. Te lo aseguro con mi vida, porque Dios no es hombre para que mienta ni hijo de hombre para que se arrepienta. Entonces oirás la voz del Altísimo que te dirá: «Siervo bueno y fiel, en lo poco me fuiste fiel…….»
Oración
«Padre eterno, gracias Señor te doy por este hermoso testimonio. Tú sabes quienes son esta madre y su hija, dónde están ahora y el gozo que tienen por causa de Tu amor inconmensurable. Te pido mi Señor que las bendigas y las guardes donde quiera que estén y que su hermosa historia pueda tocar otras vidas que la lean; que a través de estas vivencias, aquellos que hoy necesiten de Ti puedan ver que solo Tú eres Dios y que solo en Ti hay salvación, esperanza y victoria, te lo ruego en el nombre de Tu Hijo amado, Yeshua HaMashiaj, amén.»
התהילה היא רק של ישוע המשיח
DIOS te bendiga.
Lea la Biblia en un año: Deuteronomio 31
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