Êl adiestra mis Manos

Miércoles 30 de Agosto, 2017.

Nuestro Pan Diario
“Êl adiestra mis Manos”
(Por: Jaime Fernández Garrido)
Editado por: CF Jara)

Versículos para hoy: Éxodo 4:10-17
«Bendito sea el Señor, mi roca, quien adiestra mis manos…» Salmo 144:1

La Biblia en un año: Jeremías 37–39; Hebreos 3

Cuando David Wood jugaba para el Taugrés de Baskonia, estuve con él en la final de la Copa de Baloncesto de España. Antes de un partido, leyó el Salmo 144:1: «Bendito sea el Señor, mi roca, quien adiestra mis manos para la batalla, y mis dedos para la guerra». Luego, me miró y dijo: «¿Ves? ¡Es como si Dios hubiese escrito este versículo justo para mí! ¡Él adiestra mis manos para atrapar rebotes y mis dedos para lanzar el balón!». David sintió que el Señor lo llamaba para que jugara basquetbol y aprendió que Él nos capacita para llevar a cabo lo que nos llama a hacer.

A menudo nos desvalorizamos al pensar que no tenemos nada que ofrecerle a Dios y que somos prácticamente inútiles o quizá no tenemos los recursos suficientes. Moisés también se sintió incapaz cuando el Señor se le apareció y le asignó la tarea de decirles a los israelitas que los liberaría de la esclavitud en Egipto (Éxodo 3:16-17). Por eso, respondió: «nunca he sido hombre de fácil palabra […]; porque soy tardo en el habla y torpe de lengua» (4:10).

Es probable que Moisés también tuviera miedo, pero Dios compensó la ineptitud del patriarca con Su suficiencia, y le dijo: «Ahora pues, ve, y yo estaré con tu boca, y te enseñaré lo que hayas de hablar» (v. 12). El llamado de Moisés y las características que la Biblia detalla versus la grandísima hazaña de la liberación del pueblo de Israel, nos demuestra que en las manos poderosas del Señor podemos ser de gran bendición para otros, sin importar nuestras deficiencias físicas, culturales, económicas, sociales, etc. El llamado que Dios nos hace para cumplir una tarea, incluye también Su poder, provisión, fortaleza y sabiduría, en una medida abundante remecida y justa para que alcance para bendecir a otros.

Oración: 
Señor mi Dios, aunque Tus caminos parezcan a veces misteriosos e incomprensibles, podemos descansar confiados en que son más elevados que los nuestros. Padre, aunque yo no entienda, ayúdame a confiar en Tí al ciento por ciento. Yo sé que Tu mano está en todo y sobre todo, y por fe en Tus promesas, hoy dejo todo en Tus manos. Te ruego mi Señor que envíes Tu provisión Padre, para todos aquellos que te servimos como voluntarios en Tu obra. Que Tu provisión llegue a tiempo y que alcance para todo lo necesario. Declaramos que Tú eres fiel, que no nos dejarás solos y que siempre Tu respaldo estará por delante nuestro, en el nombre de tu Hijo amado Jesucristo, amén.

La gloria es solo de Cristo Jesús.
DIOS te bendiga.

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