Miércoles 26 de Abril, 2017.
Nuestro Pan Diario
“De los Mecenas y Bienhechores”
(Por: CF Jara)
Versículos para hoy: Romanos 10
«……Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!» Romanos 10:15
Guía para leer la Biblia en un año, lectura para hoy: 2 Samuel 23-24; Lucas 19:1-27
Los historiadores de la vida de Jesús registran varios hechos que la Biblia no habla, pero que se deducen de lo que ella si expone. Por ejemplo, los Evangelios contienen treinta y cuatro versículos que hablan de que cuando el Señor se acercaba a algún pueblo, «una multitud lo seguía; y se sabía que Él venía, porque un gran ruido de voces y cánticos lo precedían.» Los historiadores citados hablan de que Jesús no caminaba solo con Sus discípulos y seis u ocho personas más, no. Aquellas multitudes eran de miles de peregrinos que iban junto a Jesús, de pueblo en pueblo, la mayoría de ellos, pobres y enfermos. Adicionalmente había también una gran cantidad de colaboradores y voluntarios de alrededor de cuarenta personas en el círculo cercano a Jesús, y otras setenta personas quienes se encargaban de la logística para buscar el sitio para que el Maestro y Sus seguidores descansaran, la preparación de la comida, las carpas y los mesones necesarios, etc., etc. Obviamente que todo este engranaje tenía un costo financiero; de hecho, Judas fue delegado por Jesús para la tesorería, porque aparecieron los mecenas, hombres ricos y pudientes, unos locales pero otros que viajaban con el divino Rabino. Entre esos estaba José de Arimatea, el mismo que más tarde, intercedería ante Poncio Pilatos para que le entregara el cuerpo inerte del Mesías, con el fin de darle sepultura en la tumba de su propiedad.
El aparecimiento de este hombre rico y de los otros donantes, no fue circunstancial de ninguna manera. Ellos fueron tocados por Dios mismo para que fueran allí y proveyeran para el ministerio terrenal de Jesús. El punto aquí es que, aunque estos mecenas solo hayan enviado su ofrenda o se incorporaron a la multitud para oír y seguir al Maestro, ellos, al colaborar con sus finanzas, se hicieron parte de la obra del Salvador del mundo, porque hicieron posible con su generosidad, que muchos oyeran y fueran salvos. En el día actual, los mecenas y donantes de sus diezmos para sus iglesias, y que también ofrendan para los ministerios como el nuestro que no tienen ninguna afiliación ni ayuda financiera denominacional, predican también el mensaje de salvación, ayudando para que el alimento espiritual llegue a los menesterosos espirituales. Y al igual que los ofrendantes, están aquellos que oran por nosotros, escriben sus “amenes” y envían sus saludos y bendiciones. Todos ellos son parte de la inmensa logística de millones de creyentes de los círculos cercanos al Señor, arrimando el hombro en la más grande de las batallas para arrebatarle las almas al hacedor del mal, para la gloria del Dios omnipotente. La Biblia dice de ellos: «¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!»
Hoy quiero expresar mi agradecimiento imperecedero a los mecenas de este ministerio, Luis, de Venezuela; José, de New York; Ángelo, de Orlando; Gabriela, de Ecuador, Dan, de Kentucky; Pamela, de Costa Rica; Vero Cervantes, de México; a mi esposa y a todos aquellos donantes anónimos. Donde quiera que estén, reciban la bendición del santo de Israel, que YHWH de los ejércitos los bendiga con Su grande amor y cuadruplique la generosidad de vuestras manos, y que Su provisión nunca falte en sus casas y en las casas de su descendencia, en el nombre de Jesús.
Oración: Señor mi Dios, gracias porque Tú me escogiste, y al escogerme, honraste Tus promesas en mí; me has provisto y me has cuidado en todo este caminar. Por nuestras fuerzas, talentos y virtudes, no somos capaces de hacer nada bueno, mas por Tu amor y gracia en nosotros, somos capaces de emprender y terminar las más grandes proezas. Es un honor servirte y ser testigo de las grandes hazañas que has hecho en este ministerio. Hoy quiero postrarme en Tu presencia para bendecir Tu santo nombre, por las grandes maravillas que has hecho con este humilde siervo Tuyo, en el nombre de mi amado Yeshuaj Hamashiaj yo oro, amén y amén. -CF Jara-
La gloria es solo de Cristo Jesús.
DIOS te bendiga.
Encuentre más lecturas edificantes en Nuestro Pan Diario
http://www.ministeriosishunejar.com
Nuestro Pan Diario
“De los Mecenas y Bienhechores”
(Por: CF Jara)
Versículos para hoy: Romanos 10
«……Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!» Romanos 10:15
Guía para leer la Biblia en un año, lectura para hoy: 2 Samuel 23-24; Lucas 19:1-27
Los historiadores de la vida de Jesús registran varios hechos que la Biblia no habla, pero que se deducen de lo que ella si expone. Por ejemplo, los Evangelios contienen treinta y cuatro versículos que hablan de que cuando el Señor se acercaba a algún pueblo, «una multitud lo seguía; y se sabía que Él venía, porque un gran ruido de voces y cánticos lo precedían.» Los historiadores citados hablan de que Jesús no caminaba solo con Sus discípulos y seis u ocho personas más, no. Aquellas multitudes eran de miles de peregrinos que iban junto a Jesús, de pueblo en pueblo, la mayoría de ellos, pobres y enfermos. Adicionalmente había también una gran cantidad de colaboradores y voluntarios de alrededor de cuarenta personas en el círculo cercano a Jesús, y otras setenta personas quienes se encargaban de la logística para buscar el sitio para que el Maestro y Sus seguidores descansaran, la preparación de la comida, las carpas y los mesones necesarios, etc., etc. Obviamente que todo este engranaje tenía un costo financiero; de hecho, Judas fue delegado por Jesús para la tesorería, porque aparecieron los mecenas, hombres ricos y pudientes, unos locales pero otros que viajaban con el divino Rabino. Entre esos estaba José de Arimatea, el mismo que más tarde, intercedería ante Poncio Pilatos para que le entregara el cuerpo inerte del Mesías, con el fin de darle sepultura en la tumba de su propiedad.
El aparecimiento de este hombre rico y de los otros donantes, no fue circunstancial de ninguna manera. Ellos fueron tocados por Dios mismo para que fueran allí y proveyeran para el ministerio terrenal de Jesús. El punto aquí es que, aunque estos mecenas solo hayan enviado su ofrenda o se incorporaron a la multitud para oír y seguir al Maestro, ellos, al colaborar con sus finanzas, se hicieron parte de la obra del Salvador del mundo, porque hicieron posible con su generosidad, que muchos oyeran y fueran salvos. En el día actual, los mecenas y donantes de sus diezmos para sus iglesias, y que también ofrendan para los ministerios como el nuestro que no tienen ninguna afiliación ni ayuda financiera denominacional, predican también el mensaje de salvación, ayudando para que el alimento espiritual llegue a los menesterosos espirituales. Y al igual que los ofrendantes, están aquellos que oran por nosotros, escriben sus “amenes” y envían sus saludos y bendiciones. Todos ellos son parte de la inmensa logística de millones de creyentes de los círculos cercanos al Señor, arrimando el hombro en la más grande de las batallas para arrebatarle las almas al hacedor del mal, para la gloria del Dios omnipotente. La Biblia dice de ellos: «¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!»
Hoy quiero expresar mi agradecimiento imperecedero a los mecenas de este ministerio, Luis, de Venezuela; José, de New York; Ángelo, de Orlando; Gabriela, de Ecuador, Dan, de Kentucky; Pamela, de Costa Rica; Vero Cervantes, de México; a mi esposa y a todos aquellos donantes anónimos. Donde quiera que estén, reciban la bendición del santo de Israel, que YHWH de los ejércitos los bendiga con Su grande amor y cuadruplique la generosidad de vuestras manos, y que Su provisión nunca falte en sus casas y en las casas de su descendencia, en el nombre de Jesús.
Oración: Señor mi Dios, gracias porque Tú me escogiste, y al escogerme, honraste Tus promesas en mí; me has provisto y me has cuidado en todo este caminar. Por nuestras fuerzas, talentos y virtudes, no somos capaces de hacer nada bueno, mas por Tu amor y gracia en nosotros, somos capaces de emprender y terminar las más grandes proezas. Es un honor servirte y ser testigo de las grandes hazañas que has hecho en este ministerio. Hoy quiero postrarme en Tu presencia para bendecir Tu santo nombre, por las grandes maravillas que has hecho con este humilde siervo Tuyo, en el nombre de mi amado Yeshuaj Hamashiaj yo oro, amén y amén. -CF Jara-
La gloria es solo de Cristo Jesús.
DIOS te bendiga.
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