Lunes 24 de octubre, 2016.
Nuestro Pan Diario
“El Alfa-rero”
(Por CF Jara)
Versículo para hoy: Jeremías 18:1-17
«Levántate y vete a casa del alfarero, y allí te haré oír mis palabras.»Jeremías 18:2
Lea la Biblia en un año: 2 Tesalonicenses 1
El idioma español tiene un sistema para ‘verbalizar’ algunos sustantivos comunes y nombrar a algunas ‘profesiones’ o especializaciones laborales, como por ejemplo, a aquel que trabaja con madera se lo llama ‘maderero’, a aquel que trabaja con leche, ‘lechero’, con los zapatos, zapatero, etc., etc. Entonces si se sigue esta regla, a aquel que trabaja con el barro se debería llamar ‘barro-ero o barrero’. Sin embargo, el sustantivo asignado es “alfarero”. Si analizamos en inglés, la traducción para aquel que trabaja con el barro es “potter”, que significa “hacedor de recipientes”. Y en hebreo, el sustantivo usado significa ‘diseñador [יָצַר – yâtsar]’.
Podemos ver entonces que en los dos idiomas analizados hay cierta cercanía en la definición: ‘hacedor y diseñador’. En español en cambio, la inclusión en la raíz de la palabra “alfa” podría significar, de acuerdo a la lectura del capítulo 18 de Jeremías, una revelación específica para aquellos que tenemos al español como lengua materna. El Señor Jesús dice en Apocalipsis 1:8 y 22:13 «Yo soy el alfa y la omega.» La palabra ‘alfa’ según el Diccionario de la RALE, tiene origen en el idioma griego y significa: “el principio de todo”. Si aplicamos entonces a este estudio etimológico, ‘alfarero’ sería ‘el principiador de todo’, ‘uno que trabaja con barro’. La revelación a la que hago referencia se da cuando relacionamos esto con Dios, pues si recordamos en el libro de Génesis, Adán fue hecho por Dios del barro y de él venimos Eva y el resto de la humanidad. Por lo tanto, los humanos somos por antonomasia, las vasijas, los vasos, los recipientes hechos por Dios que en algún punto necesitaremos ser corregidos y rediseñados una o las veces que sean necesarias, antes de ser llenados con el agua de la vida eterna.
Dios nos hizo del barro, y Su Hijo Jesucristo es quien forma, diseña y re-diseña la creación de Su Padre. Jesús devolvió la vista al ciego aplicando sobre los ojos de éste, una masilla hecha de barro y Su saliva (Juan 9:6). Jesús corrigió un defecto de nacimiento, pues el hombre nació ciego y aquel que trabajó con el barro corrigió el defecto. En Jeremías 18, Dios nos recuerda que tenemos una jornada constante por la casa del alfarero debido a nuestros defectos con los que venimos cuando nacemos de nuevo luego de recibir a Jesús como nuestro Señor y Salvador. Y muchas veces esos defectos no pueden ser reparados con una pequeña masilla, sino que el alfarero debe rompernos, volvernos a una masa de barro deforme, ponernos en la rueda para hacer Su diseño con nosotros. Este es el proceso donde nos duele hasta los huesos, lloramos a más no poder y exclamamos sin comprender “¿por qué Señor, por qué?”.
Es posible que estés pasando a esta hora por un “re-diseño” divino y te estén doliendo ‘hasta las raíces del cabello’, y como no puedes más, estás pensando en salirte de la rueda. Mi clamor con todo respeto y humildad es que no te salgas, quédate ahí, confía, deja que el Alfarero de alfareros te haga de la forma como Él te quiere. Cuando Dios termine, te mirarás al espejo de la vida y te gozarás con esos nuevos dones y talentos que el Señor ha activado para tu vida total: tu familia, tu matrimonio, tu casa, tu trabajo, tu negocio y tu ministerio.
Oración: Señor mi Dios, gracias por ser el Alfarero de mi vida. Ayúdame a recordar siempre que cada vez que sienta los intensos dolores de las pruebas y tribulaciones, que yo no confiese ni declare desazón, desconcierto o tristeza, sino que recuerde la enseñanza a Tu profeta Jeremías, de que nos es necesario ir a la casa del alfarero y pasar por la rueda del rediseño, de la ruptura, de la demolición para poder ser limpiados de las pajas, asperezas e impurezas que nos afean para así ser llenos de Tu vino y aceite nuevos, que renueven y potencien nuestra vida y nuestro servicio, en el nombre de Jesús. -CF Jara-
La gloria es de Cristo Jesús, por siempre y para siempre.
Encuentre más lecturas edificantes en Nuestro Pan Diario
Ministerios Cristianos Mundiales “Îshu-nejar”
http://www.ministeriosishunejar.com
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(Por CF Jara)
Versículo para hoy: Jeremías 18:1-17
«Levántate y vete a casa del alfarero, y allí te haré oír mis palabras.»Jeremías 18:2
Lea la Biblia en un año: 2 Tesalonicenses 1
El idioma español tiene un sistema para ‘verbalizar’ algunos sustantivos comunes y nombrar a algunas ‘profesiones’ o especializaciones laborales, como por ejemplo, a aquel que trabaja con madera se lo llama ‘maderero’, a aquel que trabaja con leche, ‘lechero’, con los zapatos, zapatero, etc., etc. Entonces si se sigue esta regla, a aquel que trabaja con el barro se debería llamar ‘barro-ero o barrero’. Sin embargo, el sustantivo asignado es “alfarero”. Si analizamos en inglés, la traducción para aquel que trabaja con el barro es “potter”, que significa “hacedor de recipientes”. Y en hebreo, el sustantivo usado significa ‘diseñador [יָצַר – yâtsar]’.
Podemos ver entonces que en los dos idiomas analizados hay cierta cercanía en la definición: ‘hacedor y diseñador’. En español en cambio, la inclusión en la raíz de la palabra “alfa” podría significar, de acuerdo a la lectura del capítulo 18 de Jeremías, una revelación específica para aquellos que tenemos al español como lengua materna. El Señor Jesús dice en Apocalipsis 1:8 y 22:13 «Yo soy el alfa y la omega.» La palabra ‘alfa’ según el Diccionario de la RALE, tiene origen en el idioma griego y significa: “el principio de todo”. Si aplicamos entonces a este estudio etimológico, ‘alfarero’ sería ‘el principiador de todo’, ‘uno que trabaja con barro’. La revelación a la que hago referencia se da cuando relacionamos esto con Dios, pues si recordamos en el libro de Génesis, Adán fue hecho por Dios del barro y de él venimos Eva y el resto de la humanidad. Por lo tanto, los humanos somos por antonomasia, las vasijas, los vasos, los recipientes hechos por Dios que en algún punto necesitaremos ser corregidos y rediseñados una o las veces que sean necesarias, antes de ser llenados con el agua de la vida eterna.
Dios nos hizo del barro, y Su Hijo Jesucristo es quien forma, diseña y re-diseña la creación de Su Padre. Jesús devolvió la vista al ciego aplicando sobre los ojos de éste, una masilla hecha de barro y Su saliva (Juan 9:6). Jesús corrigió un defecto de nacimiento, pues el hombre nació ciego y aquel que trabajó con el barro corrigió el defecto. En Jeremías 18, Dios nos recuerda que tenemos una jornada constante por la casa del alfarero debido a nuestros defectos con los que venimos cuando nacemos de nuevo luego de recibir a Jesús como nuestro Señor y Salvador. Y muchas veces esos defectos no pueden ser reparados con una pequeña masilla, sino que el alfarero debe rompernos, volvernos a una masa de barro deforme, ponernos en la rueda para hacer Su diseño con nosotros. Este es el proceso donde nos duele hasta los huesos, lloramos a más no poder y exclamamos sin comprender “¿por qué Señor, por qué?”.
Es posible que estés pasando a esta hora por un “re-diseño” divino y te estén doliendo ‘hasta las raíces del cabello’, y como no puedes más, estás pensando en salirte de la rueda. Mi clamor con todo respeto y humildad es que no te salgas, quédate ahí, confía, deja que el Alfarero de alfareros te haga de la forma como Él te quiere. Cuando Dios termine, te mirarás al espejo de la vida y te gozarás con esos nuevos dones y talentos que el Señor ha activado para tu vida total: tu familia, tu matrimonio, tu casa, tu trabajo, tu negocio y tu ministerio.
Oración: Señor mi Dios, gracias por ser el Alfarero de mi vida. Ayúdame a recordar siempre que cada vez que sienta los intensos dolores de las pruebas y tribulaciones, que yo no confiese ni declare desazón, desconcierto o tristeza, sino que recuerde la enseñanza a Tu profeta Jeremías, de que nos es necesario ir a la casa del alfarero y pasar por la rueda del rediseño, de la ruptura, de la demolición para poder ser limpiados de las pajas, asperezas e impurezas que nos afean para así ser llenos de Tu vino y aceite nuevos, que renueven y potencien nuestra vida y nuestro servicio, en el nombre de Jesús. -CF Jara-
La gloria es de Cristo Jesús, por siempre y para siempre.
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