Miércoles 2 de Noviembre, 2016.
Nuestro Pan Diario
“Dar y no negar”
(Por CF Jara)
Versículo para hoy: Lucas 6:29-35
«…; y al que te quite la capa, ni aun la túnica le niegues; A cualquiera que te pida, dale; y al que tome lo que es tuyo, no pidas que te lo devuelva.» Lucas 6:29-30
Lea la Biblia en un año: Tito 2
En mi último viaje misionero a un país sudamericano, pude palpar de cerca lo que se ha convertido en un mal pandémico en muchas regiones del mundo en los últimos años: un robo en un autobús público. El ladrón metió la mano en la cartera de una joven mujer y sacó un celular; ella no se dio cuenta, pero yo sí y en una reacción impensada, me acerqué al pillo para confrontarlo. Lo miré cara a cara, profundamente a los ojos, y con la mirada le increpé lo que acababa de hacer. El hombre me miró fijamente y en su mirada sentí desesperación, temor, iras y….hambre, si, hambre, era una mirada de alguien que tenía hambre. El hombre soltó el celular al piso, creo que por miedo a ser descubierto y desapareció en una veloz carrera. La muchacha, que se daba cuenta recién en ese momento, recogió el celular, y ella y los demás, continuaron como si nada hubiera ocurrido.
Mi mente pasó toda la tarde y los días siguientes meditando en cómo debía reaccionar si yo o alguien de los míos sufrieran un robo. Y encontré la respuesta en una de las cartas que Pablo escribió: la epístola a Filemón, uno de los escritos más cortos de la Biblia, con apenas 334 palabras en total y que se enfoca en la intersección que Pablo hace ante su discípulo Filemón por Onésimo, a ese instante convertido y sirviendo en la iglesia, pero que en un tiempo anterior había sido ladrón y había robado precisamente a Filemón. Pablo basa su proceder en el hecho de que Filemón antes de aceptar al Señor Jesús en su vida, fue también un pecador y hasta probablemente un ladrón, quizá no de objetos materiales pero sí de la honra y dignidad de alguien. Y al ser salvo por Jesús, fue perdonado y justificado por la sangre del Mesías derramada en la cruz. Entonces Filemón, al haber sido perdonado, debía perdonar también, especialmente tratándose de un hermano en la fe.
En el capítulo 6 del libro de Lucas, el Señor Jesús establece lo que debemos hacer en casos como estos: soltar lo que nos es arrebatado y no reclamarlo, no levantar acción alguna en contra de aquel o aquellos y más aún, preguntar si necesitan algo más, y si lo tenemos, dárselo. En otras palabras, queridos hermanos, si somos víctimas de robo, obedeciendo la Biblia, no debemos presentar resistencia o reclamar lo que nos es arrebatado, sino al contrario, entregarlo voluntariamente, y si podemos dar algo mas, hacerlo así.
Qué difícil se me hizo asimilar este mandato bíblico, y creo que va a ser así para la sociedad en general, incluidos los creyentes. Nunca lo había escuchado antes, sin embargo debo declarar que si el Espíritu Santo me está mostrando hacer así, así mismo lo voy hacer
Oración: Señor mi Dios, te suplico que nunca yo o alguno de los míos sufra una situación como esta, pero si es Tu voluntad que así sea, solo te pido que me ayudes a recordar lo que tengo que hacer. Es un mandato difícil, como cuando nos mandas a perdonar y orar por aquellos que nos hacen mal, darte el diez por ciento de nuestros ingresos o mostrar la otra mejilla si hemos sido golpeados en la una. Pero confío en Tu gloriosa, perfecta e imperecedera sabiduría. Te lo pido humildemente en el nombre de tu Hijo amado Jesucristo, amen. -CF Jara-
La gloria es de Cristo Jesús, por siempre y para siempre.
Encuentre más lecturas edificantes en Nuestro Pan Diario
Ministerios Cristianos Mundiales “Îshu-nejar”
http://www.ministeriosishunejar.com
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Versículo para hoy: Lucas 6:29-35
«…; y al que te quite la capa, ni aun la túnica le niegues; A cualquiera que te pida, dale; y al que tome lo que es tuyo, no pidas que te lo devuelva.» Lucas 6:29-30
Lea la Biblia en un año: Tito 2
En mi último viaje misionero a un país sudamericano, pude palpar de cerca lo que se ha convertido en un mal pandémico en muchas regiones del mundo en los últimos años: un robo en un autobús público. El ladrón metió la mano en la cartera de una joven mujer y sacó un celular; ella no se dio cuenta, pero yo sí y en una reacción impensada, me acerqué al pillo para confrontarlo. Lo miré cara a cara, profundamente a los ojos, y con la mirada le increpé lo que acababa de hacer. El hombre me miró fijamente y en su mirada sentí desesperación, temor, iras y….hambre, si, hambre, era una mirada de alguien que tenía hambre. El hombre soltó el celular al piso, creo que por miedo a ser descubierto y desapareció en una veloz carrera. La muchacha, que se daba cuenta recién en ese momento, recogió el celular, y ella y los demás, continuaron como si nada hubiera ocurrido.
Mi mente pasó toda la tarde y los días siguientes meditando en cómo debía reaccionar si yo o alguien de los míos sufrieran un robo. Y encontré la respuesta en una de las cartas que Pablo escribió: la epístola a Filemón, uno de los escritos más cortos de la Biblia, con apenas 334 palabras en total y que se enfoca en la intersección que Pablo hace ante su discípulo Filemón por Onésimo, a ese instante convertido y sirviendo en la iglesia, pero que en un tiempo anterior había sido ladrón y había robado precisamente a Filemón. Pablo basa su proceder en el hecho de que Filemón antes de aceptar al Señor Jesús en su vida, fue también un pecador y hasta probablemente un ladrón, quizá no de objetos materiales pero sí de la honra y dignidad de alguien. Y al ser salvo por Jesús, fue perdonado y justificado por la sangre del Mesías derramada en la cruz. Entonces Filemón, al haber sido perdonado, debía perdonar también, especialmente tratándose de un hermano en la fe.
En el capítulo 6 del libro de Lucas, el Señor Jesús establece lo que debemos hacer en casos como estos: soltar lo que nos es arrebatado y no reclamarlo, no levantar acción alguna en contra de aquel o aquellos y más aún, preguntar si necesitan algo más, y si lo tenemos, dárselo. En otras palabras, queridos hermanos, si somos víctimas de robo, obedeciendo la Biblia, no debemos presentar resistencia o reclamar lo que nos es arrebatado, sino al contrario, entregarlo voluntariamente, y si podemos dar algo mas, hacerlo así.
Qué difícil se me hizo asimilar este mandato bíblico, y creo que va a ser así para la sociedad en general, incluidos los creyentes. Nunca lo había escuchado antes, sin embargo debo declarar que si el Espíritu Santo me está mostrando hacer así, así mismo lo voy hacer
Oración: Señor mi Dios, te suplico que nunca yo o alguno de los míos sufra una situación como esta, pero si es Tu voluntad que así sea, solo te pido que me ayudes a recordar lo que tengo que hacer. Es un mandato difícil, como cuando nos mandas a perdonar y orar por aquellos que nos hacen mal, darte el diez por ciento de nuestros ingresos o mostrar la otra mejilla si hemos sido golpeados en la una. Pero confío en Tu gloriosa, perfecta e imperecedera sabiduría. Te lo pido humildemente en el nombre de tu Hijo amado Jesucristo, amen. -CF Jara-
La gloria es de Cristo Jesús, por siempre y para siempre.
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