Nuestro Pan Diario
“¿A Dios no le importa?”
(Por Poh Fang Chia)
Leer: Habacuc 1:1-11
«Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo el Señor.» Isaías 55:8
La Biblia en un año: Proverbios 27–29; 2 Corintios 10
¿Por qué al conductor borracho no le pasa nada, mientras que la víctima, sobria, queda gravemente herida? ¿Por qué los malos prosperan y los buenos sufren? ¿Cuántas veces te preguntaste: ¿A Dios no le importa?, tras experimentar situaciones que te generaron mucha confusión?
Habacuc luchaba con esta misma pregunta al ver la angustiosa situación de Judá, donde la maldad y la injusticia desbordaban (vv. 1-4). Y la respuesta fue sumamente sorprendente: para disciplinarlos, usaría a los caldeos, quienes eran famosos por su crueldad (v. 7), y propensos a actuar con violencia (v. 9) y reverenciar solamente su poderío militar y a dioses falsos (vv. 10-11).
Cuando no entendemos los caminos de Dios, debemos confiar en su carácter inmutable. Y eso fue exactamente lo que hizo Habacuc: confió en el Dios de justicia, misericordia y verdad (Salmo 89:14). Al hacerlo, aprendió que las circunstancias están bajo el control del Señor y no a la inversa. Por eso, concluyó: «el Señor es mi fortaleza, el cual hace mis pies como de ciervas, y en mis alturas me hace andar» (Habacuc 3:19).
Señor, es fácil dejar que las circunstancias me hagan dudar de ti. Ayúdame a recordar que eres bueno y fiel, aunque yo no pueda ver todo ni cómo estás obrando.
Nuestra situación puede verse muy diferente desde la perspectiva de Dios.
Encuentre más lecturas edificantes en Nuestro Pan Diario
http://nuestropandiario.org/2015/09/a-dios-no-le-importa%E2%80%A9/
Ministerios Cristianos Mundiales “Îshu-nejar”
www.ministeriosishunejar.com
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(Por Poh Fang Chia)
Leer: Habacuc 1:1-11
«Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo el Señor.» Isaías 55:8
La Biblia en un año: Proverbios 27–29; 2 Corintios 10
¿Por qué al conductor borracho no le pasa nada, mientras que la víctima, sobria, queda gravemente herida? ¿Por qué los malos prosperan y los buenos sufren? ¿Cuántas veces te preguntaste: ¿A Dios no le importa?, tras experimentar situaciones que te generaron mucha confusión?
Habacuc luchaba con esta misma pregunta al ver la angustiosa situación de Judá, donde la maldad y la injusticia desbordaban (vv. 1-4). Y la respuesta fue sumamente sorprendente: para disciplinarlos, usaría a los caldeos, quienes eran famosos por su crueldad (v. 7), y propensos a actuar con violencia (v. 9) y reverenciar solamente su poderío militar y a dioses falsos (vv. 10-11).
Cuando no entendemos los caminos de Dios, debemos confiar en su carácter inmutable. Y eso fue exactamente lo que hizo Habacuc: confió en el Dios de justicia, misericordia y verdad (Salmo 89:14). Al hacerlo, aprendió que las circunstancias están bajo el control del Señor y no a la inversa. Por eso, concluyó: «el Señor es mi fortaleza, el cual hace mis pies como de ciervas, y en mis alturas me hace andar» (Habacuc 3:19).
Señor, es fácil dejar que las circunstancias me hagan dudar de ti. Ayúdame a recordar que eres bueno y fiel, aunque yo no pueda ver todo ni cómo estás obrando.
Nuestra situación puede verse muy diferente desde la perspectiva de Dios.
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