📖🖊 Mensaje Bíblico para hoy, Lunes 5 de Julio, 2021.
“Los Diez Mandamientos, Parte I: El Laicismo”
Por: Dr. CF Jara.
Leer: Éxodo 20
«Y habló Dios todas estas palabras, diciendo: “Yo soy el Señor tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de la casa de servidumbre.» (Éxodo 20:1-2)
En 1644, el pastor-fundador de la primera iglesia Bautista de América, Roger Williams, escribió acerca de la “cobertura o muro de separación entre el jardín de la iglesia y el desierto del mundo.” Ciento cincuenta y ocho años más tarde, en 1802, Thomas Jefferson, el autor principal de la Constitución de los Estados Unidos, usaba lo escrito por el pastor Williams para establecer -sin querer- la teoría de que el estado debe estar separado de la iglesia. Jefferson escribió: "Contemplo con una soberana reverencia tal acto de todos los estadunidenses, quienes declararon que su legislatura 'no hará ninguna ley respecto al establecimiento de una religión, o prohibirá la práctica libre de las mismas,' construyendo así un muro de separación entre la Iglesia y el Estado." El “laicismo” había nacido.
En el estudio de hoy hablaremos sobre esta corriente y sobre los Diez Mandamientos dados por Dios a Israel cuando Moisés los guiaba hacia la tierra prometida. También haremos varias menciones acerca del papel de la iglesia católica en la separación de la iglesia del estado. Pero estas referencias se enfocan en los hechos que sus líderes, osea obispos, arzobispos, cardinales y papas han sido parte, directa o indirectamente. Por lo tanto, aclaramos que lo escrito en este mensaje no se refiere, de ninguna manera, a los creyentes católicos del mundo.
QUÉ ES EL LAICISMO
El diccionario define a esta palabra como la “Corriente ideológica que defiende la independencia del hombre o de la sociedad, y especialmente la del Estado, de toda influencia religiosa o eclesiástica.” La primera referencia que se tiene es la Revolución Francesa, en 1799, la misma que fue inspirada por el enemigo y provocada por los judíos kházaros para contrarrestar el efecto del renacimiento de la fe verdadera luego de la Reforma de Lutero.
Y basados en esta definición, muchos líderes políticos que se han auto declarado laicos o laicistas alrededor del mundo han hecho hasta lo imposible para introducir leyes en las casas legislativas o congresos, sedes del gobierno central y hasta en la oficinas públicas y centros de enseñanza, para evitar que se hable de Dios o peor aún, que se lea Su Palabra o que se ore en Su nombre. En otras Palabras, han sacado a DIOS de todas la esferas gubernamentales. Y cuando las tragedias, matanzas y desgracias suceden, entonces rasgan sus vestiduras y alzan sus voces al cielo preguntando ¿DIOS, ¿dónde estuviste cuando pasó esto? Es triste pero cierto afirmar que el mundo, después de aprobarse esta separación, no ha sido mejor, sino que cada día se pudre más y más, sin esperanza.
QUÉ PROVOCÓ EL LAICISMO
La causa principal para que, en un punto de la historia humana, el hombre político haya decidido “sacar” a Dios de las casas de gobierno, es la larga lista de atrocidades y actos de perversión sin par cometidos y/o permitidos por todos los papas del catolicismo. Desde la fundación de la iglesia católica por parte del emperador Constantino en el siglo 4 d.C., y a lo largo de toda su historia, parecería que sus líderes han tenido la agenda preestablecida de hacer todo lo posible para dañarle la imagen a Dios, de tal forma que, en un punto, millones de vidas terminaran no solo negándolo sino repudiándolo y acusándolo como el culpable de todas las desgracias que pasan en el mundo.
A mitad del siglo 16, bajo la soberanía apostata del catolicismo, Europa estaba hundida en la pobreza, depravación, injusticia social y la oscuridad infernal de la inquisición, que no fue lo que nos quieren hacer creer, la matanza de miles de brujas sino de miles de cristianos evangélicos que se negaban a rechazar la verdad bíblica de Jesûs. Y entre los cientos de miles de libros que se quemaron están cientos de miles de Biblias y de libros relacionados con las Escrituras. Reyes y príncipes apoyaron esta matanza hasta que la gente se cansó y se rebeló tanto contra el papa, que “representaba” a Dios como contra la aristocracia de sangre azul. Entonces algún agente infiltrado del infierno encendió la llama y la revolución explotó, cientos de miles murieron, pero, doscientos años después, Europa es un continente próspero pero envejeciente y auto condenado a desaparecer debajo de la invasión musulmana, permitida por el inmenso número de ateos, incrédulos y laicos que nacieron de aquella revolución y de su lema de “libertad, igualdad y confraternidad.”
La iglesia evangélica protestante también ha hecho su parte en el desacertado retiro de Dios de la vida pública. La burocracia eclesial ha incorporado muchas cosas inventadas por el hombre, que a la final no ayudan, sino que se vuelven paredes contra la fe, como, por ejemplo, las denominaciones y la “ordenación” ministerial, que es un proceso burocrático donde se “oficializa” el llamado ministerial de los cristianos a predicar la Palabra de Dios. Pero ¿qué tienen que ver esto con el laicismo? Pues que a aquellos cristianos que sirven dentro de la iglesia pero que no han sido “ordenados” los llaman “laicos,” como si no fueran parte de la iglesia.
Pero la Biblia dice que el llamado lo pone Dios al nacer la persona, la unción para servir la da el Espíritu Santo a través de la imposición de manos de los hermanos, y la activación ministerial se da cuando el creyente obedece lo que Jesûs “ordenó” a todos sus creyentes, de ir por el mundo predicando Su mensaje. Por lo tanto, la “ordenación” no es para unos pocos sino para todos los redimidos por Jesûs, y la tal palabrita de “laicos” debe ser eliminada.
EL ESTADO LAICO
Es fácil ver que en la frase escrita por Thomas Jefferson no hay nada explícito respecto a “separar” el gobierno de la iglesia, solo porque ahí se menciona la Palabra “muro.” Estoy seguro de que el pastor Williams se refería exactamente a lo contrario, es decir, a no dejar entrar en la iglesia nada del mundo. Pero los políticos de tendencia liberal (poco o nada creyentes) la usan para justificar su teoría de que no puede haber ninguna participación de la iglesia en el estado y viceversa. Sin embargo, lo que Jefferson quiso decir, -que está bien claro- es que, el gobierno en sus tres ramas, ejecutiva, legislativa y judicial no fundarán ninguna religión y tampoco prohibirán o apoyarán ninguna religión. Al prohibir las cosas de Dios en la cosa política, el hombre abrió la puerta al ingreso libre del pecado, depravación, odio, guerras, genocidios, destrucción y muerte.
Millones que apoyan el laicismo desconocen que el concepto de gobierno nació con Moisés en el desierto, hace tres mil quinientos años, luego de haber recibido las piedras talladas con los Diez Mandamientos que Dios esculpió, como respuesta a la impotencia del líder para gobernar a más de tres millones de testarudos, rebeldes, pendencieros, fornicarios, malagradecidos, ambiciosos, etc., israelitas. Y Moisés también fue el autor de las 613 leyes mosaicas para ayudarse en su gestión como conductor del pueblo hacia la Tierra Prometida. Así mismo, de este evento nació la democracia, es decir, el derecho del pueblo a elegir a sus dirigentes.
En otras palabras, DIOS inspiró la creación de las leyes, los gobiernos y la democracia, por lo que, sostener que iglesia y gobierno deben caminar separados, es antibíblico, y por ello, la corrupción, depravación y decadencia han corrompido por completo todas las esferas gubernamentales en todos los países del mundo. Por otro lado, millones creen que los mandamientos son solo para los creyentes, y que lo que el mundo necesita es más leyes. Pero los Diez Mandamientos son las diez leyes por excelencia de las cuales se derivan todas las demás. Por ello, todos los gobiernos y gobernantes del mundo deberían estar sometidos debajo de ellos para que gobiernen con temor y temblor frente a las leyes que el Señor nos dio, obedeciendo Sus mandamientos en lugar de ignorarlos.
ORACIÓN
«Padre eterno, te damos las gracias por la abundante misericordia que derramas cada día sobre la vida del mundo, de cada habitante, donde quiera que se encuentre, cualquiera sea su religión, raza o profesión. Tu Palabra dice que Tû haces salir al sol cada mañana, y cada amanecer soplas vida sobre el planeta. Tu diseñaste la naturaleza para que sea bendición para todos, y mandas la lluvia, alimentas las aves, gobiernas los mares. Que podamos, Señor, ser bien agradecidos contigo todo el tiempo, en los días soleados como en aquellos donde la tormenta arrecia. Porque escrito está, que Tû tienes el control de todo y sobre todo y que el poder de la vida y la muerte esta solo en Tus santas manos, en el nombre de Tu Hijo amado Yeshûa HaMashiah oramos, amén y amén.»
Μαρανάθα, Ιησούς έρχεται σύντομα.
Maranatha, Jesûs viene pronto.