📖🖊 "La Gran Mentira: ¿Es Bíblico el Estado Actual de Israel, y Son los Israelíes Actuales el Pueblo Escogido por Dios?”
Mensaje Bíblico para hoy, Lunes 30 Mayo, 2022. No.1189
Por: CF Jara.
Leer: Juan 8:31-59
«Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. Él ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira.» (Juan 8:44)
CONTEXTO
Esta mañana escuchaba a un pastor de un país de Sudamérica predicar acerca de una revelación que recibió concerniente a la tradición de las celebraciones de las bodas en la Galilea en los tiempos de Jesûs. Entonces noté que, en menos de diez minutos, dicho pastor mencionó cuatro errores en la interpretación de varios temas relacionados con la Biblia:
1) Ha dicho que es judío pues sus abuelos fueron judíos;
2) Ha dicho que la Palestina no debería llamarse así;
3) Ha dicho que el país del Israel actual es el pueblo de Dios;
4) Y ha dicho que los 144 mil que predicarán a Jesucristo durante la Gran Tribulación saldrán de los judíos que actualmente habitan en Israel.
El hermano pastor en mención es un hombre de Dios sin duda alguna. Conoce mucho de Biblia, es un siervo del Señor y dirige una hermosa congregación. Sin embargo, los errores que éste predicador y otros cometen tanto en la interpretación bíblica, histórica, profética, genealógica, geográfica, etc., como en el estilo de predicar, dominio de la semántica, gramática, lenguas bíblicas, etc., influye en los oyentes en menor o mayor grado. Esto es más evidente cuando los creyentes tienen alguna preparación académica en Biblia. Cuando escuchan tal o cual error, automáticamente se desconectan de la prédica, lo que termina afectando en algún grado a la recepción del mensaje que Dios quiso entregar a esa persona. Por ello es vital que los pastores, maestros, predicadores y todos los ministros de Dios se esmeren en predicar con excelencia, como si lo estuvieran haciendo para el Señor.
Pero al igual que este predicador, muchos de los siervos predicadores de todas las lenguas, niveles de preparación bíblica o teológica, denominación, país, etc., cometen los mismos errores y comparten las mismas falsedades desde los altares de las iglesias evangélicas del mundo por los últimos 60 años. Y no porque son errores de la Biblia sino que hay una fuerza externa que primero, ha inventado una interpretación a sus conveniencias, y segundo, ha empujado al mundo a creer dichas falacias.
Sin embargo, señalar todas esas falsedades o inexactitudes, como quiera llamarse, en un mensaje de siete páginas es prácticamente imposible. Por ello nos enfocaremos en el tema relacionado a la creencia equivocada generalizada de que la nación actual de Israel y sus habitantes o los israelíes son a quienes la Biblia se refiere. Comparto este estudio manifestando mi respeto profundo a todos mis hermanos pastores y predicadores. Pero creo que es necesario señalar los errores bíblicos y teológicos de las prédicas, mensajes, estudios y disertaciones para que aquel que tenga oídos, oiga, y el que tenga ojos, vea.
EL ESPIRITU SANTO NOS LLEVA A TODA VERDAD Y A TODO ENTENDIMIENTO
No quiero decir en ningún momento que yo tengo toda la verdad o que yo creo que no me pueda equivocar, que Dios me libre, pero la urgencia de aclarar los errores en las prédicas bíblicas por causa de malinterpretaciones hermenéuticas y exegéticas se hace más fuerte en mi espíritu con el pasar de los días. Y la fuente para confrontar estos errores son las revelaciones que el Espíritu Santo me mostró durante los ocho años que duraron mis estudios académicos de la Biblia, para la gloria de Dios.
Para el presente mensaje me referiré a los cuatro errores de la prédica arriba mencionada:
INCORRECTISIMO. No es cierto que todo aquel que nace en Israel es judío o que aquellos que descienden de judíos son judíos:
- Primero, porque “judío” NO es un gentilicio o una raza, como nos han hecho creer, sino que describe a alguien “que practica la religion judía.” Es decir, para ser “judío” debes practicar la religión judía.
- Segundo, si dices que eres judío porque tus ancestros nacieron en Judea, debes saber que los últimos descendientes bíblicos de la tribu de Judá desparecieron de la faz de la tierra hacen dos mil años.
- Y tercero, porque para los nacidos en la región de Judá, el correcto gentilicio es “judeano” no “judío.” Es decir, si naciste en Jerusalén o las regiones alrededor de Judea, eres un “judeano.” Y otra vez, serás judío si practicas el judaísmo.
- Si alguien que nació en Israel, es ateo, no puede ser judío sino israelí. Así mismo, si alguien nacido en Israel no practica el judaísmo sino el cristianismo, no es un judío-cristiano porque las dos religiones son antagónicas entre sí por el factor Jesûs. El término correcto es un “israelí cristiano.”
- Pero lo más terrible es que, en el caso del pastor o de cualquier otro cristiano, creer que es judío porque desciende de un judío y ensalzarse por ello es anatema. Es negar, desconocer a Jesucristo, porque para los judíos, Jesûs no es el Hijo de Dios sino todos los adjetivos despectivos más terribles que se pueda imaginar.
2) “La Palestina No Debería Llamarse Así”
Palestina se ubica en los mismos territorios que se conocen como la tierra prometida por Dios a los Israelitas, donde fluye leche y miel. ¿Cómo llegó a llamarse así y no Israel?
- La palabra “Palestina” viene del hebreo פלשת (pelesheth) “filisteo” y se refiere a la tierra donde habitaban los filisteos, descendientes de Canaán, antes de la llegada de Abraham y su familia.
- Los filisteos llegaron al área antes que Abraham porque su patriarca, Canaán, hijo de Cam y de su madre Naama, desobedeció la orden dada por Noé cuando éste repartió las tierras del mundo entre sus tres hijos luego del Diluvio. Noé le había instruido a Cam, padre de Canaán, que fuese a poblar las tierras de lo que hoy se conoce como el norte del África, es decir, Egipto, Algeria, Túnez, Tunicia, Marruecos, Libia, Etiopía, etc. Cam y sus otros hijos lo hicieron así, pero Canaán decidió devolverse a los territorios de lo que hoy es Israel. Canaán dio origen a la etnia conocida en la Biblia como los “filisteos.” Por ello esas tierras se llamaron “Filistea.” Por lo tanto, aunque hubo desobediencia, el nombre correcto de esta región es “Filistea” o “Palestina,” no Israel.
- En la Biblia, estas tierras se conocieron como el reino de Israel desde el reinado de David, hasta cuando su hijo el rey Salomón dividió este reino en dos, el reino de Israel o del norte, en la región de Samaria, y el reino del sur, en la región de Judea. Luego de las invasiones babilónicas, asirias y romanas, no solo desaparecieron dichos reinos sino todos sus habitantes. Entonces la región retomó su nombre original: Palestina.
- Como un dato adicional: Abraham y su comitiva hablaban su propio lenguaje. Cuando llegaron a Filistea, encontraron allí a los “filisteos” quienes tenían su propia lengua. Con el pasar del tiempo, los dos lenguajes se fueron fusionando y esto dio lugar al hebreo. Es decir, el hebreo NO es completamente semita, aunque descienda del lenguaje que hablaba Noé.
El estado de Israel actual NO tiene NINGUNA relación con la nación del Israel de la Biblia, fundada por Abraham y representado en las doce tribus de Jacob, por lo tanto, NO es bíblico. Aquí algunos argumentos:
- La primera prueba para afirmar esto es que en la Biblia NO hay NI UN SOLO versículo, NI UNA SOLA profecía, ni en el Viejo Pacto ni en el Nuevo, que registre alguna orden de DIOS, directa y precisa para alguno de Sus profetas para que instruyeran a los Israelitas a fundar el estado de Israel, ni en los tiempos anteriores o posteriores al Señor Jesûs, ni en los tiempos modernos.
- Las primeras ideas acerca de la fundación del estado de Israel apenas aparecieron en la historia moderna en el año 1897, luego de que Teodoro Herzl y otros judíos kházaros fundaran el partido sionista israelí en Basilea, Suiza.
- Herzl basó su propuesta en unos supuestos sueños en donde supuestamente DIOS se le apareció y le dio instrucciones para que juntara a todos los “judíos” del mundo en un partido político para llevar a cabo tres objetivos:
-Conseguir la dominación financiera del mundo a través de crear un sistema bancario que fuera apropiándose de las riquezas de todos los países;
-Fundar el estado de Israel en el territorio de la Palestina, y hacer de Jerusalén su capital; y
-Una vez conseguidos los dos primeros objetivos, entonces levantar el Tercer Templo para recibir al Mesías.
- Empezando por esto último, el libro del Apocalipsis dice bien claro que los falsos judíos de los tiempos del fin a quien esperan NO es el Mesías de Dios pues Jesûs ya estuvo entre ellos y ellos no solo no lo recibieron, sino que lo mataron. El “mesías” que los sionistas kházaros esperan es el Anticristo.
- El invento e “interpretación” de las supuestas profecías de Ezequiel y otros profetas estuvo a cargo de rabinos afines a la agenda sionista. El siguiente paso fue la masificación de dichas supuestas profecías para su aceptación general y establecimiento como respaldo a las obras de maldad que los sionistas han venido cometiendo impunemente desde entonces. Para el efecto, los sionistas se infiltraron en la iglesia evangélica mundial de todas las denominaciones, razas, países, etc., y desde allí se alcanzó a millones de cristianos quienes fueron poco a poco asumiendo esta tamaña falsedad y la hicieron parte de sus doctrinas, misiones, visiones, y por supuesto, de las prédicas y mensajes.
- Otra prueba contundente e irrefutable es la desaparición del mapa de la tierra de los dos reinos de Israel permitida por Dios: el reino de Israel o del norte, en el siglo 7 a.C., y del reino del Sur, osea Judea, en el siglo 5 a.C.
- Adicionalmente está la profecía acerca de la destrucción de Jerusalén salida de la misma boca del Señor Jesûs cuatro días antes de Su crucifixión y que está registrada en Lucas 19:41-44. Esta profecía se cumplió en el año 70 d.C. por la invasión del general romano Tito.
- Otra razón vital que contradice la existencia de la nación actual de Israel como la nación de Dios es el hecho de que fueron ellos, los falsos judíos o judíos kházaros quienes crucificaron y mataron al Señor. Las calles de Jerusalén y de todo ese territorio quedaron manchadas con la sangre bendita del Cordero santo, del Inocente más Justo que jamás haya pisado la tierra.
- ¿Cómo se puede siquiera pensar que DIOS, luego de la infame tortura, de la terrible crucifixión y de la violenta muerte de Su Hijo humanado, haya siquiera considerado el mantener el estatus de pueblo escogido para este manojo de perversos hacedores de maldad?
- Y así nos engañan los judíos sionistas, haciéndonos orar por la paz de ellos mientras ellos asesinan a sus medio hermanos, los Palestinos; mientras cometen una seria de fechorías para hundir al mundo en el caos actual, y mientras declaran con todas sus fuerzas su odio por Aquel que vino a traerles luz a sus perdidas vidas.
Esta afirmación se cae irremediablemente por todos los argumentos expuestos arriba y por las siguientes razones adicionales:
- Los actuales judíos que viven tanto en Israel como en el resto del mundo NO descienden de ninguna de las 12 Tribus de Jacob, sino de una etnia llamada “kházaros” la cual surgió a principios del siglo I, en la región europea localizada entre los mares Caspio y Negro, y que ocupó un inmenso territorio que comprende lo que hoy es Ucrania, la Rusia Europea, Kazajistán, Georgia, entre otros.
- El origen étnico no está muy claro, pero se cree que proceden de los mongoles y turcos. Hay eruditos que sostienen que descienden de Jafet, uno de los tres hijos de Noé. Sin embargo, su origen está más cerca de Canaán, hijo de Cam y su madre Naama, que a su vez desciende de Caín. Por lo tanto, en ningún caso descienden de Sem, es decir, NO son semitas, pero nos han hecho creer que sí.
- Cuando en el siglo 5 a.C. los descendientes de los Israelitas que fueron tomados cautivos a Babilonia doscientos años atrás (siglo 7 a.C.) regresan a Jerusalén, traen consigo su nueva religión que nació de la fusión de la religión bíblica de sus ancestros con la babilónica talmudista y khabalista. Esta nueva religión empezó a ser conocida como “judía” pues sus practicantes, al volver de Babilonia, se asentaron en Jerusalén que está en la región de Judea. Pero esta religión idólatra NO tiene nada que ver con a religion profesada por David, los profetas, Abraham, Moisés, etc.
- Cuando el Señor Jesûs llegó a la tierra en el siglo 0, ya los judíos babilónicos habían tomado el control de todo el sistema religioso de Judea, dominaban el Sanedrín y servían a Roma para beneficio propio. Por ello Jesûs los confrontó y denunció públicamente su origen, al llamarlos falsos judíos, hijos de su padre el diablo.
- En el siglo I, los kházaros entran en contacto con estos judíos y aprenden de ellos su religión, la cual no se basa ni en la “Toráh,” o Biblia Hebrea, o Antiguo Testamento, o “Tanaj,” sino que usaron y usan hasta el día de hoy, dos libros de carácter satánico: el Talmud y la Khábala y muchos otros libros, escritos, códigos y tratados escritos por rabinos no judíos.
- Con el pasar de los siglos, los kházaros tuvieron diferentes etapas de prosperidad y pobreza que dependieron de las alianzas que hicieron con otros reinos como con el bizantino, y de guerras, como las que mantuvo con los rusos del reino llamado Rus en el siglo 9 d.C. y luego con el imperio ruso gobernado por el zar Alejandro II, a finales del siglo 17.
- Y es de esta guerra que los kházaros no se recuperaron nunca más pues la mayoría fueron muertos. Pero el zar les permitió vivir a cien mil de ellos si emigraban a Palestina y se convertían al catolicismo o judaísmo. La mayoría escogió al último y así se juntaron con la pequeña comunidad de los poquísimos judíos que habían sobrevivido a la destrucción de Jerusalén del año 70 d.C.
- En posteriores migraciones desde Judea a Europa, principalmente a Rusia, Hungría, Austria, España, Portugal, Suiza, etc., y luego las Américas, los judíos kházaros dieron origen a varios grupos étnicos como los sefardíes y askenazis. Y es de estos que nace Teodoro Herzl, quien fundaría el partido político sionista israelí, el cual movería muchos hilos tenebrosos de destrucción y muerte para fundar la nación de Israel en 1948.
- Los sionistas kházaros o falsos judíos son tan hábiles en el manejo de la narrativa que han convencido al mundo cristiano que sus interpretaciones de las profecías bíblicas son las correctas. Pero cuando se estudia la Biblia de manera responsable, seria, pero, sobre todo, con temor y temblor, el Espíritu Santo muestra siempre la verdad, y la verdad nos hará libres. En un próximo mensaje hablaremos con detalle acerca de las obras de maldad de este grupo conocido como sionistas kházaros o falsos judíos y de los libros que los denuncian.
- Los 144 mil “judíos” que predicarán a Jesucristo luego del arrebatamiento saldrán de los descendientes de las 12 tribus que están desperdigados por el mundo, pero principalmente en las tres Américas. El profeta Esdras describe en su libro 4 -que fue retirado de la Biblia por pedido de los sionistas en 1960- que una parte del remanente del reino de Israel que sobrevivió la invasión babilónica del el siglo 7 a.C., emigró hacia América, la tierra llamada por Esdras como "Arzareth," que en hebreo significa "la tierra al otro lado de los mares donde nadie ha habitado." Allí, el remanente de las 10 tribus dieron origen a los nativos conocidos como “indios” y que poblaron los territorios que se extienden en lo que hoy se conocen como Canadá hasta la Patagonia. Pero este tema lo desarrollaremos en un próximo mensaje.
Los cristianos evangélicos y todos los redimidos por la sangre bendita de Jesûs debemos confrontar todas las mentiras de satanás con valentía, pero, sobre todo, basados en lo que está escrito en el libro de Dios. Aquella doctrina de que debemos ser “cuidadosos, cautos, tolerantes” no solo nos hace hipócritas sino cobardes, porque cuando callo las verdades que Dios me muestra porque no quiero ofender a nadie, no honro al Señor en ninguna forma, sino que me convierto en cómplice de la obra cruel y malvada del enemigo de la creación. ¿Por qué? Pues porque con mi silencio, aquellos que están atrapados en la oscuridad y que se cruzan en mi camino, si yo no les hablo de la esperanza en Jesûs, seguirán en la oscuridad hasta su muerte eterna.
El libro de Juan capítulo 8:44 reporta el evento cuando Jesûs confronta en público a los fariseos del Sanedrín y los llama "hijos de su padre el diablo." Los predicadores geralmente olvidan decir que tanto los “fariseos” como los "saduceos" eran judíos, pero no los bíblicos, es decir, los descendientes de Abraham, Isaac y Jacob, sino los descendientes de los que regresaron de Babilonia a Judea en el siglo 5 a.C.
Otra falla recurrente es que se deja de mencionar la importancia gigantesca de esta revelación que Jesûs hace a través de esta declaración. Recién escuché a un católico decir que la Biblia es “metafórica,” y eso también lo creen muchos cristianos. Sin embargo, TODOS los eventos relatados en la Biblia, son reales, existieron, existen y existirán, se cumplieron, se cumplen y se cumplirán.
Lo que sucede es lo que Jesûs les respondió a los discípulos en Lucas 8:10 y Mateo 13:11 cuando les dijo «A vosotros os es dado conocer los misterios del reino de Dios; pero a los otros por parábolas, para que viendo no vean, y oyendo no entiendan.» Es decir, las cosas de DIOS no les son reveladas a todos los humanos ni a todos los cristianos sino a aquellos que buscan la revelación entrando a la presencia de Dios en espíritu y en verdad.
SED IMITADORES DE MI
Si Jesucristo nos pide que «seamos imitadores de Êl» es decir, que hagamos las mismas cosas que Êl hizo, eso es lo que debemos hacer, o al menos tratar. Como humanos imperfectos que somos, jamás lograremos alcanzar el nivel de gloria del Señor, pero DIOS si puede permitirnos hacer los milagros y maravillas que Jesûs hizo, pero eso depende de nuestra fe. Por eso en nuestro día a día debemos esforzarnos al máximo para parecernos a Êl en todas las cosas. Y si Êl confrontó a los hacedores de maldad, nosotros estamos supuestos a hacer los mismo, con amor y respeto al prójimo, pero, sobre todo, con la Palabra de Dios por delante.
Por ello son importantes tres cosas:
1) Orar todos los días, en forma constante, pues en la oración nos reunimos con nuestro Salvador para recibir dos mensajes, el que revitaliza nuestra fe y el mensaje que hemos de compartir;
2) Leer todos los días la Palabra de Dios, como si se tratara de la comida más importante del día, reflexionando constantemente en las cosas del Señor de tal forma que nuestra mente este ocupada en Jesûs en lugar de ocuparla con las cosas del mundo; y
3) Proclamar el mensaje de Jesucristo a todos aquellos que se crucen en nuestro camino en el día a día, sean los vecinos, amigos, familiares o desconocidos, a todos.
El señor Jesûs lo dijo, «Escrito está.» Si no conocemos la Palabra, si no la estudiamos, si no escudriñamos en las profundidades de las aguas espirituales donde reposan las revelaciones poderosas para que los violentos espirituales las arrebaten y las saquen a la luz de vida, entonces no podremos cumplir con ninguna misión que Jesucristo nos dio. Predicar el mensaje de redención de Jesûs no solo es misión de los predicadores, sino de TODOS los redimidos por Su sangre bendita.
Queda en sus manos este mensaje claro del corazón del Dios Altísimo para que usted, hermano, hermana, haga conforme a como se le ha dicho, para la gloria del Dios Todopoderoso y eterno.
Dios le bendiga.
Μαρανάθα, Ιησούς έρχεται σύντομα.
Maranatha, Jesús viene pronto.
ORACIÓN
«Señor Dios Todopoderoso, santo por siempre hasta la eternidad. Gracias, Señor por habernos dejado tu Palabra escrita por Tu puño y letra, para que tengamos la claridad de cuál es el camino correcto a seguir en esta jornada terrenal, de tal forma que podamos entrar en la vida eterna. Oh cuán glorioso será ese día, mi Señor, cuando mi alma, ya purificada por la sangre del Cordero santo y con un cuerpo espiritual incorruptible, entre a habitar en la Luz admirable de Cristo Jesûs. Hoy te ruego, mi Señor, que no me permitas jamás alejarme de Tu camino, por ninguna razón, y ni así me ofrezcan todo el oro y el poder del mundo. Pon hambre en mi por Ti, para que cada mañana, antes de tomar mi desayuno, yo desayune las palabras hermosas de Tu carta de amor por Tu creación. Que Tus enseñanzas sean las que edifiquen mi cuerpo, mi alma y me espíritu, te lo pido humildemente en el santo Nombre de Tu Hijo amado Yeshûa HaMashiah, mi Señor y mi Salvador, amén y amén.»
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